ESCRIBE IRENE ROSA PERPIÑAL SAAD
Hoy día 30 Marzo 1993 con la gran preocupación por el huracán que azotó vuestra isla, estamos trabajando más
que nunca, para acercar lo que se pueda. Nuestro pueblo está bastante pauperizado, mucha gente sin trabajo,
la mayoría sin poder adquisitivo, y de ánimo muy depresivo, no se vislumbran grandes esperanzas. Se nos
ha pedido que concurra al Congreso d solidaridad, un integrante de chaubloqueo, pero realmente muchos de
nosotros venimos de ese viaje, otros no pueden disponer del gasto del pasaje y de todos modos consideramos
q si lo tuviéramos en estos momentos lo invertiríamos en leche en polvo ó carne enlatada para paliar la situación
reinante en ésa. En fin, son ópticas, ¿verdad? Esta extensa carta, a dúo, pues empiezo yo, Irene, luego sigue
Toto y así desordenadamente uno y otro como si fuera una charla que se superpone frente a ustedes, pero una
charla y cuento que dura días y días es que en realidad, no podemos, se vé, terminarla nunca, así es nuestra
amistad hacia ustedes y nuestro cariño. Se van agregando hojas y entonces me da pié para incorporar algunos
momentos que iba a personalizar, pero he pensado que todos deben tener acceso a todo como así ocurrió en
realidad. Una de las obsesiones era llegar a Santa Clara y tuvimos esa suerte, estuvimos ante la escultura del Che,
y en el Museo, asistimos a la fotografía de los novios circunstanciales que allí van a inmortalizar ese momento de
sus vidas con un marco maravilloso y pienso que aquí a nadie se le ocurriría sacarse fotos junto a los monumentos
de San Martín ó Belgrano en el día de su casamiento, ni invitar a entrar en sus hogares a unos extranjeros que no
encontraban a la gente del ICAP de Villa Clara por ejemplo, en fin así las cosas ibamos con la guagua dando vueltas
buscando a los amigos de esa localidad, cuando al fin Toto encuentra tu casita, querida Gladys, ¡ que hermoso
encuentro!, los 20 que éramos fuimos entrando y como siempre se iba produciendo la catarsis, como yo digo, todos
hablando, riendo, levantando las copas, fusionando sentimientos, y Toto siempre recuerda que esa humilde casita
le pareció un palacio donde todo brillaba y encantaba, Toto y vos, querida Gladys, sellaron su amistad cambiandose
los pullovers y cuando ibamos saliendo cantamos un tango que lloraba por nosotros y por ustedes, tu compañero
y tus niños nos sonreían mientras la guagua sale despacito.... Ultimo día, casa de Charito y David Rosales (escultor
del Che y Camilo) museo de la Revolución, El Vedado, avisamos aproximadamente a 40 familias. Quise en un
último esfuerzo, agasajar yo misma cocinando: 4 kgs de Harina, levadura, agua tibia, sal y sol cubano, 1 hora después,
el masacote estaba alto y esperando convertirse en pizza, no pudimos consequir queso, pero le pusimos por arriba,
una vez estirada sobre plancha de horno, cebollín y cualquier condimento, y otras le pusimos salsa de tomate (tomate
cortadito y cocinado) también con ajo, u otros condimentos. Gracias a la vecina de Charito que nos prestó su horno,
para hacer más rápido y al final todo salió bien. ¿verdad Charito? ¡Qué corrida al final como siempre!, la invasión
terminaba como con cien ó más personas, ¡qué fiéstas, tan sublimes!, donde todos nos mirábamos, nos tocábamos, nos
sabíamos hermanados y ese, ése era el momento y no otro, en que se tocaba bien de cerca la felicidad. Gracias Charo,
compañera incansable, hermana, nunca hablamos lo suficiente, siempre en la acción, yo les agradezco a vos y al querido
David, todo vuestro desinteresado cariño, toda vuestra colaboración para que tanto argentinos como cubanos se puedan
acercar y amar, ambos nos necesitamos, ambos pueblos estarán unidos en adelante, por estos lazos que hoy humildemente
ustedes y nosotros, tratamos de acercar y atar.
Esta semilla queridos hermanos ya ha germinado y la estamos viendo crecer. IRENE.