En diciembre 2017 el doctor en medicina, pediatra Agustín Farina Cañete se recibió con las más altas
calificaciones de Neonatólogo en Neuquén donde ejerce su profesión con amor. Vean lo que él dijo
once años atrás antes de ir a estudiar a Cuba becado por Chaubloqueo gracias a la Revolución.
Palabras que ante el Embajador Aramís Fuente Hernández, otros funcionarios cubanos y doscientos argentinos fueron dichas por el joven argentino Agustín Farina (miembro del Museo Ernesto Che Guevara y Chaubloqueo), el día de Abril de 2006, en la Embajada de la República de Cuba en Buenos Aires, Argentina en ocasión de la despedida que se les dio a los becados para estudiar gratuitamente medicina, durante seis años, en la Escuela Latinoamericana de Medicina de Cuba.
Compañeros estudiantes: me gustaría empezar compartiendo con ustedes un pensamiento, una reflexión que me parece muy importante. A partir de este momento nosotros estamos a un paso de ser médicos. Somos futuros médicos y eso implica un compromiso enorme, porque en poco tiempo estaremos al cuidado de las personas. Lo que digo parece una obviedad, pero es mucho más profundo. Tenemos que comprender que nos estamos formando, no para atender ó tratar una patología específica, sino para tratar con personas que son bien distintas a los libros de los cuales vamos a estudiar. Nuestro deber como estudiantes es estudiar incansablemente, dar lo mejor de nosotros para aprender, pero sin olvidar que los pacientes son seres humanos antes que pacientes. Ellos viven, sienten, piensan, aman y sufren dentro del contexto so-cial en el que están inmersos. Cada uno es una subjetividad individual y altamente compleja. Cada persona que nosotros atendamos tiene una historia de vida detrás, y es muy importante como futuros trabajadores de la salud ocuparnos de eso. Nosotros no vamos a tratar solo con una herida ó una inflamación por ejemplo. Vamos a tratar con seres humanos y cada uno de ellos carga con todo el peso de su historia personal y que además tiene un padecimiento específico. Por eso les pido humildemente que todos nos comprometamos a nunca perder de vista la salud de las personas, a defender el derecho a la vida como valor universal y supremo. A ver a cada persona como una totalidad de circunstancias, como un hermano que sufre y al cual con nuestros conocimientos podemos ayudar. Como decía el Che…………..
En cuanto a la gran posibilidad que brinda la hermana República de Cuba de formarnos y estudiar allí (no solo a nosotros, sino a miles de muchachas y muchachos del tercer mundo), hay que tener bien en claro una cosa: Nosotros no podemos defraudar a la Revolución, no podemos olvidar que estamos ahí gracias al esfuerzo tremendo de todo un pueblo, que está en pie de lucha y construye laboriosamente día a día, a pesar del bloqueo y los ataques terroristas del imperialismo, una sociedad más justa desde hace ya casi medio siglo. Somos parte de un proyecto con más de 200 años, somos parte del sueño de Martí, Bolívar y San Martín, el sueño de la Patria Grande Americana, de una América unida y sin fronteras. Por otra parte se nos suma una obligación. Como estudiantes debemos romper con el paradigma occidental y capitalista de la competencia. Vivimos en un mundo donde se valoran los logros siempre en relación con los resultados obtenidos por otros. Un mundo donde hay que pisotear y pasar por encima a los demás para poder superarlos ó para obtener la calificación más alta y ser “el mejor”. Ahora nosotros sabemos que esa ambición es lo que lleva al hombre hacia el individualismo y la competencia. Yo propongo que suplantemos , como hicieron nuestros hermanos cubanos, ese paradigma por otro mas solidario: “el paradigma de la colaboración, de la comunicación y de la solidaridad”. Nosotros vamos a convivir con miles de estudiantes de todo el mundo durante mucho tiempo. Pues bien, todos sabemos que las convivencias son difíciles, pero si nos esforzamos por ser más comunicativos, por saber cómo está el otro, cómo se siente, si cada uno se preocupa por si el compañero de al lado entiende o nó, ó si le cuesta tal o cual materia y podemos tenderle una mano ó simplemente un oído para escucharlo, estoy seguro que mejoraremos no solo como estudiantes, sino también como personas y eso es lo que vale. Para finalizar quería decir que somos muy afortunados en tener esta oportunidad y no podemos desaprovecharla. Ya más de 55.000 estudiantes, hombres y mujeres de todo el mundo pasaron por las instalaciones educativas que la Revolución Socialista construyó. A partir de hoy nosotros empezamos a formar parte de ésta historia, no la desaprovechemos, nunca olvidemos el fin social que tiene esta beca. No hay otro lugar en el mundo para estudiar medicina y ¿sáben porqué? Porque la medicina es para toda la gente y el único lugar donde no se comercia con la salud de la población, donde no hay hospitales para ricos y otros para pobres, donde no existen laboratorios privados preocupados por el mercado farmacológico; el único lugar donde las Ciencias Médicas no son un negocio, es una isla. Y esa isla se llama Cuba.
Muchas gracias a la gente que trabaja en la Embajada de Cuba en Argentina, que siempre nos ayudó y trató de la mejor forma. Gracias a todas las Casas de Solidaridad con Cuba de Argentina, por su trabajo constante y solidario. Gracias a las familias que nos apoyan incondicionalmente.
Agustín Farina