sábado, 5 de febrero de 2011

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tomado de www.rebelion.org

 

Entrevista al Doctor Jesús Renó, Jefe de Pediatría del Instituto

Oncológico de La Habana

“La Revolución sacrifica lo que sea necesario para dar los

medicamentos gratis a los niños”

 

Guillermo Nova

La República

 

 

Hasta los años sesenta en Cuba no existían los institutos de

oncología, la lucha contra el cáncer estaba en manos de la

beneficencia de las señoras de la alta sociedad, la Revolución tuvo

que formar médicos y crear la infraestructura, incluso construyendo

los propios vecinos las instalaciones con trabajo voluntario los fines

de semana.

En Cuba los tumores más comunes son los linfomas y los del sistema

nervioso central, en el Instituto Oncológico de La Habana reciben unos

60 casos nuevos por año de todas las provincias del país, acompañados

por un familiar mientras están hospitalizados, los niños tienen

preferencia en el diagnóstico y el tratamiento necesario para poder atenderles.

 

¿Cuál es la esperanza de vida de los pacientes?

 

Después que comenzamos a hacer un tratamiento más integral de cirugía,

radioterapia y quimioterapia en el niño las cosas comenzaron a cambiar

porque antes de la quimioterapia teníamos supervivencias muy bajas

pero después que se comenzó a usarla nuestra supervivencia aumentó a

un 70%, los niños con leucemia se salvan en un 90%, los casos de

linfoma de Hodgkin tienen una supervivencia del 94%, hace muchos años

que nosotros no vemos a un niño morir por ejemplo de un retinoplastoma,

 

A pesar de la satisfacción por lo alcanzado la mirada está puesta en

lo que queda por mejorar, nos cuenta el Doctor Renó que "en los

tumores óseos malignos de la infancia había una supervivencia del 68%

en los años 80 y sin embargo hasta el momento no se ha elevado ese

índice por mucho que se ha perfeccionado la tecnología y la atención

terapéutica". Aunque los países desarrollados tampoco han logrado

reducir muchos de estos indicadores, el desarrollo tecnológico es

vital y un buen ejemplo son los tumores del sistema nervioso central,

tercera causa de incidencia, que se están controlando gracias al

desarrollo de anticuerpos monoclonales creados en el Polo Científico de Cuba.

 

La sala de Pediatría del Instituto de Oncología de La Habana cuenta

con un equipo multidisciplinar compuesto por oncólogos, pediatras,

radioterapeutas, psicólogos, trabajadores sociales, farmacólogos,

psiquiatras, y además tienen la colaboración especializada de todos

los servicios quirúrgicos del hospital lo que da una imagen de la

complejidad de los tratamientos, pero “lo que no hemos logrado es

tener de manera estable dentro del equipo a los artistas” se lamenta

el Doctor Renó, es muy importante poder animar a los niños de manera

permanente, mientras lo suplen con las actividades recreativas y

donaciones que organizan los centros de trabajo.

 

¿Durante el tratamiento tan lejos de sus casas como hacen los niños

para no perder el curso escolar?

 

El ámbito de la educación es muy importante, porque hay que tener en

cuenta que la hospitalización en nuestros casos es extremadamente

larga, por ello nuestras maestras está bien preparadas, son veteranas

del sistema educativo con experiencia que además de dar todos los

niveles de primaria actualizan a los adolescentes que están en la

secundaria básica incluso a lo largo de los años hemos hecho graduaciones aquí.

 

¿Estos tratamientos se pueden hacer en la casa?

 

Los tratamientos oncológicos de la pediatría son extraordinariamente

complejos desde el punto de vista tecnológico por eso no se pueden

hacer en el hogar, en los casos muy prolongados los enfermos suelen

hacer descansos en el hogar de dos o tres semanas pero vuelven de

nuevo a ingresar unos diez días, nosotros buscamos tratamientos cortos

pero muy intensos porque son los que mantienen altos niveles de

supervivencia y muy buena calidad de vida en los niños.

 

¿Cuánto tienen que pagar los pacientes por el tratamiento?

 

Absolutamente todo es gratuito y no estamos ajenos a los altos precios

que hay que pagar por los medicamentos en el mercado internacional

pero es política de la Revolución sacrificar lo que tengamos que

sacrificar con tal de garantizar el acceso del enfermo al medicamento

de manera gratuita.

 

¿Algunos de estos medicamentos se fabrican en Cuba?

 

En estos momentos estamos comenzando a ensayar la fabricación de

algunos medicamentos, pero la mayoría los tenemos que comprar en el

exterior a los laboratorios que tengan un aval científico importante y

que puedan vendernos el medicamento.

 

¿El bloqueo también les afecta?

 

El bloqueo con nosotros no hace excepciones ni tiene condolencias por

el hecho de tratarse de tumores malignos en la infancia. Un caso

concreto es el de unos laboratorios en México que fueron comprados por

una empresa norteamericana y dejó de vendernos, mientras tenemos que

comprar los medicamentos en áreas muy lejanas y nos llegan tardíamente

cuando Estados Unidos nos lo podrían vender más baratos por la

cercanía geográfica, por culpa del bloqueo nosotros no podemos

completar tratamientos de alta calidad en tumores malignos de la

retina porque no nos venden la placa de yodo radioactivo aunque

tenemos la formación para aplicarla y podríamos hacerlo perfectamente

aquí. Tampoco hemos logrado la compra de endoprótesis para los casos

de tumores malignos del hueso y hemos tenido que llevar a un grupo de

niños a la amputación que podían haber salvado su miembro.

 

No influye radicalmente en la sobrevida pero sí profundamente en la

calidad de vida, en poder devolver a un paciente a la sociedad como

hombres y mujeres útiles y vale la pena que tengan esas oportunidades.

 

¿Quiénes afrontan mejor la enfermedad los niños o los padres?

 

Claramente los niños, yo tengo un regalo que me ha dado la vida y es

haber elegido esta profesión porque me siento ser el alumno predilecto

de la vida, los mejores profesores que he tenido en mi vida son los

niños y siempre estaré al lado de ellos precisamente por eso, porque

nosotros tenemos conceptos preestablecidos que llegan a ser

prejuicios, cuando tu oyes a un adulto decir ¡que duro es esto! y

mientras el niño se enfrenta a ti, que en su sabiduría por su edad

sabe lo que tiene, pone su fuerza y su moral y destruye todos esos

prejuicios que tiene el adulto y el niño hace que tengas que cambiar

totalmente tu mentalidad y tu manera de ser, solo de pensar como esos

niños pueden pasar al otro lado del puente arrastrando de la mano a

los adultos se invierte totalmente la película y nosotros tenemos

todos los días una esperanza importante para seguir viniendo aquí a

dar nuestro aporte.

 

Pero además los resultados nos dan vitalidad a los médicos, mira este

caso concreto, me dice mientras con ojos iluminados señala un informe

encima de la mesa, una niña que nos llegó con cuatro meses de edad y

ahora le estamos preparando la historia clínica para que el obstetra

le pueda atender en su etapa de embarazada, cuando tú ves estos

resultados te da un placer enorme.

 

Fuente original: http://www.larepublica.es/spip.php?article22569