miércoles, 27 de junio de 2007

Norteamericanos que viajaron a Cuba con Michael Moore temen ser castigados por Bush


















Temen ser castigados por venir a Cuba víctimas del 11 de septiembre que vinieron con Moore para ser tratadosPor Gabriel Molina

Tres trabajadores que acompañaron al cineasta Michael Moore a Cuba, para tratarse de las afecciones provocadas por sus labores auxiliando a las víctimas del desastre de las Torres Gemelas el 11 de septiembre del 01, temen que serán castigados también por el gobierno de Estados Unidos.

Reggie Cervantes, John Graham., bomberos y William Maher, voluntario, aparecen en el documental del cineasta que ha levantado grandes críticas una vez más al gobierno de Estados Unidos. El presidente George W. Bush aprovechó el desastre para desatar una desenfrenada campaña represiva en Estados Unidos, Afganistán e Irak, cuyas enormes víctimas han provocado que el Partido Republicano perdiese las últimas elecciones parciales y con ellas el control de las dos cámaras legislativas.

“Es ridículo que después de lo que hicimos por la ciudad y el país en aquel día se nos prohíba viajar a 90 millas de nuestras costas para recibir tratamiento, dijo a la agencia AP Reggie Cervantes, de 46 años. Ella trabajó ese día sólo con una fina máscara, después que colapsó el edificio del World Trade Center.

Cervantes, residente de Brooklyn, fue de las primeras personas en responder cuando se desplomaron las torres y ahora sufre de afecciones pulmonares y otros trastornos de los cuales no logró ser atendida en Estados Unidos. Las protestas de estas víctimas constituyen una de las denuncias en el recién estrenado documental Sicko de Moore, sobre las carencias del sistema de salud norteamericano.

El cineasta llevó a esas víctimas a La Habana en marzo último para recibir tratamiento gratuito , a pesar del llamado “embargo comercial” que restringe los viajes a Cuba. El departamento del Tesoro envió a Moore una notificación en mayo, advirtiéndole que está bajo investigación por usar del derecho de viajar a este país, prohibición que ha sido reforzada por Bush desde el período electoral de 2003, para atraer a la Mafia cubana de Miami. El paquete de medidas ha levantado una ola de protestas contra Bush en todo Estados Unidos, a pesar de que los medios no informan mucho sobre estos antidemocráticos disparates.

Moore había solicitado el permiso acogiéndose al derecho que asiste a los periodistas, pero al no recibir respuesta emprendió el viaje.

Cervantes, junto a John Graham y el voluntario William Maher, no han recibido notificaciones aun, pero las esperan y entraron en contacto con el abogado de derechos civiles Martin Garbus para que los defienda.

Los tres se quejaron de que se les negó tratamiento médico en varias instituciones de seguros de Estados Unidos, que rehusaron pagar esa cobertura. Cervantes vive ahora en Oklahoma y dice que no se arrepiente de haber ido a Cuba para recibir tratamiento.

“Hubiera ido a la luna si era necesario para que me atendieran”, declaró.