lunes, 7 de septiembre de 2015

Argentina 7 Septiembre Día del Montonero Fernando Abal Medina Carlos Gustavo Ramus John William Cooke Juan García Elorrio cristianismo camilista peronista

De: Claudio Fernandez [mailto:claudiofernan@hotmail.com]
Asunto: Argentina: 7 de Septiembre Día del Montonero
 

EL MANDATO POLÍTICO DE FERNANDO ABAL MEDINA

7 de Septiembre de 1973

  
El 7 de Septiembre de 1970 en William Morris, Pcia de Buenos Aires, morían en combate Abal Medina y Carlos Gustavo Ramus. Desde entonces, la militancia reconoce al 7 de septiembre como el Día del Montonero

Cuando un revolucionario ha caído a poco de comenzar su lucha, cuando un hombre ha muerto a los 22 años de edad, hay una sola forma correcta de valorar su aporte concreto a la guerra popular. A partir de las acciones realizadas y de las instancias organizativas promovidas, rescatar lo esencial de su proyecto político. En el caso de Fernando Abal Medina, esto no sólo es perfectamente posible, sino que, los rasgos esenciales de su concepción revolucionaria tienen una absoluta vigencia, como necesidad para la Argentina de hoy.

Fernando Abal Medina, era un claro y típico exponente de un militante revolucionario en un país semi-colonial. Su antidogmatismo, su heterodoxia ideológica, fruto de las distintas vertientes de su formación política, lo hacían naturalmente abierto a la comprensión de las formas específicas que los caminos de la liberación planteaban a los argentinos al fin de la década del 60. Su formación nacionalista le habla permitido la comprensión del pasado argentino y el rescate de una línea histórica de resistencia nacional representada por las montoneras del siglo XIX.

También eran claras en él la influencia de John William Cooke, al remarcar la potencialidad revolucionaria del peronismo, y de Juan García Elorrio, con el aporte del cristianismo camilista, forma de acceder al vasto mundo guevariano.
De esta amalgama ideológica, fraguada en el contacto con los sectores revolucionarios del peronismo — donde no hay que olvidar en aquel momento a la CGT A.— y sus naturales condiciones de jefe, va perfilándose el» futuro conductor de Montoneros. Para una correcta caracterización del mismo, debemos señalar como rasgos distintivos de su personalidad, su audacia sin límites y su voluntarismo ascendrado, que lo llevan a plantearse como posibles, acciones hasta entonces calificadas como utópicas.

Avanzando en el análisis, a partir de esta caracterización personal de Abal, podemos entonces preguntarnos cual era su proyecto político y que es lo que sobrevive del mismo, como necesidad de asunción expresa para la adopción de una clara línea por parte del campo revolucionario del Peronismo.

Debemos ubicarnos en el momento político en que se da la participación activa de Fernando Abal Medina. Son los momentos de mayor vacío político consecuencia del onganiato. La combatividad popular se encuentra totalmente adormecida. La burocracia sindical, con el claro proyecto de participacionismo, hace cola en las antesalas de la casa de gobierno de la mano de San Sebastián, para entregarse en brazos de la llamada revolución argentina. Perón, aislado en Madrid, no tiene juego político, y las bases peronistas, el pueblo trabajador no encuentra forma de expresión. El peronismo se encuentra acampado a la sombra de su Líder, y nada ni nadie parece encontrar el camino que revitalice las posibilidades revolucionarias.

Desde ya, que pequeños sectores del campo revolucionario, se plantean cumplir ese rol protagonice, sin que sus proyectos alcancen para transformar la realidad. La C.G.T.A. con Ongaro a la cabeza, en tanto enmarca su acción dentro del campo limitado del sindicalismo, limita su accionar a una labor de concientización. Las F.A.P., tras su experiencia de foco rural, se replantea su metodología de lucha, sin que su concreto operar altere la siesta colonial que vive la Argentina. Posteriormente al Cordobazo, esa impensable eclosión popular, demostró el grado de combatividad latente de las masas. Ese tremendo golpe espontaneísta a las estructuras del Sistema, constituyó sin lugar a dudas, una apelación a la conciencia de los revolucionarios argentinos de colocarse a la altura de las exigencias y al nivel de nuestro pueblo. 

Fernando Abal Medina aceptó el desafío. Entre la posibilidad que ofrecía el Movimiento Peronista en su realidad institucional —de integrarse a la política de conjunto, acompañando el proyecto de la burocracia— o plantear un proyecto alternativo revolucionario, el de Perón y las bases, el del peronismo real, Fernando Abal Medina opta por este último. Poco le importó que no se ajustara al metro patrón de la ortodoxia de los mediocres, que fuera calificado de descolgado o acusado de quedar al margen del Movimiento. Así nace Montoneros. De ahí surge el ajusticiamiento de Aramburu, de allí parte La Calera.

