5 agosto 2016
1-Kerry viaja con Monroe en el bolsillo
La incorporación de los argentinos a los ciudadanos que pueden entrar a los Estados Unidos con menos cola en Migraciones vino acompañada de acuerdos sobre Venezuela, Siria, la Alianza del Pacífico, el comercio y el narcotráfico. Ésos fueron los temas principales que dejó el contacto del secretario de Estado John Kerry con uno de los gobiernos argentinos más devotos hacia la Casa Blanca en toda la historia.
Un símbolo al paso: la declaración conjunta de Kerry y su colega Susana Malcorra tiene un subtítulo llamado “Asociación en el hemisferio occidental”, la vieja forma en que los Estados Unidos, y solo ellos, denominan a la región. James Monroe, presidente, 1823. América para los americanos. Estas cosas suelen ser simples. Un burócrata del otro lado escribió el subtítulo y su par de este lado no pidió cambiarlo. O automatismo o ganas excesivas de agradar. Monroe, feliz.
La cuestión de Venezuela estuvo presente tanto en la reunión privada de Kerry con Mauricio Macri como en las apariciones públicas de Malcorra y Kerry.
Como se sabe, Venezuela vive una crisis política por la polarización entre la presidencia, parte del pueblo y las Fuerzas Armadas, por un lado, y por otro el Congreso y otra parte del pueblo. El segundo polo busca que el Gobierno convoque a un referendum revocatorio para dirimir si Nicolás Maduro sigue o no hasta 2019. Si lo convoca este año y gana Maduro, sigue. Si lo convoca este año y pierde, debe llamar a elecciones presidenciales. Si lo convoca en 2017, o sea ya en la segunda parte del mandato, y pierde, puede designar otro chavista que termine su período. Se iría Maduro pero no el chavismo.
Dice la declaración conjunta en el tramo del hemisferio occidental que Malcorra y Kerry “recibieron con beneplácito la noticia de que el Consejo Nacional Electoral de Venezuela validara las firmas necesarias para permitir que el referéndum revocatorio pasase a la fase de petición”. También “instaron a las autoridades venezolanas a fijar prontamente un cronograma para el resto del proceso y expresaron su respaldo a un diálogo político oportuno, nacional, inclusivo y efectivo para abordar las necesidades inmediatas del pueblo venezolano”.
Cuando los periodistas preguntaron a Kerry por Venezuela, el secretario de Estado dijo que había que hacer “esfuerzos para alentar el regreso a una democracia genuina en Venezuela”, pidió “un diálogo político” y “un cronograma para completar el proceso de revocación” y “respetar el estado de derecho y el papel de la Asamblea Nacional”.
Primera lectura: Washington presiona.
Segunda lectura: Washington presiona pero no pone plazos. Ni la declaración conjunta ni Kerry mencionan 2016 o 2017.
Primera interpretación posible: no hay presión pública pero habrá presión sorda, alentando por ejemplo a la oposición y al resto de los países a que profundicen la crisis social en Venezuela en lugar de ayudar a remediarla.
Segunda intepretación posible: la Casa Blanca no quiere tirar del mantel porque rompería la flamante vajilla del proceso de paz en Colombia. También Malcorra es cuidadosa de la paz en Colombia. Y los chavistas. Y los cubanos. No es para menos, porque terminar con el conflicto civil armado más viejo del mundo es patrimonio del continente y de la Humanidad.
La declaración conjunta incluye un reconocimiento del papel de los gestores de buenos oficios con mención de la Unasur y del ex premier español José Luis Rodríguez Zapatero. Incluso está mencionada la Organización de los Estados Americanos pero no su secretario general, el uruguayo Luis Almagro, que habla de Venezuela con el odio que los viejos gusanos de Miami dedicaban a los Castro.
Entretanto, la retórica sigue encendida. En la misma conferencia de prensa, la canciller argentina no se privó de criticar otra vez a Uruguay porque no quiso seguir con la presidencia pro tempore del Mercosur cuando le tocaba a Venezuela. La promesa de concordia entre Macri y Tabaré Vázquez se tornó en rispidez por el costado menos imaginable.
Los gobiernos no pelean por la instalación de otra pastera en el Río Negro uruguayo sino por la fidelidad de Tabaré a las normas del Mercosur. Esa fidelidad dejó en falsa escuadra pública al paraguayo Horacio Cartes, jefe de pelotón belicoso, al subjefe José Serra, el canciller de Michel Temer, y a Malcorra que los acompaña.
