jueves, 8 de julio de 2010

Pelota de Trapo Almorzando con Barrick Silvana Melo Alfredo Grande

 

 

 

De: agenciapelota-bounces@pelotadetrapo.redcta.org.ar [mailto:agenciapelota-bounces@pelotadetrapo.redcta.org.ar] En nombre de Agencia de Noticias Pelota de Trapo
Enviado el: Jueves, 08 de Julio de 2010 12:37 a.m.
Para: Agencia de Noticias Pelota de Trapo
Asunto: Agencia de Noticias Pelota de Trapo - Edicion del 08/07/10

 


 

 

 

 

 

Almorzando con Barrick
07/07/10

Por Oscar Taffetani

(APe).- “¿Puedes venderme tierra -escribe Guillén-, la profunda / noche de las raíces; dientes / de dinosaurios y la cal / dispersa de lejanos esqueletos? / ¿Puedes venderme selvas ya sepultadas, aves muertas, / peces de piedra, azufre / de los volcanes, mil millones de años / en espiral subiendo? ¿Puedes / venderme tierra, puedes / venderme tierra, puedes?”.

El gobernador de San Juan, José Luis Gioja, puede. El de Salta, Juan Manuel Urtubey, también. Y puede el de Santiago del Estero, Gerardo Zamora. Y el de Jujuy, Walter Barrionuevo. Y el de La Rioja, Luis Beder Herrera…

Claro que la tierra no es de ellos. Pertenece a sus pueblos. Nos pertenece a todos. Y ni siquiera a nosotros. Pertenece a nuestros hijos. Y a los hijos de nuestros hijos.

Sin embargo, todos ellos se sentaron, junto con la presidenta Cristina Fernández, a la mesa del gerente general de la Barrick Gold, que fue anfitrión en Canadá de la delegación argentina que participó de la cumbre del G-20.

Barrick Gold es denunciada en todo el mundo por sus proyectos mineros depredadores, que borran montañas con dinamita, separan el oro utilizando cianuro y agotan las reservas de agua potable.

La máscara de las “inversiones” sirve a esos gobernadores (sátrapas corruptos, como aquellos que denunciaba el Persa), para justificar la entrega del patrimonio público.

Y eso no sería lo peor (ya que algún día los sátrapas se van a morir, como todos nos moriremos). Lo peor es que el daño ambiental que dejen la Barrick Gold, la Panamerican Silver, la Lithium America y todas esas empresas, será pagado por las futuras generaciones argentinas.

Lamento por el bosque perdido

En el marco del Programa de Acción Nacional de Lucha contra la Desertificación, la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación y el INTA publicaron en 2004 un informe sobre el daño irreparable que produjo la empresa británica La Forestal en el norte de Santa Fe, durante la primera mitad del siglo XX.

“De 1.100.000 kilómetros cuadrados de bosques naturales que contabilizó el censo forestal de 1935 -dice el Informe- sólo quedan poco más de 330.000. En aquel entonces, el 39 por ciento del territorio nacional estaba cubierto de bosques; hoy, la superficie boscosa no llega al 12 por ciento. Santa Fe perdió casi el 90% de sus bosques”.

En los años ’30, auge de la extracción del tanino, La Forestal utilizó a gobernadores débiles y corruptos de Santa Fe para cobrarse “en especie” un préstamo en libras esterlinas otorgado a la provincia. Así, se apropió del agua, del aire y de los bosques de quebracho que pertenecían a todos los santafesinos.

Hasta ejército propio tenía La Forestal en sus dominios. Lo sufrieron los anarquistas y sindicalistas que lucharon por acabar con la infame explotación del mensú.

Y bien ¿qué le dejó La Forestal a Santa Fe, cuando se terminó la fiebre del tanino? Le dejó la ausencia del bosque. Le dejó una tristeza sin fin.


Deberían meditar esos funcionarios de Medio Ambiente que luchan contra la Desertificación. Las mineras como Barrick, que no respetan los glaciares y que consumen el agua potable de zonas áridas, son agentes claros de la Desertificación.

Aquí, allá y en todas partes

Quien visite el sitio de Internet de la Barrick Gold, podrá ver una lista de los lugares del mundo donde la empresa está “invirtiendo” (es decir, donde está haciendo daño): Pascua Lama y Zaldívar en Chile; Lagunas Norte y Pierina en Perú; Pascua Lama y Veladero en la Argentina. Y República Dominicana. Y los Estados Unidos. Y África. Y Australia.

