lunes, 7 de mayo de 2007

Los niños vienen, porque nosotros no vamos a ellos

Domingo, 06 de Mayo de 2007
ARRANCA MAÑANA LA MARCHA DE LOS CHICOS DEL PUEBLO
“Con ternura venceremos”
Unos 400 niños y adolescentes partirán desde Misiones y recorrerán cinco provincias, hasta llegar a la Plaza de Mayo. Reclaman que no haya “ni un pibe menos” por la pobreza.
Por Adrián Figueroa Díaz
“Con ternura venceremos”, dicen los Chicos del Pueblo. Esas palabras, escritas en una bandera multicolor, volverán a resonar en la cuarta marcha nacional que el movimiento integrado por más de 300 organizaciones sociales de toda la Argentina comenzará mañana en Puerto Iguazú, Misiones.
Durante doce días recorrerán 4600 kilómetros de paisajes y realidades hasta llegar a Plaza de Mayo. Marcharán por cinco provincias para denunciar que “El hambre es un crimen” y exigir que no haya “ni un pibe menos” a causa de la pobreza. Serán alrededor de 400 y estarán acompañados por los educadores populares que día a día construyen con ellos una realidad distintas en los barrios más inhóspitos “de un país hecho de pan” en el que “la mitad de los niños menores de 18 años son pobres”.
“El hambre avanza sobre nuestros pequeños que titilan en algún rincón del desamparo. El país se desangra en niños”, denuncia el texto que el Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo publicó para esta nueva convocatoria y que está firmado por su coordinador, Alberto Morlachetti.
Uno de los ejemplos de esta realidad se vive en Corrientes, donde “el 44,9 por ciento de la población infantil está desnutrida”, según el reciente estudio Desnutrición y patologías permanentes, de la Universidad del Nordeste (ver aparte). Denuncias como éstas se dieron a conocer desde la primera marcha del movimiento, en 2001, cuando desde La Quiaca, Jujuy, hasta Buenos Aires, los chicos comenzaron a caminar “para atravesar la conciencia nacional”, de la mano del recordado cura Carlos Cajade.
La segunda fue en 2002 y salió desde donde partirá la próxima, Misiones. Por entonces, los pibes revelaron que el 80 por ciento de los chicos está por debajo de la línea de pobreza. Y la tercera fue en 2005, cuando caminaron desde Tucumán hasta Buenos Aires.
Ninguno marcha sin saber por qué. “Vamos por los derechos de todos los chicos”, dice “Lin” (de “lindo”), que se llama Damián Vega. “Y los derechos son tener una casa digna, zapatillas, heladera, baño, colchones y todo eso que hace falta para vivir bien”, completa Tamara Valenzuela. Los dos tienen 11 años y son miembros de Chicos del Sur, una organización de Fiorito, Lomas de Zamora.
Sentados en ronda, en el patio-canchita de tierra, le explicaron a Página/12 por qué la consigna es “El hambre es un crimen”.
“Porque está planificado”, comienza Gonzalo, el más grandecito. Pero el que grafica es Nahuel Vélez: “Porque los de arriba se llevan todo y no reparten. Algunos empresarios cobran dos mil y algo, y los que trabajan en changuitas ganan ciento y algo. Y eso no puede ser”, argumenta con el rostro más serio de sus candorosos 11 años.
“Claaaro –aporta Tatiana Stiessel, de 10–, el que trabaja mucho gana poco, y el que trabaja poco gana mucho. Al menos en el barrio es así.”
Las respuestas son fruto de sus propias vivencias y de las que día a día comparten con Estela Rojas y Mario Espínola, que están al frente de los quince educadores populares que preparan el almuerzo de esos pibes, además de enseñarles a leer y escribir, a bailar, jugar y construir entre todos una realidad diferente.
Esas experiencias cotidianas serán compartidas en la convivencia de la marcha con chicos de varios puntos del país. Un pedacito de esa experiencia suele reflejarse en el texto que –como todos los años– surge luego de varias reuniones, discusiones y consensos, y que al final se lee en Plaza de Mayo.
A esas reflexiones las acompañarán las propuestas. Básicamente, la creación de un seguro universal por cada chico menor de 18 años, para todos los trabajadores, independientemente de su condición laboral, una bandera que desde hace varios años levanta la CTA, de la que es parte el Movimiento de los Chicos del Pueblo, y cuyos dirigentes estarán durante todo el recorrido.
De hecho, los pibes saben también que el reclamo no sólo es por ellos. “También vamos a pedir por los adultos, para que tengan un trabajo digno así vivimos mejor”, aclara Tatiana.
