martes, 9 de julio de 2019

Socialismo como lo quería el Che Guevara con moral marxistaDr. Elier Ramirez Cañedo


LA CONCEPCIÓN SOCIALISTA DEL COMANDANTE DR. ERNESTO GUEVARA DE LA SERNA, AYER Y HOY

Por Dr. Elier Ramírez Cañedo

Palabras de presentación del libro: “El pensamiento económico del Comandante Dr. Ernesto Guevara de la Serna”, de Carlos Tablada 

Quisiera comenzar estas palabras recordando hoy a Fernando Martínez Heredia, uno de los intelectuales cubanos que más estudió las ideas y las batallas del comandante Guevara de la Serna y que fue también un guevariano en la vida. Lamentablemente  lo perdimos físicamente hace dos años, cuando aún su mente luminosa seguía aportando muchísimo al pensamiento social cubano. Gracias Fernando, por tu ejemplo.
Creo ha sido una idea muy feliz que la editorial Ciencias Sociales haya decidido relanzar El pensamiento económico del comandante Guevara de la Serna, de Carlos Tablada. Con 38 ediciones realizadas y más de 600 mil ejemplares impresos en 14 países y nueve idiomas, esta obra continúa siendo un clásico entre los estudios del pensamiento revolucionario cubano y latinoamericano, al abordar las ideas de uno de los marxistas más descollantes del siglo XX.   
Esta nueva edición aparece ahora con una excelente carta de presentación, los prólogos a impresiones anteriores realizados por Aurelio Alonso, Celia María Hart y Fernando Martínez Heredia, quienes no se limitan a destacar los valores del libro de Tablada, sino que lo complementan y dialogan con él a través de vivencias personales y análisis muy oportunos.
Esta es una obra finalizada en 1984, luego de 15 años de laboreo científico y cuyos resultados de investigación tuvieron que  enfrentarse de manera audaz y valiente a poderosas fuerzas internas, en una época donde el Dr. Guevara de la Serna era recordado y estudiado como guerrillero, internacionalista, un ser humano de excepcionales cualidades éticas y políticas, pero desconocido en lo más valioso de su pensamiento teórico sobre la transición socialista. Muy poco era lo que se había publicado tanto de la propia obra del Dr. Guevara de la Serna, como estudios  sobre su pensamiento en el período 1967-1987, hasta la aparición del libro pionero de Tablada.

