Dossier: Zum Tod von Fidel Castro
30.08.2017 Argentinien / Politik
Streit um Che Guevara-Denkmal in Argentinien
Liberale Stiftung will Monument aus Guevaras Geburtsstadt Rosario entfernen. Mit dabei ist die deutsche FDP-nahe "Friedrich-Naumann-Stiftung für die Freiheit"
Von
amerika21
Das Che Guevara-Denkmal in Rosario, Argentinien
QUELLE: MARTÍN HACTHOUN/PRENSA LATINA
Rosario, Argentinien. Ernesto "Che" Guevara gehört zu den weltweit bekanntesten Argentiniern. Doch in seinem Heimatland bleibt der Revolutionär, der in Kuba als Nationalheld verehrt wird, eine sehr umstrittene Persönlichkeit. Derzeit versucht eine liberale Stiftung in Guevaras Geburtsstadt Rosario, das dortige Denkmal zu Ehren des Guerilleros zu beseitigen. Anhänger Che Guevaras haben Widerstand angekündigt.
"Der Märtyrer war ein Mörder", sagt Franco López, der Vorsitzende der Stiftung "Bases", über den Mann, der anderen als idealistischer Kämpfer für eine bessere Welt gilt. López und seine Mitstreiter sammeln Unterschriften für eine Petition zur Entfernung des Denkmals. Diese soll am 9. Oktober beim Stadtparlament von Rosario eingereicht werden. Dann jährt sich der Todestag des Revolutionärs, der an der Seite Fidel Castros in Kuba triumphierte und später mit einer Guerilla in Bolivien scheiterte, zum 50. Mal.
Neben dem etwa vier Meter hohen Denkmal wollen die "Bases"- Aktivisten auch weitere Erinnerungen an Guevara in der Metropole am Paraná tilgen: Die Gedenktafel vor dessen Geburtshaus soll weg, das Wandgemälde mit Guevaras Konterfei auf der Plaza de la Cooperación ebenfalls. Aus dem touristischen Programm der Stadt möchten die Initiatoren zudem den historischen Rundgang auf Ches Spuren gestrichen sehen.
"Das mörderische Vermächtnis des Kommunismus und die Figur Guevara verdienen keine staatlichen Ehrerbietungen ideologischen Zuschnitts, finanziert aus den Steuergeldern aller Bürger", schreibt "Bases". Guevara und seine Mitstreiter hätten in Kuba mehr als 10.700 Tote zu verantworten, meint die Stiftung. Dabei geht es vor allem um Guevaras Rolle als Kommandeur der Festung "La Cabaña" in Havanna in den ersten Monaten nach dem Sieg der kubanischen Revolution 1959. Diese diente als Gefängnis ehemaliger Anhänger des Batista-Regimes und wurde Schauplatz zahlreicher Hinrichtungen. Über die Zahl der von Guevara direkt befohlenen Erschießungen gibt es indes keine genauen Angaben. Er selbst verwies später auf die Ausnahmesituation in Kuba damals: "einem Kampf auf Leben und Tod".
Die Stiftung "Bases" besteht seit 2004 in Rosario. Sie wird in ihrem aktuellen Ansinnen von der deutschen FDP-nahen "Friedrich-Naumann-Stiftung für die Freiheit" (FNF) unterstützt: "Che Guevara wird in Lateinamerika glorifiziert. Dabei werden seine Brutalität und Bemerkungen bzw. Toleranz zu Folterungen und politisch motivierten Morden verdrängt bzw. geleugnet", so Jörg Dehnert gegenüber dem Autor. Der Politikwissenschaftler, der das Büro der FNF in Buenos Aires leitet, ist freilich skeptisch, ob eine Umsetzung der Forderung auch tatsächlich erreicht werden kann.
In diesem Punkt zumindest besteht Einigkeit mit Carlos "Calica" Ferrer. Der heute 88-Jährige, der 1953 mit Che Guevara durch Lateinamerika reiste, sieht in der aktuellen Initiative keine große Gefahr für das Denkmal. "Es kommt letztlich nicht auf die Unterschriften an, sondern auf eine Entscheidung des Stadtparlaments", sagte Ferrer auf Anfrage von Amerika21. Er hat keine Sorge, dass die Abgeordneten mehrheitlich für eine Beseitigung des Denkmals stimmen könnten. Das jetzige Ansinnen der Stiftung "Bases" bezeichnete Ferrer als "einen Anschlag mehr" und erinnerte an Versuche in der Vergangenheit, das 2008 errichtete Denkmal zu schänden.