El disgusto de Malcorra es que venía evitando ocupar el lugar de los halcones (el sitio quedaba para otros países o para su jefe Mauricio Macri) y que tanto ella como su equipo cercano en la Cancillería alentaban la negociación y no la explosión en el caso venezolano. Para ese juego, que necesariamente necesita discreción, cualquier definición pública con aristas como el traspaso de la presidencia pro tempore sería inconveniente.
Lo fue y ahora la conducción de la Cancillería debe hacer control de daños frente a lo que, sin vueltas, el ex canciller de Lula Celso Amorim definió así: “Quitar la presidencia es una sanción contra un Estado”.
En economía Kerry dijo que “no pasa en 24 horas” pero que “gracias a las reformas que se están ejecutando” habrá “más inversiones” y “más crecimiento”. Para indicar por dónde vendría la mano, la declaración conjunta registra que “Estados Unidos celebró la incorporación de Argentina a la Alianza del Pacífico como Estado observador”.
Sobre Siria, la Argentina mantuvo su compromiso de recibir a tres mil refugiados, una cifra enorme si se tiene en cuenta que durante este año los Estados Unidos, principal potencia del mundo, recibirán 10 mil.
Según datos del Alto Comisionado para los Refugiados de las Naciones Unidas, ACNUR, en marzo último 4,6 millones de sirios habían dejado el país y los desplazados internos llegaban a los 6,5 millones. Decía el ACNUR que “los países en la región están recibiendo el mayor número de refugiados, con unos 2,2 millones de refugiados en Turquía, 1,1 millón en el Líbano, 633.000 en Jordania, 245.000 en Irak, y 128.000 en Egipto”.
En seguridad la prioridad conjunta es el combate “al crimen organizado y el narcotráfico”. La ayuda de un millón y medio de dólares para las fuerzas de seguridad pasará por la Oficina Internacional de Estupefacientes y Fuerzas del Orden, INL. A contramano de lo que ocurre dentro de los propios Estados Unidos, como en California y Colorado, el acento del INL es más represivo que preventivo.
En medio de esta agenda Kerry cumplió con la promesa de Obama y entregó al propio Macri nuevos documentos desclasificados de la dictadura. Además del Archivo Nacional de la Memoria, bajo el ala del secretario de Derechos Humanos Claudio Avruj, este diario pudo establecer que el hallazgo de nuevos datos interesa a Leandro Despouy, que lleva un mes como representante especial para Derechos Humanos en la Cancillería y tomó el compromiso de fortalecer el sector de documentación sobre los años de plomo.
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3 agosto 2016
2-Kerry trae recados y espejitos de colores para Macri y Temer
John Kerry, el Secretario de Estado norteamericano cargado de medallas por haber participado como militar en las acciones genocidas contra el pueblo vietnamita viene a abrazarse con Mauricio Macri y el brasileño Temer. Kerry, el hombre que conspiró y conspira contra todos los gobiernos que han osado hablarle de igual a los Estados Unidos, el que incentivó las sanciones contra Venezuela Bolivariana y hoy mismo se codea con la oposición interna de ese país alentando la violencia y la guerra económica. Es el mismo funcionario USA al que Hugo Chávez mandó varias veces al carajo cuando el insolente Secretario proclamaba a los cuatro vientos que el jefe revolucionario era un dictador.
Sin duda, Kerry viene a profundizar aún más las relaciones carnales con el gobierno neoliberal macrista y hacer un punteo "in situ" de la agenda impuesta por Obama en marzo pasado. Sabe que Macri es un virrey obediente al que le gusta su nominación y que incluso, en reuniones privadas con empresarios multinacionales se jacta de que por fin Argentina "está otra vez incluida en the world". En ese mundo de plástico y sangre, surcado por Monsanto, los Mc Donalds, las petroleras como Shell y la Exxon, y los fabricantes de armamentos que alimentan todas las guerras en las que Washington se asoma. Ese mundo letal del que cualquier persona sensible se apresuraría a apartarse de inmediato. Pero Macri (y tampoco Temer) no lo ven así, ellos son los nuevos amanuenses y por ello les toca ser premiados incorporándolos a la Alianza del Pacífico, donde los Kerry y sus boys repartirán espejitos de colores transformados en tratados de libre comercio.
Para atizar ese fuego, el visitante se reunirá también con un centenar de empresarios "argentinos" para susurrarles en el oído las ventajas de los acuerdos bilaterales de libre comercio, y las grandes posibilidades que ofrece el mercado norteamericano para los productos locales. No le costará mucho, teniendo en cuenta el nivel de embelesamiento que provoca en nuestros ejecutivos la posibilidad de concretar negocios con sus pares de la bandera de barras y estrellas. No es lo mismo pactar compras o ventas con países empobrecidos de la región (para eso está el alicaído Mercosur, dirán a coro) que subirse a un avión y corretear por Manhattan o el Village. Toda una aventura noventista.
