martes, 3 de abril de 2012

Cuba y su entorno noticias veraces desnudas francia pornografico Guernica a14

 

 

 

 

Entorno con emisiones periódicas centra su información en el acontecer internacional. Contiene espacios noticiosos y de opinión, seleccionados de medios de prensa internacional o generados desde nuestro país.  ISSN 1819-4052

 

 

 

Año 10 Número 27 | Fecha 2012-04-02

TITULARES

Opinión

REVERDECER EN LA PRIMAVERA por Alejandro Nadal

EL MUNDO VISTO DESDE EL SUR por Irene León

PORNOGRAFÍA: EL NUEVO SEXO SEGURO por Pepe Escobar

ELECCIONES EN FRANCIA por Ignacio Ramonet

Opinión

REVERDECER EN LA PRIMAVERA

por Alejandro Nadal

Debe ser la temporada o simplemente la ceguera temporal por tanta polinización. Lo cierto es que nuevamente se desborda la retórica sobre la recuperación: por todas partes los observadores anuncian la presencia de retoños que anunciarían la salida de la crisis y el reverdecer de la erosionada economía mundial. Surge una pregunta importante: ¿qué tan real es la supuesta recuperación?

Por supuesto esta pregunta se aplica a la economía mundial y, en especial, a la de Estados Unidos. Para la economía mexicana, tan vulnerable y lastimada, con tres décadas de estancamiento, habría que pensar en interrogantes distintas y más pertinentes. Pero también es cierto que las tendencias en la economía mundial dicen mucho sobre lo que le espera a México.

Primero, los signos del reverdecimiento. La primera señal está en el comportamiento del mercado de trabajo en Estados Unidos. Durante los últimos tres meses la generación de empleos ha mostrado una tendencia positiva nada despreciable. En febrero se crearon 233 mil nuevos empleos, lo que es inferior al número de empleos creados en enero (284 mil), pero muy por arriba de lo que se esperaba. Todo esto contribuyó a que el principal indicador sobre desempleo se mantuviera constante en 8.3 por ciento. Aunque eso puede parecer insuficiente, hay que tomar en cuenta que la fuerza de trabajo aumentó en 475 mil trabajadores en febrero y la creación de empleos pudo absorber buena parte de este aumento.

El otro indicador es el del mercado de bienes raíces: el inventario de casas nuevas no vendidas se ha reducido y el precio promedio de una casa nueva aumentó durante los últimos dos meses, lo que podría significar la estabilización del precio de activos residenciales. Por otra parte, los índices de confianza del consumidor estadounidense han ido mejorando paulatinamente, lo que parece entrañar un repunte de la demanda final en los próximos meses. Si a esto le agregamos el optimismo que ha desplegado el mercado de valores, el cuadro se transforma en un paisaje cada vez más floreciente.

Esos son los tipos de indicadores que la prensa de negocios ha estado exhibiendo con gran optimismo. Ahora un poco de realismo. La mayor contribución a la creación de empleos está en el sector servicios, y en especial en empleos temporales, salud y esparcimiento. Eso no es buen síntoma y más bien dice algo importante sobre las debilidades estructurales de la economía estadounidense a partir de su desindustrialización. Por otro lado, las medidas más amplias (y más certeras) sobre desempleo acusan una mejoría muy débil. La desocupación sigue en nivel de depresión: si se incluye a los que han abandonado la búsqueda de empleo y a los que trabajan a tiempo parcial y desean trabajar tiempo completo la medida de desempleo alcanza 14.9 por ciento. Finalmente, un estudio reciente revela que aquellos que perdieron su empleo y volvieron a ser contratados perciben un ingreso inferior en 17.5 por ciento (en promedio) al que tenían antes de la crisis.

En cuanto al mercado de bienes raíces, las buenas noticias provienen de un ajuste estadístico a la baja en los inventarios de diciembre, lo que contribuye a una reducción en el número de casas no vendidas. Si se examinan los datos ajustados para dar cuenta de variaciones estacionales para una serie de tiempo larga, se observa que las ventas de casas nuevas se sitúan hoy en niveles comparables a los de 1982. Los precios de activos residenciales no se van a recuperar en un buen rato y no se puede esperar que vuelvan a desempeñar su papel como apalancamiento del consumo, como en los tiempos dorados de la burbuja de bienes raíces. Finalmente, los índices de confianza del consumidor son algo artificiales y no deberían ser considerados un indicador robusto sobre la evolución futura de la economía.

De todos modos, la tendencia al desendeudamiento sigue marcando el comportamiento de los hogares y no parece que se va a detener este año. Eso es normal dado el estancamiento de los salarios en las últimas tres décadas y el fuerte endeudamiento asociado. Los datos sobre ingresos del censo de 2010 ya están disponibles y revelan que para 60 por ciento de los hogares, el nivel de ingresos real (ajustados para inflación) se sitúa en niveles de hace tres décadas (www.census.gov).

Si a estas consideraciones le añadimos los riesgos que entraña la evolución de la crisis en Europa, la pérdida de dinamismo en el comercio internacional en los últimos meses y el efecto de un mayor incremento en los precios del petróleo, el escenario se oscurece y los brotes verdes corren peligro de marchitarse.

Más allá del debate sobre si la recuperación es real, es importante reflexionar sobre el lugar al que conduce la supuesta mejoría. El mundo está amenazado por el desempleo, desigualdad y pobreza, pero ya lo estaba antes de la crisis. Y la imparable destrucción ambiental también avanzaba desde entonces. Así que cuando se habla de brotes verdes, hay que preguntarse si no se trata de retoños de mala hierba.

Fuente: La Jornada

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EL MUNDO VISTO DESDE EL SUR

por Irene León

Esta entrevista, realizada por Irene León, al pensador  egipcio Samir Amin, está compuesta de tres partes: 1) El  mundo visto del Sur, 2) La implosión del capitalismo y 3) Estrategias imperiales y luchas políticas.

IL: Quisiéramos enfocar este intercambio en tres problemáticas distintas pero relacionadas: su visión del mundo y las posibilidades de cambiarlo; su propuesta conceptual y política en torno a la implosión del capitalismo y la desconexión del mismo; y el análisis del contexto mundial, visto especialmente desde el Oriente medio y África. ¿Cuál es su visión del mundo visto desde el Sur y desde una perspectiva del sur?

