lunes, 17 de julio de 2017

CHE EN BOLIVIA





De: Pedro Martínez Pirez <pmpirez@rhc.cu>
Enviado: lunes, 17 de julio de 2017 02:04 p.m.
Asunto: CHE EN BOLIVIA
 

 


Cerros iluminados en Bolivia.

Por Froilán González y Adys Cupull.

El 26 de julio de 2017 se cumplen  50 años de un sorprendente homenaje a Fidel en las laderas de los cerros de la ciudad boliviana de La Paz.

La embajada norteamericana y el gobierno del General Barrientos daban pasos para la intervención directa de Estados Unidos en el conflicto guerrilleros y con tales propósitos preparaban a la opinión pública.

Ellos habían mantenido oculto que el Che estaba en Bolivia, debido a las consideraciones de que un reconocimiento oficial proporcionaría esperanza al movimiento revolucionario boliviano, la oposición cobraría nuevas fuerzas y la ayuda del pueblo al movimiento guerrillero sería incontenible, pero en esos momentos les convenía admitirlo.

El 24 de junio, noche de San Juan habían logrado descabezar y masacrar al movimiento minero y sindical. Diferentes sectores de la población fueron reprimidos violentamente, las cárceles y los campos de concentración estaban llenos, los principales líderes políticos confinados o en el exilio, el terror imperando en todo el territorio, el estado de sitio y establecida la suspensión de las garantías constitucionales.

Era el momento de culpar al Comandante Guevara y a Cuba revolucionaria de la crisis política que vivía el país para justificar la intervención norteamericana.

A través de la prensa radial y escrita comenzaron a bombardear a la opinión pública de que Bolivia era agredida por fuerzas invasoras extranjeras al mando del Che Guevara.

Se hablaba de la participación de combatientes cubanos y comandantes vietcongs, se propagaban el sentimiento nacionalista furibundo, insistiendo en la intervención cubana.

El  día 30 de junio el Che escribió en su Diario:

¨En el plano político, lo más importante es la declaración oficial de Ovando de que yo estoy aquí. Además, dijo que el Ejército se estaba enfrentando a guerrilleros perfectamente entrenados que incluso con­taba con comandantes vietcons que habían derrotado a los mejores regimientos norteamericanos (...) Me atribuyeron ser el inspirador del plan de insurrección en las minas, coordinado con el de Ñacahuasú[...]

El Che se estaba refiriendo a las declaraciones de Alfredo Ovando Candia comandante en jefe de las Fuerza Armadas.

El día 1 de julio el Che anotó: "Barrientos tuvo una conferencia de prensa en la que admitió mí presencia, pero vaticinó que en pocos días quedaría liquidado. Habló la habitual retahíla de sandeces, llamándonos ratas y víboras…"

Durante el mes de julio los estudiantes declararon a las uni­versidades territorio libre y en asambleas de cabildo acordaron manifestaciones de solida­ridad con los mineros y con la lucha armada y a los generales Barrientos y Ovando los declararon enemigos del pueblo. La respuesta  fue una represión brutal, gases lacrimógenos, chorros de agua y  gases vomitivos.

La indignación popular por la masacre minera y la despiadada re­presión, las respuestas combativas de los obreros, estudiantes y de­más sectores del país, el apoyo cada vez más evidente a los guerri­lleros y el abierto desafío al régimen de Barrientos, unido a los éxitos de la guerrilla y al impacto de estos en la opinión pública, así como los fracasos militares y las contradicciones cada vez mayores en los altos mandos militares, hacían tambalear al régimen de Barrientos.

Las huelgas obreras tenían económicamente paralizado al país y los maestros se preparaban para ir a la huelga. Las minas, las universidades y los sindicatos fueron tomados militarmente. La situa­ción estaba lista para estallar en cualquier momento. Los aprestos golpistas se adelantaban y comenzaban a ser públicos. Al respecto el Che escribió en su Diario el 19 de julio:

¨Las noticias políticas son de una tremenda crisis que no se ve en qué va a parar. Por lo pronto, los sindicatos agrícolas de Cochabamba han formado un partido político de  "inspiración cristiana" que apoya a Barrientos y éste pide que "lo dejen gobernar 4 años"; es casi una imploración. Siles Salinas amenaza a la oposición con que la subida nuestra al poder le costará la cabeza a todos y llama a la unidad nacional, declarando al país en pie de guerra. Parece implorante por un lado y demagógico por otro; tal vez se prepara a una sustitución."