Bei der Einweihung war auch Oscar Verón anwesend. Der Kapitän steuerte das Schiff, welches das Denkmal von Buenos Aires nach Rosario transportierte. Damals entstand die Guevara-Solidaritätsgruppe "Navegando con el Che" (Schiff fahren mit Che), der Verón bis heute angehört. Im Gespräch mit dem Autor stellte er klar: "Wir werden nicht zulassen, dass ewiggestrige Pseudo-Organisationen das Denkmal für einen der weltweit meist verehrten Argentinier beschmutzen." Guevara habe sein Leben für die Sache der unterdrückten Völker geopfert. Er sei heute Vorbild für Befreiungskämpfe überall auf dem Globus, meint Verón. Der Kapitän und Gleichgesinnte haben Maßnahmen gegen die Initiative von "Bases" eingeleitet. Sie sammeln nun ihrerseits Unterschriften - in diesem Falle für den Erhalt des Denkmals. Auch diese sollen den Stadtvätern von Rosario übergeben werden.
De: Marcus Christoph [mailto:MarcusChristoph@gmx.de]
hola toto,
te mando el enlace a mi artículo:
si es posible mandame una foto de tania como joven en buenos aires. lo agradecería.
un abrazo, marcus
De: Froilan Gonzalez [mailto:froilan@cubarte.cult.cu]
Enviado el: sábado, 02 de septiembre de 2017 01:30 p.m.
Para: Eladio Gonzalez Toto
Asunto: Fw: EL CHE EN BOLIVIA.
Presencia guerrillera en Alto Seco.
Por Froilán González y Adys Cupull.
Se cumplirán 50 años cuando el día 21 de septiembre de 1967, los guerrilleros se encontraron con unos arrieros que les indicaron el camino y la distancia hasta el caserío de Alto Seco, lugar a donde llegaron al amanecer del 22. El Che lo describió como un villorrio de 50 casas, situado a 1 900 metros de altitud y que los habitantes los recibieron con una bien sazonada mezcla de miedo y curiosidad.
Inti Peredo escribió: "El 22 de septiembre llegamos a Alto Seco, un villorrio de unas 50 casas modestas con pésimas condiciones de higiene. Sin embargo, el pueblito tiene cierta importancia. En el centro hay una plazuela, una iglesia y una escuela; también tiene un camino de tierra por el cual pueden llegar algunos vehículos motorizados. Inmediatamente supimos que el corregidor había acudido presuroso a Vallegrande, a dar cuenta al ejército de nuestra presencia.
" La reacción de la población fue interesante. Los habitantes no se retiraron del lugar. Lentamente se fueron acercando a nosotros, con gran desconfianza. Su temor (...) no era a los guerrilleros propiamente sino, a la perspectiva de que se combatiera en el pueblo o las represalias que pudiera tomar el ejército contra sus habitantes.
" Es preciso destacar que por primera vez se realizó un mitin en el local de la escuela, a la que acudieron asombrados campesinos que guardaron silencio y escucharon con atención. El primero en hablar fui yo. Expliqué cuáles eran nuestros objetivos, les recalqué sus duras condiciones de vida, el significado de nuestra lucha, y su importancia para el pueblo, ya que de nuestro triunfo dependía que la suerte de ellos cambiara positivamente. Por primera vez habló también a los habitantes del lugar Che, aunque nadie lo reconoció. Che explicó el abandono en que permanecía el pueblo, la explotación de que eran víctimas los campesinos del lugar y dio varios ejemplos. Entre ellos destacó que Alto Seco solo tenía un pozo anti-higiénico para abastecer de agua a los vecinos. 'Acuérdense —les dijo— que después de nuestro paso por aquí recién se acordarán las autoridades de que ustedes existen. Entonces le ofrecerán construir algún policlínico, o mejorar algunos aspectos. Pero ese ofrecimiento se deberá única y exclusivamente a la presencia nuestra en esta zona y si algunas obras realizan, ustedes sentirán, aunque indirectamente, el efecto beneficioso de nuestra guerrilla.'
" Este fue el único mitin que realizamos en toda la guerra; nuestra propaganda en el campo la dieron nuestros exitosos combates; el trato permanente entre guerrilleros y campesinos hace el resto."
A casi 20 años de este acontecimiento, partimos desde Vallegrande a las siete de la mañana para aquel villorrio. Llegamos a una pampa pelada, conocida como el Cruce porque allí convergen los caminos a Vallegrande, Pucará - La Higuera y Alto Seco.
Era día de feria y los campesinos con sus atuendos típicos y sus productos se concentraban. Desde Vallegrande llegó una camioneta con vendedores de ropas y otros productos variados.