Pero hay algo más en esta visita inesperada, surgida de la excusa de presenciar los Juegos Olímpicos en Brasil. El Secretario de Estado quiere tratar con Macri el remanido tema del narcotráfico, sobre todo viniendo de un país que es el principal consumidor de drogas duras del mundo y que tiene a la DEA como uno de los baluartes de la comercialización. Quizás entonces, se interese por comprar algún terrenito en esa especie de santuario que es Nordelta. O a lo mejor, se les ocurre volver a insistir en operaciones macro contra los consumidores domésticos como ya han practicado varios países del continente, a manera de excusa para que los capos de los cárteles se paseen sin problemas por los aeropuertos sin que ninguna aduana les preste atención.
Además, Kerry sintonizará su chip en otro asunto de interés mútuo, ese que desde hace un par de meses el Gobierno argentino y sobre todo su Ministerio de Seguridad han trasladado al país en una operación contra natura: el terrorismo. Para ser más claros, el terrorismo del ISIS.
Si se le preguntara a cualquier ciudadano o ciudadana rioplatense, del uno al mil, en qué lugar pondría este rubro que desvela tanto a la ministra Bullrich y su equipo, para no caerse de la tabla dirían "en el lugar 999", pero en la Argentina de los globos amarillos y la "Revolución de la alegría" todo es posible. No importan los tarifazos, las decenas de miles de despidos, los ataques parapoliciales y las amenazas a sedes de organizaciones populares, como ocurriera en las últimas horas con el local de la Federación Universitaria de Buenos Aires, ni tampoco las políticas de privatizaciones encubiertas o algo tan doloroso como los miles de muertos por el "gatillo fácil". El gran problema para Macri y Kerry es el "te-rro-ris-mo". Precisamente en un país donde no hay ningún tipo de terror, ni "islámico" ni autóctono, salvo que por ese nombre se tipifiquen ciertas medidas brutales del gobierno contra la población más humilde. Sin embargo, detrás de este montaje se está preparando todo un andamiaje jurídico y represivo de gran envergadura, con el asesoramiento de varios servicios de inteligencia como el Mosad, el FBI y sus colegas colombianos. Igual que en Paraguay o que en México.
Si a esto se le suma el operativo "transformador" y de "lavado de cara" de las Fuerzas Armadas para que no sólo desfilen sino que también se preparen para acudir prestamente a solucionar los conflictos internos, queda claro que nuevamente se está bordeando la "doctrina de la seguridad nacional" en la que el ISIS sería la excusa a combatir.
Hay otro "temita" en el que Macri y Kerry sintonizan desde hace tiempo y se llama Venezuela y sus "presos políticos". Cómo se va a perder la oportunidad el Presidente de volver a la carga con que el golpista Leopoldo López está sufriendo "todo tipo de vejámenes" en las cárceles bolivarianas. Es prácticamente su leiv motiv desde que iniciara la campaña electoral que lo llevó al Gobierno y en cuanta oportunidad tiene, lo saca a relucir. Por ello, es de esperar que alentado por Kerry y cumpliendo las indicaciones de Obama, emitan alguna declaración donde el "dictador" Maduro quede "deslegitimado" por tan poco confiables personajes. Y totalmente legitimado por la voluntad popular de su pueblos y de muchos del continente que saben qué puntos calza cada uno.
Finalmente, lo único interesante de esta visita es que si Kerry no perdió el oído en el fragor de los bombardeos de sus marines en Hanoi, este jueves va a escuchar en Argentina otros ruidos poco agradables para su forma de ver las cosas. Cacerolas, silbatos y hasta algunos petardos de estruendo, le recordarán que son muchos los argentinos y argentinas que no están de acuerdo con el actual gobierno y sus prácticas capitalistas. Y cuando cruce hacia Brasil, más de lo mismo, ya que entre la llama olímpica y los fuegos de artificio que prepara el golpista Temer para recibir a sus invitados, miles de campesinos Sin Tierra, pobladores Sin Techo y trabajadoras y trabajadores rugirán en las calles una consigna en portugués pero que hasta un gringo como el enviado de Obama la va a entender: "Fora Temer, Fora Temer".
