miércoles, 11 de abril de 2012

Arco Iris Santaolalla Adelina Dematti de Alaye Chivilcoy Cortazar Carlos Alaye Argentina trágica

De: Anahí Flammini [mailto:anahiflammini@googlemail.com]
Enviado el: Martes, 10 de Abril de 2012

Asunto: Ojalá puedan estar presentes uno más de los momento de reaparecer a este hombrecito que no lograron desaparecer nunca

 


Se ruega difusión, para que no dejen de hacerse estos homenajes a quienes algunos quisieron desconocer y borrar (de la historia sobre todo): héroes anónimos que empiezan a vivir de nuevo e iluminar los caminos de la solidaridad, siempre de nuevo.    Santaolalla prestará generosa y exclusivamente su presencia porque el joven Carlos Esteban era fanático de la banda "Arco Iris".

 

Les adjunto una carta que escribió su madre, Adelina, quien, por supuesto, estará presente:

Antes: ¿Quien es Adelina Dematti de Alaye?: Creemos innecesario incursionar en datos formales tales como fecha de nacimiento, lugar etc. etc., sino ahondar en la vida, la actitud ante esa vida ,que aunque en circunstancias nos suele ser extremadamente adversa puede, como en este caso “aunque sienta que le arrebataron parte”, merece ser vivida y seguir teniendo sentido en la dignidad, la solidaridad y la lucha.

Hablar de Adelina de su historia tan emotiva, de tanta entereza tan rica en diversos aspectos que no sabemos bien por donde empezar.
Por lo tanto creímos acertado, hacerlo con una carta de Adelina a su hijo desaparecido del 5 de Octubre de 1977 (a Carlos Esteban los habían secuestrado el 5 de Mayo del 77).

 

Mi querido:

Hoy 152 días… 152 días ¿Qué ha sido de ti, querido?... es demasiado tiempo para todo… para el dolor de tu mujer… para el nacimiento de tu pichoncito… para nuestra Maria… para mí… pero ¿Qué son todos estos dolores junto al lado de tus padecimientos? Porque estás vivo ¿Verdad mi querido? Y la voracidad de los mercenarios que te arrebataron de nuestro lado no terminó con tu captura y el robo de lo tuyo, sino que también estarán lacerando tu cuerpo para tratar de doblegar tus pensamientos, pero, sé fuerte, mi amor, te lo suplico. Que tu mente siga libre, que tu cuerpo redoble fortaleza y tu boca calle sus verdades no imitando al verdugo, que sordo y ciego cumple su designio, pues no supo ser hombre y obedece a los pobres mandatos del instinto…
Hoy 5 de Octubre… valla 5… que en un 5 de Diciembre venturoso me alcanzó la vida de mi hijo y en un 5 de mayo maldito y horroroso se perdió en tinieblas ese hijo…
Un abrazo que cubra a todos los que están a tu lado y aún más lejos.
Mamá.

PD: con cada amanecer te espero, con cada atardecer te pierdo.

 

Esta carta fue escrita también por Adelina Alaye, y va dirigida especialmente a su nieta cuando recién nacía en París, donde su madre se había exiliado:



Carta a mi nieta desconocida (16 Octubre 1977): Has nacido María…María ¡bendita seas! Que traes un rayo de esperanza a nuestras vidas; María que tu inocente presencia haga el milagro de interceder para que la luz se haga entre los espíritus y podamos encontrar a tu padre… ¡vivo! o muerto, si así fue dispuesto pero esta incertidumbre está agotando la resistencia de las madres, algunas tan viejitas, y generando más odio entre los hombres.
María, en tu nombre y por tu nombre ruego al señor… ¡qué la luz se haga!...y ahora mi pequeño capullo no sé cómo imaginarte… tu mamá te describe con exactitud, pero se me entrecruzan las imágenes… No importa, lo que vale es que existes, estás sana, te alimentas del pecho de tu madre… Eso si lo puedo ver… La cabeza de ella inclinada, su mirada tierna de orgullo… su sonrisa a pesar de la tristeza, ¡querida Inés! Cómo comprendo lo que dices sobre la capacidad del ser humano para sentir alegría, dentro de una tristeza inmensa… también yo la experimento. Tu llegada dificultosa pero triunfante da nuevos bríos a mi espíritu, siento que la lucha recién empieza y que al final del largo camino tu me esperas…y junto a ti ellos o su recuerdo bien amado…
Tu abuela que ya te quiere mucho. Adelina
P. D: Perdón por tanta tristeza.

 

 

También adjunto un artículo sobre Adelina, bien curioso:

Adelina Dematti de Alaye y Julio Cortázar

A raíz de la visita de Adelina de Alaye, fundadora de la organización Madres de Plaza de Mayo,a Bragado para participar de los actos conmemorativos del Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, los hilos de la memoria conectaron a la militante de derechos humanos y al genial escritor de cuentos fantásticos

 

 

 

 

¿Te gusta leer a Cortázar?, me pregunta Adelina Dematti de Alaye cuando se sienta en la mesa de mi casa y mira una foto con imán pegado a la heladera. En ella se reproduce al escritor argentino con su eterno cigarrillo colgado de la boca. Y entonces cuenta que fue alumna del escritor en la Escuela Normal de Chivilcoy, a principios de los años cuarenta.