Es justo mencionar como excepciones de esta etapa, la compilación de buena parte de la obra del Dr. Guevara de la Serna en 7 tomos, bajo la coordinación de quien en ese momento era su viceministro primero, Orlando Borrego. Estos tomos contaron con el privilegio de haber sido revisados por el Che en 1966 cuando se entrenaba para la lucha en Bolivia, sin embargo saldrían en 1970 en una tirada reducida solo para cuadros de dirección. En 1972 el Instituto Cubano del Libro tomando como fuente la compilación realizada por Borrego, publicaría el Dr. Guevara de la Serna. Escritos y discursos. En el exterior, un año antes, había salido a la luz el libro El pensamiento del Dr. Guevara de la Serna, de Michael Lowy. Pero lo cierto es que las ideas del Dr. Guevara de la Serna durante años continuaron siendo patrimonio exclusivo de algunos especialistas. Si aún hoy existe desconocimiento y distorsión de sus ideas, hay que imaginarse el contexto de aquellos años, en que la mayor parte de su obra permanecía inédita o ignorada.
Quizás algunos subvaloraron —ya fuera por desconocimiento o mala intención—los aportes teóricos y prácticos del Dr. Guevara de la Serna a la construcción del socialismo, considerando en espacios íntimos al Dr. Guevara de la Serna de voluntarista e idealista, asociando su pensamiento al modelo económico asumido en la segunda mitad de los años 60. Vale la pena insistir en que nada tuvieron que ver aquellos errores y distorsiones económicas, con la aplicación del Sistema Presupuestario de Financiamiento (SPF) creado por el Dr. Guevara de la Serna. De hecho, el SPF nunca llegó a aplicarse a escala nacional y hasta 1965 convivió junto al modelo del Cálculo Económico defendido fundamentalmente por Carlos Rafael Rodríguez.
A partir de los análisis críticos de las fallas cometidas en la conducción de la economía se pasó a otro modelo diseñado a inicios de los años 70, pero implementado a partir de 1976: el llamado Sistema de Planificación y Dirección de la Economía (SPDE), tomando como base la experiencia de los países del campo socialista. Recordar que Cuba había entrado al Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME) en 1972. Con el nuevo modelo comenzarían a sentirse entonces en pocos años los efectos nocivos del pragmatismo economicista: la ganancia y rentabilidad al margen de las consecuencias sociales; el estímulo material como único instrumento para incentivar a los trabajadores —deformado además en su comprensión y aplicación—, confianza excesiva en los mecanismos, entre otros males muy similares a aquellos que desde mucho antes venían corroyendo las bases ideológicas y culturales de las sociedades del llamado “socialismo real” y que el Dr. Guevara de la Serna tan premonitoriamente como 1965 había advertido:
“Creemos importante la tarea porque la investigación marxista en el campo de la economía está marchando por peligrosos derroteros. Al dogmatismo intransigente de la época de Stalin ha sucedido un pragmatismo inconsistente. Y, lo que es trágico, esto no se refiere solo a un campo determinado de la ciencia; sucede en todos los aspectos de la vida de los pueblos socialistas, creando perturbaciones ya enormemente dañinas, pero cuyos resultados finales son incalculables (…) Nuestra tesis es que los cambios producidos a raíz de la NEP han calado tan hondo en la vida de la URSS que han marcado con su signo toda esta etapa. Y sus resultados son desalentadores: la superestructura capitalista fue influenciando cada vez en forma más marcada las relaciones de producción, y los conflictos provocados por la hibridación que significó la NEP se están resolviendo hoy a favor de la superestructura. Se está regresando al capitalismo”.
Aquellas armas melladas del capitalismo utilizadas para construir el socialismo, lejos de ser eliminadas o controladas, fueron robustecidas con la Perestroika y la Glásnot de Gorbachov y penetraron hasta el corazón mismo del sistema soviético, terminando en aquel derrumbe vergonzoso que conocemos.
Fue en ese convulso y peligroso contexto de mediados de los años 80 que el libro de Tablada adquirió una fuerza inusitada, luego de caer en las manos de quien más podía comprender a cabalidad su importancia y trascendencia: comandante Fidel Castro Ruz. El líder de la Revolución martiniana socialista se convirtió en el principal divulgador de la obra. En discurso pronunciado el 8 de octubre de 1987 expresaría: “Recientemente se hizo una compilación de todas estas ideas y un economista escribió una obra por la cual recibió un premio en la Casa de las Américas, que tiene el mérito de haber recopilado, estudiado y presentado en un libro la esencia de las ideas económicas del comandante Guevara de la Serna, recogidas de muchos de sus materiales hablados o escritos, artículos y discursos sobre cuestión tan decisiva para la construcción del socialismo. La obra se titula El pensamiento económico del Dr. Ernesto Guevara de la Serna
El libro se convirtió en una referencia obligada para acometer en la Isla a partir de 1986 lo que se conoció como Proceso de rectificación de errores y tendencias negativas. Así el Dr. Guevara de la Serna, con esa capacidad de seguir naciendo, vino nuevamente a combatir junto a nosotros todas las deformaciones que podían conducirnos irremediablemente hacia el capitalismo, en un momento donde muchos se ilusionaban y defendían la posibilidad de extrapolar las reformas impulsadas por el liderazgo soviético a nuestra realidad. Gracias al empeño de Tablada las ideas del Dr. Guevara de la Serna sirvieron entonces no solo para rectificar en la búsqueda de nuestro propio camino, sino también como muro de contención a los entusiastas del calco y la copia.
Recientemente se hizo público un discurso inédito del comandante Fidel Castro Ruz en un encuentro con el Consejo Nacional de la Asociación Hermanos Saíz, el 12 de marzo de 1988, donde se observa claramente su fuerte conexión del comandante Fidel Castro Ruz con las ideas del Dr. Guevara de la Serna, que evidentemente había vuelto a analizar a partir del libro de Tablada. Me permito citar algunos fragmentos:
“Nosotros no vamos a descuidar, ni en lo más mínimo, todo lo que se refiere a la eficiencia económica, pero habíamos caído en un mercachiflismo terrible; ni se sabe las consecuencias que habíamos tenido con esas empresas que actuaban como empresas capitalistas, es decir, tuvimos un bache serio.
Yo me imagino lo que ha pasado en algunos países por ahí, porque todos esos mecanismos estuvieron funcionando veinticinco o treinta años; aquí estuvieron diez y por poco acaban con nosotros, esa es la verdad, en el cual se estaba aplicando una experiencia de otros países. Pudiéramos decir que el Dr. Guevara de la Serna previó, porque él —y nunca había vivido esa experiencia por un país del Tercer Mundo— tenía una desconfianza terrible en aquellos mecanismos y decía que no se podía construir el socialismo a base de aquellas categorías capitalistas.