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4 agosto 2016
3-El TPP y Venezuela, telón de fondo para Kerry-Macri
No es razonable cuestionar la visita de un secretario de Estado. Pero tampoco es un semidiós. Para el gobierno de Mauricio Macri hoy, 4 de agosto, día de la visita del canciller estadounidense a Buenos Aires, es San John Kerry. Sin embargo, Kerry no es ni siquiera George Marshall, el general y secretario de Estado de la segunda posguerra que impulsó el plan ídem con el que Europa pudo iniciar su reconstrucción en 1948. Kerry no prometió el equivalente actual de aquellos 13 mil millones de dólares que inundaron Europa Occidental pero igual los funcionarios dirán que los argentinos volvimos al mundo, que nos reinsertamos y que éste el prólogo para que lluevan inversiones. Cuándo empezará la lluvia, qué gotas caerán, para qué y con qué efecto real en el empleo es otro asunto. Lo previsible, mientras esas verdades decantan, es un manojo de consecuencias inmediatas:
*El Presidente Mauricio Macri usará la visita de Kerry como un modo más de validación política. Antes ya estuvo en Buenos Aires Barack Obama y ése fue su comportamiento.
*La canciller Susana Malcorra buscará vincular la llegada de su colega norteamericano con otra visita que sucederá el lunes, la del secretario general de la ONU Ban ki-moon. Como se sabe, Malcorra es precandidata a ser la novena persona que ocupe la Secretaría General. Quedó séptima en la primera votación secreta de precandidatos. La diplomacia argentina confía en que si ya una vez tuvo el visto bueno de la Casa Blanca para ser la mano derecha del secretario general, podría revalidar el apoyo para encabezar la ONU. Ya se verá si el optimismo queda convertido en triunfo.
*Después de Buenos Aires Kerry viajará a Río para la inauguración de los Juegos Olímpicos. En esa ceremonia se codeará con quien el Partido de los Trabajadores denomina “usurpador”, el presidente interino Michel Temer, y compartirá con él la ausencia de Dilma Rousseff, suspendida y a la espera del voto en el Senado. En menos de un mes sabrá si vuelve al Planalto o será la ex presidenta de un gobierno democrático que sufrió un golpe parlamentario.
*Más allá del protocolo, el diseño de la gira de Kerry revela la alegría de los Estados Unidos por contar con un aliado en Buenos Aires y la bendición del proceso brasileño piloteado por Temer y su canciller José Serra. Ambos fueron los acompañantes más animosos del presidente paraguayo Horacio Cartes, el principal gestor de que Venezuela no logre el apoyo total de sus socios para ocupar, como le toca por orden alfabético, la presidencia pro-tempore del Mercosur luego de Uruguay. Malcorra no fue la vanguardia de esta movida pero criticó al gobierno de Tabaré Vázquez cuando, por apego a las normas, no quiso ejercer la presidencia del Mercosur ni un día más de lo que correspondía.
Kerry puede pensar que Mercosur es un vejestorio a punto de morir. El punto es si Brasil, Paraguay y la Argentina quieren matar al Mercosur y suicidarse. En todo caso no hay sustitución a mano. Ni siquiera tendrían disponible el famoso acuerdo Trans-Pacífico que los Estados Unidos quieren implementar con otros 12 países, entre ellos Japón, México, Canadá, Australia, Singapur y Vietnam, para competir con China y su área de influencia en todo el mundo. El columnista David Nakamura escribió en el Washington Post sobre la enorme resistencia dentro de los demócratas, y en especial de los trabajadores, por el miedo a perder empleos en los Estados Unidos. Eso explica que Hillary Clinton se haya opuesto al TPP en la convención de su partido. Ante las especulaciones según las cuales la candidata Hillary estaría en contra y la presidenta Hillary a favor, su jefe de campaña John Podesta fue taxativo: “Está en contra del TPP antes de las elecciones y lo estará después”. Se oponen al TPP tanto el candidato republicano Donald Trump como el derrotado precandidato demócrata Bernard Sanders. Sanders dijo en la campaña que el TPP es un acuerdo de las grandes empresas que va contra los trabajadores.
Nakamura, que no es precisamente un bolivariano, informa en su columna que además de las cuestiones comerciales el TPP incluiría ventajas para los Estados Unidos en material de propiedad intelectual para películas y productos farmacéuticos, Internet libre, normas de conservación de la vida silvestre, comercio online y formas de solución de controversias favorables a las corporaciones multinacionales. Para completar el tablero el columnista del Washington Post cita a Mike Mullen, un ex jefe de la junta de jefes de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas. Para Mullen el TPP es un modo de garantizar la seguridad nacional de los Estados Unidos en Asia. O sea que en el fondo es también un tratado militar.