SA: Para responder esta pregunta, que no es nada sencilla, es necesario dividir el tema en 3 partes. Nos interrogaremos primeramente sobre cuáles son las características importantes y decisivas del capitalismo contemporáneo −no del capitalismo en general, sino del contemporáneo−; qué tiene de nuevo realmente; qué es lo que le caracteriza. En segundo lugar enfocaremos la naturaleza de la actual crisis que, más que una crisis, yo la defino como una implosión del sistema capitalista contemporáneo. En tercer lugar, en este mismo marco, analizaremos cuáles son las estrategias y las fuerzas reaccionarias dominantes, es decir, del capital dominante, de la triada imperialista Estados Unidos-Europa-Japón y de sus aliados reaccionarios en el mundo entero. Solamente habiendo comprendido esto, podremos dimensionar el desafío al que se enfrentan los pueblos del Sur, tanto en los países emergentes como en el resto de países.

Mi tesis sobre la naturaleza del sistema capitalista contemporáneo −que de modo más modesto la llamaré «hipótesis» porque está abierta a discusión−, es que hemos entrado en una nueva fase del capitalismo monopólico, se trata de una etapa cualitativamente nueva, pautada por el grado de centralización del capital, cuya condensación llega a tal punto que, hoy en día, el capital monopolico lo controla todo.

Claro que el concepto "capital monopólico" no es nuevo, fue acuñado a fines del siglo XIX y, de hecho, este se desarrolló como tal, a través de distintas fases sucesivas, durante todo el siglo XX; pero es a partir de los años 1970-1980 que despunta una etapa cualitativamente nueva, pues antes existía pero no lo controlaba todo. En la actualidad, ya no existe ninguna actividad económica capitalista que sea autónomao independiente del capitalismo monopólico, este controla todas y cada una de las actividades, aún aquellas que conservan una apariencia de autonomía. Un ejemplo, de entre muchos, es el de la agricultura en los países capitalistas desarrollados, donde es controlada por los monopolios que proveen los insumos, las semillas seleccionadas, los pesticidas, los créditos y las cadenas de comercialización.

Eso es decisivo, es un cambio cualitativo al que yo llamo de «monopolio generalizado», es decir, que se extiende a todas las esferas. Esta característica provoca consecuencias sustantivas e importantes. En primer lugar, se ha desvirtuado completamente la democracia burguesa, pues si antes se fundamentaba en una oposición izquierda-derecha, que correspondía a alianzas sociales, más o menos populares, más o menos burguesas, pero diferenciadas por sus concepciones de la política económica, en la actualidad, en Estados Unidos, por ejemplo, republicanos y demócratas, o en Francia socialistas de la corriente de Hollande y la derecha de Sarkozy, son lo mismo, o casi lo mismo. Es decir que todos están alineados a un consenso que es el mandato del capital monopólico.

Esa primera consecuencia constituye un cambio en la vida política. La democracia así desvirtuada, se ha convertido en una farsa, como se ve en las elecciones primarias de Estados Unidos. El capital monopolista generalizado ha provocado consecuencias muy graves, ha convertido a los Estados Unidos en una nación de  "tontos", es grave porque la democracia ya no se expresa.

La segunda consecuencia es que el "capitalismo generalizado" es la base objetiva de la emergencia de lo que llamo de «imperialismo colectivo» de la triada Estados Unidos-Europa-Japón. Es un punto que afirmo con vehemencia, pues aun siendo una hipótesis estoy en capacidad de defenderla: no hay mayores contradicciones entre Estados Unidos-Europa-Japón, existe una ligera competición en el plano comercial, pero en el plano político, el alineamiento con las políticas definidas por Estados Unidos como política mundial, es inmediato. Loque llamamos «comunidad internacional» copia el discurso de los Estados Unidos y tres minutos después aparecen los embajadores europeos, con algunas comparsas de grandes demócratas, como el emir de Catar o el rey de Arabia Saudita. La ONU no existe, esa representación de los Estados es una caricatura.

Es ésta la transformación fundamental, la transición del capitalismo monopólico al "capitalismo monopólico generalizado", lo que explica la financiarización, porque estos monopolios generalizados son capaces, debido al control que detentan sobre todas las actividades económicas, de bombear una parte cada vez más grande de la plusvalía en todo el mundo y convertirla en la rampa monopolista, la rampa imperialista, que constituye la base de la desigualdad y del estancamiento del crecimiento de los países del Norte y de la triada Estados Unidos-Europa-Japón.

Eso me lleva al segundo punto: es este sistema que está en crisis y, más aún, no es solamente una crisis: es una implosión, en el sentido de que este sistema no es capaz de reproducirse desde sus propias bases, es decir, es víctima de sus propias contradicciones internas.

Este sistema implosiona, no porque sea atacado por el pueblo, sino a causa de su éxito, el éxito de haber logrado imponerse en el pueblo le lleva a provocar un crecimiento vertiginoso de las desigualdades, que no solamente es escandaloso socialmente sino que es inaceptable, pero termina siendo aceptado, y aceptado sin objeción; pero no es esa la causa de la implosión, sino el hecho de que no pueda reproducirse desde sus propias bases.

Eso me lleva a la tercera dimensión, que tiene que ver con la estrategia de las fuerzas reaccionarias dominantes. Cuando hablo de fuerzas reaccionarias dominantes me refiero al capital monopólico generalizado de la tríada imperialista histórica Estados Unidos-Europa-Japón, a las que se suman todas las fuerzas reaccionarias alrededor del mundo que se agrupan, de una forma u otra, en bloques hegemónicos locales, que sostienen y se inscriben en esta dominación reaccionaria mundial. Estas fuerzas reaccionarias locales son extremadamente numerosas y difieren enormemente de un país al otro.

La estrategia política de las fuerzas dominantes, es decir, del capital monopólico generalizado, financiarizado, de la tríada imperialista colectiva histórica tradicional: Estados Unidos-Europa-Japón, está definida por su identificación del enemigo. Para ellos, el enemigo son los países emergentes, es decir, China, el resto, como India, Brasil y otros, son para ellos semiemergentes.

¿Por qué China? Porque la clase dirigente china tiene un proyecto, no voy a entrar en detalles sobre la naturaleza socialista o capitalista de este proyecto, lo importante es que cuenta con un proyecto, que consiste en no aceptar los mandatos del capital monopolista generalizado financiarizado de la tríada, que se impone mediante sus ventajas: control de la tecnología, control del acceso a los recursos naturales del planeta, de los medios de comunicación, la propaganda, etc., control del sistema monetario y financiero mundial integrado y de las armas de destrucción masiva. China viene a cuestionar este orden, sin hacer ruido.

China no es subcontratista, hay sectores en China que lo son, en su calidad de fabricantes y vendedores de juguetes baratos y de mala calidad, solo porque necesitan echar mano de divisas, eso es fácil, pero no es eso lo que caracteriza a China, sino su desarrollo y la rápida absorción de tecnología de punta, su reproducción y desarrollo propio. China no es el taller del mundo, como opinan algunos. No es «made in China» (hecho en China) sino «made by China» (hecho por China), eso ahora es posible porque ellos hicieron una revolución: el socialismo construyó paradójicamente la vía que hizo posible disputar un cierto capitalismo.

