jueves, 10 de febrero de 2011

Posada Carriles resort terrorista Stella Calloni argentina

000_1629.JPGfoto, texto y caligrafía de Toto. Ubicación acera de la calle Rojas barrio Caballito, Ciudad Autónoma Buenos Aires.

Crónicas terroristas de EE.UU.

   Posadas   Carriles:   en  la  ruta  del  terror          por Stella Calloni  smjcal@yahoo.com.ar


7 de febrero de 2011  El juicio contra el terrorista confeso Luis Posada Carriles que se desarrolla en el Paso, Texas, está demostrando al mundo no sólo la “doble moral” como una eterna política de Washington, sino  los manejos e interferencias que sobre la justicia imponen los gobiernos de Estados Unidos, mediante presiones de todo tipo sobre los magistrados, por una parte, y  entregando además los hilos del poder real a un verdadero núcleo mafioso, que ha llegado a sus máximos límites y amenaza al mundo entero.

La crónica de este juicio que día por día vamos conociendo, así como el seguimiento que hacen los familiares de las víctimas revelan el grado de la impunidad de viejo cuño y asombra por la degradación a que han llegado algunos magistrados.

Esto evidencia una injusticia aterradora, magnificada por la responsabilidad que tiene en esa degradación jurídica, la mayor potencia del mundo,  autodefinida como la “cuna de la democracia”  y que está ejerciendo  un terrorismo de Estado transnacional cuya consecuencia es un esquema de injusticia global que nos afecta a todos.

Si criminales como Posada Carriles, Orlando Bosch,  y otros de los grupos terroristas cubano- americanos de Miami, siguen actuando libremente, escribiendo libros con sus trágicas memorias, o hablan con los medios ufanándose de sus crímenes y continúan manteniendo células en diversos países, zonas bajo su control, y relaciones con todos los criminales del mundo amparados por los organismos de inteligencia de Estados Unidos, habremos entrado en otro nuevo período de horror.

La única defensa posible es una acción internacional, unificada y potente, para obligar a que se imponga la justicia. Esto también beneficiaría al pueblo de Estados Unidos, que ha visto asesinar a presidentes y políticos elegidos por voluntad popular, sin que se haya hecho justicia nunca.

En los primeros días de 2011 la ofensiva contra Cuba registra varios hitos, especialmente después de que  algunos cables de Wikileaks- que ocultan los medios del sistema-  dejaron al desnudo el negocio que significa para los  autocalificados  “blogueros” o “disidentes”, que manipulan y desinforman  sobre su país y reciben fabulosas sumas de dinero y revelan el hoyo negro de corrupción  de los “dadivosos” funcionarios estadounidenses. Pero también  la continuidad de las agresiones contra la isla.

Además de las amenazas abiertas  asistimos a la antidemocrática censura de  Google y su canal  de videos de  Youtube, que cerró abruptamente la cuenta de la página  Cubadebate en  esa red social, bajo  una denuncia “por infracción del copyright”, para impedir la difusión de un video que mostraba al  terrorista Posada  Carriles anunciando “que este año estaría en Cuba” y exigiendo pago por sus servicios.
Pero hubo más. También se retiró la página que fue abierta en  Facebook  por los internautas, que reclamaban a Youtube la restitución del canal de esa red y denunciaban la situación. Y la batalla sigue en esos niveles.

Lo que Estados Unidos intenta impedir es que se conozca la verdad sobre este terrorista  que trabajó, actuó, cubrió misiones y mató en nombre de la CIA. Y menos aún que se demuestre que  existiendo tantas pruebas, testimonios documentos y confesiones propias sobre esas actividades criminales se lo esté juzgando  por “mentir en un trámite migratorio”.

La farsa judicial demuestra además la falsedad de los argumentos sobre la guerra de Estados Unidos contra el terrorismo, ya que ampara y defiende a esos terroristas propios, mientras en otro juicio falsificado, bajo presión mafiosa, se condena a penas brutales a cinco cubanos que investigaban en Miami las redes responsables de ataques  y atentados contra Cuba.
VIEJOS TERRORISTAS Y NUEVOS PLANES

Recientemente durante una entrevista con CNN el  nuevo congresista Mario Díaz Balart  no dudó en  afirmar que el “señor”  Luis Posadas   Carriles había sido declarado “inocente” del atentado contra el avión de Cubana  en Barbados y que no existían pruebas de su responsabilidad, mintiendo abiertamente, y admitió que trabajará para impedir cambios en la política de EE.UU.  hacia la isla, continuando la posición de su hermano Lincoln Díaz Balart, quien renunció para dejarle abierto el camino al congreso .

