miércoles, 16 de diciembre de 2009

CHE GUEVARA HOMBRE Y MUJER NUEVOS ALFABETIZACION HABANERA TRANSFORMADORA CUARTA PARTE ENSEÑANDO DIGNIDAD

¡ Hola lectores del mundo !  es un orgullo poder brindarles la cuarta parte de esta epopeya que Adys Cupull y Froilán González  nos brindan hoy.
 
Son como DOCUMENTOS DESCLASIFICADOS CUBANOS pero no teman todos hablan de vida, construcción, amor, desarrollo, fraternidad.  
 
Los DOCUMENTOS DESCLASIFICADOS de la patria del Nóbel vergonzante siempre desnudaron muerte, destrucción, sabotaje, magnicidios, golpes de estado, tiranía, odio, engaño y desprecio por la vida.  
 
Con ustedes la alfabetización concretada cuarenta años atras en La Habana y que hoy podemos disfrutar en esta página que honra a la Humanidad.
 
                              Eladio González   toto   director Museo Che Guevara
 

 
 
A la Dra. Ana María Cruz: 
 a todos los  que participaron
 en la batalla contra la ignorancia
y el analfabetismo en  la ciudad de
La Habana.   
 
 

La Avanzada alfabetizadora  habanera IV parte.

 

Ser revolucionario y religioso

 Testimonio de la maestra  María Bosh

 

 

Por Adys Cupull y Froilán González

América Libre, fue el nombre que le pusimos a la escuela de rehabilitación de las mujeres públicas, que eran analfabetas, expresó María Bosh quien fue su directora, tenía experiencias en la dirección,  porque   antes del triunfo de la Revolución había dirigido una escuela religiosa llamada Wilmington en la ciudad de Puerto Padre. Participó en el Movimiento 26 de Julio, y al triufar la Revolución se trasladó para La Habana, trabajó en el entonces Ministerio de Gobernación. María cuenta que  al comenzar  a trabajar en el Ministerio del Interior, matriculó un curso en la Escuela Básica de Instrucción Revolucionaria y explica:

"Yo  le decía al profesor que había algunas cosas en las cuales no podía dejar de creer, porque fueron tantos años de religión y profesando que yo no podía dejar de creer en Dios. Y además, no era, ni nunca ha sido contradictorio ser revolucionario y religioso. Muchas personas religiosas siguieron siendo revolucionarias. Pero yo encontré que el camino verdadero estaba en la Revolución, era ella la que iba a solucionar todos los problemas. Cuando se decide comenzar  el trabajo con las prostitutas, me llamaron para que trabajara en la confección del censo que emprenderíamos, para ver la situación real de estas muchachas, yo era la responsable de esa misión. 

María aclara  que lo primero que se hizo fue el censo, y luego visitó las zonas de prostitución   especificas que eran las zonas del puerto, San Isidro, Colón, Pajarito y San Ramón. Explica que  todas las viviendas dedicadas a la prostitución tenían un olor característico, que  era algo no agradable, Aclara que San Isidro era la parte  de menor categoría, después Colón y Pajarito,  que era el de mayor nivel.

En su narración  dice:

   "Nos recibían con mucho respeto, sin embargo a los hombres no, con ellos era un desastre,  y fue necesario  formar comisiones mixtas  de hombres y mujeres, o de mujeres solas. Íbamos vestidas  de militares, o milicianas, siempre hubo respeto a nosotras.

   "Cuando  llegábamos al prostíbulo había que esperar que las que tuvieran ocupadas, terminaran para poder reunirlas a todas  y explicarles que la prostitución no podía seguir,  que  no podía haber discriminación, ni  explotación y mucho menos permitir que sea a la mujer, y le recomendábamos  aceptar voluntariamente el trabajo de rehabilitación. Con este censo, nosotras queríamos saber la cantidad que quedaban ya que muchas de las mujeres  se habían alfabetizado y habían comenzado a trabajar, pero quedaban las más difíciles, las que se negaban.

   "Nuestro trabajo era convencerlas, ellas no eran delincuentes, pero había que hablarles con firmeza, para que supieran que no permitiríamos la prostitución y que deseábamos incorporarlas a la sociedad. Trabajábamos de noche, en ocasiones hasta las  4 de la madrugada que era cuando generalmente acababan. Ellas dormían de día. Primero las entrevistábamos personalmente y después las reuníamos en grupo. Entrevisté  a más de 600.

   "Muchas eran de origen campesino, sin oportunidades económicas o culturales, vivían en un medio aislado y primitivo, con la tremenda miseria que entonces existía en nuestros  campos.  La única solución era el matrimonio, generalmente se escapaban de la casa con el novio, y este hombre, limitado también por los problemas económicos o de otra índole, las abandonaban. En algunas ocasiones, ellas regresaban a las casas de sus padres.  Otras veces no, producto de los prejuicios morales de la época y de las zonas campesinas, esta era una razón; pero existían otras, todas de índole económico por lo que muchas emigraban a la ciudad de La Habana como una esperanza para resolver todos sus problemas. ¿En qué otra cosa podrían trabajar estas muchachas campesinas, analfabetas y en un país de desempleo crónico? Trabajaban de domésticas. Llegaban atraídas por los 40, 30, o 15 pesos que oían decir  que se les pagaba en La Habana de acuerdo a la miseria y la economía campesina, era un buen sueldo y se situaban mentalmente con ese dinero en el campo; pero al llegar a la ciudad  la carestía de la vida le demostraba  que ese dinero no era nada. Su vida social cambiaba. Estaban aisladas durante el día y sólo tenían libertad por las noches cuando se libraban del mal trato de los patrones.

