miércoles, 11 de abril de 2012

amor de Francisco por Clara de Asís Love is a many splendoured thing is the April rose that makes a man a king Leonardo Boff mad4

amor de Francisco por Clara de Asís  Love is a many splendoured thing is the April rose that makes a man a king

 


Asunto: Leonardo Boff: Clare of Assisi: the courage of a woman (
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Clare of Assisi: the courage of a passionate woman

Leonardo Boff

Theologian

Earthcharter Commission


Some 800 years ago, during the night of March 19, 1221, the day after Palm Sunday, Clare of Assisi, all dressed up, ran away from home to join the group of Francis of Assisi in the little chapel of La Porciuncula, that still stands today. Las Clarisas all over the world, and the entire Franciscan family, celebrate this date in commemoration of the founding of the Order of Saint Clare, which has spread worldwide.

 

Clare, together with Francis –we must never separate them, because they promised each other, out of a pure love, that they «would never again be separated», according to the beautiful legend of the time – are among the most luminous figures of Christendom. It is good to remember this during the month of March, which is dedicated to women. Because of Clare, there are millions of Clares and Mary Clares in the world. She, from the noble Assisi Favarone family, and he, son of a wealthy and influential merchant of fabrics, the Bernardone.

 

At 16, she wanted to meet the already famous Francis, who was in his 30s. Bona, her intimate friend, said under oath in the canonization papers, that between 1210 and 1212 Clare «went many times to talk secretly with Francis, secretly, so as to not be seen by her relatives and to avoid scandals.» From those two years of meetings was born a great fascination for each other. As one of her best researchers, Swiss Anton Rotzetter, comments in his book, Clare of Assisi, the First Franciscan Woman, (Clara de Asís: la primera mujer franciscana, Vozes, 1994): «Eros in its most proper and profound sense was born in them, because without Eros nothing of value exists, not science, nor art, nor religion. Eros is the fascination that propels a human being towards another, and liberates them from the prison of the self.» (p. 63). That Eros caused them to love and care for each other, but in a spiritual transfiguration that kept them from closing in on themselves. Francis affectionately called her, «my Little Plant.»

 

Together, Clare and Francis cultivated three passions throughout their lives: a passion for the poor Jesus, a passion for the poor, and a passion for one another. In that order. They planned Clare's flight to join the group that wanted to live the Gospel, purely and simply.

 

In its creativity, daring, and beauty, that scene rivals the best love scenes of great novels or films. How could such a wealthy and beautiful young woman run away from home, to join a group very much like today's «hippies»? Because this is how we can portray Francis' initial movement. It was a group of wealthy young people given to parties and serenades, who resolved to undertake the option of total divestment and rigorous poverty, following the example of Jesus, the poor. They did not want to give charity to the poor, but to live with the poor and be as the poor. And they did it with a great jovial spirit, without criticizing the opulent Church of the popes.

 

That night of March 19th, Clare, secretly, ran away from home and reached La Porciuncula. Under flickering lights, Francis and his companions festively received her. And as a sign of her incorporation to the group, Francis cut her blond hair. Then, Clare put on the clothes of the poor, lacking color, more a sack than a dress. After the joy and many prayers she was accompanied to the Benedictine convent, 4 kilometers from Assisi. Sixteen days later, Ines, her youngest sister, also ran away and joined Clare. The Favarone family even attempted to take their daughters back violently; Clare held tight from the mantel of the altar, showed her shaved head and kept them from taking her away. She demonstrated the same boldness when Pope Innocence III did not want to approve the vow of absolute poverty. She fought so hard that the Pope finally consented. This is how the Order of the Clares was born.

 

Her body, intact after 800 years, shows once again that love is stronger than death.

 

 

03-30-2012

 

Free translation from the Spanish sent by

Melina Alfaro, alfaro_melina@yahoo.com.ar,

done at REFUGIO DEL RIO GRANDE, Texas, EE.UU.