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3 agosto 2016
4-Buscan dinamitar el Mercosur
El objetivo es cada vez más claro: detrás de las intenciones de los gobiernos de Paraguay y Brasil de que Venezuela no asuma la presidencia pro témpore del Mercosur hay mucho más que un posicionamiento sobre la situación interna del país caribeño. La finalidad del tándem de cancilleres Loizaga-Serra sobrepasa con creces a Maduro, más allá de efectivamente que busquen su salida durante el año en curso: el realineamiento conservador intenta además congelar el funcionamiento cotidiano de esta instancia regional que, con origen estrictamente comercial en la década del 90, se movió a un accionar político -y con conducciones posneoliberales- a raíz de la última década y media regional.
Fue muy claro sobre el tema el vicepresidente del Parlasur, Daniel Caggiani, del Movimiento de Participación Popular, espacio de José Mujica dentro del Frente Amplio, quien dijo que al no haber alteración del orden democrático en la Venezuela bolivariana cualquier otra intepretación sobre los sucesos en aquel país podía abrir paso a una “flexibilidad” en torno al funcionamiento de las democracias de la región. Caggiani hace alusión a la irregular situación en Brasil en torno al impeachment contra Dilma Rousseff, luego de que los peritos del Senado determinaran que no hay crimen de responsabilidad en torno al accionar de la mandataria suspendida. También a la reciente condena a los campesinos por los hechos de Curuguaty en Paraguay, lo que provocó que diversas organizaciones de DDHH pusieran el grito en el cielo ante lo que consideran la consumación de nuevos “presos políticos” en el país, hecho que practicamente pasó inadvertido en la prensa regional. Y, por supuesto, Caggiani también refiere en ese sentido a la arbitraria detención de su compañera de bancada por la Argentina, la dirigente social Milagro Sala, en una causa que cambia de carátula permanentemente, demostrando que la única finalidad es que siga detenida y no la búsqueda de justicia.
El objetivo de fondo para dinamitar el Mercosur es uno sólo: esta instancia es hoy la barrera principal para que Brasil y Paraguay giren hacia el Pacífico. Sin el Mercosur, o con esta instancia en agonía, será mucho más fácil justificar el abrupto giro hacia el arco de países que han firmado el Acuerdo Transpacífico (TPP). Argentina fue pionera en esta estrategia: ya se integró como observadora de la Alianza del Pacífico, llenando de elogios a esta instancia en todas las entrevistas y discursos donde esto sea posible. Los recientes viajes de Macri a Chile y Perú, y la efusiva recepción a Peña Nieto -“esta es tu casa” refirió el presidente al cuestionado mandatario esta semana en la Casa Rosada- ilustran con creces que la cancillería de Malcorra busca esa nueva orientación. Pero Argentina se topa con la misma barrera: para ingresar a la AP/TPP debería implosionar el Mercosur, bajo la figura de “flexibilizarlo”, y luego firmar al menos dos TLC para buscar ser miembro pleno.
Cuando los gobiernos de izquierda, nacional-populares y progresistas tuvieron una nítida hegemonía en la conducción de las instancias de integración fueron cuidadosos por el equilibrio de fuerzas a nivel regional. A pesar de los berrinches de cierta prensa hegemónica, estos gobiernos no abusaron de esta condición para confrontar a otros modelos: el conservador Sebastián Piñera, que organizó la cumbre de la CELAC en Chile luego de la realizada en Venezuela por Hugo Chávez y antes de la conducida por Raúl Castro en Cuba, puede dar cuenta de ello. Había una “unidad en la diversidad”, que no solo era un discurso sino que se verificaba en la práctica. Pero los recién llegados Cartes, Macri y Temer comenzaron a cambiar esas reglas. Asistimos, entonces, a una especie de “empate catastrófico” entre ambos bloques (posneoliberal y conservador) que pone en riesgo severo el funcionamiento cotidiano no sólo del Mercosur: también de Unasur y CELAC.
De acuerdo con esta perspectiva, estas nuevas administraciones van por todas las instancias que intentaron (y aún lo hacen, a pesar del pantano temporal) un ordenamiento autónomo de nuestras sociedades, sin injerencia del hegemón de turno. La búsqueda de dinamitar el Mercosur es sólo un primer paso en ese objetivo: realizar una reconfiguración conservadora no solo al interior de nuestras sociedades, sino también en torno a los procesos de unidad que América Latina y el Caribe se ha dado en los últimos quince años. El “no hay alternativa” que se aduce fronteras adentro, buscando reimplantar el neoliberalismo a gran escala, también intenta ser el mensaje en relación a la política exterior: el viraje hacia la AP/TPP sería la única opción posible ante la proliferación global de acuerdos de “libre comercio”. Se aduce no quedar afuera del mundo. Como la historia demostró -y probablemente seguirá demostrando- es un argumento falaz, que busca desterrar creativas experiencias para retornar al “status quo” de una integración monitoreada (y capitaneada) desde el norte, con asimetrías que tienen gran impacto posterior fronteras adentro, y que nos han conducido a las crisis económicas y políticas más grandes de la historia de nuestro continente.
