jueves, 14 de mayo de 2015

Bebé de un año colgado de un cuarto piso no cayó y salvó la vida Argentina tragedia Demián Rafael González Eladio Toto e Irene Rosa Perpiñal

                El  departamento   que fue nuestro   por un día.

 

Habíamos comprado un departamento de un ambiente con balcón al contra frente en la calle Lavalleja. 

 

Fuimos Irene y yo a limpiarlo un día de fin de semana. Llevamos a nuestro hijito Demián Rafael de un año de edad.

 

Irene se iba a encargar de la cocina y el horno, con aerosoles desengrasantes y para que no le haga mal al nene me dijo:  “tenelo vos, y mientras barré el balcón”.

 

No era muy grande el balcón, rectangular con paredes de mamposteria a ambos laterales, la baranda metálica del balcón estaba empotrada en esos laterales de ladrillo.

 

Apenas pasé al balcón con Demiancito le tomé la cabeza y empujándola  probé su tamaño con respecto a los barrotes.  Una prueba, dos con el barrote de al lado, tres...., lo mismo la cabeza no pasaba, asi que no podía ocurrir nada.

 

Me despreocupé de que sufriera algun accidente pues no había ni sillas, ni macetas a donde él pudiera trepar y caerse hacia fuera.

 

YO TENIA PLENA CONCIENCIA DE QUE ESTABAMOS EN UN 4º PISO Y DE QUE LOS NIÑOS NO CONOCEN EL PELIGRO.

 

Me puse a barrer y lo hice minuciosa y metodicamente como es mi estilo, perdí la noción del tiempo transcurrido. Solamente me acompañaban mis pensamientos y como fondo la voz de Demiancito que no cesaba de parlotear sus incomprensibles gorgoreos (yo lo había bautizado cariñosamente “gorgorito”).

 

En un momento dado, me doy vuelta miro y veo que el nene ya no está de mi lado, sino del otro lado de la baranda del balcón.

 

Me lanzo hacia él, me asomo, con una mano lo aplasto contra la baranda y con la otra lo aferro de un brazo, mi otra mano deja de aplastarlo y lo sujeta por el torax por bajo la axila, alli lo levanto y lo entro al balcón.

 

Lo aplasto contra mi pecho y me desplomo sentado contra la pared, temblando y llorando desesperado.

 

No se cuanto tiempo pasó, tal vez tres minutos, cuatro, no se.

 

Cuando logré recomponerme un poco, me paré y sin soltar al nene por nada entré al único ambiente, golpeé la puerta de la cocina donde se había encerrado Irene y cuando abrió le dije:

 

“Ya nos vamos de aquí y no vuelvo en mi vida. No quiero pisar mas este departamento.”

 

Enterada Irene de lo ocurrido, fuimos hasta el balcón y le mostré como la cabeza del nene no pasaba por entre los barrotes.

 

Era un enigma para mí como había logrado pasar del otro lado, le dí el nene a ella y revisé minuciosamente la baranda.  Cuando llegué a uno de los extremos encontré la explicacion.  El albañil que había empotrado la baranda lo había hecho sin respetar las distancias y de esa forma habia cuatro centímetros más de espacio entre el último barrote y la pared, mientras que del otro extremo de la baranda el espacio entre barrote y pared era cuatro centímetros menor que el espacio entre barrote y barrote (que es fijo y para eso esta hecho).

 

Demiancito había metido su cabecita, luego su cuerpito y habia ido caminando muy campante agarrado de los barrotes soportados sus piecitos por la especie de alero que los balcones prolongan por debajo de las barandas algunos centímetros.  ¿ Que sabe un bebé de un año de vértigo ?

 

Aunque hoy este vivo, saludable, he quedado marcado por siempre.  Es un sentimiento horrible el que me invade cuando de tanto en tanto vuelvo a tomar conciencia de lo cerca que estuvimos de perderlo. 

 

Y  es tan doloroso ese sentimiento de angustia que mi propia mente libra combates con ella misma, y hasta pone en dudas por instantes, si realmente todo esto ocurrió.

 

Ocurrió aunque mi espiritu trate de no aceptarlo.  Pero se trata de que no vuelva a ocurrir nunca, que se corra la voz mediante organizaciones dedicadas a la accidentología, especialmente la hogareña, que se les plantee a las adolescentes antes de que queden embarazadas.

 

Por sus propios hermanitos. Para no verlos morir delante de sus propios ojos. 

 

Que los periodicos y medios de comunicación tambien asuman esta tarea tan importante que es la de salvar vidas.

 

Aquí no hay una enfermedad terminal, o sí.  Es “terminal” el riesgo de que una criatura, un bebe no este amparado por ese mayor que tiene al lado, sea padre, madre, tio o hermano, porque no hay cultura , no hay información, no hay difusión sobre “espere lo inesperado”  el accidente que puede ser causa de muerte o lesiones gravisimas.  Conversen mucho esto las madres y los padres, que los accidentes hogareños y las experiencias ocurridas se utilicen en las reuniones familiares o sociales y en vez de comentar cuanto tardaron, cuanto le pusieron para llegar de Mar del Plata a la Capital, o cuanto gastaron de combustible, quien ganó o perdió al futbol, hablen de la protección a la vida.

 

Pensemos en los demas, Patria es Humanidad.  Nos debemos al semejante, a la humanidad por haber nacido dentro de ella. Actuemos.

 

Eladio Gonzalez Rodriguez  Toto.   Este es un aporte a la verdad que te brinda el Primer Museo Histórico Suramericano "Ernesto Che Guevara" de calle Rojas 129 Capital, Argentina. telfax 4-903-3285  email:museocheguevara@yahoo.com.ar

 

 

Ciudadanos y medios  INTACHABLES:  no entran en un tacho de basura.

¿ QUÉ TIENEN EN COMUN ?

Ambito Financiero, diario Clarín, La Nación, Adelina Dalesio de Viola, Baby Echecopar,  Chiche Gelblung, Ernestina Herrera De Noble, González Oro, Hadad,  Feinman, Lage, Micaela Hierro Dori , Jorge Lanata, Manzano, Mariano Grondona, Mario Markic, Mirta Legrand, Nelson Castro, Openheimer, Petinato,  Rolando Hanglin, Susana Gimenez, Gerardo Sofovich, Pepe Eliaschev, Julio Bárbaro, Leuco (padre) Chiche Duhalde,  Jorge Giacobbe, Felipe Solá,  Beatriz Sarlo,  Joaquín Morales Solá, Juan Sebrelli,  Salvia, Mauro Viale, Tenenbaun, Majul, Pablo Docimo, Santiago del Moro y algunos otros.   Aunque “siniestro” es sinónimo de izquierda, entre estos comunicadores sociales, medios  y personajes políticos hay algunos de derecha (diestra).  Eso sí, todos coinciden siniestramente en denostar con fruicción a las Revoluciónes cubana, venezolana, boliviana, ecuatoriana y frotarse con los Fondos Buitres. Son soldados del colonialismo.

 




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