martes, 25 de diciembre de 2007

Carlos Aznárez, Resumen Latinoamericano, Euskal Herria, País Vasco, tortura europea, España y Francia

PAIS VASCO S.O.S. desde Euskal Herria

El fascismo quiere hacer desaparecer a los vascos y vascas

Por Carlos Aznárez de Resumen Latinoamericano

Escribo esta nota desde Euskal Herria, la Nación Vasca de mi padre, de mi companera, de mis hijos y la que yo mismo llevo en la sangre. Lo hago en primera persona, porque son épocas de sentar testimonio, con todo el dolor y la rabia de sentir a esta tierra, atropellada por una dictadura similar a las que vivimos y sufrimos en Latinoamérica en los anos 60 y 70. Aunque cueste creerlo a quienes están lejos de aquí, lo que se siente en el día a día de Euskal Herria es ni más ni menos que una ofensiva fascista en toda la extensión de la palabra. No exagero ni un ápice: no hay otra denominación para aplicar al comportamiento de un poder (en este caso el que aplican los Estados Espanol y Francés) que descarga toda su furia contra el independentismo vasco y lo hace a través de las más diversas atrocidades, que van desde la tortura, el encarcelamiento injustificado y hasta la muerte para acallar el grito rebelde de quienes no queremos ser espanoles ni franceses y lo hemos expresado de mil maneras a lo largo de los tiempos.Quieren hacer desaparecer a los vascos y vascas, como los Pinochet, los Videla o los Ríos Montt intentaban desaparecer a miles de luchadores latinoamericanos. Allá mediante métodos extraídos de las escuelas de terror que Francia aplicara en Argelia o que EEUU disenara en Corea y Vietnam.Aquí, enviando a cientos de jóvenes a la prisión y enterrándolos en la misma durante decenas de anos.Una sola semana vivida en esta geografía, sirve para graficar lo que aquí ocurre más que miles de artículos que se puedan garabatear sobre la represión, la falta de libertad de opinión, o términos aún más fuertes como limpieza étnica o apartheid.Después de una larga y desgastante farsa judicial a la que se denominó Macrosumario 18/98 y mediante el cual se criminalizó de la peor manera a un grupo de destacadas ciudadanas y ciudadanos vascos que expresaban desde sus distintas profesiones y actividades sus ideas independentistas, 47 de los 52 encausados fueron condenados a 525 anos de prisión. Sólo por ejercer la batalla de ideas frente al discurso autoritario e inquisitorial del gobierno de Madrid, periodistas, editores de periódicos, escritores, empresarios, bancarios, publicistas y hasta un cocinero han terminado con sus huesos en las cárceles-tumbas administradas actualmente por quienes todavía tienen la desfachatez de llamarse "socialistas". Detrás de esta barbaridad jurídica, que fue condenada incluso por importantes personalidades y juristas europeos y latinoamericanos, se halla el punal envenenado del juez Baltasar Garzón, quien, como lo denunciara en su momento el fallecido juez Joaquín Navarro, "sólo es capaz de armar sumarios a pedido del poder político de turno, y lo peor es que lo hace con total impunidad".A ninguno de los acusados en el citado macrosumario se le atribuye ningún acto de violencia, pero a pesar de ello las penas que le ha impuesto ese tribunal de excepción franquista que es la Audiencia Nacional superan con creces a las dispuestas por los tribunales espanoles a quienes, en otras circunstancias, son acusados de homicidios, violaciones, estafas multimillonarias u otras maniobras delincuenciales tan comunes a ciertos estamentos oficiales.Cuando a cada uno de los imputados en el farsesco 18/98 se los considera colaboradores o integrados "a banda armada" (refiriéndose a la organización independentista ETA), en realidad lo que se está aplicando es la típica prepotencia espanola con la que hace 500 anos se acusaba (sin las mismas pruebas que ahora y similar violencia) a los pueblos originarios de Latinoamérica de ser "salvajes" e "imposibles de asimilar" y se los masacraba por millones mediante el pacto siniestro entre la cruz y la espada. Aquí y ahora, lo que se está condenando es la rebeldía frente al discurso único, pero también la idea de libertad expresada en términos de contestación pacífica frente a la voracidad imperial que siempre han sabido ejercer Espana y Francia hacia sus colonias. Cuando se habla de fascismo, la palabra siempre se asocia a terror. Y eso es lo que el Partido Popular (de Fraga, Aznar y Rajoy) o el PSOE (de Felipe González, Rubalcaba y Rodríguez Zapatero) tan bien saben aplicar a manera de correctivo contra los jóvenes y veteranos vascos y vascas. Pruebas al canto, las recientes torturas ejercidas contra el último joven detenido en esta escalada represiva. Gorka Lupianez es uno más en la lista de los masacrados físicamente por la Guardia Civil espanola. Después de describir (a suabogado) una lista interminable de vesanias cometidas en las primeras 36 horas de incomunicada detención, Lupianez senaló que tras