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5-Turbulencias en el Mercosur
Por: Gisela Brito / CELAG
El conflicto con el traspaso de la presidencia tiene dos caras: por un lado, es parte de la estrategia de los sectores neoconservadores para incrementar la presión internacional contra el gobierno de Venezuela, y, por otro, tiene un carácter estructural que reflota las tensiones al interior del bloque en lo que respecta a la firma de acuerdos de libre comercio.
El traspaso de la presidencia pro tempore del Mercosur entre Uruguay y Venezuela está generando fuertes controversias políticas al interior del bloque. Según la normativa interna, “la Presidencia del Consejo se ejercerá por rotación de los Estados Partes y en orden alfabético, por períodos de seis meses”. Sin embargo, la cumbre presidencial prevista para el mes de julio –donde debía realizarse el traspaso- fue suspendida por iniciativa de Brasil y durante las últimas semanas se realizaron varias reuniones de cancilleres que no lograron apaciguar el conflicto desatado luego de que Paraguay y el gobierno interino de Michel Temer objetaran abiertamente que Venezuela ejerciera la presidencia del organismo. Por su parte, el presidente de Argentina, Mauricio Macri, presentó una propuesta para “saltar” al país caribeño y asumir la presidencia, cuestión que luego fue “suavizada” por su canciller, Susana Malcorra.
El conflicto con el traspaso de la presidencia tiene dos caras: por un lado, es parte de la estrategia de los sectores neoconservadores para incrementar la presión internacional contra el gobierno de Venezuela, y, por otro, tiene un carácter estructural que reflota las tensiones al interior del bloque en lo que respecta a la firma de acuerdos de libre comercio.
I
Ofensiva internacional contra Venezuela
El principal argumento presentado por los representantes de Paraguay y Brasil es que la situación política y económica de Venezuela le impediría a Nicolás Maduro ejercer de manera “idónea” la presidencia del Mercosur. Además aducen que dicho país aún no ha suscripto el “Protocolo de Asunción sobre compromiso con la promoción y protección de los derechos humanos del Mercosur” (2005), cuestión que ya había sido planteada en la última cumbre de Jefes de Estado, celebrada en Paraguay en diciembre de 2015. Sin embargo, la legislación interna del Mercosur no establece que la demora en suscribir un Protocolo (anterior a la incorporación de Venezuela al bloque) sea causal de impedimento para asumir la presidencia. Sin argumentación jurídica válida, los cancilleres José Serra y Eladio Loizaga – en representación de los gobiernos de Brasil y Paraguay- obstaculizan el traspaso con una campaña de difamación contra el país caribeño al que acusan de no cumplir con “estándares democráticos mínimos” para presidir el bloque. Esta campaña está en sintonía con el aumento de la presión internacional contra el gobierno de Nicolás Maduro. Resulta al menos paradójico que los voceros de los cuestionamientos a la calidad de la democracia en Venezuela sean el canciller involucrado en casos de corrupción de un gobierno interino que accedió a la presidencia luego de un controversial proceso de impeachment que aún no está resuelto, y otro canciller entre cuyos antecedentes se cuenta el haber sido funcionario de la dictadura de Stroessner, promotor de la ultraderechista Liga Anticomunista Mundial (colaboradora del Plan Cóndor) e investigado en su país por delitos de lesa humanidad. El problema es estrictamente político, y nada tiene que ver con la institucionalidad democrática.
En Venezuela, aunque le disguste a los sectores neoconservadores de la región, rige la legalidad democrática: existen mecanismos para que la oposición pueda ejercer su rol y acceder a las instituciones mediante elecciones (como sucedió en las últimas legislativas) y quienes cometen delitos contra el Estado de Derecho son debidamente juzgados, respetando garantías constitucionales. Por lo tanto, no existen motivos legales que justifiquen “saltar” el orden alfabético otorgándole la presidencia a Argentina. Pero en este juego no parecen importar los argumentos jurídicos.
El próximo 30 de julio, según confirmó el canciller uruguayo Rodolfo Nim Novoa, se llevará a cabo en Montevideo una reunión del Consejo del Mercado Común (CMC) del Mercosur (integrado por cancilleres y ministros de economía) en la que volverá a tratarse el tema del traspaso de la presidencia.