El 11 de febrero de 2010  Lincoln Díaz-Balart  anunciaba su renuncia “orgulloso” de haber logrado el bloqueo contra Cuba,  entre otras acciones criminales, durante una conferencia en la Universidad Internacional de Miami.  Dijo también que como ciudadano privado estará dedicado a ayudar “a los héroes de Cuba”, entre los cuáles  está Posada Carriles.

Este, a su vez, fue  invitado al Congreso  anual de la organización terrorista Alpha 66, realizado el 27 y 28 de febrero de 2010 y allí propuso retomar todos los planes contra Cuba y acciones paramilitares. La red  del terror estaba en funciones, como lo sigue estando.

Luego el mismo Lincoln Díaz-Balart relanzó en mayo  de 2010  la organización terrorista “La Rosa Blanca” proclamándose presidente de la misma, tomando el nombre  de la  primera organización contrarrevolucionaria  fundada en Estados Unidos,    que desde 1959  se vinculó a la CIA, y cuyos integrantes trabajaron para ésta, junto a varios  dictadores.

La antigua Rosa Blanca, que nada tenía que ver con el poema de José Martí, fundada por el padre de los Díaz-Balart, intentó crear  un movimiento contrarrevolucionario  en las montañas de Escambray, dejando en ese camino una saga criminal de acciones terroristas, que van desde quema de escuelas, viviendas, campos de  caña y otros atentados que costaron muchas vidas a Cuba.

La sola idea de relanzar esta organización indica los planes de los Díaz-Balart y sus socios  de Miami, destinados a reactivar el terrorismo contra Cuba, recibiendo ayuda millonaria de Estados Unidos.

Por eso no dejan lugar a duda las confesiones del terrorista salvadoreño, Francisco Antonio Chávez Abarca, detenido en julio del año pasado en Venezuela, cuando entraba ilegalmente a ese país y quien fue extraditado a Cuba, donde la justicia lo buscaba por su  participación en los atentados de 1997.

La lista de acciones terroristas planeadas es abrumadora. Y  el accionar de la Fundación Cubano Americana y de otras entidades  en Miami  advierten sobre la continuidad de los planes criminales. Algo de que se jacta la también congresista  cubano-americana Ileana Ross-Lehtien  quien hizo una memorable campaña en 1988 para liberar al terrorista Orlando Bosch, además de ser también la autora intelectual de todo tipo de acciones criminales contra Cuba, y que ahora tendrá mucho más poder de acción en el Congreso.

LA GRAN FARSA

La farsa del juicio en El Paso, Texas es una evidencia de ese mismo esquema. El único juicio justo debería ser por los  crímenes de lesa humanidad cometidos por Posada Carriles y sus cómplices,  ya que existe plena prueba sobre su responsabilidad  como autor intelectual del  atentado del avión civil de Cubana de   Aviación el 6 de octubre de 1976, en Barbados donde murieron 73 pasajeros,  además de secuestros, torturas  y asesinatos en distintos países, persecuciones, voladuras de edificios. Además está probada su participación en operaciones de contrainsurgencia, como Cóndor, coordinadora criminal de las dictaduras del Cono Sur  ( años 70-80)o Calypso en Centroamérica.

 El abogado José Pertierra, que representa al Estado  venezolano de cuya justicia Posadas Carriles es prófugo desde  1985,  cuando estaba detenido por el atentado en Barbados, sostiene en un artículo de opinión que este terrorista “sabe muy bien que si lo condenan en El Paso solo por mentiroso, no va preso. Ya la jueza se lo dijo anteriormente. Le acreditan el año y medio que ha estado tras las rejas cuando se dirimía su estatus migratorio, y lo dejan libre. Él está tranquilo, sin remordimiento alguno por sus crímenes”.

En su artículo “De Tucson a El Paso por un mismo carril: el terrorismo” (10-1-2011) recuerda Pertierra que Posada le dijo  al New York Times en 1998, “ese italiano (en referencia al turista Fabio di Celmo quien murió en un atentado contra un hotel en Cuba en 1997) estaba sentado en el lugar equivocado en el momento equivocado… . yo duermo como un bebé”.  Así tranquilamente   confesó  que organizó la            campaña terrorista contra los hoteles y restaurantes en La Habana, sin que nadie actuara contra esta evidencia abrumadora.

