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Los precios no aumentan
en los libros del imperio
que nuestro pueblo ignora.
Pero aún si no aumentasen…
¿Dónde está JL?
El trabajo es digno
en las lógicas del esclavo
y en los preceptos del amo
que nuestro pueblo detesta.
Pero cuando el reloj marca
el temporario fin de la explotación
en los lugares vacíos resuena:
“¿Dónde está JL?”
Nuestros jóvenes se educan,
dicen los Sabios a sueldo
que nuestro pueblo desconoce.
En una escuela rural
(Sin techo. Sin calor. Sin futuro)
un changuito levanta la mano
ya callosa por el trabajo
y pregunta:
¿Dónde está JL?
La policía no secuestra.
Ni mata. Ni tortura.
(dicen los medios)
Aunque nuestro pueblo sangra…
(en su último aliento
un condenado gime
“¿Dónde está JL?”)
Usticia. Ibertad.
Luchemos para lograrlas
aunque nunca sean completas.
No sin la J de Julio.
No sin la L de López.
Quizás no fue claro el mensaje,
quizás no gritamos tan fuerte.
Entonces, con toda la bronca…
Entonces, con toda la fuerza…
Entonces, con todas las letras…
Gritemos:
¿DÓNDE ESTÁ JULIO LÓPEZ?