Yo diría que después de China, el resto de países emergentes son secundarios. Si tuviera que calificarlos, calificaría de emergente a China con 100%, Brasil 30% y el resto de países 20%. El resto, en comparación con China, son subcontratistas, porque tienen negocios de subcontratación importantes, porque tienen un margen de negociación, hay un compromiso entre el capital monopolista generalizado financiarizado de la tríada y los países emergentes como India y Brasil y otros. No pasa lo mismo con China.

Por eso la guerra contra China figura como parte de la estrategia de la "tríada". Hace 20 años había ya estadounidenses locos que defendían la idea de declararle la guerra, porque después sería muy tarde.

Los chinos tuvieron éxito, es por eso que su política exterior es tan pacífica, y ahora Rusia entra a formar parte, junto a ellos, de la categoría de verdaderos países emergentes. Vemos a Putin, planteando la modernización del ejército ruso, intentando rehacer lo que era la armada soviética, que constituyó un verdadero contrapeso a la potencia militar de los Estados Unidos, esto es importante. No discuto aquí sobre el  hecho de que Putin sea o no demócrata, o si su perspectiva es socialista o no; no se trata de eso, sino de la posibilidad de contraponer al poder de la tríada.

El resto del mundo, el resto del Sur, todos nosotros, ustedes los ecuatorianos, nosotros los egipcios, y muchos otros, no contamos. Al capitalismo monopólico colectivo, nuestros países apenas le interesan por una sola razón: el acceso a nuevos recursos naturales, porque este capital monopólico no puede reproducirse sin controlar, despilfarrarlos recursos naturales de todo el planeta. Es lo único que les interesa.

Para garantizarse un acceso exclusivo a los recursos naturales, los imperialistas necesitan que nuestros países no se desarrollen. El '"umpendesarrollo", como lo definió Andre Gunder Frank, se dio en circunstancias muy distintas, pero tomo prestado el término ahora en condiciones diferentes, para describir cómo el único proyecto del imperialismo para nosotros es el no-desarrollo. Desarrollo de lo anómalo: pauperización más petróleo, crecimiento falso, o gas, madera, o lo que sea, para tener acceso a los recursos naturales y es eso lo que está a punto de implosionar, porque es lo que se ha vuelto intolerable moralmente, el pueblo no lo acepta más.

Es aquí donde se generan las implosiones, las primeras olas de implosión se originaron en América Latina, y no es producto del azar que hayan tenido lugar en países marginales, como Bolivia, Ecuador, Venezuela. No es producto del azar. Luego, la primavera árabe, ya tendremos otras olas en Nepal y otros países, porque no es algo que esté sucediendo solo en una región específica.

Para el pueblo que es protagonista de esto, el desafío es enorme. Es decir, el desafío no se da en el marco de este sistema, en el intento de trascender desde el neoliberalismo hacia un capitalismo con rostro humano, entrar en la lógica de la buena gobernanza, de la reducción de la pobreza, la democratización de la vida política, etc. porque todos esos son modos de gestionar la pauperización, que es el resultado de esta lógica.

Mi conclusión –desde una postura enfocada principalmente en el mundo árabe− es que esta no es apenas una coyuntura sino mas bien un momento histórico, que se presenta formidable para el pueblo. Me refiero a la revolución, pero aun si no quiero abusar de ese término, están dadas las condiciones objetivas para construir amplios bloques sociales alternativos anticapitalistas, hay un contexto para la audacia, para plantear un cambio radical.

Samir Amin es autor de una voluminosa obra de análisis crítico del capitalismo y de innovadoras tesis, tales como la de la "desconexión" y la de la "implosión" del capitalismo, a las cuales se refiere en esta entrevista.

Fuente: Alai-Amlatina

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PORNOGRAFÍA: EL NUEVO SEXO SEGURO

por Pepe Escobar

Los principios del Siglo XXI son adictos a la pornografía bélica, el principal espectáculo deportivo consumido por el sillón global y las patatas digitales. La pornografía bélica se robó el centro de atención en la noche del 11 de septiembre de 2001, cuando el gobierno de Bush lanzó la Guerra Global contra el Terror (GWOT, por sus siglas en inglés), que fue interpretada por muchos de sus practicantes como una sutil legitimización del terror estatal de EE.UU. en particular contra los musulmanes.


También fue una guerra DE terror, una manifestación de terror estatal oponiendo el poder urbano de alta tecnología básicamente contra la astucia rural, de baja tecnología. EE.UU., por cierto, no ejerció ese monopolio; Pekín lo practicó en Xinjiang, su Lejano Oeste, y Rusia en Chechenia.

Como la pornografía convencional, la pornografía bélica no puede existir sin basarse en una mentira, una representación obscena. Pero a diferencia de la pornografía convencional, la bélica es auténtica; a diferencia de obscenas, baratas películas snuff, la gente en la pornografía bélica, muere realmente, en masa.

La mentira para rematar todas las mentiras en el centro de esta representación se estableció definitivamente con la filtración del memorando Downing Street de 2005, en el cual el jefe del MI6 británico confirmó que el gobierno de Bush quería eliminar a Sadam Hussein relacionando el terrorismo islámico con armas de destrucción masiva (inexistentes). Por lo tanto, como decía el memorando: "la información y los hechos se están amañando en torno a esa política".

A fin de cuentas, George "estás con nosotros o contra nosotros" Bush fue la estrella de su propia snuff de proporciones históricas, que también al mismo tiempo tuvo la doble función de ser la invasión y destrucción del flanco oriental de la nación árabe.

La nueva Guernica

Irak se puede ver ciertamente como la Guerra de las Galaxias de la pornografía bélica, una apoteosis de secuelas. Por ejemplo la (segunda) ofensiva de Faluya a finales de 2004. Entonces la describí como la nueva Guernica. También me tomé la libertad de parafrasear los escritos de Sartre sobre la Guerra de Argelia; después de Faluya basta con que se reúnan dos estadounidenses para que haya entre ellos un cadáver. Citando Apocalipsis Ya, de Coppola, había cuerpos, cuerpos por doquier.

El Francisco Franco de Faluya fue Iyad Allawi, el primer ministro interino instalado por EE.UU. Fue Allawi el que "pidió" al Pentágono que bombardeara Faluya. En Guernica, como en Faluya, no hubo distinción entre civiles y combatientes: fue la regla de "¡Viva la muerte!"

