miércoles, 15 de febrero de 2012

nuestra cuba socialista Chile carajo

 

 Nuestra Cuba Socialista

Comandante Fidel Castro Ruz- Maestro Libertador José Martí Pérez- Comandante Ernesto Guevara de la Serna

 

             Dos queridos hermanos de la Patria del General San Martín y del Dr. Ernesto Guevara de la Serna, compañeros Irene Perpiñal S. y Eladio González R., defensores las 24 horas del culto, libre, solidario y soberano Pueblo Cubano y de su Revolución Socialista, nos hicieron llegar el buen artículo “La Dignidad de Cuba sigue en pie” de José Manzaneda, Askapena/ Euskal Herria. Nuestros asociados y amigos pueden encontrarlo junto a mi ensayo en nuestro blog addhee-ong.blogspot.com . El querido Pueblo Vasco “más temprano que tarde” se liberará de la ocupación de la Monarquía franquista española y de su testaferra oligarquía empresarial y su clase política.

 

            Sólo queremos reflexionar sobre un punto que, para los latinoamericanos es fundamental: la Revolución Socialista Cubana es por ideología Martiniana-marxista. Es decir, que al asumir la dirección revolucionaria cubana que “ser libre es ser culto y educado”, -educacional e ideológicamente-,  como único camino para terminar con la injusticia, la explotación del hombre por el hombre, la miseria física y moral y la enajenación que imponen el imperialismo yankee y su aliado principal, el Vaticano (las religiones con sus malas costumbres del menor esfuerzo, entre otras, el milagro por delegación y sus paraísos que no terminan de llegar). Para cualquier Ser Humano consciente, lo único real que existe en nuestro desgraciado planeta es el infierno que viven los pueblos subdesarrollados y los marginados de los países desarrollados, por culpa del perverso sistema capitalista salvaje globalizado.

 

            El Pueblo Cubano está construyendo su Revolución Socialista, que un día encabezaron los líderes ejemplares, Comandante Fidel Castro Ruz y Comandante Ernesto Guevara de la Serna, en el marco de la militancia cívica revolucionaria que suele deparar hondas satisfacciones, pero que exige no actuar a medias –“los caminos intermedios corresponden a la antesala de la traición”-, es preciso consagrarse, darse por entero, sin reserva a la alternativa hamletiana “ser o no ser” martiniano/marxista. Éste compromiso ideológico no puede ni debe confundirse con ningún revisionismo, menos con lo que tenga que ver con la social democracia, testaferra del imperialismo yankee globalizado que ha impuesto al Pueblo Cubano un bloqueo económico criminal, que dura más de 50 años.

 

            El Vaticano y sus Papas, junto a la social democracia y a la arcaica Comunidad Europea, están pretendiendo repetir la alternativa “del caballo de Troya” con financiamiento de la CIA y con gusanos variopinto, para derrocar al Gobierno Cubano. Pero, está llegando la hora de la Patria Continente, Latinoamérica, y de los Pueblos caribeños. Se ha escuchado al Maestro Libertador José Martí Pérez, quien señalara que “es la hora de marchar juntos”. Maestro libertador, porque luchó con la pluma y la espada, no sólo por la libertad de Cuba, sino de nuestra América latina y los Pueblos del caribe. Recuerdo sus palabras por la libertad de México, que pareciera que sólo el maestro Benito Juárez, primer Presidente indígena de México, las escuchó, hecho negado por los odiosos historiadores oficiales anti juaristas, al servicio  del imperialismo yankee.

 

            “¡Oh México querido! ¡Oh México adorado, ve los peligros que te cercan! ¡Oye el clamor de un hijo tuyo que no nació de ti!

Por el norte un vecino avieso se cuaja, por el sur. Tú te ordenarás, te entenderás, tú te guiarás.

            Yo habré muerto, ¡Oh México! Por defenderte y amarte, pero si tus manos flaqueasen, y no fueras digno de tu deber continental, yo lloraré debajo de la tierra, con lágrimas que serán luego vetas de hierro para lanzas –como un hijo clavado a su ataúd que ve que un gusano come a la madre las entrañas-…”

 

            Acentúo que, para la mayoría de los Pueblos latinoamericanos, José Martí Pérez es un maestro libertador porque fue un educador, un formador del Ser Humano integral. Para los historiadores oficiales, pragmáticos contemporizadores, y los gusanos de Miami, con su objetivismo banal y su complacencia narcisista es un santo, un apóstol, un místico, para desvirtuar por completo la figura revolucionaria continental de éste querido maestro libertador.

 

            Como colofón, acentuamos que la Revolución Socialista Cubana será defendida por todos los Pueblos de la Patria Continente. El culto, digno, solidario, libre y soberano Pueblo Cubano, jamás expondrá su Revolución Socialista a componenda alguna, tipo Perestroika, menos aún se arrodillará frente al más siniestro enemigo de la Humanidad, los Estados Unidos.

