jueves, 11 de junio de 2009
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El hombre que desenmascaró a Grassi
El abogado y sus expedientes.
La vida del abogado cambió para siempre desde que asumió la defensa de Gabriel, Ezequiel y Luis. Sorteó uno a uno los traspies que le impuso el ejército de abogados del cura. "El cambió 20 veces. Yo llego al final como empecé: solo con los chicos y la verdad".
El hombre que desenmascaró a Grassi http://www.24con.com/conurbano/nota/8122-El-hombre-que-desenmascar%C3%B3-a-Grassi/
La vida del abogado cambió para siempre desde que asumió la defensa de Gabriel, Ezequiel y Luis. Sorteó uno a uno los traspies que le impuso el ejército de abogados del cura. "El cambió 20 veces. Yo llego al final como empecé: solo con los chicos y la verdad".
por
Cecilia Di Lodovico
Juan Pablo Gallego es el hombre que enfrentó a Grassi a su propia verdad. Hace seis años que este abogado responde con paciencia de artesano los artilugios jurídicos que el batallón de abogados del cura interpuso en su camino al juicio oral. Desde que asumió la defensa de los (por entonces) menores, debe atajar con una mano los pelotazos que le arrojan con saña por un lado y contener la quebradiza confianza de las víctimas por el otro.
Respondió, una a una, las objeciones que planteó la defensa. No se cansó de responder cartas documentos, presentarse a Tribunales, plantear alegatos. Hizo todo lo que tenía que hacer. Pero no para esconder a las víctimas, inventar estrategias, dilatar el tiempo. Para que llegara este, el gran momento. El gran momento de la verdad.
¿Epopeya? No. Lo guió la íntima convicción de que esos chicos dijeron la verdad. Y que el único lugar posible para quien abusó de ellos es la cárcel.
Juan Pablo Gallego espera que el juicio termine y cada uno vuelva a la “normalidad”. Cree, por primera vez, que el desenlace está cerca. Sabe, con dolor, que el abuso infantil es una experiencia irreparable, de la que Gabriel, Luis y Ezequiel jamás podrán salir ilesos. Pero, al menos, podrá sentir que –si la Justicia determina la culpabilidad de Grassi y éste va a la cárcel- en la negra historia de los abusos sexuales, hubo un capítulo donde las víctimas fueron escuchadas.
Entonces el esfuerzo tendrá, por fin, su significado profundo.
-¿Cómo se animaron los chicos a denunciar a Grassi?
- Fue de una manera absolutamente natural. Estas son situaciones que se llevan encima y, en algún momento, necesariamente lo tienen que sacar. En los tres casos –el de Gabriel, Ezequiel y Luis – el abuso ocurrió siendo ellos internos de la Fundación, siempre con Grassi como autor de esos hechos, con un Grassi que para algunos representaba una figura paterna, para otros, una figura poderosa, de autoridad imposible de resistir. El tema es que son delitos que, a veces, llevan un tiempo de elaboración. A esto hay que agregarle que, en este caso, son chicos que no tienen familia o la tienen, pero es tan disfuncional que no está a la hora de ayudarlos o apoyarlos en una cuestión de este tipo.
Pero en octubre de 2002, tanto Gabriel como Ezequiel denunciaron el hecho a la Fiscalía, declararon, fueron peritados, tuvieron diversas entrevistas forenses y, en todos los casos resultaron creíbles sin ningún nivel de fabulación y con signos de haber sido victimizados sexualmente.
La causa tuvo una larga e injustificada demora en el trámite. Seis años hasta poder llegar al juicio oral. En el medio, en el 2006, el menor conocido como Luis, (sobre quien había sospechas de que también era víctima de situaciones de abuso), finalmente concurrió solo a la Fiscalía y denunció a Grassi.
Se trató de once hechos que fueron incorporados al juicio oral. En total, sumaron diecisiete los hechos en perjuicio de estas tres víctimas Gabriel, Ezequiel y Luis.
-¿Por qué la Justicia tardó tanto en elevar la causa a juicio?
-Porque esta es la etapa en la cual Grassi nunca quiso estar. Hizo todo lo que un imputado y, en este caso, su ejército de abogados defensores pueden hacer para evitar un juicio oral por todos los medios. Grassi sabía que enfrentar un juicio oral siendo culpable implicaba sufrir una condena. Sin embargo, en los primeros días del debate, Grassi salía en un tono estudiadamente optimista, diciendo que iba ganando y que todo lo favorecía. Actitud que aún no ha abandonado del todo, en lo que hace a la exhibición pública. Pero, lo cierto es que su situación procesal a esta altura ya es irreversible.
-¿Por qué el cura “actúa” de esa manera?
Esto tiene que ver con su característica psiquiátrica que fue determinada por los peritos que lo entrevistaron: su personalidad dual. Entonces, dice lo contrario de lo que siente y hace lo contrario de lo que dice. Su situación procesal ya es irreversible porque las tres víctimas han ratificado la acusación fuertemente y han dado detalles. Además, los peritos que lo han evaluado indican que tiene las características y los indicadores propios de un delincuente sexual; y, los peritos que han examinada a cada uno de los jóvenes ya han declarado en el recinto y han sido contundentes. Con lo cual Grassi ya sabe, ya está informado, porque él mismo lo está viviendo, porque él mismo lo escucha y porque sus abogados evidentemente se lo dicen, que ya su situación procesal es irreversible. Él está especulando con cuestiones ajenas o externas al juicio.