La protesta contra Barrick y contra la minería a cielo abierto se ha extendido por todo el mundo. Aquel No a la mina de los vecinos de Esquel se repite en distintos escenarios. Eso es alentador. Ya que la empresa es global (y se sienta a comer con los presidentes donde quiere y cuando quiere), viene bien que la protesta sea global.


La conciencia ambiental, felizmente, se está despertando en el mundo. Y les dice a los gobernantes, usando palabras de un sabio leñador llamado Abraham Lincoln: “Puedes engañar a todos algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todos todo el tiempo”.

No hay secreto en tus ojos
08/07/10

Por Alfredo Grande



“aunque los ojos no ven, el corazón igual siente. Pero como no siente que siente, entonces se anima a sentirse contento, para lo cual hay que tener siempre la panza llena”

(aforismo implicado)

"Nos va a llevar varios años conseguir que los chicos tengan ganas de vivir", dijo Gabriela Torres, una trabajadora social que asumirá como subsecretaria bonaerense de Atención a las Adicciones. Se refería así a niños y adolescentes que, sin horizontes, son consumidos por las drogas en el conurbano. Torres, que reemplazará a Edgardo Binstock, asegura que llega para profundizar la mirada social del problema de la drogadicción por sobre el mero abordaje desde la salud. "Es una fantasía pensar que si un chico deja de drogarse su vida va a mejorar; es necesario ver el asunto desde un concepto de salud social y ayudarlo a reconstruir redes y recuperar su imaginario de futuro", dijo Torres durante una entrevista concedida a La Nación. La secretaría cuenta con un presupuesto anual de $64 millones. De ella dependen 32 centros de rehabilitación y tratamiento. "Nunca alcanza [el dinero]. Pero no hay otra posibilidad que ponerse a trabajar porque el dinero solo no garantiza soluciones". Sus dichos adquieren importancia, un día después de que se conociera un estudio de la Sedronar, que señala que sigue creciendo el uso de marihuana entre los alumnos secundarios. En 2009 fue del 8,4 por ciento. ¿Cuáles son los ejes de su gestión? El gran desafío en adicciones es el pase de la secretaría a Desarrollo Social; es un salto ideológico muy importante del Gobierno haber incluido [el trabajo sobre] adicciones en el área social, sacándolo de salud. Hace unos años hubiese sido cuestionado hablar de las adicciones como un problema social. Pablo Morosi Corresponsal en La Plata Diario La Nación - 27/06/10