aplicarle el "aguapark" (una tortura que le ensenaron a los uniformados espanoles los agentes sionistas del siniestro Mosad, y que consiste en meterle al detenido una manguera en la boca e inyectarle líquido a presión hasta casi ahogarlo), lo pusieron en el suelo y lo violaron con un palo introducido por el ano. No satisfechos en su sadismo, los policías ataron una cuerda a los testículos y el pene de Lupianez y tiraron de la misma hasta casi arrancárselos y hacerlo sangrar.Esto, recuerdo, sucede en "democracia", pero insisto, que se trata de dictadura militar de la peor especie. Una dictadura con fachada civil, donde Zapatero (o el que le siga en el mandato) se parece mucho al peruano Fujimori o al uruguayo Bordaberry de los anos 70; donde las policías apalean, torturan o humillan, con la impunidad que les otorga la clase política que con matices de derecha o de izquierda ejercen el poder en Madrid. Los primeros porque defienden sus intereses de clase, los segundos -esa mal llamada izquierda espanola, que incluye desde el PSOE a Izquierda Unida-, porque respecta a rajatabla lo resuelto en el tristemente célebre Pacto de la Moncloa, una "izquierda" que se llena la boca hablando de revoluciones y represaliados que se dan muy lejos de sus poltronas de funcionarios y no abren la boca sobre torturados o asesinados cuando se trata del pueblo vasco. También amparan este estado de cosas que sufre Euskal Herria la casta militar espanola que se mantiene entre bambalinas desde la época de Franco, el empresariado que con sus negocios millonarios chupa la sangre de los pueblos de Latinoamérica, los curas que recuerdan a aquellos de la "evangelización" en épocas de la invasión a las naciones originarias de Indoamérica. Y por último, el Borbón, ése mismo que quiso hacer callar a Hugo Chávez y recibió el más gigantesco abucheo de repudio por parte de nuestros pueblos y la respuesta revolucionariamente digna del presidente bolivariano.Detrás de esta política contra Euskal Herria sobrevuela, por último, la idea fascista de sojuzgar, por rendición, a los vascos y vascas, de aplicarles, como ya lo hicieron los nazis en su momento, la fórmula de limpieza étnica, y se desarrolla -como les ocurre a los luchadores palestinos- frente al más lacerante silencio de la comunidad mundial.El capitalismo sabe como cuidar sus intereses y es por ello que aplica de esta manera su medicina autoritaria, sin embargo, emociona ver cómo y cuánto resiste este pueblo vasco a tantas tropelías.Conmueve ver, en la misma semana de la que les hablo -mientras muchos desbordaban las calles de Bilbao atiborrándose de consumo navideno-, una movilización de miles de independentistas que marcharon gritando sus consignas. exigiendo amnistía para los casi 800 prisioneros de guerra, o que aplaudieron a un grupo de chicos y chicas -acusados de acciones de luchacallejera- que se encadenaron frente al local de otro de los partidos cómplices de esta ofensiva reaccionaria. Los jóvenes fueron finalmente detenidos y enviados a prisión para cumplir varios anos de cárcel. A esa misma hora, una multitud recibió en la localidad de Algorta a otros dos muchachos que venían de cumplir meses de prisión acusados de ser simplemente rebeldes. Txomin y Josu (estos son sus nombres pero podría ser cualquierotro) se abrazaron con cientos de jóvenes que los aguardaron durante horas y las primeras palabras que pronunciaron fueron en solidaridad con los que aún siguen entre rejas.Irrita, enfurece, horroriza y genera repudio el avance imperial de los herederos de la Santa Inquisición espanola sobre este pueblo originario que les planta cara en medio de la Europa del Capital. Emociona, conmueve y da fuerza a los rebeldes del mundo la resistencia de este pueblo. De estas últimas tres sensaciones positivas es que tiene que surgir la solidaridad fraterna que impida que quienes quieren hacer desaparecer a los vascos y vascas, logren su objetivo.TESTIMONIO DEL JOVEN VASCO TORTURADOLupianez : «Me violaron con un palo y me sometieron a 50 sesiones de bolsa al día»Gorka Lupianez, detenido el 6 de diciembre y actualmente preso en Soto del Real, ha dejado constancia de los cinco días que permaneció incomunicado a manos de la Guardia Civil en un relato realizado a su abogado y remitido ayer a GARA por Askatasuna. El joven mantuvo la entrevista con su letrado el 17 de diciembre. «Le obligaron a entrar en unos determinados locutorios, por lo que es posible que el encuentro fuera grabado», indicó el organismo pro amnistía.GARA El testimonio del durangarra -que tiene previsto presentar denuncia judicial- comienza en el momento en que fue interceptado por la Guardia Civil en una carretera cercana a Berriz, el 6 de diciembre sobre las 18.00 o 18.30. «Iba caminando y me pararon dos Patrols. Me pidieron la documentación y, después de hacer comprobaciones durante cerca de una hora y al revisar la rinonera que llevaba, me