Los mandos de los marines estadounidenses dijeron oficialmente que Faluya era la casa de Satán. Franco negó la masacre de Guernica y culpó a la población local, tal como Allawi y el Pentágono negaron las muertes de civiles e insistieron en que los culpables eran los "insurgentes".

Redujeron Faluya a escombros, por lo menos 200.000 residentes se convirtieron en refugiados y mataron a miles de civiles con el fin de "salvarla" (ecos de Vietnam). Por cierto, en los medios corporativos occidentales nadie tuvo la valentía de decir que en realidad Faluya fue el Halabja estadounidense.

Quince años antes de Faluya, en Halabja, Washington era un proveedor entusiasta de armas químicas a Sadam Hussein, quien las utilizó para matar con gas a miles de kurdos. Entonces la CIA dijo que no fue Sadam; fue el Irán de Jomeini. Pero fue Sadam el que lo hizo, y deliberadamente, como EE.UU. en Faluya.

Los doctores de Faluya identificaron cadáveres hinchados y amarillentos sin ninguna herida, así como "cuerpos fundidos", víctimas del napalm, el cóctel de poliestireno y combustible jet. Los residentes que lograron escapar hablaron de "gases venenosos" y "extrañas bombas que producían humo como nubes en forma de hongos… y que luego pequeños trozos caían del aire con largas colas de humo. Los trozos de esas extrañas bombas estallaban en grandes fuegos que queman la piel incluso cuando les arrojas agua".

Es exactamente lo que sucede a la gente bombardeada con napalm o fósforo blanco. La ONU prohibió bombardear a los civiles con napalm en 1980. EE.UU. es el único país del mundo que sigue utilizando napalm.

Faluya también suministró un éxito de mini snuff; la ejecución sumaria de un iraquí herido e indefenso en una mezquita por un marine estadounidense. La ejecución, filmada y vista por millones en YouTube, representó gráficamente las reglas "especiales" de enfrentamiento. Los mandos de los marines estadounidenses de la época decían a sus soldados que "dispararan contra todo lo que se mueve y todo lo que no se mueve"; que dispararan "dos balas en cada cuerpo"; si veían a cualquier hombre de edad militar en las calles de Faluya, que "le derribaran" y que rociaran todas las casas con fuego de ametralladoras y de tanques antes de entrar en ellas.

Las reglas de enfrentamiento en Irak se codificaron en un manual de campo de 182 páginas distribuido a todos y cada uno de los soldados y publicado en octubre de 2004 por el Pentágono. Este manual de contrainsurgencia subrayó cinco reglas: "proteger a la población; establecer instituciones políticas locales; reforzar gobiernos locales; eliminar capacidades insurgentes y explotar información de fuentes locales".

Ahora, de vuelta a la realidad. No se protegió a la población de Faluya; la expulsaron de la ciudad a fuerza de bombas y la convirtieron en una masa de miles de refugiados. Las instituciones políticas ya estaban establecidas: la Shura de Faluya dirigía la ciudad. Posiblemente ningún gobierno local puede gobernar un montón de escombros que tienen que recuperar ciudadanos enfurecidos, por no hablar de "reforzarlo". Las "capacidades insurgentes" no se eliminaron; la resistencia se dispersó por otras 22 ciudades fuera del control de la ocupación estadounidense y se propagó al norte hasta llegar a Mosul; y los estadounidenses se quedaron sin información "de fuentes locales", porque convirtieron en enemigos a todo corazón y mente posibles.

Mientras tanto, en EE.UU., la mayor parte de la población ya era inmune a la pornografía bélica. Cuando estalló el escándalo de Abu Ghraib, en la primavera de 2004, yo iba conduciendo por Texas, explorando Bushlandia. Prácticamente todas las personas con las que hable atribuían la humillación de los prisioneros iraquíes a "unas pocas manzanas podridas", o la defendían por motivos patrióticos ("tenemos que impartir una lección a los 'terroristas'").

Adoro a un hombre en uniforme

Teóricamente, existe un mecanismo aprobado en el Siglo XXI para defender a los civiles de la pornografía bélica. Es la doctrina R2P "responsabilidad de proteger". Se trata de una idea del gobierno canadiense y algunas fundaciones que ya circuló en 2001, pocas semanas después de que se lanzara la guerra contra el terror. La idea era que el concierto de las naciones tenía un "deber moral" de desplegar una intervención humanitaria en casos como Halabja, por no hablar de los Jemeres Rojos en Camboya a mediados de los años setenta o el genocidio de Ruanda a mediados de los noventa.

En 2004, un panel en la ONU codificó la idea, crucialmente con el pensamiento de que el Consejo de Seguridad pueda autorizar una "intervención militar" solo "como último recurso". Entonces, en 2005, la Asamblea General de la ONU apoyó una resolución a favor de R2P y en 2006 el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la resolución 1674 sobre "la protección de civiles en un conflicto armado"; debían ser protegidos contra "genocidio, crímenes de guerra, limpieza étnica y crímenes contra la humanidad".

Ahora aceleremos hasta fines de 2008, comienzos de 2009, cuando Israel –utilizando aviones caza estadounidenses para crear un verdadero infierno– desencadenó un ataque en gran escala contra la población civil de la Franja de Gaza.

¿Y la reacción oficial en EE.UU.?: "Obviamente Israel decidió protegerse y proteger a su pueblo", dijo el presidente Bush. El Congreso de EE.UU. votó con abrumadores 390 contra 5 votos por reconocer "el derecho de Israel a defenderse de los ataques de Gaza". El gobierno entrante de Obama guardó un estruendoso silencio. Solo la futura secretaria de Estado, Hillary Clinton, dijo: "apoyamos el derecho de Israel a la autodefensa".

Por lo menos 1.300 civiles –incluidos numerosas mujeres y niños– fueron asesinados por el terrorismo de Estado en Gaza. Nadie invocó la R2P. Nadie apuntó a que Israel no cumplió con su "responsabilidad de proteger" a los palestinos. Nadie pidió una "intervención humanitaria" frente a Israel.

