Blanca Mercedes Mesa tiene 80 años, lleva 50 de ellos bloqueada.
Su poesía nos lo describe como es….. un genocidio. Toto.
El bloqueo
Ese genocidio…
Asamblea General de la ONU
El día que nos quiten el bloqueo
nos parecerá que caminamos por el aire
sin sujeción alguna.
Seremos cosmonautas ingrávidos sobre la simple tierra,
todo, todo transcurrirá liviano, transparente
pletórico de volutas de humo,
crepúsculos rosados,
atardeceres límpidos,
como telón de nubes rubicundas de arcángeles pictóricos del medioevo.
¿Será verdad, será verdad?
Una y otra vez nos pellizcaremos la mansa piel.
Creeremos realmente imposible
aquello que veamos, aquello que toquemos.
Debe ser solo un sueño
de descanso reposado,
de pesadillas dulces con sabor a vainilla.
El día que nos quiten el bloqueo
amanecerá a cualquier hora del día.
Tocarán, tocarán cercanas y lejanas campanas,
pero eso no será suficiente para nosotros.
Tocarán, tocarán inaudibles bocinas
y clamores de infinitos nombres,
himnos improvisados
y músicas, y tambores, y violines, y pianos en la sombra.
¿Pero acaso existirá la sombra?
El día que nos quiten el bloqueo
todo será pura luz y hasta la sombra.
Entonces, solamente entonces,
advendrán vítores, parabienes, indemnizaciones.
Los ciegos dejarán sus vendas,
los sordos, sus aparatos para oir,
los mudos hablarán
y los vociferantes guardarán amorosos silencios
y advendrán, advendrán
parabienes, indemnizaciones.
Sólo que los muertos ya serán cadáveres sepultos
y los vivos, momias buscando sus conjuros.
El día que nos quiten el bloqueo será sencillamente tarde, tarde, tarde…