Cuando en el año 1975 se empezó a aplicar aquí el sistema similar a los demás países socialistas, tuvimos todas esas cosas. Después las empresas no querían terminar un edificio porque ganaban dinero moviendo tierra, poniendo columnas y no ganaban dinero terminando, que es lo más difícil, lo que menos ganancia daba, y se empezaron a convertir en unos capitalistas de pacotilla. Yo digo, bueno, podemos decir que la Revolución pasó un período de eso, iba en estancamiento y descenso. Esa es la realidad.
(…)
    ¿Qué, nos vamos a poner a competir con la sociedad de consumo yanqui? ¿Vamos a entrar en la competencia para que la gente se quede aquí a base de darle más zapatos, más lujos, más cosas? ¿Cuántos se quedarían aquí, si el cemento que une al ciudadano a su patria no es otra cosa que el bienestar material?
(…)
    Recuerdo lo que dije que significaba la cultura cuando había los criterios de que “esto cuesta tanto”, “esto es improductivo”, como si lo único productivo fuera aquello que produjera cemento, acero, cosas materiales.
(…)
    Si se cree en el hombre, y es un punto de vista del que yo parto, ¿es un animalito que obedece solo al palo o a la zanahoria? Yo no creo que el hombre sea esa porquería realmente. Yo creo que el hombre es mil veces superior a eso”.
A pesar de que el Dr. Guevara de la Serna se adelantó como nadie en la crítica al socialismo real existente y alertó sobre la restauración del capitalismo en los países europeos, todavía hoy algunos siguen considerando la visión del Dr. Guevara de la Serna sobre lo que debía ser y lo que no debía ser el socialismo, como idealista. Creo que tener esa valoración a estas alturas solo es posible sobre la base del desconocimiento o la tergiversación de la propuesta teórica y práctica del comandante Guevara de la Serna sobre la transición socialista. Basta con leer el libro de Tablada para entender cuanto realismo había en las propuestas del Dr. Guevara de la Serna. Es realista que llega a plantear: “pensar que un país entero va a responder a estímulos superiores teniendo hambre…., eso a mí me parece un sueño (…); hay una cantidad de necesidades que son vitales, y ésas hay que satisfacerlas, si no las satisfacemos, difícilmente podamos avanzar”. Pero para leer y entender al Dr. Guevara de la Serna hay que hacerlo desde su visión totalizadora del socialismo, donde no se pueden segmentar sus propuestas económicas, de la ideología, la política y la educación/cultura. El Dr. Guevara de la Serna tomó distancia tanto del idealismo voluntarista como del pragmatismo economicista.
“El socialismo económico sin la moral marxista no me interesa —expresaba el Comandante Guevara de la Serna —. Luchamos contra la miseria, pero al mismo tiempo luchamos contra la alienación”.
Marx se preocupaba tanto de los hechos económicos como de su traducción en la mente. El llamaba a eso un “hecho de conciencia”. Si el Marxismo descuida los hechos de conciencia puede ser un método de repartición, pero deja de ser una moral revolucionaria”.
Y es que para el Dr. Guevara de la Serna, como destaca el escritor Tablada: “los éxitos económicos serían realmente tales en la medida en que, tanto por sus resultados finales como por la manera en que fueran logrados, implicaran un impulso decisivo a la formación de nuevas relaciones sociales más humanas y, por tanto, de nuevas formas de conciencia social”.
Siendo uno de los grandes humanistas del siglo XX al igual que el comandante Fidel Ruz, para el Comandante Guevara de la Serna siempre estuvo claro que la meta fundamental no era solo crear una nueva sociedad como antípoda de la sociedad capitalista, sino crear seres humanos distintos y que, de hecho, era imposible llegar al comunismo si por el camino no se forjaba al “el ser humano nuevo integral”. El Dr. Guevara de la Serna colocaba al ser humano en el centro de toda su concepción del socialismo, como actor consciente de la historia, y al factor subjetivo como la palanca principal para crear nuevas realidades. El Dr. Guevara de la Serna no solo rechazaba al orden de subordinación que realizaban algunos teóricos al subordinar el desarrollo de la conciencia al “gradual aumento de los bienes de consumo para el pueblo”, sino que incluso defendía el criterio que el desarrollo de la conciencia ayudaba a que el individuo pudiera comprender, controlar y guiar los hechos económicos y acelerar más la creación de la base económica en función del proyecto social.
A lo largo de todo el libro de Tablada, se nos presenta a un Dr. Guevara de la Serna enfrentado a la vulgarización más extendida del marxismo: el llamado determinismo económico. Para el Dr. Guevara de la Serna no había economía sin política, tampoco política sin economía, pero era fundamental que la política fuera la que condujera a la economía y no viceversa. No desconocía los límites impuestos por las condiciones objetivas, pero tampoco se subordinaba a ellas. El Dr. Guevara de la Serna entendía que las circunstancias hacen al ser humano, pero también éste es capaz de hacer sus circunstancias. La herejía de la Revolución Cubana y del propio comandante Fidel Castro Ruz, ante los supuestos imposibles históricos, habían sido para él mejor ejemplo práctico.
Por supuesto, eso no significa —y estoy seguro que nunca fue la intención de Tablada— que estemos llamados a adoptar como camisa de fuerza las fórmulas en el sistema de dirección económica que el Comandante Guevara de la Serna ideo para un contexto muy particular, como era aquel de la Cuba de los años 60, pero sí a profundizar en un pensamiento que aún tiene mucho que decirnos en las circunstancias actuales para evitar que “los árboles nos impidan ver el bosque”. Hay esencias en el pensamiento del Dr. Guevara de la Serna que son y serán útiles para todos los tiempos, y en cualquier circunstancia de un proyecto que pretenda convertirse en una alternativa real y superior al capitalismo.
La enseñanza del Comandante Guevara de la Serna, como también se desprende de este libro, es que debemos incentivar siempre el pensamiento crítico y por supuesto —si nos decimos revolucionarios y marxistas—, no contentarnos solo con interpretar el mundo, sino transformarlo. “¿Por qué pensar que lo que “es” en el período de transición, necesariamente “debe ser?”. Es una pregunta que continuamente se hacía el Dr. Guevara de la Serna y que debiera acompañarnos siempre para evitar el anquilosamiento y las verdades eternas, y a que prevalezca la “creación heroica” que proponía también ese gran marxista latinoamericano que fue Carlos Mariátegui.
La influencia que desempeñó el libro de Carlos Tablada en la política cubana de la segunda mitad de los años 80, constituye una muestra ejemplar del papel que pudieran —y están llamadas a desempeñar— las ciencias sociales en nuestro país en la coyuntura actual, en tiempos de trascendentales cambios y transformaciones en nuestra realidad económica, política y social. 