La simple noción de que una superpotencia –y otras potencias menores– tomen sus decisiones de política exterior con base en motivos humanitarios, como proteger a gente sitiada, es un chiste absoluto. Por lo tanto ya entonces aprendimos cómo se implementaría la R2P. No se aplicaba a EE.UU. en Irak o Afganistán. No se aplicaba a Israel en Palestina. Finalmente se aplicaría solo para entrampar a gobernantes "canallas" que no fueran "nuestros hijueputas", como en el caso de Gadafi en Libia en 2011. Intervención "humanitaria" sí; pero solo para librarse de los "malos". Y la belleza de R2P era que se podía aplicar al revés en todo momento. Bush llamó a "liberar" a los afganos que sufrían, especialmente a las mujeres vestidas con burkas, de los "malvados" talibanes, configurando en realidad la invasión de Afganistán como una intervención humanitaria. Y cuando se desenmascararon las afirmaciones engañosas sobre los vínculos entre al Qaida y las inexistentes armas de destrucción masiva, Washington comenzó a justificar la invasión, ocupación y destrucción de Irak mediante… R2P: "responsabilidad" de proteger a los iraquíes frente a Sadam y luego frente a sí mismos.

El asesino despertó al alba

El episodio más reciente de la serie de la pornografía bélica es la masacre de Kandahar cuando, según la versión (o encubrimiento) oficial del Pentágono un sargento del ejército estadounidense, francotirador y veterano de la guerra de Irak –un asesino altamente calificado– mató a tiros a 17 civiles afganos, incluidas nueve mujeres y cuatro niños, en dos aldeas a tres kilómetros de distancia, y quemó algunos de sus cuerpos.

Como en el caso de Abu Ghraib, hubo el acostumbrado torrente de desmentidos del Pentágono, como "no somos nosotros" o "no hacemos las cosas de esa manera"; para no mencionar un tsunami de historias en los medios corporativos estadounidenses humanizando al héroe-convertido-en-asesino masivo, como en "es un muchacho tan bueno, un hombre de familia". Al contrario, ni una sola palabra sobre Los Otros, las víctimas afganas. No son personas; y nadie conoce sus nombres.

Una –seria– investigación afgana estableció que unos veinte soldados pudieron participar en la masacre, como en My Lai en Vietnam; y eso incluyó la violación de dos de las mujeres. Tiene sentido. La pornografía bélica es una subcultura letal y de grupo, junto con asesinatos selectivos, muertes por revancha, profanación de cuerpos, recolección de trofeos (dedos u orejas cortados), quema de Coranes y orinar sobre cadáveres. Esencialmente es un deporte colectivo.

"Equipos de asesinato" estadounidenses han ejecutado deliberadamente al azar a civiles afganos inocentes, sobre todo adolescentes, por deporte, colocaron las armas sobre sus cuerpos y luego posaron con sus cadáveres como trofeos. No es por accidente que hayan estado operando desde una base en la misma área de la masacre de Kandahar.

Y no debemos olvidar al antiguo máximo comandante de EE.UU. en Afganistán, el general Stanley McChrystal, quien el 10 de abril de 2010 admitió, brutalmente: "Hemos matado a una cantidad increíble de personas" que NO constituían una amenaza para EE.UU. o la civilización occidental.

El Pentágono sesga y publicita en Afganistán lo que ya mercadeó en Irak (e incluso mucho antes en Vietnam, en realidad); la idea es que se trata de una "contrainsurgencia centrada en la población", o COIN, para "ganar corazones y mentes", y que forma parte de un gran proyecto de construcción de una nación. Es una mentira monumental. La 'oleada' de Obama en Afganistán –basada en COIN– fue un fracaso total. Lo que la reemplazó fue una guerra dura, encubierta, tenebrosa, dirigida por "equipos de asesinato" de las Fuerzas Especiales. Eso implica una inflación de ataques aéreos e incursiones nocturnas. Para no hablar de ataques de aviones no tripulados, tanto en Afganistán como en las áreas tribales de Pakistán, cuyos objetivos preferidos parecen que son las bodas pastunas. A propósito, la CIA afirma que desde mayo de 2010, los aviones sin tripulación ultra-inteligentes han matado a más de 600 objetivos humanos "cuidadosamente seleccionados" y, milagrosamente, ni a un solo civil.

Pronto veréis este gran espectáculo de pornografía bélica celebrado en una orgía de próximos éxitos conjuntos del Pentágono y Hollywood. En la vida real, es amañado por gente como John Nagl, quien estuvo en el equipo del general David Petraeus en Irak y ahora dirige el think tank pro Pentágono Centro para la Nueva Seguridad Estadounidense.

Los nuevos súper machos estelares podrían ser los oficiales del Comando Conjunto de Operaciones Especiales (JSOC). Pero se trata de una producción del Pentágono, que ha creado, según Nagl, "una máquina letal de contraterrorismo de dimensión industrial". La realidad, sin embargo, es mucho más prosaica. Las técnicas de COIN, aplicadas por McChrystal, se basaban en solo tres componentes: vigilancia permanente por parte de aviones sin tripulación (drones); monitoreo de teléfonos móviles y localización de la ubicación física de los teléfonos por sus señales. Eso implica que cualquiera en un área vigilada por drones que utilice un teléfono celular era identificado como "terrorista", o por lo menos como "simpatizante terrorista". Y entonces el enfoque de las incursiones nocturnas en Afganistán pasó de "objetivos de alto valor" –miembros de alto nivel y mediano nivel de al Qaida y talibanes– a cualquiera marcado como colaborador de los talibanes.

En mayo de 2009, antes de la llegada de McChrystal, las Fuerzas Especiales de EE.UU. realizaban 20 incursiones mensuales. En noviembre eran 90 al mes. Al llegar la primavera de 2010, eran 250. Cuando despidieron a McChrystal –por un artículo en Rolling Stone (compitió con Lady Gaga por la portada y ganó Lady Gaga)– y Obama lo sustituyó por el general David Petraeus en el verano de 2010, eran 600 incursiones mensuales. En abril de 2011, llegaron a más de 1.000 al mes.

Así funcionan las cosas. No se te ocurra utilizar un teléfono celular en Kandahar y otras provincias afganas. De otra manera, los "ojos del cielo" acabarán contigo. En el mejor de los casos te enviarán a la cárcel, junto con otros miles de civiles marcados como "simpatizantes de terroristas", y los analistas de los servicios de inteligencia utilizarán tus datos para compilar su "lista de muerte/captura" y capturarán aún más civiles.

En cuanto a los "daños colaterales" civiles de las incursiones nocturnas, siempre fueron presentado por el Pentágono como "terroristas". Ejemplo: en una incursión en Gardez el 12 de febrero de 2010, mataron a dos hombres: un fiscal local del gobierno y un funcionario de los servicios de inteligencia afganos. Así como a tres mujeres (dos de ellas embarazadas). Los asesinos dijeron al comando de EE.UU./OTAN de Kabul que los dos hombres eran "terroristas" y que las mujeres habían sido halladas amordazadas y atadas. Luego el auténtico objetivo del asalto se entregó para que le interrogaran unos días después y le dejaron en libertad sin acusación alguna.

