lunes, 23 de marzo de 2009

Leonardo Boff Economía de la Liberación Teólogo del tercer mundo Papa de los desposeidos Pope of humble poor people translated Economy superficial







The Superficial Economy and The Profound Economy
Leonardo Boff
Theologian
Earthcharter Commission


--------------------------------------------------------------------------------
Is there a profound economy? Although it is not the dominant economy, I believe it exists, and should exist. In the early 1970s, Norwegian philosopher Arne Naess, recently deceased, introduced a distinction, now widely accepted in environmentalist circles, between the superficial ecology and the profound ecology. The superficial one is that which separates the human being from nature, and places humans outside of and above nature, assuming that things have meaning only so long as they are useful to human beings. The profound one sees the linkage between humans and nature, affirms the intrinsic value of every being and understands that everything is encompassed by the network of relationships that form the community of life. There is an organic Whole filled with purpose, and the human being is capable of identifying the thread that links and re-links everything. He calls it the Original Source of all being, the basis of the infinite values (veneration, love, justice), that give meaning to human existence. The profound economy helps the superficial one impose internal limits and to not be destructive.

Let us apply these reflections to the field of economics. The superficial economy would be that which is centered only in itself, in capital, the markets, investments, profits: in a word - in the GNP - with no concern for the degradation of nature, or the rupture of the Earth's self regulatory mechanisms, or for the increasing gap between rich and poor. Those are externalities, factors which do not enter into that economic calculus.

Its logic is that of a closed system, as if economics were everything in society. Effectively, as it was roundly criticized by the School of Frankfurt, especially by Polaniy, advanced capitalism has swallowed all the social fields (politics, ethics, esthetics, science...), turning everything into merchandise, opportunities for profit. It has established itself as the articulating axis of everything social. And that has resulted in an unhealthy excess of the drive to be wealthy at all costs, and has brought us to the present socio-economic chaos. It is the madness of the superficial economic rationale.

What would a profound economy be? It would be a return to the original meaning of economy, as «the technique and art of attending to the needs of the house» - now, of the Common House, the living Earth, with respect for her cycles and her capacity to endure. It would be inscribed in all that constitutes society. There it would be a basis that, in the final analysis, would assure material life: the economy. There would be a form of organization, of distribution of power, and laws, that would allow us all to live together with few conflicts. There would be a collection of moral, ethical and transcendental values that give meaning to social life and which would humanize the always tense relation between their differences. And, finally, there would be a horizon of greater meaning, which would link history with a higher ideal and would design the final framework of the universe: spirituality.

Thus, ideally, we would have a society which we could consider truly human, because it would have an integrating vision of human complexity.

Thus would emerge the profound economy, that which respects its place in the totality of the social structure, and which answers the question: how can we produce enough, in a decent way, taking care of the natural capital and in harmony with the whole community of life?

The profound economist, facing the present crisis, would think: How can we solve humanity's problems? - and not: how can save the economic system that is in crisis?

Changing the question implies changing the answer. And this will only come if we break out of the old paradigm -the dictatorship of the economy- and put the economy back in its proper place, in the whole of society. That would be a new paradigm, sustainable over the long term. Then, economics would be part of politics, part of the ethics that would also be part of spirituality. The superficial economy would be incorporated within the profound. And the future would be different.


Leonardo Boff 03-20-2009

Free translation from the Spanish by
contacto@servicioskoinonia.org,
sent by Melina Alfaro, done at REFUGIO DEL RIO GRANDE, Texas


********************************************

Economía superficial y economía profunda 2009-03-20

¿Hay una economía profunda? Aunque no sea la economía dominante, creo que existe, y que debe existir. En los inicios de los años 70 del siglo pasado, el filósofo noruego, recientemente fallecido, Arne Naess, introdujo una distinción, hoy ampliamente aceptada en los medios ambientalistas, entre ecología superficial y ecología profunda. La superficial sería aquella que separa al ser humano de la naturaleza y lo coloca fuera, y por encima de la misma, presuponiendo que las cosas sólo tienen sentido cuando le son útiles a él. La profunda ve el entrelazamiento ser humano-naturaleza, afirma el valor intrínseco de cada ser, y se da cuenta de que todo está inmerso en un tejido de relaciones, que forma la comunidad de la vida. Hay un Todo orgánico y lleno de propósito, y el ser humano es capaz de identificar el hilo conductor que liga y religa a todo, y lo llama Fuente Originaria de todo el ser, base de valores infinitos (veneración, amor, justicia) que llenan de sentido a la vida humana. La economía profunda ayuda a la superficial a autolimitarse y a no ser destructiva.

Apliquemos estas reflexiones al campo de la economía. La economía superficial sería aquella que se centra solamente en ella misma, en los capitales, los mercados, las inversiones, el lucro, en una palabra: en el PIB, sin preocuparse por la dilapidación de la naturaleza, ni la ruptura de la autorregulación de la Tierra, ni la creciente distancia entre ricos y pobres. Eso serían externalidades, factores que no entran en el cálculo económico.

Su lógica es la de un sistema cerrado, como si la economía fuese todo en la sociedad. Efectivamente, como fue ampliamente denunciado por la Escuela de Frankfurt, especialmente por Polaniy, en el capitalismo avanzado le economía ha absorbido todas las instancias sociales (política, ética, estética, ciencia...), transformándolo todo en mercancía, en oportunidad de lucro. Se ha establecido como el eje articulador de todo lo social. Y eso ha tenido como consecuencia el exceso malsano de la voluntad de enriquecimiento a toda costa, y nos ha conducido al caos socio-económico actual. Es la locura de la racionalidad económica superficial.

¿Qué sería la economía profunda? Sería la vuelta al sentido originario de la economía como «técnica y arte de atender a las necesidades de la casa» -hoy, de la Casa Común, la Tierra viva, respetando sus ciclos y su capacidad de aguante-. Se inscribiría en todo lo que constituye una sociedad. En ella habría una base que, en última instancia, aseguraría la vida material: la economía. Habría una forma de organización, de distribución del poder, y leyes que permitieran a todos vivir juntos sin demasiados conflictos. Habría un conjunto de valores morales, éticos e ideales que darían sentido a la vida social y que humanizarían las relaciones siempre tensas entre las diferencias. Y, por fin, habría un horizonte de sentido mayor, que vincularía la historia a una instancia más alta y diseñaría el cuadro final del universo: la espiritualidad.

Así, idealmente, tendríamos una sociedad que podríamos considerar verdaderamente humana, porque tendría una visión integradora de la complejidad humana.

Aquí emergería la economía profunda, aquella que sabe su lugar en el conjunto de la estructuración social, y que respondería a la cuestión: ¿cómo producir lo suficiente, de modo decente, conservando el capital natural y en armonía con toda la comunidad de la vida?

El economista profundo, ante la crisis actual, pensaría: ¿cómo podemos resolver los problemas de la humanidad?, y no: ¿cómo salvar el sistema económico que está en crisis?

El cambio de pregunta implica un cambio de respuesta. Y ésta solamente vendrá si hubiese una quiebra del paradigma antiguo -la dictadura de la economía- y volviéramos a poner la economía en su debido lugar, en el conjunto de la sociedad. Ese sería un nuevo paradigma, sostenible a largo plazo. Entonces, la economía sería parte de la política, que sería parte de la ética, que a su vez sería pare de la espiritualidad. La economía superficial sería incorporada dentro de la profunda. Y el futuro sería diferente.

Leonardo Boff