(APe).- No me mires. Te lo pido porque de hacerlo, te darías cuenta que no puedo mirarte. Al menos, no todo el tiempo. Te miro de reojo, haciendo abuso de la amplitud de mi campo visual, tan útil para manejar en el tránsito organizado por semáforos psicóticos. Prefiero escucharte, aunque el entrecortado murmullo de tus palabras se pierda entre bocinazos y motores que rugen. No te miro apenas, y te escucho con dificultad. Tendría que haber bajado la ventanilla de mi auto, pero debo admitir que eso me hace sentir inseguro. Y ya sabemos: la inseguridad es una sensación, así que debo respetar mis sensaciones. Quise ayudarte, pero me resisto a entregar monedas porque de vez en cuando viajo en colectivo, y necesito tener medios de pago. Y me quedé sin billetes de dos pesos, que es el máximo que puedo entregar por cada petición. La mueca con la que te contesté, apenas fue un falso vínculo, una caricatura grotesca aún de la más elemental comunicación. Después de todo, es difícil mirar con ganas a quien no tiene ganas de vivir. ¿Quién, después de casi 30 años de democracia, les habrá robado el horizonte? Y sin horizonte, como enseñara Galeano, no hay utopía. Los hijos de la democracia que sin horizontes no tienen ganas de vivir, nos habla de una democracia que ha perdido sus horizontes. Y que para dar cuenta de sus ganas de vivir necesita un Bicentenario o el triunfalismo de ser el nido venturoso de un campeón del mundo. Si pudiera mirarte a los ojos, quizá podrías ver reflejada mi diluida esperanza en el concepto de salud social. Y más diluida, en la idea de las redes y en el mesianismo de un futuro mejor. Porque después de todo, este presente es el futuro de algún pasado que fue presentado como presente venturoso. Estos son los hijos no del 2001, sino de la democracia toda. Tampoco el 2001 fue una causa, sino uno de los tantos efectos. Tendría que mirarte, aunque sea fugazmente. Pero tu cara triste, de horizonte achatado, de respirar casi sin aire y de comer casi sin comida, me enfrenta al espejo infamante de la realidad que no miramos. Y me lamo las heridas del alma pensando que el dinero no garantiza las soluciones. ¿Y si fuera una mentira brutal? Es un momento para pensar que el dinero y la felicidad tienen una relación de mucha intimidad. Casi promiscua. Los idealistas de la vida, que se parecen demasiado a los cómplices de la muerte, insisten en la vacuidad del dinero. Por cierto que el dinero en si mismo no hace nada, tampoco la felicidad. Pero de lo que se trata, es del dinero como el único recurso que en una economía capitalista permite sostener las necesidades básicas y no tan básicas satisfechas. Los sponsors oficiales de la selección, que solo sponsorean a ricos y famosos, lo tienen clarísimo. Mientras insisto en no mirarte, me doy cuenta que de la felicidad puedo ocuparme cuando mis ingresos al menos equiparan mis egresos. Seguro que la historia no me absolverá, al menos que me absuelva la Afip. Si me animara a mirarte de frente, y además sostener un momento tu mirada, diría que el salto ideológico es dejar de pensar en el tema de las adicciones mezclando el placer con la necesidad. El consumo de marihuana está asociado al aumento del “área de confort” (expresión de las corporaciones) y del placer individual y grupal. Ni siquiera hablaría de adicción, apenas de preferencias del consumo. Jactancias de la clase media, para combatir el inocultable estupor de la manía de Internet. Pero en tu caso, que insistes en mirarme sin lograr que decida mirarte, no eres adicto para aumentar tu área de confort.
Consumes veneno como estrategia de supervivencia, de la misma manera que el sediento antes de enloquecer toma agua salada, o aguas contaminadas. Hay drogas y hay venenos que crean adicción. La merca, degradación de la cocaína medicinal “Merck”, con la que la mafia de Estados Unidos tuvo ganancias fabulosas, sin seguramente alcanzar la felicidad, degradó a la pasta base, que no es la pastera, aunque se le acerca. El paco es veneno puro. Causa adicción pero colocar su consumo como problema adictivo encierra un formidable escotoma de clase. No se trata de adicción: apenas de una estrategia de supervivencia. Y colocar en un mismo plano el consumo indebido, ilegal, pero de todos modos consumo de sustancias, con la necesidad siempre insatisfecha de sobrevivir algunas horas más, es a esta altura de las circunstancias negligencia criminal. El consumo de veneno como forma de enfrentar, claro que de la peor manera, la crueldad de la necesidad imperiosa (hambre, frío, desesperación), ni siquiera es una cuestión de salud social. Es una cuestión de enfermedad política y esa enfermedad es el capitalismo. ¿O acaso la minería a cielo abierto, la aberración del cianuro a cielo abierto, los millones de litros diarios de agua derramada, es un tema de salud social? También es un tema del capitalismo serio, porque estos chicos a los que nadie puede mirar (es cierto, yo tampoco) no pueden ser recuperados por ninguna asignación universal. Ellos ya están fuera de todo universo, en un planeta propio en el cual nadie quiere permanecer más que el tiempo de la foto pre electoral. Busqué tu mirada, pero ya te habías ido. Quizá no deseaba descubrir que no hay secreto en tus ojos: estás solo, lo sabes, y lo que es peor, sabes que nosotros también lo sabemos.

La señal
05/07/10

Por Silvana Melo


(APe).- No será un desfile brillante por la 9 de Julio. No será ese relámpago lo que la Historia recogerá como señal insoslayable de que la Patria crecida que cumplió 200 años ama más a su gente lastimada que a la foto soberbia de los oropeles. Porque la Patria que nacía se soñó integradora. Y sigue siendo, en su segundo siglo, proverbialmente injusta. Veintiséis abismos separan al 10 por ciento más pobre del 10 por ciento más rico. Y sistemáticamente se empuja a los bordes a los extremos de la vida más frágiles y expuestos: cinco millones de jubilados cobran menos de 900 pesos, en una de las demostraciones más flagrantes de un estado rapaz que les escamoteó gran parte de lo aportado durante treinta años. Y 2.800.000 chicos continúan a la deriva, sin ningún tipo de cobertura, a pesar de la declamación de una asignación por hijo a la que se llamó engañosamente universal y que es devorada mes a mes por una inflación negada.




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