“Ah, también marchamos para que a los chicos no los agarre la desnutrición”, sorprende Cristian, de 12, el más calladito de todos.
–¿Y conocen algunos casos?
–Yo sí –se apresura Tamara levantando la mano–, conozco uno en el pasillo donde vive mi tía; el chico es así (encoge los hombros), todo flaquiiito.
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Sociedad (7 )| Domingo, 06 de Mayo de 2007
ALBERTO MORLACHETTI
“Unir esos pedacitos”
Por Adrián Figueroa Díaz
“No puede haber hambre en el corazón del trigo.” En diálogo con Página/12, Alberto Morlachetti, el coordinador nacional del Movimiento de los Chicos del Pueblo, puso en tela de juicio las cifras oficiales que dan cuenta de la pobreza y acusó al actual modelo económico de ser el que “extingue la vida humana”. Nota madre:
“Con ternura venceremos”
–¿Por qué los chicos vuelven a marchar?
–Desde hace 19 años luchamos por la vida y disputamos en el imaginario que hay que proteger a los niños, no protegerse de ellos. Esta nueva marcha intenta unir esos pedacitos rotos de sueño para construir un país para todos. Porque no puede haber hambre en el corazón del trigo. Sostenemos que un país que no tiene proyecto específico para su infancia es, en sentido estricto, un país sin proyecto.
–¿Cree que las marchas anteriores movilizaron la conciencia colectiva?
–Podemos decir que en el inicio de esta cuarta marcha, la consigna “El hambre es un crimen” habita el alma de la mayoría de nuestra gente. De allí la adhesión de las organizaciones y el vuelco masivo de una parte de las poblaciones, cuando la marcha pasa por las distintas ciudades. No hay verdad más armada que la pura inocencia.
–Los datos oficiales indican una sensible mejora en la economía. ¿Cómo se entienden esos números con las cifras de las que se hace eco el Movimiento?
–Es obvio que nuestras mediciones no coinciden con las oficiales, pues devienen de nuestras organizaciones que trabajan cotidianamente con esa gran masa de población excluida y no de funcionarios que intentan ocultar una realidad que se muestra desnuda en las calles. En ese sentido, lo sucedido este año en el Indec no deja muchas dudas al respecto.
–Aun así, las estadísticas indican una baja en la mortalidad infantil, que actualmente es del 12 por mil.
–País feliz desde las estadísticas y sombrío desde la pura vida. Una investigación del Instituto Regional de Medicina de la Universidad del Nordeste denuncia que el 45 por ciento de los niños de la ciudad capital de Corrientes son desnutridos. La Asociación de Médicos de Formosa indica que la mortalidad infantil en la provincia es del 30 por mil. Si se hicieran mediciones serias, ¿cuánto sería la de Florencio Varela o José C. Paz? ¿Qué nombre le ponemos al horror?
–¿Cree que puede haber un cambio en materia política y económica?
–Las medidas gubernamentales en ese sentido han sido elocuentes: el pago de una deuda externa contraída con el genocidio, la prórroga de concesiones a las empresas privatizadas de áreas estratégicas para el desarrollo, el modelo agroexportador y la desigual distribución de la riqueza.
–Las autoridades nacionales reconocen que los índices de pobreza aún son altos. ¿Cuáles son las definiciones que habría que tomar al respecto?
–Los índices de pobreza son altos no por voluntad divina, sino porque se mantiene el modelo neoliberal que extingue la vida humana.
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Sociedad (7 )| Domingo, 06 de Mayo de 2007
El recorrido
Del 7 al 18 de mayo, los Chicos del Pueblo recorrerán 4600 kilómetros de la Mesopotamia argentina. Los días y lugares donde marcharán: Nota madre:
“Con ternura venceremos”
- Lunes 7 de mayo: Puerto Iguazú y Eldorado, Misiones
- Martes 8: Posadas, Misiones
- Miércoles 9: Corrientes Capital y Resistencia, Chaco
- Jueves 10: Formosa
- Viernes 11: Reconquista, Santa Fe
- Lunes 14: Santa Fe
- Martes 15: Rosario, Santa Fe
- Miércoles 16: Zárate-Campana, Buenos Aires.
- Jueves 17: José C. Paz, Buenos Aires
- Viernes 18: Plaza de Mayo, Capital Federal

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Contratapa del Sábado/05-May-2007
Fanny y los chicos del pueblo
Por Sandra Russo
Conocí a Fanny hace poco, en una circunstancia que ya relaté en este espacio. Buscando chicos malabaristas de alguna esquina porteña para hacer una nota. La nota que escribí se llamó Malabaristas. Contaba allí que los chicos, en lugar de pedir plata para prestarse a la nota, pidieron útiles para ir a la escuela.
