Malos, sucios y feos
Con popular ironía, Hugo Moyano aludió a este dicho: “malos, sucios y feos” aplicado a sí mismo y su grupo en el acto en River en el que participó Néstor Kirchner y la presidenta Cristina. Ya había algo que se empezaba a gestar contra su persona. No nos debería extrañar, por tanto, que ese “algo” explote en estos días. Para empezar, quisiera dejar claro un aspecto: Moyano no es “santo de mi devoción”, y tengo en mi memoria sindicalistas como Tosco o como Ongaro, pero no dejo de recordar que en los ’90 participé de reuniones con Moyano, Piumatto y el “perro” Santillán en contra del modelo neoliberal. Creo que la Dictadura, se ocupó de “desaparecer” a grandes sindicalistas, y recuerdo a Triacca y Baldassini declarando en el “juicio a las juntas” que no sabían que hubiera sindicalistas desaparecidos.
También recuerdo que los tres gremios más afectados por la desocupación y el genocidio económico menemista fueron los petroleros, estatales y ferrocarriles, y que “curiosamente” esos sindicalistas eran los más amigos y cercanos al ex-presidente contra el que Moyano peleaba. Pero también recuerdo y sé que los empresarios quisieran que los sindicatos desaparezcan, que haya mil agrupaciones, en lo más parecido al “divide y reinarás” que recuerde. También recuerdo que Moyano peleó y pelea por los “camioneros”, y eso molestó y molesta a los “amigos de Clarín” (si es que los poderes económicos tienen amigos y no socios, o cómplices, o algo así). Recuerdo los artículos cuando los camioneros reclamaban a los de comercio, de peajes, y ¡oh herejía!- a los camiones de reparto de diarios ser parte de su gremio… También recuerdo que amigos del poder judicial siempre me decían, hablando de Moreno Ocampo, que había tenido la suerte de estar en el lugar y tiempo preciso, porque la lucha por los derechos humanos no le importaba nada, como -decían- tampoco le importaba a Strassera, que tuvo la misma suerte. “Para Luis –me decía alguien que lo conocía- su único Dios es el dinero”.
No debería extrañar sus contactos suizos ahora que está allí disfrutando la cercanía del “sol y el calor”. También recuerdo que cuando al ex-presidente se le escapó, con esa liviandad que da la impunidad, que tenía “unos pesos” en Suiza, el encargado de hacer los exhortos fue el juez ‘menemista’ Oyarbide, y fueron rechazados por mala redacción. También recuerdo que el encargado en Clarín de todos los artículos contra Moyano fue el “joven promesa”, premiado por Videla, Van der Kooy. Claro que todo esto sumado en nuestros días a las cuentas desbloqueadas de Papel Prensa, a algunos inconvenientes del “Grupo” (¿no es “cártel”?) con la justicia desde la grilla de Cablevisión, a la fusión con Multicanal, desde la sangre inmaculada de Marcela y Felipe a que ahora parece que Moreno no era -tampoco él- tan malo, la cosa era un problema. Y si a todo esto le sumamos que la oposición no da pié con bola, Carrió habla en nombre de dios, con minúscula, porque no es el mío, Duhalde no levanta cabeza, lo que es mucho decir, Cobos es un de la Rua recargado, Alfonsín sólo puede decir que su único mérito es su apellido y su parecido al padre (lo que para algunos tampoco es demasiado importante), Pino Solanas acaba de volver de Punta del Este, y Mauricio… bueno, ¡Mauricio! nada… ¿qué se puede decir? a lo mejor cuando vuelva al país y haga algo quizás se pueda decir algo… Con todo esto, ¿cómo no va a seguir al pie del cañón (o del clarín) el “gran diario”? Si nadie hace la tarea sucia, al menos ellos la deben hacer.
Y entonces hay que pegarle al gobierno por donde se pueda. Aunque tengamos que inventar causas y esas cosas. Al fin y al cabo “nuestros artículos” alimentan a Wiki Leaks y ahora a algún amigo (¡amiga!) de Luis en Suiza, movilizado desde un lugar desde el cual no pueden hablar con justicia a nadie o sobre nadie en lo que respecta a la honestidad en lo económico (¿Suiza? desde el oro nazi a las fortunas de todos los dictadores, ¿con qué autoridad habla?). Realmente, aunque Moyano no me cae bien, es tan obvio el operativo de prensa, tan, pero ¡tan! obvio, que me molesta que se burlen de mi inteligencia.
Sé leer y veo “causas y efectos”, y esas cosas… Van del Kooy: leo los diarios (Clarín no, porque no lo es, pero al fin y al cabo no es eso lo que les interesa a empresas de negocios, ¿no?), por tanto, ¿le molestaría a Ud. no burlarse de mi? ¿No sería posible que su campaña en contra del gobierno la desarrollen por carriles más inteligentes y más disimulados? En fin, perdóneme Ud., que a veces “recuerde”… les hace mal a sus intereses. Supongo.
Eduardo de la Serna