Margarita Belén, 13 de diciembre de 2009.- lumendez_99@yahoo.comHola Hermano: Hola hermanito, cómo andas, mierda viejo, como pasa el tiempo, ya van treinta y pico de años que no nos vemos, cuando te veo en las pocas fotos que tenemos, apenas pasando los veinte años, joven, alegre, trato de trasladarte en el tiempo a nuestros días, a las fiestas familiares, con tu hermano mayor, con las brujas de tus hermanas y con tus veinte sobrinos, a las reuniones entre amigos, trato de pensarte cómo serías por estos años, con tu familia, con María Julia, con tus hijos, los sobrinos que nunca pudieron darnos, y me duele recordarte, porque no te tengo, porque no te tenemos, porque no te podemos disfrutar. Me tengo que quedar con los recuerdos de Paraná, con tu niñez, con tu juventud, con tus aventuras juveniles, con el deporte allá en Echagüe, te acordás que te decían Pescao, vivías metido en las piletas y en el río. Tus grandes amigos que dejaste, como el Tato que todavía larga unos mocos cuando habla de vos, sabés que le puso Fernando a uno de sus hijos. Cuando afanábamos nafta para robarle al auto al viejo y salir de joda. O de Amanda, cuando te caíste en el fondo de casa arriba de un sifón roto y te colgaba un pedazo de cuero de la muñeca, "haber mijo, cierre los ojos" dijo la vieja y te cortó el cuero con una tijera, vieja loca, con razón fuiste tan duro en la tortura, con la vieja que teníamos. Con menos de veinte años te nos viniste para el Chaco, a estudiar Arquitectura, culpa de aquella amistad entre el viejo y el Bebe Morresi que te ayudó a ubicarte y encima desgraciado le robaste la hija, te viniste con Juan Nin, allá esta el loco en Paraná, se compró una casita frente al río, serio, duro y buenazo como siempre, te manda un abrazo. Con Juan, con Alberto, con Patón, con Cucho fundaron ese refugio de estudiantes que hoy esta igualito que en aquella época, Qué rápido te hiciste hombre hermanito, el Chaco te hizo grande demasiado rápido. Recuerdo aquellas primeras veces cuando de pendejo empecé a visitarte, allá por los 70, como buscando aventuras nuevas, y me encontré con otro hermano, que orgullo, que alegría tenías cuando me mostrabas Qué rápido creciste flaco, en esos momentos, fui conociendo un camino en el cual vos ya estabas, un hermoso camino sediento de justicia, de libertad, de igualdad, te vi apretar el puño como no soportando el sufrimiento ajeno, que ya no era ajeno, era tuyo, me enseñaste a que sea mío también, te vi poco a poco entregarte a ese sueño tan preciado, la patria libre, pero libre en serio, pusiste tu vida frente a todo, le metiste coraje a tus pasos, que ya sabían donde iban, con la alegría de quien sabe lo que busca, le metiste acción a tus pensamientos, como quien siente placer por entregarse a esa lucha y llenaste de amor tu vida, desparramaste amor para todos lados, te hiciste MILITANTE, con mayúsculas. Qué grande nos queda hoy esa palabra. Como que nos achicamos demasiado, o se quedó con ustedes. Y por eso te escribo flaco, para que vos y esos vos que están junto a vos, y los 30.000 y los demás compañeros que no están, nos ayuden a reencontrarnos con la verdadera dimensión de esa hermosa, de esa perdida, de esa grandiosa palabra. MILITANTE. Hoy hermano, y me incluyo en esto, hay una militancia que le falta fibra y que le sobran palabras, una militancia que no encuentra el camino, una militancia que ha perdido aquellas banderas, una militancia que tal vez con buenas intenciones, esta confundida, una militancia que habla mucho de aquella militancia pero en los hechos esta todavía lejos. Ayúdennos a recuperar esas banderas, oriéntennos a encontrar aquel camino, el camino colectivo y no individual, el camino de la entrega, de la pasión, del compromiso con el pueblo, pero no solo con la palabra y si con la acción, a volver a una militancia que solo tenga contratos con el pueblo y con sus necesidades. Una militancia que nos muestre que hay otro horizonte, honesto, puro, transparente, totalmente comprometido, un horizonte al que tenemos que llegar junto al pueblo. Hoy flaco, nos desorientan con planes, con promesas, con discursos, con contratos. Te acordás del Eternauta, el héroe colectivo. Qué hermosa es la construcción colectiva sin intereses personales, sin egoísmos, cada uno en función de todos, ese era el eje de aquella militancia y aquí flaco no se trata de lucha armada o no armada, esas construcciones estaban en todos lados, en cada rincón de esta patria, en las comisiones internas de las fábricas y en los gremios, en las universidades, en los campesinos, en los barrios y en las villas, en las iglesias, en los clubes y en cada lugar donde había acción en