 

            Nuestra proclamada indignación, por los reiterados ataques a la Revolución Cubana, de parte de los medios mediáticos de incomunicación globalizados del imperialismo yankee, contra la altanería fascista de la hegemonía capitalista globalizada yankee y su testaferra y rancia Comunidad Europea, encierra unas medidas de moral, honradez y honestidad que nos permite seguir desenmascarando los ya pasados y actuales intentos de esclavización de la Humanidad, por muy solapados que se nos acerquen. No podemos darnos por vencidos. Estamos obligados una y otra vez a demostrar y, a hacer indiscutiblemente evidente el camino socialista revolucionario señalado por el Pueblo Cubano, a despecho del orweliano presente. Este desafío se enmarca en el legado de los padres de la Patria Continente, General Simón Bolivar Palacios y Blanco, General José Artiga, General José de San Martín, General Bernardo O’Higgins y el maestro libertador José Martí Pérez.

 

Con esperanza y memoria,

 

Prof. Moreno Peralta

Secretario Ejecutivo ADDHEE/ONG

 

 

 

La dignidad de Cuba sigue en pie.  


Por José Manzaneda -Martianos-Hermes-Cubainformación.-

 

            En un documento oficial del Gobierno de Estados Unidos, del 6 de abril de 1960, se lee: «la mayoría de los cubanos apoyan a Castro. (...) El único medio previsible para enajenar el apoyo interno es a través del descontento y el desaliento basados en la insatisfacción y las dificultades económicas. (...) Una línea de acción (...) es negarle dinero y suministros a Cuba, para disminuir los salarios reales y monetarios a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno».
           
Este texto resume la esencia del bloqueo económico, comercial y financiero a Cuba por parte del Gobierno de EEUU, que entró formalmente en vigor hace exactamente 50 años, el 7 de febrero de 1962.
           
Las leyes revolucionarias de reforma agraria y de nacionalización de empresas ofrecieron tierra, viviendas y empleos a amplísimas capas de población empobrecida de la Isla, y golpearon de manera directa los intereses de las grandes compañías norteamericanas, que controlaban la economía cubana dentro de un esquema de dominio neocolonial. Pero, al contrario que otros gobiernos, el de EEUU jamás aceptó las ofertas de indemnización ofrecidas por Cuba, y apostó al derrocamiento de la Revolución. En su política de guerra contra Cuba, el bloqueo ha sido la piedra angular durante cinco décadas.

            El pasado 25 octubre de 2011, la Asamblea General de las Naciones Unidas condenaba el bloqueo a Cuba por vigésima vez, con 186 votos a favor, frente a dos en contra (los de EEUU e Israel). La delegación cubana presentaba la propuesta, en esta ocasión, en nombre de tres niños afectados por tumores en su sistema nervioso central, que no pueden acceder al tratamiento con el medicamento Temodal, de patente norteamericana. Un ejemplo entre miles de cómo afecta a la población civil cubana esta política tipificada como «acto de genocidio» según los términos de la Convención de Ginebra para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, y como «acto de guerra económica», de acuerdo con la Declaración relativa al Derecho de la Guerra Marítima.

El impacto económico del bloqueo, a finales de 2010, sobrepasaba ya los 104.000 millones de dólares, una cifra gigantesca para un país pobre y de escasos recursos naturales como es Cuba.
Pero ¿qué es el bloqueo contra Cuba, en qué consiste? Repasemos algunas de sus características.
           
Las empresas cubanas no pueden vender producto ni servicio alguno en uno de los mayores mercados del mundo, EEUU. A su vez, no pueden adquirir productos o servicios en ese país, salvo excepciones y con regulaciones muy estrictas, como en el caso de algunos alimentos y medicamentos, debiendo realizar sus compras -con notables incrementos de precio y costes de transporte- en mercados distantes.
           
El Gobierno de EEUU prohíbe a su ciudadanía viajar a Cuba, salvo excepciones muy limitadas y con regulaciones muy estrictas. Un potencial turismo norteamericano a la isla significaría una inmediata inyección de liquidez a la economía del país, ya que, de levantarse la prohibición, no menos de un millón de visitantes estadounidenses se añadirían, en un primer momento, a los 2,7 millones que recibe actualmente la isla.
El bloqueo prohíbe, además, el uso del dólar para las transacciones comerciales de Cuba, lo que implica abultados sobrecostes para la economía cubana.
El bloqueo de EEUU impide, por ejemplo, la conexión normalizada desde la isla a Internet, ya que los anillos de fibra óptica que rodean la isla son propiedad de compañías norteamericanas. Esto condena a Cuba a una conexión por satélite lenta y sumamente costosa, mientras el Gobierno de EEUU y los grandes medios de comunicación, de manera cínica, culpabilizan al Gobierno cubano de la baja conectividad a la red.