Detengámonos un momento en el Aramburazo, en su implicancia política coyuntural, apartándonos de su enorme significación, de reivindicación popular, de acto de justicia histórica. Implicó, la transformación más radical del curso natural de los acontecimientos políticos. Fue patear el tablero, transformar la realidad en la mas pura acepción revolucionaria, a partir de una clara voluntad de incidir sobre la misma de una lucida percepción de los hechos que producían una inmediata identificación popular, que los reconocían como parte de su lucha, y de una profunda fe, en el grado de conciencia de las masas peronistas y de la correspondencia entre ese pueblo y su Líder.-

Ese es en esencia el proyecto político de Fernando Abal Medina, que obligadamente debemos rescatar. Sus pautas esenciales, podemos sintetizarlas en:

1.— Asunción de la guerra popular
2.— Adopción de la lucha armada como la metodología que hace viable esa guerra popular, mediante formas organizativas superiores.
3.— Absoluta intransigencia con el Sistema.
4.— Incansable voluntad de transformar la realidad.
5.— Identificación de la burocracia, como formando ' parte del campo contrarrevolucionario.
6— Entronque efectivo en las luchas del pueblo
7.— Confianza ilimitada en la potencialidad revolucionaria de la clase trabajadora peronista
8.— Caracterización del General Perón, como conductor estratégico.
9.— Correcta evaluación sobre los amplios márgenes de posibilitantes de actuación dentro del Movimiento Peronista.
10.— Decisión de luchar hasta el costo de la propia vida

Esto es lo importante. Si Fernando no veía claro si correspondía definirse como brazo armado, foco irradiador de conciencia, u organización revolucionaria de masas. Eso hace mas a la discusión teórica posterior, que a la puesta en marcha de un proyecto político auténticamente peronista, auténticamente revolucionario.

En buena hora, los precursores, los militantes heroicos, dieron preeminencia al momento práctico, antes que a la caracterización teórica. Es lo que distingue un hecho revolucionario, de una intelectualización revolucionaria. A nuestro país, le sobran lectores de la realidad . El mandato transformador de Fernando, es una exigencia ineludible.

Porque el pueblo es un fusíl simbolizado en la sangre de cada combatiente, siempre habrá fusiles y brazos que lo empuñen, porque siempre habrá un pueblo en camino del combate. El fusil no usado cambia de mano, el fusil atascado es reemplazado por otro, el fusil del caído es récogldo por un  nuevo combatiente.
El pueblo hecho fusil, caminará sin pausas hasta la Victoria, siempre. 

“Militancia Peronista para la Liberación.” Año Uno_ Nº 13_6 de Septiembre de 1973.

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7 de Septiembre de 2014.
Queridos Fernando y Carlos:
Hoy venimos a saludarlos otra vez, como siempre desde hace 44años.
¡44 años! ¡El doble de los años que tenían cuando nos dejaron heroicamente!
¡Qué etéreo que es el tiempo! Los siento como si fuera ayer que estuvimos luchando juntos.
Lo que pasa es que no hemos dejado de estar juntos nunca.
Hemos compartido siempre el mismo lugar: la primera línea del frente de lucha en las malas y la intemperie donde llueven huecas alabanzas en las buenas; la intemperie de homenajes recitados por solidaridades de mentira desde lugares en los que no entramos.
¡Qué etéreo es el tiempo también en esos lugares!
Seguimos juntos porque elegimos una vida definida por un compromiso moral con la historia.
Los ignorantes creen que la historia es el pasado; no comprenden que es pasado, presente y futuro.
Lo importante de la historia no es sólo conocer el pasado, sino qué futuro se construye.
¿Con qué clase de conducta política transitaron ustedes hacia el futuro de la historia?
Los ignorantes creen que eso tiene que ver con calzarse una metralleta.
No alcanzan a comprender que la valentía política no tiene nada que ver con las armas.
Cualquier dictador genocida, cualquier aventurero o delincuente común es capaz de usar armas.
Las armas sólo son una desgracia a veces inevitable; fueron una desgracia asumida estoicamente.
Si el Comando Montonero Juan José Valle abrió una nueva dimensión del tiempo político fue porque evidenció una nueva dimensión de la conducta política.
La dimensión de la valentía política, el coraje de asumir los riesgos para cambiar de estructuras de la exclusión proscriptiva, la injusticia social y de la dependencia nacional.
La política sin valentía en las ambiciones de cambio de estructuras nunca fue lo nuestro.
La valentía no es cuestión ni de armas ni de extremismo ideológico izquierdista.
La democracia es un espacio político mucho mejor que el de la resistencia al terrorismo de Estado.
Los programas político-ideológicos dependen de las circunstancias históricas.
La cuestión permanente es un compromiso moral con el fin de la proscripción política, el fin de la exclusión social y el fin de la dependencia del gran capital transnacional.
¡Cómo nos gustaría un tiempo lineal, con caminos rectos! Sabemos que eso es una vana ilusión.
No sirve de excusa la tortuosidad del destino. Por eso no tendría sentido un homenaje hueco.
El homenaje es arriesgarse al compromiso con la valentía política de diseñar la historia futura.
Lo que tiene sentido es comprender aquella máxima del General San Martín parafraseada por Evita: “Serás lo que debas ser y si no, no serás nada”. “El peronismo será revolucionario o no será”
Seguimos juntos, Compañeros. Hasta cualquier momento.
Mario Eduardo Firmenich.