La relación con los chicos continúa hasta hoy, entrecortada, con pedidos de huevos de pascuas para Pascuas, o con recordatorios de que la mamá de algunos de ellos está buscando trabajo por horas. El viernes pasado los chicos llamaron para avisar que Fanny, una de las nenas, había muerto de un paro cardíaco.
Era una nena de pelo revuelto, vivaz, comunicativa, muy despierta, que se pegaba a uno como un gato mientras caminaba por la vereda, y que saltaba mientras le echaba a uno los brazos al cuello. Parecía mucho menor de lo que era. Tenía once años.
Después de la nota en la televisión y de la publicación de la contratapa, los contactamos con el supermercado Disco, que les donó los útiles para este año. El viernes que fuimos a llevarles la montaña de hojas rayadas y carpetas estuvimos un buen rato. En un momento, yo estaba agachada y tenía alrededor de mí a las nenas, que hablaban todas al mismo tiempo. Fanny sacó de alguna parte de sus ropitas harapientas un recorte de revista. Era la actriz de Pasión de Gavilanes. No sé cómo se llama. La estoy viendo ahora, aquí pegada en el corcho de mi estudio. Tiene puesto un vestido amarillo, largo, strapless, que le ajusta el cuerpo desde las axilas hasta las caderas. Una mujer voluptuosa, que saca una pierna y deja ver su sandalia plateada. Es muy bella. Tiene una cara ovalada con muy poca pintura, apenas los ojos delineados, quizá un poco de rubor. El pelo cobrizo nace en las raíces y se extiende no se sabe hasta dónde, pero uno supone que hasta la cintura. A pesar de su cuerpo totalmente sexuado por el vestido amarillo, es buena. Se le nota a esa chica que podría ser objeto de pasión, pero también objeto del amor.
Fanny quería ser como ella. Tengo esta foto aquí porque cuando le dije que esa chica era muy linda, y le devolví la foto, Fanny empujó mi mano hacia mí: “Mejor guardala vos”, me dijo. Y la guardé. Y ahora que sé que Fanny, que parecía más chiquita todavía de lo que era, se murió de golpe, sin que nadie entendiera por qué, creo que esa foto está aquí para que yo haga esto, para que escriba sobre Fanny y su soledad, sus sueños y su risa descontrolada. Fui testigo de Fanny, que revolvía las bolsas de basura en el McDonald’s buscando pedazos de hamburguesa que habían estado en boca de otros. Una nena a la que muchas veces insultaron desde los autos que pasan por la avenida Las Heras. Parte de la mugre que incomoda. Una nena que no tuvo libros de hadas y que recortó la foto de una actriz mexicana de una revista barata para ser ella también una nena con princesas en la mente y en el corazón. Como pudo, por instinto, por obstinación, Fanny se resistió a ser desposeída también de su infancia. Resistió con lo que tenía a mano, y encontró una foto que la hizo suspirar. Fanny vivió en la pobreza profunda, pero aun allí fue una niña ilusionada por lo que, quizá, el futuro tuviera reservado para ella.
No quiero que estas líneas suenen quebradas, porque la persona que las inspira era íntegra y valiente. No quiero llorar por Fanny aquí. Quiero en todo caso recordarla y dejar constancia de su vida, de sus sueños. Y la manera más justa que se me ocurre para recordar a Fanny es sosteniendo su recuerdo en dos dimensiones paralelas. Por un lado, como la nena única e irreemplazable que conocí, y ya forma parte de mi propia historia personal. Pero por otro, creo que pude ver en ella a tantos otros chicos que no les duelen a nadie.
“El hambre es un crimen” es la consigna que desde hace años moviliza a Los Chicos del Pueblo, que comienzan su marcha de este año el próximo lunes. A Fanny y a sus primos y hermanos les llevamos útiles, pero es evidente que ése fue un gesto de cariño, y no la creencia en que una ayuda de ese tipo modifica algo.
¿Habrá sido evitable la muerte de Fanny? No lo sé. Pero es perfectamente evitable, por ejemplo, la muerte de miles de chicos correntinos: la Universidad del Nordeste comprobó que la mitad de los chicos de Corrientes capital está en estado de desnutrición. ¿Con qué derecho vivimos nuestras vidas de wi fi y msn mientras hay estómagos pequeños que se retuercen de jugos gástricos y vacío? Estaría fallándole a Fanny si no advirtiera que su muerte es política.