lunes, 23 de marzo de 2015

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De: Froilan y Adys [mailto:froilan@cubarte.cult.cu]
Enviado el: domingo, 15 de marzo de 2015 08:52 p.m.
Para: Eladio González
Asunto: Fw: Artículo CUBARTE

 

 

 

El Che en Combate

Por Adys Cupull y Froilán González

Fuente CUBARTE 09.03.2015

Portada: Óleo de Orlando Yanes

El Compromiso

El Che en Combate. La campaña guerrillera en Cuba Central, obra del Dr. Antonio Núñez Jiménez,  está presente en la Feria Internacional del Libro del 2015.  Evento que continúa por las provincias occidentales, centrales y  en las orientales hasta el mes de abril.

El día 14 de febrero, tuvimos el honor de presentarlo, en la Sala José Antonio Portuondo en la Fortaleza de La Cabaña.  Ese día, junto a Ángel Graña hablamos de la importancia del libro para la historiografía, del amor  a la familia, del hogar de los dos combatientes: Lupe Véliz y Antonio Núñez Jiménez,  de sus hijas presentes allí, de la Fundación de la Naturaleza y el Hombre, de sus investigaciones científicas y los libros publicados, y del Patrimonio que resguardan para bien de Cuba y de la Humanidad.

A él lo conocimos en la década del 60, del siglo pasado, cuando era Jefe de Artillería, estudiábamos en la Universidad de La Habana. Con Lupe Véliz, compartimos en el Movimiento Cubano por La Paz y La Soberanía de los Pueblos,  estaba al frente de la Comisión relacionada con la Fundación de la Naturaleza y el Hombre. 

No olvidamos el último encuentro personal con el autor, fue en 1997 en su casa, ¡Qué lejos estábamos de imaginar, en  aquella tarde de verano, cuando  él nos autografió la Primera Edición de este libro, —la cual guardamos— que dieciocho años después, íbamos a compartir con sus hijas y los miembros de la institución,  en la presentación de la segunda publicación de la obra.

En aquel encuentro con el científico, investigador, escritor,  espeleólogo, geógrafo, combatiente, diplomático, recibimos lecciones sobre la Historia de la Guerra de Liberación, y  cómo se deben investigar los hechos. Corrigió un nombre en el texto nuestro, que tenía en sus manos. Explicó con delicadeza y ternura cómo  buscar las fuentes idóneas, ciertas, para encontrar la verdad. Nos enseñó la cultura de la amabilidad como corresponde a toda persona sensible. Aquella tarde lo apreciamos profundamente, ¡era un Maestro!, en el significado enaltecedor que tiene  la palabra.

En el libro, invita a pensar en el  hombre (el Che)  mediante el cual  el autor mueve conceptos esenciales de la  personalidad virtuosa del Héroe, desde su nacimiento en la ciudad de Rosario, Argentina; su paso por Nuestra América continental hasta  el triunfo de la Revolución cubana.    

En la narración acuciosa resalta la ética del Comandante Ernesto Guevara; pero no olvida la moral que observó en otros compañeros y compañeras combatientes que participaron en la gesta; tampoco la dignidad de las mujeres, jóvenes, niños y ancianos civiles que  padecieron  el drama de ser bombardeados por los aviones de la tiranía.  

Refiere en la introducción: “Para mí haber escrito este libro es como pagar una deuda que adquirí en las mismas acciones combativas con el Che, quien desde entonces comprendió mi afición y amor por la historia de la Revolución cubana, de lo cual dejó testimonio en el autógrafo que estampó en su libro La Guerra de Guerrillas, La Habana, 1959:

Para Ñico: Bernal Díaz de esta guerra de liberación con el cariño de su capitán guerrillero.

Che (1)”

Intérprete fiel del pensamiento de Fidel y del Che, hizo aclaraciones  necesarias, de conceptos de la Historia, no ajustados a la valoración correcta  sobre la batalla de Santa Clara, que,  fue la acción culminante de la Guerra de Liberación, definido por Fidel. Y  afirma:

“... En muchas ocasiones  el Jefe de la Columna 8 insistió en que lo decisivo del derrumbe del régimen de Batista fueron las acciones militares en la Sierra Maestra.” (2)

Por ello incluye acciones heroicas e históricas, ocurridas al mismo tiempo en diferentes frentes del Ejército Rebelde. Narración que nos permite visualizar el magno escenario de las proezas  libradas en todo el país; y la inteligencia de la máxima dirección  de  la Revolución  para lograr la  entrada del Ejército Rebelde, a Santiago de Cuba.

En la obra hace justicia cuando se refiere a la participación de la mujer villaclareña, en la guerra, con la presencia, entre ellas se refiere a  Aleida March, Martha Lugioyo, Sobeida Rodríguez (Mimí), y Lupe Velis, su compañera en la vida, quien también cumplió varias misiones orientadas por el  Che.

Fundamenta la narración de los hechos en  los  testimonios, en los textos transcritos de la radio, tanto revolucionaria, como del enemigo y  en las imágenes captadas por él y otros combatientes para preservar la memoria de los acontecimientos. Es irrefutable que el cúmulo de la documentación se originó en la lucha. El autor era un combatiente  que observaba, anotaba, descubría,  lo cual percibe  el Che, y lo expresa en la dedicatoria que le hizo en el libro La Guerra de guerrillas. Compiló un tesoro en imágenes, entre ellas apreciamos la  del encuentro con el veterano del Ejército Libertador, en El Pedrero.

Destaca la importancia de la Universidad Central para lograr las victorias, y resume el trabajo de depuración realizado en 1957 para convertirla en baluarte de la Revolución, hecho que posibilitó la participación de los estudiantes y personal docente revolucionario en la lucha. El Alto Centro, tuvo sus mártires y héroes.  Su aporte  fue también estratégico, aportó  los mapas que necesitaba la columna 8 del Che para estudiar y decidir el camino o vía por el cual debían dirigirse hasta entrar a  la  ciudad de Santa Clara, sin ser detectados por el enemigo. Y recuerda el memorable día cuando el Che situó la Jefatura de su columna en el recinto universitario. 

Los sentimientos  brotan a través de las descripciones,  hechas por el autor o por los otros testimoniantes que han participado en los combates, o en la toma de las ciudades o cuarteles. Hay dolor y se presiente el angustioso andar de las familias evacuadas, al hombre o mujer en las largas y tristes caravanas, en las frías y húmedas noches, como dice el cronista.  En el difícil traslado de los enfermos,  en los sufridos rostros de los que han perdido sus hogares,  a sus seres más queridos. En  las madres que van con los hijos abrazadas como protegiéndolos de la muerte. También se experimentan los momentos alegres en los encuentros o conversaciones a través de la radio con la otra columna invasora: la de Camilo.

Prevalece el humanismo, el humanismo y la ternura del Comandante Guevara, lo cual queremos señalar en la síntesis de un ejemplo: cuando acompaña a Lupe y Antonio, para llegar a la casa en Santa Clara donde habían dejado a Maritere, su hija de dos años. El libro constituye una fuente imprescindible para los historiadores, de gran valor para la Historiografía cubana y universal.

A través de sus obras, el científico, el padre, esposo, el capitán del Ejército Rebelde, el profesor que fue  titulado en 1995: El Cuarto descubridor de Cuba,  sigue enseñándonos a descubrir en lo infinito, fiel a la verdad histórica de la Revolución cubana.

                                                                                              

Notas  

(1) Núñez Jiménez Antonio: El Che en Combate, p. 12.

(2) Ibídem, pp. 12-13.

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