viernes, 19 de agosto de 2016

Roberto Quieto FAR Montoneros en el Bauen el 22 de agosto

NOS REUNIMOS EN

EL BAUEN HOTEL

Callao 360

Cooperativa de Trabajadores

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INAUGURAMOS

El Poster en homenaje a los Compañeros asesinados en Trelew

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INAUGURAMOS

El Poster en homenaje al Compañero Roberto Quieto

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HABLAN

JULIO CESAR URIEN
LILA PASTORIZA
FABIAN BROWN

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BAUEN HOTEL

Cooperativa de los trabajadores

 LUNES 22 DE AGOSTO 21 HS

Cena $ 220.-

 

 

 

ROBERTO QUIETO

Comandante de las FAR y MONTONEROS

Sobreviviente de Trelew

 Roberto Jorge Quieto, apodado el Negro (Buenos Aires, 30 de enero de 1938 - Argentina, 1976) fue un abogado, dirigente de la organización Montoneros, secuestrado y desaparecido el 28 de diciembre de 1975 en la localidad de Martínez (en el norte del Gran Buenos Aires) tres meses antes del golpe militar del 24 de marzo de 1976.

El Negro Quieto formaba parte junto de la Conducción Nacional de la Organización Montoneros y fue secuestrado por fuerzas de seguridad el 28 de diciembre de 1975 en la localidad de Martínez, provincia de Buenos Aires, Argentina continuando hasta la fecha en situación de detenido desaparecido.

Fue abogado, participó en acciones guerrilleras y fue fundador y líder de la organización FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias) y luego miembro de la conducción nacional de Montoneros al fusionarse con aquella.

Había sido detenido por primera vez y enviado a la cárcel de Rawson de la que se fugó junto con otros detenidos, dirigiéndose al extranjero.

Regresó luego al país y vivió en la clandestinidad hasta su secuestro definitivo.

A diferencia de otros de sus compañeros, Quieto al ser detenido por primera vez en 1971 ya tenía 33 años y una familia constituida con una esposa que no militaba y dos hijos de seis y dos años.

Quieto era apegado a ellos y también a sus hermanos y al resto de su familia.

La clandestinidad se le hizo dificultosa y conflictiva con su necesidad de compartir la vida de sus hijos y de estar cerca de sus núcleos afectivos.

Ese conflicto que lo afectaba hondamente se agravó con el relanzamiento de la lucha armada y el traslado de la Conducción Nacional a la ciudad de Córdoba.

Quieto, ya instalado en la casa de un militante y su familia en Córdoba, viajaba todos los meses a la Capital donde tenía algunas tareas a su cargo y aprovechaba para ver a sus hijos en la casa de algún amigo no militante o a veces en lugares públicos como el Parque Pereyra Iraola o la playa de Martínez donde pensaba pasar desapercibido entre los demás concurrentes. 

Lila Pastoriza opina que los problemas personales no explican por sí solos la situación anímica de Quieto y su evidente descuido en materia de seguridad.

En el debate generado en el seno de Montoneros acerca de la posibilidad del golpe de estado, Quieto proponía fortalecer la oposición civil al gobierno de María Estela de Perón y plantear el adelanto de las elecciones, o sea dar prevalencia a la actividad política y no a la acción militar que iba a favorecer la llegada del golpe.

Se dice que veía la situación con creciente pesimismo y sufría las dificultades familiares que le ocasionaba la clandestinidad y que aumentaban en la medida que la represión se hacía cada vez más eficaz e intensa.

Si bien nunca abandonó su puesto, era evidente que no encontraba salida para su situación familiar.

Estos factores personales parecen explicar la conducta descuidada de Quieto quien fue apresado en una playa con su familia..

Al mes del hecho la organización a la que pertenecía lo calificó de traidor por su falta de disciplina y sus consecuencias lo que abrió un debate dentro de Montoneros acerca de la información dada por los militantes bajo los efectos de la tortura.

Para Lila Pastoriza su historia es la de alguien de larga trayectoria política, que se dio cuenta de que se estaba equivocando y ya era tarde, pero que de ningún modo abandonaría su puesto.

Siguió como le fue posible, siendo fiel a lo suyo e intentando actuar con dignidad.

Una persona, un hombre frente a su destino y a sus obligaciones, ante sus afectos y a sus riesgos en medio de las enormes presiones y dificultades del enfrentamiento con las fuerzas armadas sirvientes locales del imperio norteamericano y la natural rigidez de las normas de la insurgencia patriota resaltan sus limites y su condición humana. 

El general Santiago Omar Riveros, jefe de Campo de Mayo en 1975, fue procesado por el secuestro y desaparición de Roberto Quieto, ocurridos en diciembre de aquel año en una playa de la localidad de Martínez.

La decisión la adoptó el juez federal de San Martín, Juan Manuel Yalj, quien también procesó al comisario Roberto Antonio Rosa, que era jefe de Inteligencia de la Superintendencia de Seguridad de la Policía Federal y comandó el operativo.

Quieto fue visto en la guarnición que comandaba Riveros como titular del Comando de Institutos Militares.

Los Compañeros de Utopías de la Agrupación Oesterheld rescatan la humanidad de Roberto Quieto en su memoria como uno de los Patriotas del pueblo y de la Patria, ya que consideran que es patriota “todo aquel que lucha -no importa de que manera ni a través de que medios-por la felicidad del Pueblo y la grandeza de la Patria contra la dictadura y el colonialismo que roba y somete a los pueblos.”

Su sobrino, Manuel Quieto líder del grupo de rock, llamado Mancha de Rolando, nos acompañará en la partida, al igual que su hijo, Guido Quieto y su mujer July de Quieto.

 




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