martes, 16 de septiembre de 2008

Ike huracán fabricado mediante HAARP Gakuna Alaska ionosfera manipulada por EEUU para causar desastres climáticos y atacar a Cuba la libre la de Fidel













Asesinatos mediante el HAARP y los desastres climáticos
DESDE BUENOS AIRES ADRIANA VEGA


Recuerdo que Fidel Castro jamás ha sido exagerado, tremendista ni oportunista por eso me extrañó que comparara con una explosión nuclear el paso de Gustav por la Isla de la Juventud. Después y sobre llovido mojado se apareció el Ike, como le decían a Eisenhower. Tampoco olvido que el mismo Secretario de Defensa de Estados Unidos en 1997 comentó que existían nuevas formas de amenaza en posesión de “organizaciones terroristas” que podían ocasionar alteraciones en el clima, terremotos y volcanes empleando ondas electromagnéticas. Como ya sabemos, los gobernantes de Usa tienen la costumbre de acusar a otros de capacidades que ellos poseen, utilizan y destrozan.

Lo cierto es que los desastres “naturales” han aumentado diez veces su incidencia desde 1990. Algunos explican que este ciclópeo acrecentamiento se debe al llamado “Cambio Climático” y no precisamente es el que se corresponde con el fenómeno.

Inundaciones sufridas en Asia afectaron a millones de personas que quedaron sin hogar. En China las inundaciones y terremotos han matado a cientos y decenas de miles de ellos quedaron sin propiedades. En todo el planeta se sufren lluvias torrenciales, inundaciones, tornados, tsunamis y otras anomalías climáticas que han destruido vidas y patrimonios. Hace poco y antes de las Olimpíadas, China fue asolada. Enormes catástrofes y algunas pueden haberlas producido la naturaleza pero el volumen y su ferocidad está fuera de lo normal.
Dada la conexión íntima que existe entre la atmósfera terrestre y su clima, no es sorprendente que ciertas actividades militares posean gran impacto sobre patrones climáticos locales y regionales. El simple hecho de que puedan ocasionar consecuencias tan temibles sobre el clima, aunque sea por accidente, es escalofriante para el planeta.

Conocemos que existe un proyecto HAARP cuyas instalaciones están en Gakuna, Alaska y son antenas conocidas como “red en fase” con capacidad de enfocar señales de radio en direcciones concretas sin cambiar la orientación de la antena. No es un radar pero emplea frecuencias extremadamente altas para dirigir un rayo de radio muy poderoso hacia localizaciones específicas en la ionosfera de la Tierra.

La ionosfera es una capa de partículas cargadas (o iones) localizados a 60-90 km de la superficie terrestre. Refleja ondas de radio cortas y permite la transmisión de una señal desde Nueva York a Tokio y están sujetas al ruido y la energía estática y perdiendo su potencia cuando viajan. Pueden ser bloqueadas por un frente atmosférico o la actividad del sol. No se deterioran por lluvia o nubes ni por la energía estática y son las favoritas para la comunicación entre largas distancias.

Se ha demostrado que dirigiendo estos rayos a un punto específico de la ionosfera esta se recalienta como resultado de la energía eléctrica acumulada y se expande como un plástico enardecido alcanzando una altitud máxima que ocasiona el abultamiento de la atmósfera. Se descubrió que esta prominencia era altamente reflexible con las ondas de radio, y dada la altura que alcanzaban permitía las comunicaciones con puntos más allá del horizonte y la capacidad de modificar el clima. Podrían enviarse al mar los tornados que se dirigían a la costa, obtener lluvia en épocas de sequía, etc.

Sin embargo los militares disfrutaban otros planes y las patentes fueron selladas bajo una Orden de Secreto de Estado porque la primera patente contenía la receta para aparatos de radar capaces de detectar cohetes dirigidos desde la Unión Soviética a instantes de haberse producido el lanzamiento. La segunda patente era incluso más apetitosa. El tristemente célebre programa de la Guerra de Las Galaxias del Presidente Ronald Reagan había requerido de los militares algo que no habían podido obtener y ahora les llegaba como llovido del cielo este sistema de transmisión de energía que podía ser fácilmente convertido en “el rayo de la muerte”

En resumen HAARP funciona de la siguiente forma:

