lunes, 26 de septiembre de 2011

ISRAEL APOYÓ A LA DICTADURA EN ARGENTINA Y LATINOAMÉRICA

Asunto: ISRAEL APOYÓ A LA DICTADURA EN ARGENTINA Y LATINOAMÉRICA

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_quieren_trucar_la_historia-62980-111.html

ISRAEL APOYÓ A LA DICTADURA EN ARGENTINA Y LATINOAMÉRICA
Con excusa de venta de armas por Malvinas, quieren trucar la historia

La aparición de un libro sobre venta de armas de Israel en Argentina
durante la guerra de Malvinas sirve objetivamente para la teoría de
que ese Estado fue solidario con nuestro país. No fue así.
EMILIO MARÍN

A fines de abril pasado se publicaron varios comentarios sobre la
aparición del libro "Operación Israel: el rearme argentino durante
dictadura (1976-1983)" del argentino Hernán Dobry. Allí se documenta
que Tel Aviv vendió al general Leopoldo F. Galtieri material bélico
durante el conflicto por Malvinas.
Entre los pertrechos figuran misiles aire-aire Shafir, sistemas de
alerta de radar para evitar misiles enemigos, tanques suplementarios
de combustible para los aviones, máscaras anti-gas, etc.
Se sostiene que la mayoría de los elementos dio una vuelta por Perú
antes de llegar a Buenos Aires, para disimular el origen. Los
israelitas son buenos comerciantes y por eso mismo habrían querido
conservar intactos los lazos con Londres, donde también venderían
armas. Había que cuidar el negocio…
El primer ministro era Menagem Begin y en el libro se sostiene que la
supuesta ayuda a Argentina obedeció al deseo de ese premier de
vengarse de los ingleses por el ahorcamiento de Dov Gruner, miembro de
la banda sionista Irgún. Cabe recordar que este grupo terrorista
realizó numerosos atentados previos al establecimiento del estado
teocrático en mayo de 1948.
Al margen de la intención del autor, la aparición de este volumen y
muchos de los comentarios periodísticos han tratado de pintar un
Israel solidario con los argentinos. Esto es falso, como se verá más
adelante. La explicación psicologista del affaire armas también parece
ajena a la verdad: Israel vendía y vende armas a casi todo el mundo
que pueda adquirirlas, exceptuados los palestinos, iraníes y algunos
otros posibles clientes. Haber vendido armas a Galtieri no les da
patente de patriotas latinoamericanos ni nada que se le parezca. Habrá
sido por una necesidad de caja, no por la añoranza de Begin por su
amigo Gruner.
Aunque obvio, hay que decir que los fusiles Galil, las ametralladoras
Uzi, los tanques Merkava, los aviones Arava, los misiles, los gases
tóxicos, el fósforo blanco y demás armas israelitas han sido usados en
forma reiterada contra los palestinos. Esto incluye a los árabes que
viven en Israel, frecuentemente reprimidos por pedir un Estado
Palestino en Gaza, Cisjordania y la mitad este de Jerusalén. Los más
castigados son los que viven en Gaza, bloqueados en forma criminal
desde 2006, luego que el gobierno de la Franja fuera ganado
democráticamente por el movimiento islámico Hamas. A fines de 2008 y
principios de 2008, la invasión israelí provocó allí 1.400 muertos. El
armamento aumentó sus precios luego de mejorar su "certificado de
calidad" con los bombardeos aéreos, el cañoneo de tanques y obuses
contra población civil y hasta escuelas y depósitos de la ONU en Gaza.

