jueves, 18 de febrero de 2010

Guerra blanda del Estado de Israel.

 

La nueva “guerra blanda” del Estado de Israel.

Por Susana Merino.
Buenos Aires.

Hace un par de semanas a orillas del Mediterráneo en el coqueto balneario de Herzliya cuyo nombre evoca al fundador del sionismo europeo Theodore Herzl, el Instituto de Políticas y Estrategias del Estado de Israel celebró su Xma Conferencia anual con la asistencia de las más altas personalidades de la política y del mundo de las finanzas, congresales y universitarios del Estado de Israel incluido el Director de Políticas contra el terrorismo, uno de los principales temas abordados en la reunión.

Se destaca en las conclusiones del conclave la especial preocupación de las autoridades israelíes por lo que califican de ofensiva difamatoria y de incitación al odio que, según los expositores, está siendo impulsada en todo el mundo por los enemigos del país y que constituye una nueva manera del terrorismo de agredir y de minar mediante medios no físicos pero igualmente destructivos la posición y la imagen del Estado de Israel

En un pormenorizado análisis se pusieron de relieve algunos aspectos relacionados con la tolerancia y la permisividad de algunas leyes extranjeras en cuanto a la difusión de textos que deslegitiman la política militar de Israel y su diplomacia, sin omitir reconocer sin embargo que el país no ha tenido una actitud lo suficientemente agresiva en los foros internacionales y en su relación con los países del Tercer Mundo a los que debería prestárseles mayor atención para lograr su apoyo y contrarrestar así el peso que actualmente tienen los países árabes en la adopción de resoluciones que a criterio de los asistentes perjudican sensiblemente al estado judío.

Se mencionó igual y reiteradamente la instigación al odio hacia el pueblo judío en diferentes ámbitos internacionales mediante la difusión de desinformaciones, boicots universitarios y limitaciones a la libertad de comercio, todo lo cual, consideraron constituyen violaciones a la libertad política y militar de Israel.

En consecuencia se diseñaron algunos ejes de trabajo y un conjunto de propuestas orientadas a iniciar lo que coincidieron en llamar una “soft warfare” es decir una “guerra blanda” en contraposición a las tradicionales conflagraciones bélicas y cuyo objetivo principal será contrarrestar la campaña de odio antijudío y antisemita aparente y gratuitamente desatada en el mundo.

Algunas de las medidas más preocupantes y cuyo cumplimiento habrá que observar atentamente en el futuro son: el relevamiento de autores, organizaciones no gubernamentales, estructuras académicas según países, religiones y etnias, el análisis de tratados, resoluciones y amenazas relacionadas con el terrorismo y los derechos humanos e identificación de quienes patrocinan a los instigadores del odio cuyas manifestaciones constituyan, según Israel, una amenaza para el país,

Influir en la educación y en la legislación europeas para incorporar la propia versión sobre la historia de Israel y de los países árabes y para sugerir la adopción de normas que castiguen la incitación al odio e impidan el ingreso o se procese en los diferentes países a personas por sus publicaciones u otro tipo de manifestaciones anti judías o se modifiquen leyes tendientes a combatir el terrorismo y a condenar a organizaciones hostiles a Israel de modo a contar con más posibilidades de lucha contra el terror.

Aunque para compensar el carácter negativo de estos planteamientos se consideró necesario arbitrar también la puesta en marcha de todo tipo de influencias a nivel político y diplomático con el objeto de posibilitar la captación de organizaciones filo-israelíes, la creación de canales de comunicación radiales y televisivos que transmitan la óptica israelí sobre sus propios enfoques y la incorporación de personas y de organizaciones internacionales no judías que puedan transmitir en diferentes idiomas los aspectos positivos de la presencia de Israel en el mundo como su contribución a la ciencia, a la tecnología, a la medicina, a la agricultura, etc.

En síntesis la estrategia de fondo es deslegitimar y desacreditar por todos los medios posibles a aquellos elementos calificados como instigadores del odio, especialmente los vinculados a Al Qaeda y sus lazos con Arabia Saudita, Irán y la Fraternidad Musulmana y poner en evidencia que muchas de sus afirmaciones son inconsistentes y que nada tienen que ver con Israel y los judíos.

Para lograrlo se proponen crear un organismo especial, ubicado en el ámbito de la inteligencia israelí y bajo el control del Consejo de Seguridad Nacional, adecuadamente financiado y con la participación de expertos nacionales e internacionales con adecuada formación y capacidad para contrarrestar los esfuerzos de la propaganda antiisraelí en esta ya declarada e inminente “guerra blanda”

Que esta política filo-nazi conlleva muchos riesgos a cada quién le tocará juzgarlo.+ (PE)

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17/02/2010 - PreNot 8743

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