Y es solo el comienzo. El asesinato selectivo –tal como se practica en Afganistán– será la táctica preferida del Pentágono en todas las guerras futuras.

Pásame el condón, querido

Libia fue una importante exhibición de pornografía bélica completa con un ingenioso toque romano del derrotado jefe "bárbaro" sodomizado en las calles y luego ejecutado, directamente en YouTube.

Esto, a propósito, es exactamente lo que la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, en una visita relámpago a Trípoli, había anunciado menos de 48 horas antes del hecho. Había que "capturar o matar" a Gadafi. Cuando lo vio en la pantalla de su BlackBerry solo pudo reaccionar con el terremoto semántico "¡Wuau!"

Desde el instante en que una resolución de la ONU impuso una zona de exclusión aérea sobre Libia bajo la cobertura de R2P, se convirtió en una tarjeta verde para el cambio de régimen. El Plan A fue siempre capturar y matar a Gadafi, como en un asesinato selectivo al estilo afgano. Era la política oficial del gobierno de Barack Obama. No había un Plan B.

Obama dijo que la muerte de Gadafi significaba "la fuerza del liderazgo estadounidense en todo el mundo". Fue tan parecido al "¡lo capturamos!" (ecos de Sadam capturado por el gobierno de Bush) como se podría imaginar.

Con una bonificación adicional. A pesar de que Washington pagó por lo menos un 80% de los costes operativos de esos tontos de capirote de la OTAN (unos 2.000 millones de dólares), era solo dinero de bolsillo. En todo caso, todavía era bochornoso "¡Lo hicimos!", porque la Casa Blanca siempre dijo que no era una guerra, era algo "cinético". Y no estaba al cargo.

Solo los ingenuos absolutos pueden haberse tragado la propaganda de las más de 40.000 bombas "humanitarias" que devastaron la infraestructura de Libia hasta devolverla a la Edad de Piedra como en una "Comoción y Pavor" a cámara lenta. Eso nunca tuvo nada que ver con R2P.

Fue tan R2P como el sexo seguro, y la "comunidad internacional" fue el condón. La "comunidad internacional", como todos saben, está compuesta por Washington, unos pocos miembros arrastrados por la corriente de la OTAN y las democráticas potencias del Golfo Pérsico de Qatar, y los Emiratos Árabes Unidos (EAU), más la Casa de Saud en la sombra. La UE, que poco antes acariciaba el borde de las túnicas de Gadafi, no tardó en excederse con los editoriales sobre los 42 años de reinado de un "bufón".

En cuando al concepto del derecho internacional, quedó tirado en una alcantarilla tan sucia como aquella en la que se ocultó Gadafi. Sadam por lo menos tuvo un juicio amañado en un tribunal ilegítimo antes de enfrentarse al verdugo (también terminó en YouTube). A Osama bin Laden simplemente lo eliminaron, como en un asesinato, después de una invasión territorial de Pakistán (sin YouTube, de modo que muchos no lo creen). Gadafi lo superó, eliminado en una mezcla de guerra aérea y asesinato. Son las Tres Agraciadas Cabelleras de la Pornografía Bélica.

Dulce emoción

Siria es una declinación más de la narrativa de la pornografía bélica. Si no puedes emprender R2P, invéntala.

Y pensar que todo esto se codificó hace tanto tiempo. Ya en 1997, el War College Quarterly del Ejército de EE.UU. definió lo que llamó "el futuro de la guerra". Lo describió como "el conflicto entre los maestros de la información y sus víctimas".

Estaban seguros de que "ya somos los maestros de la guerra de la información…. Hollywood 'prepara el campo de batalla'… La información destruye las tareas tradicionales y las culturas tradicionales; seduce, traiciona, pero sigue siendo invulnerable… Nuestra sofisticación en su manejo nos permitirá sobrevivir y funcionar mejor que todas las culturas jerárquicas… Las sociedades que temen o que no pueden administrar el flujo de información simplemente no serán competitivas. Podrán dominar los medios tecnológicos para ver los vídeos, pero nosotros escribiremos los guiones, los produciremos y cobraremos los royalties. Nuestra creatividad es devastadora".

La guerra de la información que va más allá de todo, no tiene nada que ver con la geopolítica. Como el proverbial producto de Hollywood, tiene que ser "engendrada" de emociones en carne viva: "odio, celos y codicia, emociones, en lugar de estrategia".

En Siria es exactamente el guión que han seguido los medios corporativos occidentales en toda la película; la tácticas de la "guerra de la información" de War College aplicadas a la práctica. El gobierno sirio nunca tuvo muchas posibilidades contra los que "escriben los guiones, los producen y cobran los royalties".

Por ejemplo, la oposición armada, el denominado Ejército Libre Sirio (un desagradable cóctel de desertores, oportunistas, yihadistas y mercenarios extranjeros) llevó a los periodistas occidentales a Homs y luego insistió en extraerlos, en condiciones extremadamente peligrosas y con muertos a través del Líbano, en lugar de hacerlo mediante la Medialuna Roja. No estaban haciendo otra cosa que escribir el guión para que se abriera un "corredor humanitario" a Homs, impuesto desde el extranjero. Fue puro teatro, o pornografía bélica presentada como un drama hollywoodense.

El problema es que la opinión pública occidental depende ahora de este tipo de guerra de la información. Olvidad incluso la posibilidad de negociaciones de paz entre partes adultas. Lo que quedan son los binarios buenos contra la intriga de los muy malos, en la que hay que destruir al Gran Sujeto Malo a cualquier precio (¡y para colmo su esposa es una perra snob a la que le gusta ir de compras!)

Solo los ingenuos terminales pueden llegar a creer que los yihadistas –incluidos los rebeldes de la OTAN de Libia– financiados por el Club Contrarrevolucionario del Golfo, también conocido como Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) sean un montón de reformistas democráticos ardientes de buenas intenciones. Hasta Human Rights Watch se vio finalmente obligado a reconocer que esos "activistas" armados fueron responsables por "secuestros, detención y tortura", después de recibir informes sobre "ejecuciones de miembros de las fuerzas de seguridad y civiles por parte de grupos armados de oposición".

Lo que oculta finalmente esta narrativa de pornografía bélica (blanda y dura), es la verdadera tragedia siria: la imposibilidad de que el tan alabado "pueblo sirio" pueda librarse de todos esos pillos, el régimen de Asad, el Consejo Nacional Sirio controlado por la Hermandad Musulmana y el Ejército Libre Sirio infestado de mercenarios.

Escuchad el sonido del caos

Este catálogo –muy parcial– de aflicciones nos lleva inevitablemente al actual exitazo supremo de la pornografía bélica, el psicodrama iraní.