El periodista Rubén Vázquez Díaz, en su libro Bolivia en la hora del Che, escribió que se añadió una nueva fuerza de gran importancia en Bolivia: la Iglesia Católica, a través del cardenal Clemente Maurer. El periodista lo narró de la siguiente forma:

"El cardenal Clemente Maurer, quien había llegado de Roma con la bendición del Vaticano, les dijo a los bolivianos que Dios estaba decididamente en contra de la guerrilla.

"El vicepresidente Adolfo Siles Salinas, recomienda a sus compa­triotas que hay que pelear con la cruz y contra la hoz y el martillo".

"...como punta de lanza el cardenal Maurer, quien comenzó una gira por el país bendiciendo las diferentes ciudades y pronunciando el mismo discurso en cada población..."

"El país está en peligro, solo puede salvarse por la fe en Dios, la Iglesia, el ejército y el Presidente".

"Este discurso le trajo al Cardenal una gran popularidad en los círculos oficiales. Se vio al Presidente besando el anillo de Clemente Maurer, una y otra vez. Globos de papel de muchos colores cuelgan sobre la cabeza triunfante del Cardenal, siempre que él entra en una población, y masas de indios son movilizados precipitadamente y reciben un día de salario para gritar algo como ¡VIVA MAURER! ¡VIVA DIOS!"

"El viernes 21 fue la culminación del espectáculo de un solo hom­bre, de Maurer en Bolivia, el diario Presencia de la Paz publicó diez fotos del casi divino padre, en diferentes situaciones y actitudes, y Maurer recibió del Ejército la orden de la GRAN CRUZ DE LOS GUERRILLEROS DE LANZA..."

El presidente Barrientos se indignó cuando condecoraron al Car­denal precisamente con la Orden de los Guerrilleros.

El día 26 de julio se acercaba, el alcalde de la ciudad de La Paz, al general retirado Armando Escobar Uría, se le ocurrió movilizar a la ciudadanía paceña para hacer un acto de repudio contra Cuba, contra el Comandante en Jefe Fidel Castro y las guerrillas del Che.

Las damas cristianas de La Paz aparecerían como las organizadoras, el Paseo del Prado se engalanó. El periodista Rubén Vázquez Díaz, reflejó en una crónica lo que pasó, titulada "26 de Julio a la boliviana."

"…Las tristes chozas que trepan las empinadas laderas alrededor del valle de La Paz tienen que estar iluminadas.

"Es la noche del 25 de julio. La noche anterior a la 'gran mani­festación gran' contra las guerrillas, contra el comunismo, contra Fidel, contra todos los malos espíritus de esta tierra.

"Debido a esta rara ocasión, los cholos de las laderas de los cerros deben ser honrados con una iluminación especial. Durante todo el año no hay luces que brillen allí arriba, pero ahora, de repente, los cerros de los cholos están brillando intensamente.

"El 'Comité de las Damas Cristianas' y el 'Frente Anticomunista de Bolivia' y Dios sabe cuántas otras organizaciones 'decentes' y en buena posición, han pagado algunos cientos de dólares para hacer creer al mundo que los indios están interesados en la demostración contra la guerrilla.

"Los comités han dado antorchas a los habitantes de las grises chozas, y abajo, desde el valle, desde la rica y limpia avenida 16 de Julio, uno puede apreciar que estas antorchas están formando las pa­labras:

" '¡Muera Fidel Castro!'

"Por supuesto, solo los turistas recién llegados y más ignorantes creen que esto pueda ser una intervención de los indios.

"Pero parece como si lo fuera.

"Las 'Damas Cristianas' solo olvidaron un pequeño detalle: esos cholos son muy empecinados.

"A ellos les han pagado y ellos han colocado las antorchas, es cierto, pero después de media hora un cambio menor en las posi­ciones de las flamantes antorchas de las laderas de las colinas puede ser notado desde allá abajo en la ciudad.

"La palabra 'muera' ha desaparecido.

"Las antorchas se están moviendo allí arriba, donde la 'gente blan­ca' va muy rara vez, y mientras la mitad de la ciudad está mirando fijamente con sorpresa hacia las montañas, una nueva palabra es for­mada:

" 'Viva', dice.

" 'Viva Fidel Castro.'