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Clara de Asís: el coraje de una mujer apasionada

2012-03-30


Hace 800 años, en la noche del 19 de marzo de 1221, el día siguiente al Domingo de Ramos, Clara de Asís, toda ataviada, huyó de casa para unirse al grupo de Francisco de Asís en la capillita de La Porciúncula, que todavía hoy existe. Las clarisas de todo el mundo y toda la familia franciscana celebran esta fecha que conmemora la fundación de la Orden de Santa Clara extendida por el mundo.

 

Clara junto con Francisco –nunca debemos separarlos, pues se habían prometido, en su puro amor, que «nunca más se separarían», según la hermosa leyenda de la época– representa una de las figuras más luminosas de la cristandad. Es bueno recordarla en este mes de marzo, dedicado a las mujeres. Por causa de ella, hay millones de Claras y María Claras en el mundo. Ella, de familia noble de Asís, de los Favarone, y él, hijo de un rico e influyente mercader de telas, de los Bernardone.

 

Con 16 años de edad quiso conocer al ya entonces famoso Francisco, que andaba por los 30 años. Bona, su íntima amiga, cuenta bajo juramento en las actas de canonización que entre 1210 y 1212 Clara «fue muchas veces a conversar con Francisco, secretamente, para no ser vista por los parientes y para evitar maledicencias». De estos dos años de encuentro nació una gran fascinación del uno por el otro. Como comenta uno de sus mejores investigadores, el suizo Antón Rotzetter en su libro Clara de Asís: la primera mujer franciscana (Vozes 1994): «en ellos irrumpió el Eros en su sentido más propio y profundo, pues sin el Eros no existe nada que tenga valor, ni ciencia, ni arte ni religión, Eros que es la fascinación que impele a un ser humano hacia otro y lo libera de la prisión de sí mismo» (p. 63). Ese Eros hizo que ambos se amasen y se cuidasen mutuamente, pero en una transfiguración espiritual que impidió que se cerrasen sobre sí mismos. Francisco afectuosamente la llamaba «mi Plantita».

 

Cultivaron juntos tres pasiones a lo largo de toda su vida: la pasión por Jesús pobre, la pasión por los pobres y la pasión del uno por el otro. En ese orden. Planearon entonces la fuga de Clara para unirse al grupo que quería vivir el evangelio puro y simple.

 

La escena no tiene nada que envidiar en creatividad, osadía y belleza, a las mejores escenas de amor de las grandes novelas o películas. ¿Cómo podría una joven rica y hermosa huir de casa para unirse a un grupo parecido a los «hippies» de hoy? Pues así debemos representar el movimiento inicial de Francisco. Era un grupo de jóvenes ricos, dados a las fiestas y serenatas, que resolvieron hacer una opción de total despojamiento y rigurosa pobreza siguiendo los pasos de Jesús pobre. No querían hacer caridad para los pobres, sino vivir con ellos y como ellos. Y lo hicieron con un espíritu de gran jovialidad, sin criticar siquiera la Iglesia opulenta de los papas.

 

Esa noche del 19 de marzo, Clara, a escondidas, huyó de casa y llegó a La Porciúncula. Entre luces temblorosas, Francisco y sus compañeros la recibieron festivamente. Y en señal de su incorporación al grupo, Francisco le cortó sus cabello rubios. Luego, Clara vistió la ropa de los pobres, sin teñir, más un saco que un vestido. Después de la alegría y de las muchas oraciones fue acompañada al convento de las benedictinas a 4 km de Asís. Dieciseis días más tarde, su hermana menor, Inés, también huyó y se unió a ella. La familia Favarone intentó, hasta con violencia, llevarse a las hijas; Clara se agarró a los manteles del altar, mostró su cabeza rapada e impidió que la llevasen. Mostró la misma intrepidez cuando el papa Inocencio III no quiso aprobar el voto de pobreza absoluta. Luchó tanto que el papa al fin consintió. Así nació la Orden de las Clarisas.

 

Su cuerpo intacto después de 800 años demuestra, una vez más, que el amor es más fuerte que la muerte.

 

 

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