2012 es el nuevo 2002; Irán es el nuevo Irak, y sea cual sea la carretera, para evocar la nueva consigna neoconservadora, los hombres de verdad van a Teherán vía Damasco, o los hombres de verdad van a Teherán non-stop.

Es posible que solo bajo el agua del Ártico podamos escapar del cortejo cacofónico de los derechistas estadounidenses –y sus respectivos perros falderos europeos– salivando por sangre y desplegando el festival usual de falacias como "Irán quiere borrar a Israel del mapa", "la diplomacia ha llegado al final", "las sanciones son demasiado tardías", o "Irán está a un año, 6 meses, una semana, un día, o un minuto de construir una bomba". Por cierto esos perros de guerra no se preocuparían jamás de seguir lo que hace realmente el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), sin hablar de los Estudios Nacionales de Inteligencia publicados por las 17 agencias de inteligencia de EE.UU.

Porque ellos, en gran medida, "escriben los guiones, los producen y cobran los royalties" en términos de medios corporativos, pueden salirse con la suya con una fusión sorprendentemente tóxica de arrogancia e ignorancia, sobre Medio Oriente, sobre la cultura persa, sobre la integración asiática, sobre el problema nuclear, sobre la industria petrolera, sobre la economía global, sobre "el Resto" en comparación con "Occidente".

Como en el caso de Irak en 2002, permanentemente se deshumaniza a Irán. La incesante, totalmente histérica, "narrativa" para inducir al miedo de "debemos bombardear ahora o debemos bombardear más tarde" siembre trata de bombas ¡oh tan inteligentes! revienta búnkeres y misiles de precisión que realizarán un trabajo ultra limpio de devastación a gran escala sin producir un solo "daño colateral". Exactamente como el sexo seguro.

E incluso cuando la voz del propio establishment –el New York Times – admite que ni la inteligencia estadounidense ni la israelí creen que Irán haya decidido construir una bomba (un niño de 5 años podría llegar a la misma conclusión), la histeria sigue siendo inter-galáctica.

Por lo pronto, mientras se prepara -"todas las opciones están sobre la mesa" sigue repitiendo el propio Obama– para una guerra más en lo que solía denominarse "arco de inestabilidad", el Pentágono también encontró el tiempo necesario para rediseñar la pornografía bélica. Solo requirió un vídeo de 60 segundos que ahora está en YouTube, titulado Toward the Sound of Chaos [Hacia el sonido del caos], presentado solo unos días después de la masacre de Kandahar. Basta con considerar su audiencia objetiva clave, el inmenso mercado de pobres, desocupados y políticamente muy ingenuos jóvenes estadounidenses.

Escuchemos la sobregrabación de la minicinta:


"Donde emerge el caos, emergen los Pocos. Los marines se mueven hacia los sonidos de la tiranía, la injusticia y la desesperación con el coraje y la resolución de silenciarlos. Al terminar el conflicto, imponer el orden y ayudar a los que no se pueden ayudar ellos mismos, los marines enfrentan las amenazas de nuestros tiempos".

Tal vez, en este universo orwelliano, deberíamos pedir a los afganos muertos sobre los que orinaron los marines de EE.UU., o a los miles de muertos en Faluya, que escribieran una reseña de la película. Bueno, los muertos no escriben. Tal vez podamos pensar en el día en el que la OTAN imponga una zona de exclusión aérea sobre Arabia Saudí para proteger a los chiíes en la provincia oriental, mientras los drones del Pentágono lanzan una alfombra de misiles Hellfire sobre esos miles de arrogantes, medievales, corruptos, príncipes de la Casa de Saud. No, no sucederá.

Más de una década después del comienzo de la guerra contra el terror, el mundo se presenta como sigue: una audiencia perezosa, virtualmente mundial, hastiada, deslumbrada y entretenida de distracción en distracción, impotentemente adicta a la deshonrosa exhibición de atrocidades de la pornografía bélica.

Fuente: Rebelión

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ELECCIONES EN FRANCIA

por Ignacio Ramonet

La elección presidencial es, en Francia, "la madre de todas las votaciones" y el punto incandescente del debate político. Tiene lugar cada cinco años. Es un sufragio universal directo a dos vueltas. En principio, cualquier ciudadano francés se puede presentar a la primera vuelta, que tiene lugar esta vez el 22 de abril. Aunque debe cumplir una serie de requisitos. Entre ellos, contar con el apoyo de 500 cargos electos de al menos 30 departamentos (provincias) distintos. Si ningún candidato obtiene mayoría absoluta (más del 50% de los votos), se impone una segunda vuelta dos semanas después. Desde la instauración de la Quinta República en 1958, siempre ha habido una segunda vuelta. A ella acceden tan sólo los dos candidados que encabezan el primer turno. O sea, habrá que esperar hasta el próximo 6 de mayo para conocer el resultado. Entre tanto, toda la vida política gira en torno a ese acontecimiento central.

Por el momento, nadie tiene la partida ganada, aunque –según todas las encuestas– la final parece que se jugará entre dos candidatos: el presidente conservador saliente Nicolas Sarkozy, y el líder socialista, François Hollande. Pero quedan todavía varias semanas de campaña en las que muchas cosas pueden ocurrir. Y además, un tercio de los electores no ha decidido aún por quién votará...

Los debates se desarrollan en un contexto marcado por dos fenómenos principales: 1) la mayor crisis eco­nómica y social que Francia ha conocido en los últimos decenios; 2) una creciente desconfianza hacia el ­funcionamiento de la democracia ­representativa.

La Constitución sólo autoriza dos mandatos consecutivos. El presidente Sarkozy se declaró oficialmente el 15 de febrero pasado candidato a su propia sucesión. Desde entonces la poderosa maquinaria de su partido, la Unión por un Movimiento Popular (UMP), se ha puesto briosamente en marcha. Y ha conseguido que ­todos los demás candidatos de la derecha (excepto el soberanista Nicolas ­Dupont-Aignan) se retiren de la ­contienda para dejarle como único representante de la corriente conservadora. La batalla sin embargo no será fácil. Todas las encuestas lo dan por derrotado en la segunda vuelta frente al candidato socialdemócrata François Hollande.

Sarkozy se ha vuelto muy impopular. En el extranjero, muchas personas no lo conciben porque únicamente perciben su imagen de líder internacional enérgico dirigiendo, junto con Angela Merkel, las Cumbres europeas o las del G-20. Además, en 2011, asumió también una postura de jefe militar y consiguió ganar dos guerras, en Costa de Marfil y en Libia. Por otra parte, en el aspecto del "glamour", su matrimonio con la célebre ex modelo Carla Bruni, con quien acaba de tener una niña, contribuye a hacer de él un actor permanente de la prensa del corazón. De ahí la perplejidad de la opinión pública extranjera ante su eventual derrota electoral.

