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niños del primerísimo mundo (Cuba)
Cuba: El país real versus el país inventado
Y.P. Fernández • La Habana
Cuba se encuentra bajo el asedio de otra campaña mediática. Pero esto no
es nuevo, desde que en 1959 la Isla apostara por un camino propio, las
mentiras y distorsiones de su realidad no han cesado. Los grandes medios se
han empeñado en inventar un país con tanto ahínco que hasta ellos mismos
terminan por creer su existencia, aunque el país real siga estando justo
frente a sus ojos, negado a seguirles el juego y pugnando porfiadamente por
parecerse solo a sí mismo.
A tal extremo han llegado las circunstancias que se ha comparado las
campañas contra la Isla con las crisis del capitalismo: ambos fenómenos son
cíclicos. Si solo nos informáramos por las noticias emitidas desde los
grandes centros de poder mundial, pudiéramos creer que este es un país sin
vida, donde la gran mayoría de la gente está apagada y solo unos cuantos se
“atreven” a “exponer sus opiniones divergentes”. En el país real, con sus
virtudes e imperfecciones, la vida sigue su curso propio en los distintos
sectores de la sociedad.
La pasión de los cubanos, el béisbol, tan arraigado entre el pueblo que
trasciende su clasificación deportiva para tornarse un fenómeno cultural,
pudiera constituirse en el mejor ejemplo. A inicios de marzo y coincidiendo
con la 49 Serie Nacional, dos titulares de El Nuevo Herald afirmaban que:
‘‘Los peloteros han perdido la alegría de jugar” y que la “Pelota cubana
continúa su descenso”. Justo por esos días bastaba encender el televisor o
llegarse a un estadio para ver los equipos de las diferentes provincias dar
una enorme batalla por el triunfo. Seguidos desde sus inicios por los
fanáticos del deporte, los últimos juegos de esta serie desataron la euforia
por toda la Isla y cuando en la madrugada del 1ro. de abril el equipo de la
capital, Industriales, se coronó nuevo campeón nacional, una masa humana
desbordó la ciudad con cornetas, tambores y una conga arrolladora para
iniciar unos festejos extensivos y espontáneos, aunque algunos nos tilden
de aletargados o desanimados hasta el otro día, cuando recibieron como
verdaderos héroes al equipo que llegaba desde el centro del país. No se sabe
a ciencia cierta cómo se las arreglan estas agencias y periódicos para
publicar sobre tristezas o pérdida de la alegría con tanto jolgorio de por
medio.
Otros titulares que acapararon las portadas de los grandes medios se
refieren fundamentalmente a las “protestas” de las damas de blanco y los
contrarrevolucionarios, blanqueados ellos también, con el apelativo de
“disidentes”. Olvidados están del amplio programa cultural del país durante
estos dos meses o la participación de la brigada médica cubana en Haití. En
un artículo publicado por Rebelión titulado “La reciente cobertura de Cuba
en los medios. Elogios selectivos, indignación selectiva”, se afirma que
“existe un dramático contraste entre el encubrimiento de la extraordinaria
contribución de Cuba a Haití por los medios dominantes de EE.UU. y la enorme
atención de los mismos medios a los supuestos abusos de los derechos humanos
en ese país”. El artículo cita además que entre el 10 de febrero y el 9 de
abril se publicaron un total de 77 textos referidos a estos hechos,
solamente entre la CNN, el New York Times, el Washington Post, el Boston
Globe y el Miami Herald. Si sumamos además los casi veinte editoriales de El
País en España, prácticamente llegan al centenar. Como se diría en el argot
popular: casi toca a noticia por “disidente”.
A tal extremo ha llegado la manipulación mediática que entre ellos mismos se
contradicen. Mientras que una noticia afirmaba que las marchas de las damas
de blanco “provocaron una oleada de admiración en la Isla, por sectores de
la población de las que eran desconocidas”, ese mismo medio y muchos otros
acusaron a la propia población, siempre calificándola como hordas, claro, de
haberlas “golpeado”. Y a uno le surge la duda, o se les rechaza o se les
admira; si son desconocidas, ¿cómo pueden ser representantes de ese mismo
pueblo?
Solamente la reiterada aparición en las primeras planas de la prensa
occidental de este grupo de personas que no llega al centenar, en un país
de casi 11 millones de habitantes bastaría para levantar sospechas.
Parecería como si solo ellas fueran noticias en las calles cubanas y nada
más pasara en el país. Un breve recorrido por los últimos reportes de la
prensa nacional y la cartelera cultural de la Isla ilustran cómo la realidad
cubana, múltiple y compleja, es totalmente obviada y silenciada.
La música es uno de los principales atractivos de los espacios culturales
cubanos. El pasado 17 de marzo la revista El Caimán Barbudo celebraba el
primer aniversario de Trovando, su peña habitual de los miércoles, en la
cual músicos de diferentes generaciones, poetas y artistas de diversas
tendencias se dan cita en los antiguos estudios Areito de la EGREM. También
en marzo La Habana vibraba con el grupo puertorriqueño Calle 13, que pidió
al inicio de su concierto “demostrar que Cuba está viva”, y en Santiago de
Cuba se celebraba la 48 edición del Festival Internacional de la Trova Pepe
Sánchez. Abril llegó con la Jornada Conciertos de Primavera, en Guantánamo,
instituida para promover la música de cámara y la formación de jóvenes
cultores del género y el Concierto por la Patria realizado simultáneamente
en La Habana y Santiago. Además, Camagüey volvió a inscribirse dentro del
circuito roquero del país a propósito de la VII edición del Festival de Rock
Nacional Sonidos de la Ciudad.