II
Tratado Mercosur-UE
Las tensiones en el Mercosur no son una novedad. El principal eje de discordia en los últimos años es la potencial firma de acuerdo comercial con la Unión Europea (UE) que en la práctica supondría para sus impulsores “volver a la normalidad” de la liberalización económica y para sus detractores, la perpetuación de las condiciones asimétricas de intercambio y del patrón de acumulación primario-exportador. El cambio de gobierno en Argentina y la situación de suspenso del gobierno de Brasil impactan fuertemente en los equilibrios internos del bloque. En la última cumbre presidencial celebrada en diciembre de 2015, a poco de asumir Mauricio Macri la presidencia de Argentina, se hicieron evidentes las divergencias entre aquellos socios que pujan por fortalecer el desarrollo económico con integración regional (Venezuela y Bolivia) y aquellos que pugnan por una vuelta al modelo fundacional de liberalización económica (Paraguay, Uruguay, Brasil). Argentina, el segundo socio en importancia estratégica, se sumó de lleno al segundo grupo al asumir el gobierno de Macri. Junto con Brasil lidera el impulso por la apertura del bloque. El principal interés del gobierno de Temer es que el Mercosur tenga vía libre para la negociación del tratado de libre comercio con la UE. Para ello, busca ganar tiempo suspendiendo el traspaso de la presidencia hasta agosto para volver a negociarlo en una posición de mayor poder una vez que su gobierno sea reconfirmado tras el resultado definitivo del juicio político que, según sus previsiones, apartará definitivamente a Rousseff de la presidencia.
La Unión Europea es uno de los principales socios comerciales del bloque sudamericano. “Las exportaciones del Mercosur a la UE en 2013 sumaron aproximadamente 60.855 millones de dólares; las importaciones de la UE al Mercosur alcanzaron los 66.887 millones de dólares. Más allá del déficit que ya muestra este intercambio para el Mercosur, si revisamos la tendencia en períodos previos, vemos que entre 1998 y 2000 el 85% de las importaciones se componían de productos metálicos, maquinarias y equipo, y productos de la industria química, mientras que las exportaciones constaban de productos agrícolas, bebidas, tabaco, productos metálicos, maquinarias y equipos y extracción de hierro”. El principal escollo en la firma del acuerdo comercial son las barreras arancelarias fuertemente proteccionistas del sector agrario que fija la UE y que no parece estar dispuesta a disminuir. No solo eso sino también hay que tener en cuenta las barreras para arancelarias (de calidad, fitosanitarias, ambientales, etc.) que son hoy en día la verdadera arma para implementar políticas proteccionistas.
Más allá de los aspavientos de los gobiernos de Argentina, Paraguay, Uruguay y Brasil respecto a que las negociaciones están más que avanzadas para sellar el acuerdo, la realidad es que en la reciente visita de Mauricio Macri a Alemania, ante el pedido público del mandatario de que Alemania interceda en la flexibilización de las condiciones por parte de Francia, la canciller Angela Merkel respondió que la resistencia no es sólo de Francia sino también de su propio país. “Nuestro ministro de Agricultura también vela por los detalles y va a ser muy complicado porque la Argentina ahí tiene sus puntos fuertes” sentenció. Y agregó además un dato clave: tras iniciarse el proceso de salida de Gran Bretaña de la UE, la Comisión Europea estableció que para que el bloque suscriba un tratado de libre comercio el mismo debe ser previamente tratado y aprobado por los parlamentos todos los países miembros, lo cual aleja aún más las posibilidades de materializar un acuerdo Mercosur-UE en el corto plazo.
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6-Senado de Brasil respalda PPT de Venezuela en el Mercosur
"En relación a los conflictos internos de Venezuela, que reconocemos son serios, no nos parece que puedan servir de motivo para esa decisión antidemocrática".
Publicado 6 agosto 2016 (Hace 1 hora 51 minutos)
A través de un comunicado, el Senado brasileño expresó su desacuerdo con la postura asumida por el Gobierno de Temer sobre la presidencia pro tempore del Mercosur.
La Comisión de Asuntos Económicos del Senado de Brasil manifestó su rechazo hacia la postura del Gobierno interino de Michel Temer, que no reconoce a Venezuela como el actual presidente pro tempore del Mercado Común del Sur (Mercosur).
El pasado viernes 29 de julio, Uruguay finalizó los seis meses de su presidencia en el bloque regional y la cedió a Venezuela, acción que fue rechazada por los presidentes de Brasil, Argentina y Paraguay.
>>Venezuela denuncia que buscan eliminar y tomar por asalto al Mercosur
En este contexto, la Comisión de Asuntos Económicos del Senado brasileño emitió un comunicado en el que aclara que tanto el Tratado de Asunción como el Protocolo de Ouro Preto establecen que la presidencia pro témpore del bloque regional sería alternada cada seis meses, por orden alfabético, entre los Estados Partes.