            Pero, lejos de ser un mero embargo comercial unilateral, el bloqueo es una estrategia completa y compleja de persecuciones, penalizaciones y presiones cuya característica fundamental es la extraterritorialidad.

            Esta se hace patente, por ejemplo, en prohibiciones como las siguientes: empresas de terceros países no pueden exportar a EEUU productos que contengan un solo gramo de azúcar, níquel u otro componente cubano, lo que, en la práctica, impide las exportaciones de Cuba a mercados y sectores estratégicos en la economía mundial; empresas de terceros países no pueden vender a Cuba bienes con más de un 10% de componentes estadounidenses; buques mercantes de terceros países no pueden entrar a EEUU si en los seis meses anteriores han tocado puerto cubano, lo que, en la práctica, multiplica los costes de transporte de bienes a Cuba.
Estos elementos de extraterritorialidad, unidos a la política de prohibiciones, amenazas y sanciones a posibles inversores en Cuba, y a la existencia de «listas negras» de compañías que no pueden ingresar en el mercado de EEUU por sus relaciones con Cuba, consigue, no solo la disuasión de inversiones de capital, sino, fundamentalmente, el incremento del llamado «riesgo país», que implica un aumento considerable para Cuba de los precios de compra de bienes, así como de los costes de fletes, seguros y préstamos.
           
Hay que recordar, además, que el derecho a veto -o voto preferente- de EEUU en organismos financieros multilaterales como el FMI o el Banco Mundial hacen de Cuba el único país de la región que no ha recibido un solo crédito de ellos, lo que, durante años, le ha obligado a asumir préstamos con la banca privada internacional en condiciones cercanas a la usura.
Pero existen otras medidas de esta política de bloqueo que llaman la atención por lo particularmente mezquinas. Es el caso, por ejemplo, de las incautaciones de fondos de cooperación de organismos de Naciones Unidas, la última en enero de 2011, cuando el Gobierno de EEUU interceptó 4,2 millones de dólares para proyectos en la isla del Fondo Mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria.

            A pesar de todas las dificultades impuestas por este bloqueo, la sociedad cubana ha alcanzado logros que son sueños para la mayoría de países de Hemisferio Sur. Por ejemplo, Cuba ha sobrecumplido la mayor parte de los llamados Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) de Naciones Unidas para el período 2000-2015; en 2011, la isla alcanzaba un índice de mortalidad infantil inferior incluso al de la potencia que la bloquea, EEUU (4,9 contra 7); ese mismo año, Unicef volvía a confirmar que Cuba es el único país de América Latina y Caribe sin desnutrición infantil. Por otro lado, en materia de solidaridad con otros pueblos, las cifras son espectaculares: Cuba lleva adelante el 45% de los programas de cooperación Sur-Sur en América Latina, destacando la labor de sus brigadas médicas; ha conseguido operar de la vista, gratuitamente, a más de tres millones de personas sin recursos de todo el continente.

            El escritor uruguayo Eduardo Galeano, en una reciente visita a Cuba, chocaba con una de las mil y una aristas del bloqueo: narraba cómo, al intentar conectarse, desde La Habana, a una página web norteamericana, le aparecía un cartel con el lema «Usted quiere entrar desde un país prohibido». El escritor declaraba: «Qué orgulloso estoy de ser casi compatriota de los habitantes de este país prohibido, Cuba. (...) Prohibido porque, a pesar de todas sus contradicciones y dificultades, sigue siendo un ejemplo de dignidad nacional para los otros países, ninguneados, pobres, pequeños. (...) Y prohibido por el peligroso ejemplo de la solidaridad, que Cuba ha sido y sigue siendo capaz de practicar, a pesar de sus condiciones de vida muy difíciles. (...) Por todo eso yo también quiero ser prohibido, como el país donde ahora estoy».
Eduardo Galeano daba así la clave, el porqué del bloqueo contra Cuba: es el desafío de su dignidad, de su autodeterminación efectiva frente al imperialismo de EEUU. Su objetivo -decía Noam Chomsky- es aplastar su peligroso ejemplo, reflejado en los últimos años, como nunca, en el giro político experimentado en América Latina. Peligroso ejemplo el de un pueblo que decidió apostar por el socialismo y construir una sociedad de igualdad y justicia social; que hoy, en medio de enormes dificultades, trata de corregir, actualizar y perfeccionar su proyecto político y social; y que lo hace lanzando un nuevo desafío a los poderosos: mostrando uno de los mayores ejemplos de participación democrática del mundo, frente a los paquetes de ajuste que los gobiernos aprueban sin consulta alguna a la ciudadanía.
Por todo ello, a 50 años de la formalización del bloqueo, frente a todas las presiones, las agresiones y la manipulación informativa permanente contra Cuba, desde Euskal Herria seguimos ofreciendo al pueblo cubano todo nuestro apoyo y nuestra solidaridad incondicional. Porque estamos con Cuba, con su pueblo y con su Revolución.
 



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