Recordemos además que hasta el 1ro. de abril estuvo sesionando en la sede de
la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) el VII Coloquio y Festival
Internacional Nicolás Guillén que trajo figuras importantes de las letras
como el jamaicano Keith Ellis, ensayista, crítico literario y profesor de
estudios hispanoamericanos en la Universidad canadiense de Toronto. En ese
mismo espacio de la sala Villena se presentó el pasado 13 de abril Órbita de
Manuel Moreno Fraginals selección de algunos de los textos inéditos o menos
conocidos del historiador cubano y, el lunes 12, El Cuentero, la
publicación del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso.
La prestigiosa revista Temas inauguró una nueva sección, “Catalejo”, que
publica textos analíticos breves sobre problemas inmediatos, y comentarios
críticos que enriquezcan el debate. El Centro Criterios continúa con su
labor de recopilación y traducción de ensayos sobre literatura, cine,
teatro, artes plásticas, estética, culturología y otros temas, recogidos en
la revista de igual nombre, cuyo número 36 fue presentado en la XIX Feria
Internacional del Libro que culminó en marzo su recorrido por todo el país;
así como El pensamiento cultural ruso en Criterios, una recopilación en dos
tomos de textos de 33 teóricos de ese país euroasiático. Igualmente, entre
el 21 y el 23 próximos tendrá lugar el Coloquio Internacional Alejo
Carpentier, la emancipación y las revoluciones latinoamericanas, organizado
por la fundación que lleva su nombre, y el próximo 29 en la sala Manuel
Galich de la Casa de las Américas el público tendrá acceso al número 258 de
la Revista Casa. Por otra parte, el espacio habitual del Sábado del Libro
propuso, para el 17 de abril, los Sonetos Escogidos de Serafina Núñez,
publicado por la Editorial Oriente.
En la vida cultural cubana también los niños participan, ejemplo de ello es
el estreno por la compañía de teatro infantil La Colmenita el viernes 2 de
abril en el capitalino teatro Karl Marx de la pieza Elpidio Valdés y los Van
Van, con la que celebró sus 20 años y rindió homenaje al músico Juan Formell
y al realizador Juan Padrón.
Mientras en la UNESCO Cuba deploraba el papel de las transnacionales de la
desinformación “por su divorcio con la realidad del mundo en desarrollo, y
su promoción del pensamiento único y uniformador”, el programa La mesa
redonda transmitía dos documentales que abordan las luchas antirracistas en
Cuba: La conjura de Aponte, y 1911, voces contra un silencio. Por esos
mismos días se recibía en los puertos de Matanzas y La Habana la réplica de
la goleta Amistad, aquella que en 1839 protagonizara frente a nuestras
costas una sublevación de esclavos.
Entre el 19 y el 23 de abril la Asociación de Hermanos Saíz (AHS), que
agrupa a los jóvenes creadores, artistas e intelectuales cubanos, convoca a
un taller en el cual se discutirá sobre el rol de las nuevas generaciones en
el campo artístico, el arte plástico joven en Cuba, así como el audiovisual
y el teatro, y contempla también el encuentro de los jóvenes artistas y
estudiantes de las artes con destacados intelectuales nacionales como
Graziella Pogolotti, Rogelio Martínez Furé, Fernando Martínez Heredia,
Ramiro Guerra, entre otros.
El cine cubano en marzo le entregaba a Raúl Pérez Ureta el Premio Nacional
de Cine, en abril estrenaba el más reciente filme del también Premio
Nacional de Cine Fernando Pérez, José Martí: el ojo del canario y se
convocaba a la octava edición del Festival de Cine Pobre de Gibara del 19 al
25 de este mes, dedicado en esta ocasión a homenajear al editor Nelson
Rodríguez.
En artes plásticas merecen destacarse la exposición Del PI al PA, en la
Galería Villa Manuela, y Queloides, inaugurada en el Centro Wifredo Lam el
16 de abril, que, en torno al tema de la racialidad, agrupa obras de 12
artistas cubanos entre los cuales se encuentran Manuel Arenas, Roberto
Diago, Alexis Esquivel, René Peña, Elio Rodríguez y Belkis Ayón.
En las artes escénicas resaltan el Taller Internacional de Títeres Los
Zapaticos de Rosa en la ciudad de Matanzas, el evento Habana Vieja, Ciudad
en Movimiento y el XXII Festival La Huella de España, que se inaugurará el
domingo 18 en el Gran Teatro de La Habana.
Vale aclarar que no son estos los únicos eventos ni noticias en Cuba por
estos días, aunque sí, al menos en el mundo de la cultura, los que pueden
recordarse más fácilmente. A tanta vida se le trata de oponer otro país,
construido por los medios, al cual durante estos 50 años se le ha acusado de
todo, hasta de querer convertir a los niños en carne rusa, invención
aberrante que junto con la mentira de la pérdida de la patria potestad lanzó
a miles de pequeños lejos de sus familias con la Operación Peter Pan. Por
llenar tantas páginas de mentiras no les queda a las grandes trasnacionales
de la información espacio para nuestras verdades. Los ecos de la vida cubana
no logran resonar en sus espacios porque los mass media, siguiendo el
dictado de quienes pagan sus ediciones, insisten en fabricar una Cuba otra,
lejana y distinta a la que viven, y sueñan, los cubanos que en ella habitan.