• Miles de antenas idénticas forman una red en fase muy poderosa
• Miles de antenas dirigen miles de millones de vatios en un rayo fino como la punta de un lápiz que es alineado por computador y orientado hacia el cielo
• Las ondas de radio producen un abombamiento de la ionosfera lo que la convierte en mucho más capaz de almacenar y absorber energía. Esto es una capa altamente cargada de la atmósfera que se encuentra a unos 90 Km. de altitud de la superficie terrestre
• Esa burbuja acumula y amplifica una energía enorme
• Los sistemas ordenados en fase como el que se encuentra operativo en Alaska están controlados por ordenador y enfocan potentes rayos de radio sobre la atmósfera de una objetivo seleccionado.-
• La energía se descarga en la tierra en explosiones de tipo nuclear
• En cuestión de minutos una explosión de tamaño nuclear puede ser originada en la tierra sin ningún tipo de radiación como consecuencia de la misma

Las investigaciones relacionadas con este proyecto existen desde los años 60, pero es ahora cuando se han retomado, reunido y dotado de fondos. Desde España el científico y Portavoz de Ecologistas en Acción para temas nucleares, Paco Castro, afirma que "el Programa HAARP, junto con otros programas de armamento, constituyen un proyecto coordinado que aparece con la Administración Bush. Están encaminados a mejorar y modernizar la industria de armamento estadounidense e introducen elementos desconocidos hasta el momento, como el disparo de radiación electromagnética". Desde EEUU, la Dra. Rosalie Bertell va más allá al declarar que "la capacidad de la combinación HAARP/Spacelab/cohete espacial de producir cantidades muy grandes de energía -comparable a una bomba atómica-, en cualquier parte de la tierra por medio de haces de láser y partículas, es aterradora. El proyecto será probablemente ’vendido’ al público como un escudo espacial contra la entrada de armas al territorio nacional o, para los más ingenuos, como un sistema para reparar la capa de ozono". Lo que se refleja claramente en los artículos publicados sobre el tema es que todos los proyectos del Ministerio de Defensa estadounidense están agrupándose en uno.

¿El clima a sus pies?

En Alaska, rodeada de bosques y altivas montañas nevadas, se ubica la base de trabajo del Programa de Investigación Aurora Activa de Alta Frecuencia, o Programa HAARP según sus siglas en inglés. Un conjunto de antenas emisoras de ondas y un transmisor de potencia se encargan de enviar ondas de alta y baja frecuencia a la ionosfera. Esta capa de la atmósfera actúa como un espejo, devolviéndolas a la superficie terrestre convertida en las ondas más bajas del espectro electromagnético. Con este sistema se pueden emitir comunicaciones más allá del horizonte sin necesidad de recurrir a los satélites, mejorar las comunicaciones con los submarinos -ya que las ondas de baja frecuencia se transmiten fácilmente en el agua-, hacer prospecciones petrolíferas o de yacimientos minerales, o detectar aviones o misiles que vuelen bajo. Todo es cierto y corresponde a la versión oficial estadounidense, que afirma que no hay nada más detrás, pero las mentes científicas y políticas apuntan otros posibles usos tras este programa. Sin ir más lejos, todas estas capacidades utilizadas como arma defensiva podrían aniquilar todas las comunicaciones, enemigas y propias. Ofensivamente inclinarían la balanza a la hora de invadir un país, tras conocer que tiene pozos petrolíferos o minerales aún sin explotar. Pero, sin duda, la conclusión más alarmante de los científicos es que este sistema puede alterar el clima, y si ello consigue hacerse controladamente, utilizarlo como un arma. De esta manera, pueden producirse tormentas, sequías o huracanes para arruinar un país. Paco Castro explica el funcionamiento de los calentadores ionosféricos que utiliza el Programa HAARP comparándolos con un gran horno microondas: "al disparar a zonas bajas producirías un calentamiento de la baja atmósfera, sería un calentamiento local y haría que el agua contenida en todos los seres vivos que estuviesen expuestos, se calentara y les produjera la muerte. Un calentamiento en la alta atmósfera es impredecible, porque estaría provocando desde una alteración local del clima hasta alterar las propiedades de ’filtro’ que tiene la atmósfera. Con ello, los rayos cósmicos que vienen del espacio dejarían de filtrarse en la ionosfera, y harían llegar su radiación a la superficie de la tierra". Para muchos científicos, las pruebas del HAARP serían responsables del cambio climático de El Niño, los aerolitos o incluso la ola de calor que hizo subir en Melilla la temperatura de 20 a 40 grados en cinco minutos. Aunque no hay pruebas, sí es evidente que alterar el equilibrio de la atmósfera, actuando directamente sobre ella, traerá consecuencias impredecibles.
No en vano tenemos la presencia de la Cuarta Flota ayudando “benéficamente” a la humanidad y tomándose recreos para asolar Venezuela, Ecuador, Bolivia, ni hablar de Cuba destruida por huracanes. Las valijas de Antonini Wilson, el odio a Chávez, la amistad con el paraco Uribe. Todas coincidencias justo antes de partir el descerebrado Bush hacia el sueño de los idiotas.


Adriana Vega