Era una feria de colores y silenciosa, todos sentados en el suelo junto a sus mercancías, entre las que se encontraban vacas, terneros, cabras, burros, gallinas y otras aves de corral, pacas de lana, mantas, vasijas de barro y escasos productos del agro. A un costado unas carpas, debajo de las cuales fogones de piedras, donde preparaban alimentos. Seguían llegando personas por las tres rutas que dan nombre al Cruce. Hacía frío, el lugar es muy alto, húmedo y con niebla.
El sol iba despejando poco a poco el día, hasta que comenzamos a divisar los alrededores, la vista se iba perdiendo en la distancia, serranías peladas de Chuquisaca, nubes jugando con las montañas de abajo; a la derecha, el camino que bajando y serpenteando conduce a Pucará y La Higuera, y a la izquierda sube por la misma pampa pelada con una especie de yerba o musgo fino y raquítico, que ha crecido poco, pero lo suficiente para cubrir el camino, casi perdido por el poco tránsito.
Nos alejamos del Cruce con su feria, que seguía silenciosa a pesar de que continuaban llegando personas. Por la pampa ascendimos a una loma de piedras que hacía surgir las dudas constantes de si íbamos para Alto Seco o rumbo al cielo. Nadie vivía por estos lugares, seguimos sin orientación, solo la firmeza del guía que repetía que íbamos bien. Al llegar a la cima todo cambió, allá abajo las montañas verdes, algunas cubiertas de nubes.
Comenzamos el descenso por un camino irregular y estrecho, con peligrosos abismos a ambos lados, desprotegidos de vegetación, pero poco a poco comenzaron a aparecer los primeros arbustos flaquitos, y escasos, con pocas hojas, a medida que avanzábamos se iban haciendo más fuertes, llenándose de hojas grises primero y verdes después, hasta que llegamos a la selva tupida. Cada cierto tramo las lluvias habían cavado zanjas y grietas profundas que debíamos rellenar para que el jeep pudiera continuar.
Cuando creíamos que habíamos vencido el camino, próximo a Jaboncillo, el único poblado antes de Alto Seco, un derrumbe lo había bloqueado, lo despejamos y al mediodía pudimos llegar al caserío.
Seguía siendo el mismo villorrio triste y pobre que se encontraron los guerrilleros aquel 22 de septiembre de 1967. Las calles polvorientas, la plaza abandonada, el subdesarrollo y la miseria a cada paso, la tristeza y desesperanza reflejadas en cada casa, la curiosidad manifestada en cada rostro.
No fue difícil imaginar la llegada del Che y sus compañeros por aquella callejuela. Algunos niños nos guiaron, ellos sabían dónde quedaba cada cosa y cada sitio en que había estado el Guerrillero Heroico, donde estaba la escuela construida después de 1967.
Cuando en 1984 llegamos a esa población muchos de los antiguos pobladores se habían marchado. Un anciano, enérgico en su voz, juez agrario inactivo, accedió a explicarnos que cuando llegaron los guerrilleros, los perros ladraron furiosamente, pero al ver que no les tenían miedo se refugiaron en sus casas y no ladraron más y los guerrilleros se interesaron por la presencia de los militares, los caminos, las aguadas y las personas.
Que los guerrilleros fueron a la casa de la maestra Justa Pérez y su esposo Jesús Villarroel, que ahora viven en Vallegrande, después a la casa de Irineo Cortez. Relató que por la noche fue el mitin, donde habló Inti Peredo en la escuela de Justa Pérez:
"El Che dijo: "Estamos luchando por los campesinos, por los mineros, por los trabajadores que ganan poco. Ustedes no tienen agua, no tienen luz, no tienen teléfono porque no funciona, están abandonados y olvidados como todos los bolivianos". Habló de la masacre de las minas y dijo que, "si un campesino o un minero pedía pan, les metían balas los militares".
"…Siempre recordamos que Che dijo: Mañana vendrán los militares y sabrán que ustedes existen y cómo viven. Van a construir una escuela y una posta sanitaria, van a mejorar el camino a Vallegrande, harán que funcione el teléfono, le buscarán agua.
"El Che decía verdad, construyeron la escuela y la posta sanitaria y el teléfono se arregló. Pero ahora todo ha vuelto a ser peor, el teléfono no funciona, la posta sanitaria no tiene médico, ni medicinas y el camino está arruinado.
"Deseamos que vuelva el Che Guevara para que las autoridades se vuelvan a acordar de que Alto Seco existe. Después Inti Peredo dijo: "Todos a dormir"".
Narró que al amanecer ya no estaban, se fueron con Teodoro Vidal, que los guió hasta un naranjal, en el camino a Santa Elena…
Cuando salimos de Alto Seco, teníamos el firme propósito de encontrar al director de la escuela, Walter Romero, y a la maestra Justa Pérez. Ellos fueron entrevistados y sus testimonios publicados en nuestro libro "De Ñacahuasú a La Higuera"