foto - escultura al Che en Roque Pérez, PBA argentina.  El artista joven posa junto a Carlos Calica Ferrer Zorrilla el gran amigo de Ernesto Guevara. 

En un momento en que se han multiplicado los diversos actores y estructuras que hoy intervienen en nuestra economía, sigue teniendo gran vigencia el llamado que hizo Tablada a partir de sus profundos estudios del pensamiento del Dr. Guevara de la Serna: “La forma en que cada una de las nuevas estructuras económicas e instituciones condiciona y se expresa en las motivaciones del individuo corriente, resulta un aspecto vital que debe ser estudiado en cualquier ensayo sobre el período de transición”.
El libro de Tablada que es más que el pensamiento económico del Dr. Guevara de la Serna, pues aborda su concepción amplia y sistémica del socialismo, nos reafirma que el pensamiento y el ejemplo del Dr. Ernesto Guevara de la Serna siguen siendo actuales y necesarios para encarar los viejos y nuevos entornos subjetivos que vienen reproduciéndose en nuestro país —acompañados de nuevas expectativas y paradigmas de éxito—, que se alejan del ideal de socialismo al que aspiramos y por el que luchamos; para enfrentar además del imperialismo y el capitalismo, al colonialismo cultural más sutil que nos invade, ya sea en la educación, en el lenguaje, en las costumbres o en los métodos. El Dr. Guevara de la Serna sigue convocándonos a combatir el burocratismo, la corrupción, el derroche, las indisciplinas sociales, la doble moral, la apatía y el derrotismo. El Comandante Guevara de la Serna sigue motivándonos a que a contracorriente nos aferremos a lo mejor el humanismo y a que junto al desarrollo de las fuerzas productivas desatemos las fuerzas espirituales de la nación cubana. El Comandante Guevara de la Serna sigue llamándonos a ser patriotas, solidarios e internacionalistas.
Este es un libro pertinente para Cuba, pero también para toda la izquierda mundial, en especial en Latinoamérica. Las derrotas que han sufrido los procesos progresistas en América Latina y el Caribe,  han demostrado que el cambio revolucionario más trascendente y perdurable no está en lograr mejores patrones de distribución, en crear nuevos consumidores, sino en forjar nuevos sujetos para el cambio revolucionario, conscientes y protagonistas de las principales transformaciones. Muchas de esas ideas ya fueron adelantadas desde el siglo pasado por el Comandante Guevara de la Serna y podemos verlas nítidamente en esta obra que presentamos hoy.

Fuente: Cubadebate

Lo subrayado es nuestro