"La decisión del Gobierno interino brasileño contraria frontalmente los principales instrumentos jurídicos del Mercosur. Venezuela es un Estado Parte, con pleno gozo de sus prerrogativas y no está sometida a ningún tipo de sanciones en el ámbito del bloque. Las razones alegadas para el incumplimiento de la norma jurídica del Mercosur carecen de fundamento técnico. El alegato de que Venezuela no puede asumir la presidencia del bloque porque no ha conseguido cumplir con toda la normativa del Mercosur prevista en el Protocolo de Adhesión es enteramente improcedente", reza el texto.
Asimismo, se reconoce que la relación comercial con Venezuela es beneficiosa para esa nación suramericana.
"Entre 2003 y 2012, nuestras exportaciones a ese país aumentaron de apenas US$ 608 millones a US$ 5 billones. En ese período, Venezuela nos proporcionó un superávit comercial acumulado de US$ 29 billones. Exportamos hacia allá desde alimentos hasta productos manufacturados sofisticados. Venezuela también es vital para el desenvolvimiento de nuestra frontera amazónica norte y desempeña un papel fundamental en el suministro de energía eléctrica a nuestros estados de la región norte", agrega el texto.
>>Mercosur culmina reunión informal sin consenso sobre PPT
Lea el comunicado íntegro.
SENADO FEDERAL
COMISIÓN DE ASUNTOS ECONÓMICOS
Comunicado de la Presidencia de la Comisión de Asuntos Económicos (CAE) del Senado Federal sobre la Presidencia de Venezuela en Mercosur
La Presidencia de la Comisión de Asuntos Económicos del Senado Federal manifiesta su desacuerdo con la postura del gobierno interino de Brasil, que decidió no reconocer la presidencia pro témpore de Venezuela en Mercosur.
Tanto el Tratado de Asunción, instrumento fundador del bloque, como el Protocolo de Ouro Preto establecen, de forma inequívoca, que la presidencia pro témpore de Mercosur sería alternada a cada seis meses, por orden alfabético, entre los Estados Partes.
Tal regla, acordada libremente entre los miembros del bloque y aprobada por el Congreso Nacional de Brasil, es autoaplicable y automática, prescindiendo, por tanto, de cualquier decisión o convalidación adicional.
Además, la relación comercial con Venezuela en muy beneficiosa para Brasil. Entre 2003 y 2012, nuestras exportaciones a ese país aumentaron de apenas US$ 608 millones a US$ 5 billones. En ese período, Venezuela nos proporcionó un superávit comercial acumulado de US$ 29 billones. Exportamos hacia allá desde alimentos hasta productos manufacturados sofisticados. Venezuela también es vital para el desenvolvimiento de nuestra frontera amazónica norte y desempeña un papel fundamental en el suministro de energía eléctrica a nuestros estados de la Región Norte.
La decisión del gobierno interino brasileiro contraría frontalmente los principales instrumentos jurídicos del Mercosur. Venezuela es un Estado Parte, con pleno gozo de sus prerrogativas, y no está sometida a ningún tipo de sanciones, en el ámbito del bloque. Las razones alegadas para el incumplimiento de la norma jurídica del Mercosur carecen de fundamento técnico. El alegato de que Venezuela no puede asumir la presidencia del bloque, porque no ha conseguido cumplir con toda la normativa del Mercosur prevista en el Protocolo de Adhesión es enteramente improcedente. Ningún Estado Parte del Mercosur, inclusive Brasil, cumple integralmente con la normativa del bloque. Nuestro país no ratificó varios protocolos y acuerdos firmados en el contexto del bloque y, como todos los demás miembros, no aplica el Arancel Externo Común (TEC) en su amplitud.
En relación a los conflictos internos de Venezuela, que reconocemos son serios, no nos parece que puedan servir de motivo para esa decisión antidemocrática. La relación con Venezuela es estratégica para Brasil y no puede ser fragilizada por preconceptos políticos e ideológicos, los cuales no caben en una política externa responsable. Los conflictos internos de Venezuela pueden ser resueltos con diálogo y cooperación, y no con medidas autoritarias y antijurídicas, que tenderían inexorablemente a agravar los problemas ya existentes. El respeto a las reglas y a la institucionalidad democrática es siempre la mejor apuesta, tanto en Mercosur como en el ámbito interno de los Estados Partes.
Senadora Gleisi Hoffmann
Presidenta de la Comisión de Asuntos Económicos
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AVN - Cancillería de Venezuela
Por: teleSUR - EP
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