detuvieron. Me tiraron al suelo y (...) me ataron las manos a la espalda. Me dieron muchas patadas. Uno decía a los otros que me soltasen, para que huyera y poder hacer dos a uno, con referencia a Capbreton (...)».Una vez trasladado al cuartel de La Salve en Bilbo, «me metieron en un cuarto (...) Me dieron una paliza. Sobre todo golpes en los testículos. Me empezaron a hacer preguntas sobre muchos temas, queriendo nombres. Entre continuos gritos y golpes, uno de ellos montó la pistola y me la puso en la cabeza (...)».Tres horas más tarde, prosigue, le introdujeron en un coche rumbo a Madrid: «(...) El de mi izquierda me chillaba y golpeaba con la mano abierta. El de la derecha me puso una bolsa de plástico en la cabeza. Cada rato, la cerraba con las manos y me provocaba asfixia (...) Uno de ellos, que había estado celebrando el día de la Constitución y estaba borracho, me dijo que nadie sabía que estaba detenido y que me podía pegar un tiro (...)».Siempre desnudo y con antifazNada más llegar a la Dirección General de la Guardia Civil, «me llevaron a un cuarto, me desnudaron y me pusieron un antifaz, con el que estuve hasta ser trasladado al Juzgado (...) En día y medio me habían obligado a realizar miles de flexiones. A la vez me golpeaban en la cabeza con algo que podría ser un listín o con una porra de algún material como goma. Con los golpes, veía como luces. Me ponían una bolsa en la cabeza y me metían dentro de ella humo de tabaco. Me la cerraban hasta provocarme asfixia. Los interrogatorios eran continuos. Casi no pisé el calabozo el tiempo que estuve allí. Salvo unas horas el último día (...) Había momentos en los que contestaba a las preguntas con cosas incoherentes. Pienso que era por la falta de aire (...)».Tras esas primeras 36 horas, en las que también le colocaban «una manta doblada sobre el cuerpo y me daban punetazos a través de ella», comenzaron a aplicarle «la banera, además de las cosas que ya me venían haciendo. Me ataron en un colchón de espuma, y me metieron la cabeza en agua helada. Luego empezaron a hacerme lo que ellos llamaban `aguapark'. Decían que se lo habían ensenado los israelitas. Consistía en que me tumbaban en un colchón, me sujetaban los pies, los brazos y la cabeza, y me echaban agua con una manguera, en la boca y en la nariz. Cuando ya no podía aguantar, me tiraban un balde de agua a la cara, y me ahogaba (...) Estando desnudo me obligaban a ponerme con los brazos abiertos. Me tiraban baldes de agua muy fría por encima. Como temblaba, decían que era el `ángel nervioso'».«Aproximadamente cuando sería el segundo día y medio, entre hacerme el `aguapark' y el `ángel nervioso', me pusieron a cuatro patas en el suelo y trataron de meterme un palo por el culo. Como no pudieron hacerlo, me tumbaron en el suelo boca arriba, me sujetaron, me levantaron las piernas, y en esa posición me metieron el palo».«En algún momento me pusieron atado en un colchón, me sujetaban un cable en el dedo gordo del pie izquierdo y otro en la mano derecha atado con celo. Oía el ruido de descargas eléctricas, pero no sentía nada».Afirma que la médico forense le visitó todos los días, pero que no le contó nada sobre el trato por miedo. «(...) Cuando salía de la habitación, de nuevo me ponían el antifaz y me desnudaban. Me preguntaban qué había dicho a la médico mientas me daban porrazos (...) Como no quería comer, en una ocasión me metieron un sobado en la boca a la fuerza. Echaron Cola Cao al suelo y me obligaron a chuparlo. Me tiraron numerosas veces del pelo. Tanto de la cabeza como del pubis. Me arrancaron mucho pelo del lado izquierdo de la cabeza (...)».Tirando del pene hasta sangrarExplica que hizo tres declaraciones policiales que «estaban preparadas (...) Cuando terminé la tercera, me llevaron al calabozo y me dijeron que me iban a dejar descansar». Fueron unos pocos minutos: «Me llevaron de nuevo a un cuarto donde estaba alguien que no había intervenido en los interrogatorios de los días anteriores. Lo noté por su voz. Me dijo que él tenía una función, que era sacarme algo que no hubiera dicho con anterioridad. Me empezó a dar bofetadas en la cara, y me provocó muchas llagas en el interior de la boca. Me ató los testículos y el pene con una cuerda, y se puso a estirar. También me estiraba con la mano. En un momento empecé a sangrar del pene (...)».«Todo esto fue poco antes de ir a la Audiencia (...) El instructor de las diligencias policiales me dijo que tenía que decir al juez lo mismo que había dicho allí. Que de lo contrario me iba a enterar. Me limpiaron, sobre todo la cabeza, y me vistieron. Cuando llegué a la Audiencia me hicieron declarar con abogado de oficio. Me negué a declarar ante el juez, y le conté los malos tratos recibidos (...)».

**************"C'est parce que la vitesse de la lumiere est supérieure a celle du son que certains paraissent brillants avant d' avoir l' air con" (merci Nadine)