función del pueblo, estaba en la cabeza y el corazón de cada uno de ustedes. Y por eso los mataron, por el miedo que les tenían, no solo por el miedo de perder sus infames ganancias, por el miedo a que el pueblo recupere lo que es suyo, le tenían terror a esa militancia, no entendían tanto amor por el pueblo y por eso sembraron tanto terror contra el pueblo. Te imaginás, que país sería hoy este país, con ustedes al frente dirigiéndolo, en todos los roles y funciones del Estado, que hermosa patria tendríamos, que presente y que futuro gozarían nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos, que Latinoamérica, con Fidel, con Chavez, con Evo, y ahora con el Pepe, que equipito no, medio parecido al que soñaron San Martín, Belgrano, Artigas, Bolivar, que lindo despelote le haríamos a los gringos, Obama ya estaría medio blanco, del cagazo. Sabés una cosa, le acaban de dar el Premio Nobel de Tenemos que recuperarla viejo, esa militancia fue y debe ser la base, el eje del proyecto de país que el pueblo tanto necesita y se merece. Por eso es que hace tanta falta. Hoy hermano, se habla mucho de memoria, y en eso también nos confundimos, durante años, compañeros, familiares, venimos haciendo un trabajo de hormiga, haciendo lo que debería hacerse desde el Estado, para que mediante la memoria podamos escribir toda la verdad y entregarle a las nuevas generaciones una historia completa, escrita por nosotros, con los hechos reales como fueron, quienes y porqué fueron aquí asesinados con vos y están escondidos como trofeos de guerra, quienes fueron los asesinos, que no son solo los nueve que en poco tiempo serán juzgados, armar ese rompecabezas desde la memoria es muy duro, pero es bueno y saludable que así sea, pero no es todo, no alcanza. Sin dudas me dirías, "esta bien, que los juzguen, como no lo hicieron con nosotros, pero es el pueblo fundamentalmente el que los debe juzgar y grabate esto, y sepan que solo muero si ustedes van aflojando, porque el que murió peleando, vive en cada compañero." Claro hermano. Y cómo no... Por eso mismo flaco, yo quisiera y en eso seguro me vas a apoyar, que desde esa memoria rescatemos lo que ustedes fueron, cual fue el proyecto de país por el que pelearon, que desde un recuerdo vivo, constructivo, busquemos en el germen de esa militancia y así contagiar a tanta gente, a tanto pueblo que sin dudas en estos momentos la esta peleando día a día. Hoy las miserias son mayores y más crueles que en aquellos años, no te cuento sobre esas naciones Tobas, Wichís, cómo están hoy, los siguen exterminando y miramos para otro lado, no te quiero escribir sobre campos, ríos y montañas y cómo están destruyendo este país y el mundo. Ni hablar de industrias y de futuro para todos, te acordás cuando nos hacíamos aquellos viajes en tren, que belleza, cuántos pueblos crecieron junto al tren, no han dejado nada, en la actualidad y me imagino la bronca que te va a dar, nos están llevando las minas, los peces, el petróleo, los montes, hay una peste nueva que destruye todo, Por eso hermanito, es triste decirlo pero necesitamos la fuerza de ustedes, que nos entreguen aquellas banderas, que nos contagien de energía, que nos indiquen el camino, como que nos cuesta arrancar, mirar adelante y fundamentalmente mirarnos a nosotros en el espejo de ustedes. Siempre digo, hay un río subterráneo, gente que día a día y anónimamente le esta poniendo el pecho a esta querida patria, pueblo que no se resigna, que no se rinde, pero te repito hermano, necesitamos esa guía colectiva, ese camino de unión peleando codo a codo. Te pido, les pido, les pedimos, aquí en la ruta, en este lugar donde cobardemente los fusilaron, y te juro siento vergüenza al hacerlo, acérquense, ayúdennos a recuperar aquella fuerza, estamos débiles, todavía heridos. Dennos esa mano firme, como cuando vos me la diste la primera vez que pisé estas tierras chaqueñas, hace nuevamente de guía, oriéntanos a encontrar el camino y a encontrarnos como pueblo, como patria. Aunque medio viejos ya, nosotros vamos a seguir, te aseguro que no aflojaremos, pero con ustedes alimentándonos de toda esa energía, de toda esa claridad, sin dudas será diferente. Decile a los hermanos y hermanas que están ahí con vos que hoy más que nunca los necesitamos, que el país todo los necesita. Te mando un abrazo enorme a vos y a ellos, recordale también que los amamos, que nunca dejaremos de hacerlo, que los extrañamos demasiado y que pronto nos veremos. (Carta de Gustavo Piérola a su hermano Fernando Gabriel Piérola Fusilado en Margarita Belén el 13 de diciembre de 1.976, leída en el Acto Homenaje por el 33 Aniversario en el lugar del fusilamiento.) |