miércoles, 6 de julio de 2016

Premios Nobel al servicio de Monsanto y Syngenta La Jornada / Ribeiro. Ojos para la Paz

De: Purificación González de la Blanca [mailto:p.delablanca@hotmail.com]
Enviado el: miércoles, 06 de julio de 2016 01:57 p.m.
Asunto: La Jornada / Ribeiro. Premios Nobel al servicio de Monsanto y Syngenta


                                                                                 Ojos para la Paz

Uno de los hechos más escandalosos que ha sucedido en los últimos tiempos es el intento de presión ejercido por Monsanto y Syngenta contra Green Peace,  a través de un grupo de premios Nobel,  para que deje de atacar a los cultivos transgénicos. 
Sobre los premios nobel habría mucho que decir. Basta con saber que Obama -promotor de más de 150 guerras y desestabilizaciones de países-  obstenta el Nobel de la Paz.  Pero es que además estos premios nobel alegan algo así como que gracias a Monsanto y a sus transgénicos se podrá acabar con el hambre en el mundo...Como si  Monsanto y Syngenta, y la Bayer, y otros como ellos, que también fabrican amas químicas,  tuvieran objetivos filantrópicos.  Parece ser que algo más del 50 % de los galardonados con este premio trabajan para empresas de armamento o relacionadas con el mismo.
Los cultivos transgénicos  están acabando con las semillas autóctonas y cultivos tradicionales, y de paso con la forma de vida de numerosas poblaciones campesinas.  Monsanto y Bayer están haciendo planes para unirse y dominar la producción agrícola del planeta. Juntos reunirían casi 300 patentes de plantas fundamentales para la alimentación de la humanidad. El mundo entero encadenado a sus intereses económicos.
Coincidiendo con esta noticia, hace poco leíamos que la famosa migración de las mariposas monarca que, al acercarse el verano, regresan desde Méjico hacia los Grandes Lagos, formando nubes rojizas en un trayecto de más de 3000 kilómetros, ha dejado de producirse. Escasean las asclepias, la planta imprescindible para la supervivencia de las orugas monarca. Las flores silvestres van desapareciendo a causa de los cultivos transgénicos, llevándose con ellas insectos, pájaros y otros animales de la cadena alimentaria. 
En "El Semanal" , nº 1496  venía una información sobre el tema: "En el mundo real de Monsanto no zumban las abejas ni aletean las mariposas. Solo se mece el trigo y crecen plantas de soja y de maiz. Las plantas silvestres han sido arrasadas por herbicidas  con el glifosato como principio activo, sustancia que la multinacional comercializa con el nombre de roundup".
Qué vergüenza de premios Nobel!!!