 

 

Continúa evocando sin interrupciones: “Todos me preguntan si era buen mozo y yo les digo que era horrible, tan alto y con la cabeza chiquita. Se paraba en la tarima del salón y, desde allí, hablaba y hablaba. Y entonces se volvía fascinante. Nadie quería que tocara el timbre del recreo y se rompiera la magia.”

 

 

“Era muy serio. A veces lo encontraba en el cine los domingos y, al otro día, me pedía la lección”, dice esta Madre de Plaza de Mayo que ha venido a Bragado a participar de los actos por el día de la Memoria.

 

 

Cuando Julio Cortázar decidió dejar Chivilcoy para dictar Literatura en la Universidad de Cuyo, todas las alumnas, incluida Adelina, fueron a despedirlo.

 

Muchos años después, Adelina volvió a hablar con su antiguo maestro. Fue en el año 1979, en París, después de la desaparición de su hijo Carlos Esteban, cuando ya había iniciado la larga lucha para que se conociera la verdad y se hiciera justicia. Levantó el teléfono y se dio a conocer:

 

 

-Fui tu alumna en Chivilcoy- le recordó- pero ahora soy Madre de Plaza de Mayo. Cortázar, que fue un intelectual comprometido con la lucha por los derechos humanos, un escritor que asumió desde el exilio un compromiso político, concertó inmediatamente una cita en su casa de la rue Martel. Adelina recuerda la foto tomada en esa ocasión con el escritor y su esposa Carol Dunlop.

 

 

Tres años después, Cortázar escribió un artículo en La República de París que tituló: “Nuevo elogio a la locura”. En él comentaba al calificativo de “locas” con que la dictadura se refería a las madres y sostenía: “Estúpidos como corresponde a su fauna y a sus tendencias, no se dieron cuenta (los dictadores) de que echaban a volar una inmensa bandada de palomas que habría de cubrir los cielos del mundo con su mensaje de angustiada verdad, con su mensaje que cada día es más escuchado y más comprendido por las mujeres y los hombres libres de todos los pueblos.”

 

 

Adelina Dematti de Alaye nació en Chivilcoy en 1928, cursó sus estudios en esa ciudad y se recibió de maestra de jardín de infantes. Ejerció la docencia en numerosos lugares de la provincia de Buenos Aires y las circunstancias la llevaron a ser una madre que, buscando a su hijo desaparecido, se convirtió en una militante social. Es fundadora de la organización Madres de Plaza de Mayo, y su militancia por la búsqueda de justicia le ha dado una identidad. De esa manera se presenta, así lo hizo aquella vez ante Julio Cortázar, en tiempos terribles para el país cuando las madres buscaban apoyo internacional.

 

 

A partir de ese 5 de mayo de 1977 en que su hijo Carlos Esteban fue secuestrado en Ensenada por personal civil que luego se comprobó pertenecía a la Marina, Adelina inició su búsqueda. De esa manera conoció a otras personas que también buscaban a sus familiares desaparecidos. De ese grupo surgiría la organización Madres de Plaza de Mayo de la Ciudad de La Plata. Varias organizaciones vinculadas a los derechos humanos la cuentan entre sus miembros: Madres de Plaza de Mayo, Madres de Plaza de Mayo de la Plata, Comisión Provincial por la Memoria, Asamblea Permanente por los Derechos Humanos La Plata.

 

 

La búsqueda de su hijo la llevó a formar un archivo que incluye documentos acumulados durante 30 años. Un valioso acervo que da cuenta de su búsqueda personal, de la formación de las organizaciones dedicadas a los derechos humanos y de la desaparición de personas. Documentos de incalculable valor histórico, donados al Archivo Histórico de La Plata.

 

 

A principios de los años cuarenta, un profesor que todavía no era el escritor de fama internacional, que aún no era el autor de Rayuela, ni el inventor de Cronopios, enseñaba Historia a un grupo de adolescentes en un pueblo de la provincia de Buenos Aires. Entre ellas, estaba Adelina que todavía ni imaginaba que iba a convertirse en Madre de Plaza de Mayo y sería un ejemplo de lucha para las generaciones venideras. Vidas conectadas por misteriosos hilos.

 

 

En un mediodía de marzo de 2011, en Bragado, esta madre evoca al escritor que, en 1981 pronuncia un discurso en el coloquio de París, en el Senado de la República francesa y que titula “Negación del olvido”, y dice en el párrafo final: “Hay que mantener en un obstinado presente, con toda su sangre y su ignominia, algo que ya se está queriendo hacer entrar en el cómodo país del olvido; hay que seguir considerando como vivos a los que acaso ya no lo están pero que tenemos la obligación de reclamar, uno por uno, hasta que la respuesta muestre finalmente la verdad que hoy se pretende escamotear. Por eso este coloquio, y todo lo que podamos hacer en el plano nacional e internacional, tiene un sentido que va mucho más allá de su finalidad inmediata: el ejemplo admirable de las Madres de Plaza de Mayo está ahí como algo que se llama dignidad, se llama libertad, y sobre todo se llama futuro”.

 

 

Para eso ha venido Adelina a Bragado, para mantener en un obstinado presente, la memoria de los que dejaron su vida luchando por un mundo mejor.

 

María Cristina Alonso