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Enviado el: Miércoles, 15 de Septiembre de 2010 10:16 a.m.
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Asunto: Rodolfo Florido, mucho más que un “un simple empleado público” durante la Dictadura
14 de septiembre de 2010 | Actualidad | Investigación http://www.anbariloche.com.ar/noticia.php?nota=15870
Rodolfo Florido, mucho más que un “un simple empleado público” durante la Dictadura
¿Cuántos trabajadores de la administración pública nacional utilizaron pseudónimos durante la última dictadura? ¿Cuántos recibieron elogiosas calificaciones de sus jefes por sus trabajos de infiltración como Personal Civil de Inteligencia? ¿Quién, proveniendo de una familia militar, pidió su ingreso a los grupos de espionaje del Ejército 20 días antes del Golpe de Estado de 1976? No muchos. Entre ellos, Rodolfo Patricio Florido. Tras el fallo de la Cámara Segunda del Crimen que lo sobreseyó en una causa por defraudación y falsedad ideológica, el ex secretario de Prensa del Concejo se vio obligado a admitir que trabajó como espía. Lo hizo apelando a una ambigüedad: “Fui un empleado público más”, resumió intentado dar por terminado el debate sobre su verdadero rol durante la Dictadura. Por primera vez, ANB revela aspectos centrales del Legajo de Rodolfo Patricio Florido.
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“No soy yo. Es un homónimo”. La primera mentira de Rodolfo Patricio Florido hizo dudar a concejales, periodistas y vecinos de Bariloche. Fue en abril de 2008, luego que el diario porteño Página 12 revelara que Florido trabajó como Personal Civil de Inteligencia del Ejército y en el Servicio de Inteligencia Naval de la Armada, y ANB informara que, por su trabajo como espía, gozaba de un haber jubilatorio.
¿Podía la prensa haber equivocado datos clave del pasado del secretario de Prensa del Concejo Municipal, y haberlo onfundido con un homónimo que, durante la dictadura y en democracia, ocupó cargos en los servicios de inteligencia? Para muchos la duda recién se disipó ayer cuando, paradójicamente forzado por un fallo que le fue favorable en la Cámara Segunda del Crimen de Bariloche, Rodolfo Florido se vio en la obligación de admitir su paso por la SIDE durante la democracia -de 1989, en los albores del menemismo, hasta 2002-, y su trabajo en el Ejército y la Armada en la Dictadura.
“Fui un empleado público más”, se limitó a responder consultado -en conferencia de prensa- sobre su tarea durante el más negro período de la historia nacional.
Sin embargo, su Legajo confirma que, mientras el Ejército y la Armada cumplían su tarea de represión más feroz, Rodolfo Patricio Florido actuó bajo un pseudónimo y recibió elogias calificaciones y ascensos en la estructura del Personal Civil de Inteligencia del Ejército -entre junio de 1976 y abril de 1978-, y en el Servicio de Inteligencia Naval de la Armada -entre 1978 y 1989-.
La desclasificación de archivos de la última Dictadura -dispuesta por la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner a través del Decreto 4 de 2010- permite acceder a información clave para desentrañar el verdadero rol del sector civil durante los años de represión estatal.
De hecho, en los listados del Personal Civil de Inteligencia del Batallón 601 del Ejército y de la Armada, el nombre de Florido se repite.
Voluntarioso
Recomendado -una semana antes del Golpe de Estado del 24 de marzo de 1976- a la estructura del Ejército por un Coronel, debido a la amistad que mantenía con su padre, el Capitán de Fragata Héctor Rodolfo Florido, el joven Rodolfo Patricio Florido, con 23 años, solicitó su ingreso como Personal Civil de Inteligencia.
Consumado el derrocamiento del gobierno democrático, el 1 de junio de 1976 el Ejército inscribió entre sus filas al, por ese entonces, estudiante de Ciencias Políticas en la Universidad Kennedy.
Un año después de actuar bajo el pseudónimo de Adolfo Grau y cumplir tareas de espionaje, en mayo de 1977 sus superiores destacaron entre sus cualidades más elogiables de Florido su “voluntad por satisfacer las exigencias impuestas”.
Esas órdenes recibidas por el espía todavía permanecen en secreto, pero podrían develarse si prospera la intención de algunos organismos de derechos humanos nacionales de llevar al ex secretario de Prensa del Concejo Municipal ante la Justicia Federal porteña, acusándolo de partícipe primario o secundario de delitos de lesa humanidad.
“Rendimiento 8; iniciativa 8; cooperación 8; disciplina 9; cultura general 9; criterio 8”. Las conceptuosas notas obtenidas por Florido se repiten durante los dos años que prestó servicio como espía del Personal Civil de Inteligencia del Ejército.
Tras recibirse como politólogo pidió el pase a la Armada, lo cual le valió una queja de sus superiores: “Es necesario destacar y dejar citado como antecedente poco favorable su renuncia a sólo tres meses de haber sido nombrado en la categoría de personal superior y concluido sus estudios universitarios”. Una mácula en la carrera.
Es que, como politólogo, en el Ejército hubiese podido cumplir con mayor capacidad la tarea vinculada a la “información política” para la que fue recomendado dentro de la fuerza.
El 1 de abril de 1978 fue incorporado al Cuadro A-1 del Servicio de Inteligencia Naval (SIN) de la Armada. Con la llegada de la democracia continuó prestando servicios, aunque a fines de diciembre de 1983 fue cambiado de Cuadro y destino.
Se retiró en 1989, cuando el menemismo llegó al poder, y a partir de allí trabajó en la SIDE, hasta su jubilación en 2002.
Antes de dejar la fuerza que comandó el mayor centro de represión clandestina del país -la ESMA-, Rodolfo Patricio Florido dejó sentado su estima por la Armada y el Servicio de Inteligencia Naval. En su nota de renuncia señaló que “más allá de las formalidades”, se sentía “profundamente agradecido con la Institución Naval y con este Servicio (el SIN) al que le entregué mi mejor esfuerzo y del que recibí las mejores consideraciones”. (ANB)''
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