De: Pedro Martínez Pirez
Premios Nobel al servicio de Monsanto y Syngenta
Silvia Ribeiro*
S
Son pocas las veces que tanta gente prominente del ámbito científico presume su ignorancia en tan corto espacio. Así es la carta pública que un centenar de ganadores del premio Nobel publicaron el 30 de junio defendiendo los transgénicos, particularmente el llamado arroz dorado y atacando a Greenpeace por su posición crítica a estos cultivos. La misiva abunda en adjetivos y apelativos altisonantes, hace afirmaciones falsas y no da argumentos, por lo que parece más una diatriba propagandística de empresas de transgénicos que científicos presentando una posición.
Para empezar, el llamado arroz dorado (arroz transgénico para expresar la provitamina A) que defienden con tanto énfasis, no existe. No por las críticas que le haya hecho Greenpeace y muchas otras organizaciones, sino porque sus promotores no han podido hacer una formulación viable, pese a casi 20 años de investigación y más de 100 millones de dólares invertidos. Tampoco han demostrado que tenga efecto en aportar vitamina A.
La primera versión de ese arroz transgénico con betacaroteno (GR1) fue un accidente de investigadores suizos que experimentaban otra cosa, por lo que nunca controlaron exactamente el proceso. Esa versión requería comer kilos de arroz diariamente para completar la dosis necesaria de vitamina A. Luego Syngenta compró la licencia y como propaganda donó la licencia de investigación a una fundación, en la que es miembro la Fundación Syngenta. Pero la empresa retuvo los derechos comerciales. En 2005, anunció la versión GR2, con más provitamina. Pero no ha podido demostrar que la provitamina sea estable, ya que se oxida fácilmente y en poscosecha disminuye a 10 por ciento del contenido. Como es una manipulación genética experimental de alteración de rutas metabólicas, podría tener cambios imprevistos con efectos graves para la salud. Varios científicos han señalado esos riesgos y los mitos del arroz dorado(entre otros, D. Schubert, 2008, y Michael Hansen, 2013; http://goo.gl/ChvI4Q).
goo.gl
Dr Michael Hansen debunks some of the many myths promoted about Golden Rice.
Por otro lado, vegetales comunes como la zanahoria, col, espinaca y muchos tipos de quelites –hierbas comestibles comunes que acompañan la siembra campesina y las culturas culinarias tradicionales– aportan mucho más vitamina A que ese arroz, sin efectos secundarios y sin pagar a trasnacionales. Por el contrario, la agricultura industrial y de precisión que defienden en la carta de los Nobel, por ser plantadas en grandes monocultivos con agrotóxicos, eliminan esos quelites y también a los campesinos, desplazados y contaminados por las megaplantaciones.
La carta afirma que el hambre es por falta de alimentos, lo cual es falso: la producción mundial de alimentos sobra para todos los habitantes del planeta ahora y en 2050. Si existen hambrientos y desnutridos es porque no tienen tierra para producir ni pueden acceder a los alimentos. La cadena agroindustrial de alimentos –que detenta los transgénicos– desperdicia de 33 a 40 por ciento de la comida producida según datos de la FAO, lo cual alcanza para alimentar a todos los hambrientos del mundo. Además, como informa Greenpeace en su respuesta, 75 por ciento de la tierra agrícola se usa para producir forrajes para animales en cría industrial y agrocombustibles, no alimentos. (goo.gl/e5xEwc).
La afirmación de que los transgénicos son seguros para el ambiente y la salud ha sido rebatida, con argumentos y referencias científicas, por más de 300 científicos convocados por la Red Europea de Científicos por la Responsabilidad Social y Ambiental (goo.gl/VM8i3W).
Pero quizá lo más notable es que la carta no menciona que sólo seis trasnacionales (en vía de volverse tres) controlan todos los agrotransgénicos en el mundo, 61 por ciento de todas las semillas comerciales y 76 por ciento del mercado global de agrotóxicos. ¿Cuánta falta de ética y honestidad es necesaria para ocultar que su propuesta de agricultura de precisión es el negocio de un puñado de trasnacionales, todas con larga trayectoria de violación de derechos ambientales, humanos y a la salud?
La sombra de las trasnacionales cae pesadamente sobre esta carta supuestamente científica. Se dicen preocupados por el hambre y los niños desnutridos en el sur global, pero eligen presentar la carta en una conferencia de prensa en Washington, Estados Unidos, en un momento muy oportuno para favorecer a las empresas de transgénicos. En esta semana el Congreso debe votar una ley sobre etiquetado de transgénicos que quiere impedir que los estados tomen decisiones en este tema. Buscan anular la norma de etiquetado que comenzó a regir desde el 1º de julio en Vermont, luego de un referendo que votó en favor de ello.
A su conferencia de prensa se impidió asistir a Greenpeace, cuyo representante fue bloqueado por Jay Byrne, ex jefe de comunicaciones de Monsanto, que increíblemente ¡funcionaba de portero de la conferencia! (goo.gl/i8FXDg). Lejos del altruismo científico, los firmantes organizadores de la carta, Richard Roberts y Phillip Sharp, son también empresarios biotecnológicos. El sitio donde publican la carta es un espejo de otro que redirige al Genetic Literacy Project, frente de propaganda disfrazado de las trasnacionales de transgénicos y agrotóxicos. (GMWatch goo.gl/WekAin).
Pero lo más ofensivo es su pregunta final: ¿Cuánta gente pobre debe morir para considerar [la crítica a los transgénicos] un crimen contra la humanidad?Opino que los firmantes deben ir inmediatamente a las zonas de plantaciones de soya transgénica en Paraguay, Argentina, Brasil, donde las madres pierden los embarazos y niños y trabajadores mueren de cáncer por los agrotóxicos de los cultivos transgénicos. Esos son crímenes contra la humanidad.
* Investigadora del Grupo ETC
Visita mis blogs