viernes, 13 de julio de 2007

Colombia Perú un solo corazón con EEUU, contra el socialismo de Hugo Chavez y su ALBA América un solo crujido en la mandíbula yanqui














EDITORIAL DEL 13/07/07 - INTERNACIONALES.

LIBERTAD A JAVIER DÍAZ CANSECO

BROTES NEOLIBERALES


Colombia, de la mano de Álvaro Uribe Vélez y Perú, de Alan García Pérez se han convertido en dos emblemas neoliberales en Sudamérica en las últimas semanas, debido a la nueva avanzada sobre la Educación en sus países para continuar el sendero planificado desde el Imperio, con el objetivo de asegurarse una reproducción social que les permita proseguir con sus afanes de dominación y detener la espiral socialista que sigue surcando los aires sudamericanos, de la mano de Hugo Chávez Frías y del ALBA.

Por un lado, nos encontramos con una nueva jugada educativa destinada a cercenar los derechos a miles de estudiantes universitarios en pos de un Plan Nacional de Desarrollo que intenta perpetuar, a través de la reforma universitaria, la actual coyuntura socioeconómica que beneficia a los usufructuarios de la parapolítica y a los terratenientes integrantes del poder económico colombiano. Sumado a la continuación de un proceso tendiente al exterminio de los pueblos indígenas en el Cauca y otras regiones y a buscar la salida al jaqueo de las FARC y del ELN, quienes siguen junto al oprimido pueblo, nos encontramos con un nuevo brote que amenaza a la construcción del socialismo en Latinoamérica.

En Perú, la política educativa de un Alan García que prometió no repetir los errores del pasado sigue dando nuevos pasos hacia la privatización de la Educación, al igual que en la hermana República de Colombia, mediante una nueva reforma destinada a categorizar a los docentes para que se sumen a la eficacia y a la eficiencia, principales valores del dogma neoliberal. De allí que la protesta del pasado 11 de junio fuese multitudinaria, pues se sumó esta cuestión a la perpetuación de la pobreza estructural para continuar con el pago de la deuda externa que hoy asfixia a este país.

Concordando con las nuevas hipótesis de conflicto en la nueva Doctrina de la Seguridad Nacional, elaborada desde el Comando Sur de los EE. UU., la pobreza debe ser erradicada mediante la represión explícita y por esa razón, numerosos Estados se han sumado a la sanción de leyes antiterroristas para calificar a la protesta social como terrorismo. El Salvador y la Argentina son dos ejemplos palpables de sumisión al Imperio en donde se han sancionado y se advierte que serán utilizadas para la represión que actualmente, en algunos casos, es implícita.

Hoy nos encontramos con universitarios golpeados y muertos en Colombia, docentes detenidos en el Perú y con la amenaza de una escalada represiva en la Argentina. En el primer caso, la muerte es algo cotidiano de la mano de las fuerzas regulares e irregulares destinadas a la represión de estudiantes y de pueblos originarios; en el segundo y en el tercero, vamos en camino a repetir historias conocidas, con el encarcelamiento masivo de quienes lideran o apoyan las protestas populares y con fuerzas represivas con más atribuciones para ello con la finalidad de seguir perpetuando al neoliberalismo.

El doble discurso presidencial en los tres países es notable. Mientras se intenta demostrar una imagen de respeto a los Derechos Humanos, se los viola sistemáticamente a cada instante. Y de ello pueden dar fé muchas organizaciones de Derechos Humanos que no se cansan de señalarlo en cada oportunidad que así lo amerite.

Hoy nos encontramos con una Sudamérica que sigue buscando el camino hacia el socialismo, pero amenazada por estos brotes neoliberales que llaman al baño de sangre en manos de sanguinarios represores, ya sea material o ideológicamente.

Hoy, los latinoamericanos amanecimos con la noticia del encarcelamiento de Javier Díaz Canseco, periodista de ALTERCOM, quien se interesaba por los docentes detenidos en su país por orden del gobierno de Alan García, pero seguramente si no estrechamos nuestras fuerzas nos encontraremos con una nueva avanzada destinada a barrer nuestra construcción socialista con el fragor de las balas y de los bastones y de eso sabe bastante la derecha neoliberal que, hoy día, busca recuperar espacios perdidos para neutralizar ese sentir que brota en Venezuela, Ecuador y Bolivia.

Prof. Juan Carlos Sánchez
Director Editorial GACETILLAS POPULARES.