"Surgían necesidades reales o superficiales que la sociedad de consumo se encargaba de crearles. Eran fáciles de engañar. Empezando por los propios hijos de los burgueses y terminando por el novio de la esquina. Los "tipos" que se dedicaban a explotarlas. Los conceptos de moral y virtud dados por la educación familiar y la ausencia de la presión ambiental de su pueblo, cambiaban, y todo esto contribuía a que comenzara su lenta desintegración moral. La expulsaban de la casa donde eran sirvientas, o una amiga le aconsejaba y decía  que era honesto trabajar en una cafetería,  y ella daba el siguiente paso. Ya en la cafetería, las utilizaban por su atracción física, la belleza, para el aumento de la venta en el lugar, ellas recibían propinas. Las conversaciones allí en  la cafetería, eran de tono pícaro, los piropos ya no eran del campesino, o del novio de la esquina".

"Ahora eran  muchachas caras, comenzaba un asedio intenso y siempre con los mismos objetivos: relaciones sexuales. Todas estas  condiciones  contribuían a relajar aún más sus convicciones, se les sugería más en un bar y este incentivo económico la lleva  por ese camino. En el bar, el asedio amoroso se hacía intenso, surgían nuevas necesidades económicas, vestimentas y pinturas, y se le sugería que sus necesidades económicas o entradas extras de dinero podían aumentarlas si se entregaban ocasionalmente a sus amigos, satisfacía el gusto  con sus enamorados y aumentaban sus entradas económicas. Estas muchachas, deslumbradas por la ciudad, su vida nocturna, las diversiones  antes ignoradas, y ansiosas de vivirlas, se entregaban a ella, resquebrajándose más y más su moral y creándose en su mente conceptos distintos  de la vida, de esta manera  ya le era fácil llegar hasta la prostitución.

   "Descubre  que se encuentra atrapada y comienza a hacer uso de la droga y el alcohol como ayuda al choque de su sensibilidad y la frustración. Dentro de estas mujeres,  había castas, y se sentían mejor,  las que cobraban 20 pesos a las que cobraban 5, y estas dos categorías se sentían superiores a las que cobraban 1 peso que eran las que se acostaban con cualquiera. Cada uno de estos pesos no era más que la antesala del otro en el hundimiento evolutivo pervertido que llega a la vejez y la muerte.

   "La vida dura, la inseguridad, la violencia de los prostíbulos y las propias zonas donde estaban estos, las llevaba a buscar a alguien que las resguardara de los peligros presentes y futuros, y al mismo tiempo que le supliera la necesidad emocional y esto las hacía caer en el explotador: el proxeneta, que nos da la contradicción de que por una parte las explota, las tortura, las enajena, pero y por otra, le proporciona la necesaria seguridad y la compensación emocional sexual. 

   "La escuela se encontraba en una finca muy linda, había flores árboles frutales, todo perfumado. El ambiente era agradable y acogedor, plantas muy hermosas, una casa bellísima. Al llegar se les hizo un chequeo médico con el fin de darle  el tratamiento correspondiente. Había algunas que eran drogadictas y alcoholicas, fue necesario enviarlas a hospitales especializados.  Al principio todo era alegría, pero a los pocos días de estar allí, lloraban, gritaban, insultaban, trataban de fugarse, eran exigentes, intrigaban, robaban. Trataban de averiguarlo todo y cometaban las cosas entre ellas de acuerdo a sus  personales formas de interpretarlas. Al hablar sólo decían lo positivo de su historia, mentían  en las respuestas, aunque pasado el tiempo, expresaban con toda crudeza las verdaderas historias de sus vidas.

  "A veces hacían crisis con actitudes exhibicionistas, groseras, rebeldes hacia todo orden de disciplina.  Algunas no deseaban   estudiar ni trabajar. Establecían peleas frecuentes entre ellas, no sólo con la agresión física, sino  a través de burlas contra las que tenían una cuota de pago más baja en su antigua  dedicación y por las enfermedades que padecían, era un lenguaje bajo, indecoroso.    

    "Yo recuerdo a muchas de ellas, me las he encontrado en la calle, en la guagua, incluso me han visitado a mi casa. Algunas están recias a dar entrevistas y conozco una que  estudió en la Universidad y se graduó. Se de otras que trabajan y estudian.

Ellas tenían el concepto  de que nadie creía en ellas, que nunca nadie había creído y que tampoco iban a creer, que no servían para ser depositarias de la confianza de otros.  Y la Revolución confió en ellas y logró la reciprocidad.  

Continuará

 

 
La revolución es para llevarla en el alma y morir por ella y no para llevarla en los labios y vivir de ella.
difunden: el 1er. Museo Histórico Suramericano "Ernesto Che Guevara", la Escuela de Solidaridad con Cuba "Chaubloqueo" y el Centro de Registro de Donantes Voluntarios de Células Madre
Irene Perpiñal y Eladio González - directores   calle Rojas 129  local (Caballito) Capital -AAC1405-Buenos Aires-República Argentina  telefax: 4-903-3285 email: museocheguevara@fibertel.com.ar
http://museocheguevaraargentina.blogspot.com/
colectivos 1 - 2 - 25 - 26 - 32 - 42 - 53 - 55 - 85 - 86 - 103 - 180
a solo 25 metros de la Estación "Caballito" del Ferrocarril Oeste y a cien metros de la Estación de Subterráneos "Primera Junta" de la vieja línea "A"
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¡Salven a los argentinos! "las ballenas"