Israel y dictadura
No es que Begin vendió armas a Argentina sólo en abril-junio de 1982,
durante el conflicto por las islas del Atlántico Sur. Este lote podría
justificarse porque iba a ser usado contra una potencia colonial que
usurpa parte del territorio nacional.
El problema es que vendió pertrechos durante toda la dictadura
militar-cívica. Y durante esos siete largos años el enemigo de esa
maquinaria fue el pueblo argentino. Los 30.000 desaparecidos y miles
de asesinados fueron el blanco de los generales Videla, Viola,
Menéndez, Galtieri, Bignone, Camps, Suárez Mason y los respectivos
brigadieres y almirantes, con Emilio E. Massera a la cabeza.
Está documentado que hubo cerca de 2.000 desaparecidos argentinos de
ascendencia judía, muchos de los cuales fueron torturados con especial
saña por los militares. La ideología de éstos era nazi, directamente,
equivalente al "ser nacional".
En esto las autoridades sionistas estuvieron muy a la derecha de la
administración de James Carter, el presidente estadounidense vetó la
venta de armas a Videla de acuerdo a leyes inspiradas por el senador
E. Kennedy. En Argentina los avalistas de la dictadura denigraban a
Carter y firmaban solicitadas diciendo que eran "derechos y humanos",
incluyendo muchos docentes universitarios (caso de la Universidad
Nacional de Córdoba). Fue tal el enojo de los militares argentinos con
Washington, por este asunto, que algunos enajenados mentales
calificaron a la dictadura de "prorrusa".
La conducta de Israel frente a los crímenes del terrorismo de Estado
fue de complicidad. En esos 7 años sólo hubo ocho pedidos de
legisladores de tratar en el parlamento (Knesset) la represión en
Buenos Aires. Ninguna sesión llegó a funcionar ni a emitir alguna
declaración.
A lo sumo, los embajadores de Tel Aviv en Argentina -Ram Nirgad
primero y Dov Schmorak después- pedían a los militares, vía
cancillería, por la vida de algún ciudadano argentino-judío
secuestrado. Algunas veces lograban su cometido. En la mayoría, en
2.000 casos, no fue así y esas personas cayeron en la desaparición
forzada.
Dos investigadoras israelitas, Afel y Bajraj, estudiaron el tema en
años recientes y lo comentaron al diario Maariv. "En el material que
tuvimos a disposición se nota que había consenso respecto a la
política existente: silenciar toda discusión pública en Israel para no
dañar las relaciones entre los dos países basadas en que vender armas
era efectivo para crear un mejor canal de comunicación con las juntas
que sirviera para salvar a la mayor parte de los judíos. Nadie
cuestionó esta política salvo diputados como Iosi Sarid o Meir Pail".
La venta de armas fue "efectivo", cash, para Israel. Para los miles de
desaparecidos, incluyendo los judeo-argentinos, no sirvió para nada.

Reguero de pólvora y sangre
Independientemente del libro de Dobry, hace años que la embajada
israelita y las autoridades de la DAIA y la AMIA, intentan adecentar
el rol de Israel. La fábula es que esa embajada era "una leona"
defendiendo a los argentinos de religión judía afectados por la
represión.
Uno de los que tiene mucha autoridad para hablar del tema es el
periodista Herman Schiller, que durante esos años tan aciagos editó en
Buenos Aires el semanario progresista "Nueva Presencia".
En el diario Página/12 (27/11/2009), Schiller desenmascaró esa "lavada
de cara" de la legación diplomática. Recordó que en un acto de
homenaje a su semanario realizado el año anterior, Frida Rosental,
madre de Luis Ricardo, secuestrado el 31 de agosto de 1976, leyó un
comunicado que suscribieron quince familiares de
detenidos-desaparecidos judíos. Decía: "La alta jerarquía de la
Iglesia y las fuerzas armadas, dos de los protagonistas de la
criminalidad de la dictadura militar, pidieron perdón. Sabemos que fue
un acto hipócrita, para adaptarse a los nuevos vientos políticos,
porque de ningún modo están arrepentidos de lo que hicieron como
autores y cómplices. Pero, al menos, trataron de disimular. En cambio,
los 'nuestros', los del quehacer institucional judeoargentino y los
distintos gobiernos israelíes, ni siquiera eso. Y en los últimos
tiempos han desatado una feroz ofensiva de auto blanqueo para ocultar
su complicidad. Renée Epelbaum, una de las fundadoras de Madres de
Plaza de Mayo, acuñó aquella frase que se hizo carne entre nosotros:
'No quisiéramos enterarnos que nuestros hijos judíos fueron asesinados
con armas israelíes'. Además, recordamos muy bien el manoseo
despiadado que recibíamos en la DAIA cuando acudíamos solicitando
auxilio y nos lanzaban una cachetada en forma de reproche: 'A ustedes
les pasó ESTO porque no les dieron a sus hijos educación sionista'".
Schiller citó al secretario de DD HH, Eduardo Luis Duhalde, quien
reveló que el policía Peregrino Fernández, de actuación represiva, le
había confesado: "Herzl Inbar, ministro consejero de la embajada de
Israel en la Argentina, nos daba ´instrucciones antisubversivas´". En
una segunda nota de Schiller, en Crítica (15/01/2010), contó que
participó "en un acto público llevado a cabo en ´Tzavta´ de Tel Aviv,
y dos integrantes del ala izquierda del laborismo, Iosi Sarid y Amnón
Rubinstein, denunciaron ´el papel nefasto de los diferentes gobiernos
israelíes como cómplices de las peores dictaduras latinoamericanas y
del apartheid sudafricano´. Y Sarid agregó: ´Israel debería pedir
perdón a todos los familiares de las víctimas de esos regímenes
sangrientos´".
Numerosa documentación prueba el nexo de Israel con el terrorismo de
Estado en Argentina, Chile, Colombia, Guatemala, El Salvador y los
recientes golpistas de Honduras. El reguero de pólvora va de Tel Aviv
a Bogotá, y el reguero de sangre recorre el camino inverso, llevando
las ganancias a Benjamin Netanyahu y empresas dedicadas a la
exportación de armas y asesores militares.

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