Posada Carriles, que además está acusado por sus víctimas directas como la dirigente Nidia Díaz, del Frente Farabundo Martí de El Salvador y otras que dejó su paso por ese país en los años 80  y por la policía política venezolana Disip en los  70 juega a los olvidos, confusiones, desmemorias,  argumentando que por su trabajo en la CIA debía  usar documentos e identidades falsas para “facilitar” sus misiones  contra  Cuba, Venezuela y otros países en América Latina.
“Esto fue lo que la defensa argumentó en un documento de  14 páginas presentado a la Jueza Kathleen Cardone”, el 29 de enero de 2010, al presentar una moción  ante el tribunal federal en El Paso, señaló Pertierra quien analiza que “Washington sabe que Posada tiene mucho que contar y está tratando de limitar el testimonio y la    evidencia lo más posible para que no salgan a relucir los crímenes que cometió en décadas de trabajo para la  CIA”.

Nadie de los que asisten al vergonzoso juicio, donde las artimañas de los defensores del terrorista son toleradas por los magistrados, degradando a la justicia, ignora que existen documentos de la CIA, cables, confesiones públicas, que establecen plenamente las responsabilidades de Posada.
Incluso en  documentos anteriores, Posada alegó que todo lo que hizo en   América Latina lo hizo “a nombre de Washington”. Con esto de alguna manera presiona  al jurado sobre su relación con la CIA.


“Sabe (Posada) que mientras más amenaza con contar de su relación con   la CIA, más tiemblan los que esconden los esqueletos en Washington. Para lograr convencer a la Jueza Cardone que su relación con la CIA es relevante al proceso en el cual lo acusan de ser mentiroso, la  defensa sostuvo que la CIA lo enseñó a mentir(…)todo demuestra que esta será una nueva farsa judicial” señala el abogado.


Dejar transcurrir este juicio en el grado de impunidad en que se está desarrollando es abrir la puerta a todos los demonios. Si Posada Carriles no es castigado por lo que es, un terrorista en permanente actividad, si Orlando Bosch- que carga numerosos crímenes entre ellos el del avión de Barbados- escribe libros donde admite la participación terrorista de personajes como Carlos Montaner, convertido en “periodista” como sucede con varios agentes de la CIA  y nadie hace nada, el futuro del pueblo de Cuba y de América Latina está bajo una grave amenaza.
En los últimos tiempos han surgido las pruebas sobre sus más recientes andanzas- una de las más evidentes fue el intento de asesinar al entonces presidente de Cuba, Fidel Castro, en una Cumbre Iberoamericana en Panamá en el año 2000, donde se encontró a Posada con los explosivos en las manos, junto a sus compañeros  de las rutas del terror. Estados Unidos intervino nuevamente ante la presidenta Mireya Moscoso, quien antes de dejar el gobierno en su país en 2004, los amnistió.

Como muestra de que nada cambió, Chávez Abarca  estaba comisionado en el 2010 por el mismo Posada para asesinar al presidente Hugo Chávez, entre otros actos terroristas contra Venezuela. Podríamos escribir miles de páginas sobre  estos personajes siniestros. Pero ¿va a juzgarse Estados Unidos  a sí mismo como un estado eternamente terrorista?. Esa es la cuestión
¿Hasta donde podrán seguir “escondiendo los esqueletos”-como dice Pertierra- en los armarios de Washington.?. Son demasiados, Miles y miles y el mundo comienza a reaccionar. El 6 de enero de 2011, el expresidente George W. Bush debió suspender una visita a Suiza donde iba a ser orador de la cena anual de una entidad judía ante las fuertes críticas y movilizaciones de grupos de derechos humanos, que lo acusan de ordenar prácticas de tortura. Si llegara a ese país se le podría iniciar una acción penal.


Esto muestra que la impunidad no perdura para siempre y  de eso se tratan los sucesos del juicio en el Paso Texas, lo que demanda a los juristas internacionales plantear procesos a jueces que protegen a un criminal terrorista confeso, mientras castigan a cinco hombres cubanos, sólo por intentar detener esa mano del crimen. Lo que suceda en El Paso puede ser la gota que rebalse el vaso de la injusticia. (fin)