tomado de www.rebelion.org
Entrevista al Doctor Jesús Renó, Jefe de Pediatría del Instituto
Oncológico de La Habana
“La Revolución sacrifica lo que sea necesario para dar los
medicamentos gratis a los niños”
Guillermo Nova
La República
Hasta los años sesenta en Cuba no existían los institutos de
oncología, la lucha contra el cáncer estaba en manos de la
beneficencia de las señoras de la alta sociedad, la Revolución tuvo
que formar médicos y crear la infraestructura, incluso construyendo
los propios vecinos las instalaciones con trabajo voluntario los fines
de semana.
En Cuba los tumores más comunes son los linfomas y los del sistema
nervioso central, en el Instituto Oncológico de La Habana reciben unos
60 casos nuevos por año de todas las provincias del país, acompañados
por un familiar mientras están hospitalizados, los niños tienen
preferencia en el diagnóstico y el tratamiento necesario para poder atenderles.
¿Cuál es la esperanza de vida de los pacientes?
Después que comenzamos a hacer un tratamiento más integral de cirugía,
radioterapia y quimioterapia en el niño las cosas comenzaron a cambiar
porque antes de la quimioterapia teníamos supervivencias muy bajas
pero después que se comenzó a usarla nuestra supervivencia aumentó a
un 70%, los niños con leucemia se salvan en un 90%, los casos de
linfoma de Hodgkin tienen una supervivencia del 94%, hace muchos años
que nosotros no vemos a un niño morir por ejemplo de un retinoplastoma,
A pesar de la satisfacción por lo alcanzado la mirada está puesta en
lo que queda por mejorar, nos cuenta el Doctor Renó que "en los
tumores óseos malignos de la infancia había una supervivencia del 68%
en los años 80 y sin embargo hasta el momento no se ha elevado ese
índice por mucho que se ha perfeccionado la tecnología y la atención
terapéutica". Aunque los países desarrollados tampoco han logrado
reducir muchos de estos indicadores, el desarrollo tecnológico es
vital y un buen ejemplo son los tumores del sistema nervioso central,
tercera causa de incidencia, que se están controlando gracias al
desarrollo de anticuerpos monoclonales creados en el Polo Científico de Cuba.
La sala de Pediatría del Instituto de Oncología de La Habana cuenta
con un equipo multidisciplinar compuesto por oncólogos, pediatras,
radioterapeutas, psicólogos, trabajadores sociales, farmacólogos,
psiquiatras, y además tienen la colaboración especializada de todos
los servicios quirúrgicos del hospital lo que da una imagen de la
complejidad de los tratamientos, pero “lo que no hemos logrado es
tener de manera estable dentro del equipo a los artistas” se lamenta
el Doctor Renó, es muy importante poder animar a los niños de manera
permanente, mientras lo suplen con las actividades recreativas y
donaciones que organizan los centros de trabajo.
¿Durante el tratamiento tan lejos de sus casas como hacen los niños
para no perder el curso escolar?
El ámbito de la educación es muy importante, porque hay que tener en
cuenta que la hospitalización en nuestros casos es extremadamente
larga, por ello nuestras maestras está bien preparadas, son veteranas
del sistema educativo con experiencia que además de dar todos los
niveles de primaria actualizan a los adolescentes que están en la
secundaria básica incluso a lo largo de los años hemos hecho graduaciones aquí.
¿Estos tratamientos se pueden hacer en la casa?
Los tratamientos oncológicos de la pediatría son extraordinariamente
complejos desde el punto de vista tecnológico por eso no se pueden
hacer en el hogar, en los casos muy prolongados los enfermos suelen
hacer descansos en el hogar de dos o tres semanas pero vuelven de
nuevo a ingresar unos diez días, nosotros buscamos tratamientos cortos
pero muy intensos porque son los que mantienen altos niveles de
supervivencia y muy buena calidad de vida en los niños.
¿Cuánto tienen que pagar los pacientes por el tratamiento?
Absolutamente todo es gratuito y no estamos ajenos a los altos precios
que hay que pagar por los medicamentos en el mercado internacional
pero es política de la Revolución sacrificar lo que tengamos que
sacrificar con tal de garantizar el acceso del enfermo al medicamento
de manera gratuita.
¿Algunos de estos medicamentos se fabrican en Cuba?
En estos momentos estamos comenzando a ensayar la fabricación de
algunos medicamentos, pero la mayoría los tenemos que comprar en el
exterior a los laboratorios que tengan un aval científico importante y
que puedan vendernos el medicamento.
¿El bloqueo también les afecta?
El bloqueo con nosotros no hace excepciones ni tiene condolencias por
el hecho de tratarse de tumores malignos en la infancia. Un caso
concreto es el de unos laboratorios en México que fueron comprados por
una empresa norteamericana y dejó de vendernos, mientras tenemos que
comprar los medicamentos en áreas muy lejanas y nos llegan tardíamente
cuando Estados Unidos nos lo podrían vender más baratos por la
cercanía geográfica, por culpa del bloqueo nosotros no podemos
completar tratamientos de alta calidad en tumores malignos de la
retina porque no nos venden la placa de yodo radioactivo aunque
tenemos la formación para aplicarla y podríamos hacerlo perfectamente
aquí. Tampoco hemos logrado la compra de endoprótesis para los casos
de tumores malignos del hueso y hemos tenido que llevar a un grupo de
niños a la amputación que podían haber salvado su miembro.
No influye radicalmente en la sobrevida pero sí profundamente en la
calidad de vida, en poder devolver a un paciente a la sociedad como
hombres y mujeres útiles y vale la pena que tengan esas oportunidades.
¿Quiénes afrontan mejor la enfermedad los niños o los padres?
Claramente los niños, yo tengo un regalo que me ha dado la vida y es
haber elegido esta profesión porque me siento ser el alumno predilecto
de la vida, los mejores profesores que he tenido en mi vida son los
niños y siempre estaré al lado de ellos precisamente por eso, porque
nosotros tenemos conceptos preestablecidos que llegan a ser
prejuicios, cuando tu oyes a un adulto decir ¡que duro es esto! y
mientras el niño se enfrenta a ti, que en su sabiduría por su edad
sabe lo que tiene, pone su fuerza y su moral y destruye todos esos
prejuicios que tiene el adulto y el niño hace que tengas que cambiar
totalmente tu mentalidad y tu manera de ser, solo de pensar como esos
niños pueden pasar al otro lado del puente arrastrando de la mano a
los adultos se invierte totalmente la película y nosotros tenemos
todos los días una esperanza importante para seguir viniendo aquí a
dar nuestro aporte.
Pero además los resultados nos dan vitalidad a los médicos, mira este
caso concreto, me dice mientras con ojos iluminados señala un informe
encima de la mesa, una niña que nos llegó con cuatro meses de edad y
ahora le estamos preparando la historia clínica para que el obstetra
le pueda atender en su etapa de embarazada, cuando tú ves estos
resultados te da un placer enorme.
Fuente original: http://www.larepublica.es/spip.php?article22569