Pero hay que tener en cuenta, en primer lugar, un principio político casi universal: no se ganan unas elecciones gracias a un buen balance de política exterior, por excelente que sea. El ejemplo histórico más conocido es el de Winston Churchill, el "viejo león" británico vencedor de la Segunda Guerra Mundial y derrotado en las elecciones de 1945... O el de Richard Nixon, el presidente estadounidense que puso fin a la guerra de Vietnam y reconoció a China popular, pero se vio obligado a dimitir para no ser destituido... Hay que añadir que otra ley parece haberse establecido en Europa estos últimos años en el contexto de la crisis: ningún gobierno saliente ha sido reelegido.

En segundo lugar, está el balance de su mandato, que es execrable. Además de los numerosos escándalos en los que se ha visto envuelto, Sarkozy ha sido el "presidente de los ricos" a quienes ha hecho regalos fiscales inauditos, mientras sacrificaba a las clases medias y desmantelaba el Estado del bienestar. Esa actitud ha alimentado las críticas de los ciudadanos que, poco a poco, se han visto engullidos por las dificultades: pérdida de empleo, reducción del ­número de funcionarios, retraso de la edad de jubilación, aumento del coste de la vida... No cumplió sus promesas. Y la decepción de los franceses se amplificó.

Sarkozy cometió también garrafales errores de comunicación. La noche misma de su elección en 2007 se exhibió en un célebre restaurante parisino de los Campos Elíseos festejándolo sin complejos en compañía de un puñado de multimillonarios. Aquella interminable juerga en el Fouquet's quedó como el símbolo de la vulgaridad y la ostentación de su mandato. Los franceses no lo han olvidado y muchos de sus propios electores modestos jamás se lo perdonaron.

Con su hiperactivismo, su voluntad de estar presente en todas partes y de decidirlo todo, Sarkozy ha olvidado una regla fundamental de la Quinta República: el Presidente –que posee más poder que cualquier otro jefe de Ejecutivo de las grandes democracias mundiales– debe saber guardar las distancias. Dosificar con prudencia sus intervenciones públicas. Ser el señor de la penumbra. No quemarse por exceso de sobreexposición. Y es lo que le ha pasado. Su hipervisibilidad desgastó pronto su autoridad, y lo ha convertido en su propia caricatura, la de un dirigente permanentemente acalorado, impetuoso, excitado...

Ni una sola encuesta, hasta ahora, lo da como vencedor de ­estas elecciones. Pero Sarkozy es un guerrero dispuesto a todo. Y también, a veces, un golfo sin escrú­pulos, capaz de actuar como un auténtico aventurero. De tal modo que, desde que se lanzó a la cam­paña el mes pasado, con un descaro monumental no ha dudado en ­presentarse –él, que ha sido el "presidente de los ricos"– como "el candidato del pueblo" esgrimiendo argumentos próximos a la xenofobia para robarle votos a la extrema derecha. No sin eficacia electoral. Y en las intenciones de voto, inmediatamente ganó varios puntos hasta conseguir situarse por encima del candidato socialista...

Éste, François Hollande, es por el momento, el claro favorito de los sondeos. Todos, sin excepción, lo dan vencedor el 6 de mayo próximo. Poco conocido en el extranjero, Hollande es considerado por sus propios electores como un burócrata por haber sido durante más de once años (1997-2008) Primer secretario del Partido socialista. Contrariamente a su ex compañera Ségolène Royal, nunca fue ministro. Y su nombramiento como candidato de los socialistas no resultó evidente. Sólo fue designado después de unas durísimas elecciones primarias en el seno de su partido (a las que, por razones harto conocidas, Dominique Strauss-Kahn, el preferido de los electores socialistas, no pudo competir).

François Hollande es un social-liberal de centro, conocido por sus habilidades de negociador y su dificultad para tomar decisiones. Se le reprocha ser demasiado blando y mantener en permanencia la confusión. Su programa económico no se distingue netamente, en el fondo, del de los conservadores. Después de haber afirmado en un discurso electoral que "el enemigo principal" eran las finanzas, se apresuró a ir a Londres a tranquilizar a los mercados recordándoles que nadie había privatizado más y liberalizado más que los socialistas franceses. En lo que respecta al euro, a la deuda soberana o a los déficits presupuestarios, Hollande –que afirma ahora querer renegociar el Pacto fiscal – está en la misma línea que otros dirigentes socialdemócratas, ­como Yorgos Papandreu (Grecia), ­José Sócrates (Portugal) y José Luis Rodríguez Zapatero (España), quienes, después de haber abjurado de sus principios y aceptado las horcas caudinas de Bruselas, fueron electoralmente expulsados del poder.

La flacidez política de François Hollande aparece aún más flagrante cuando se le compara con el candidato del Frente de Izquierda, Jean-Luc Mélenchon. Con el 14% de las intenciones de voto, éste está resultando la gran revelación de estas elecciones. Sus mítines son los que reúnen al mayor número de personas, y sus discursos, verdaderos modelos de educación popular, los que levantan el mayor entusiasmo. El domingo 18 de marzo, aniversario de la revolución de la Comuna de París, consiguió movilizar a unas 120.000 personas en la plaza de la Bastilla, cosa jamás vista en los últimos cincuenta años. Todo ello debería favorecer cierto giro a la izquierda de los socialistas y de François Hollande. Aunque las diferencias de líneas son abismales.

El programa de Jean-Luc Mélenchon, resumido en un librito titulado L'Humain d'abord! (¡Primero lo humano!) del que ya se han vendido centenares de miles de ejemplares, propone, entre otras medidas: repartir la riqueza y abolir la inseguridad social; arrebatarle el poder a los bancos y a los mercados financieros; una planificación ecológica; convocar una Asamblea Constituyente para una nueva República; liberarse del Tratado de Lisboa y construir otra Europa; iniciar la desmundialización...

El entusiasmo popular que está levantando Jean-Luc Mélenchon da una nueva esperanza a las clases trabajadoras, a los militantes veteranos y a la multitud de los jóvenes indignados. Es también una respuesta a una democracia en crisis donde muchos ciudadanos ya no creen en la política ni en el ritual de las elecciones.

Mientras se desinfla la extrema derecha y fracasa la tentativa de revivirla mediante el experimento de Marine Le Pen, estas elecciones presidenciales francesas podrían demostrar que, en una Europa desorientada y en crisis, sigue viva la esperanza de construir un mundo mejor.

Fuente: Le Monde Diplomatique

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