Por otro lado, como Grassi siempre apostó a que no haya juicio, o a que sea nulo o a acusar a todos de un complot, de una venganza, lo único que no previó, lo único para lo que no está preparado es para el juicio oral, donde se acaban las mentiras, se acaban los discursos. Entonces él continúa con los discursos y, a veces, con discursos optimistas que deben desconcertar a más de uno. Si una persona pone el noticiero lo escucha que dice: “Bueno me está yendo muy bien. Me está favoreciendo todo lo que está pasando, estoy por demostrar mi inocencia”. Bueno, esto es propio de su conflicto intra-psíquico y de la personalidad dual que tiene. Lo cual no le obsta a entender y saber claramente a saber que, con lo que hubo ya en el debate, va a tener una segura condena.
-¿Cuáles fueron las estrategias de la defensa que se derrumbaron en el debate?
-Absolutamente todo, porque la estrategia de la defensa que, originariamente, se planteó bajo el liderazgo de Jorge Sandro, fue plantear la nulidad de todo, decir que Grassi era víctima de un complot y que todo era mentira. Esto implicó que desde los primeros días de la causa, allá por octubre de 2002, ya se planteará la nulidad de toda la causa, se denunciara a los testigos, a los fiscales a los jueces y a los periodistas, hablando de un complot.
-¿A quiénes culpó de este supuesto “complot”?
-En el juicio, como complotados o como personas que participaron en una venganza contra él, ha hablado de Susana Giménez -como urdidora del plan- de Rodolfo Galimberti, de Jorge Rodríguez, de Miriam Lewin, de Daniel Olivera y de Enrique Stola. También incluye en ese complot al juez Meade, a los fiscales Flores y Rita Bustamante, a los peritos forenses de Santa Cruz. Lo curioso es que, en todos los casos, es gente que, además, ni siquiera se conoce entre sí. Es tan absurdo que es difícil de creer y es tan absurdo que esa estrategia de descalificación fracasó las quince veces en que intentó plasmarla mediante el planteo de nulidades y recusaciones genéricas.
-Hablaría de una “mente maquiavélica”, la de Susana Giménez…
- Qué difícil es creer semejante disparate y que difícil es seguir diciéndolo como hoy mismo lo escucho cuando tres chicos, con el dolor, la vergüenza, con el pudor y con todo lo que significa enfrentarlo en los últimos días, se han presentado, han tenido esa valentía, algunos quebrándose emocionalmente, quebrándose en llanto, pero le han dicho al Tribunal, delante de este hombre, las atrocidades que les hizo. Y acá se sigue hablando de complot. Por supuesto, ni yo como abogado, ni mucha gente tiene acceso siquiera a conocer a Susana Giménez, poder hablar ni telefónicamente. Imaginemos estos chicos, qué posibilidad tienen de sumarse a un complot de estas características.
Hay un ataque, una falta de respeto, una descalificación de estos chicos, de estas víctimas que hacen pensar cuáles eran los reales objetivos de Grassi y su gente al armar esta Fundación.
-Entonces, ¿por qué continúa apelando a esa estrategia?
-Grassi y sus abogados saben que es culpable, entonces, se focalizaron en apuntar a personas, supuestamente complotadas o que querían vengarse de él. Fracasado esto Grassi no tiene nada más que llevar a testigos falsos, a amigos, a vecinos y a familiares diciendo que es buena persona. Acá se juzgan 17 hechos de abuso sexual y corrupción de menores que ya están probados. Hoy está claro que la estrategia judicial de Grassi la maneja el propio Grassi, como así también la estrategia comunicacional. Y así le va. Miente, miente, miente, de manera compulsiva y bueno, su credibilidad en el Tribunal y en la calle es menos que cero. Fue muy notorio verlo en el programa de Luis Majul, donde fue con la idea de amedrentar a las víctimas que faltaban declarar, pero estaba tan golpeado con su culpabilidad que tuvo que llevar a Raúl Portal para que sea una especie de ventrílocuo de él y tratar de decir lo que él ni siquiera podía decir.
-¿Hasta cuándo puede llegar a durar el juicio?
-La idea es que, por lo menos, por dos meses más continúe el juicio. Es bastante absurdo ya digamos, porque lo que él tiene para aportar no tiene nada que ver con los hechos de los que él es culpable y que ya están probados. Por ahora se va a continuar en este plan de tolerancia hacia este hombre que sobreactúa y que ha gozado de todos los beneficios que un imputado de estas características puede tener. Con lo cual, el Tribunal y todos estamos teniendo una gran paciencia. Grassi ha declarado durante cinco o seis días y piensa declarar de nuevo. Encima, habla de traer centenares de testigos. En rigor, va a ser más una cuestión de paciencia que de índole probatoria porque, su situación procesal ya es irreversible.
-¿Las presuntas víctimas enfrentaron al sacerdote?
-Es muy destacable el valor de los chicos, por el hecho de que, siendo víctimas con poca protección, se las hizo declarar bajo la mirada amenazante de Grassi sobre estos jóvenes. En el caso de uno de ellos, fue patético, porque esta víctima se quebró en varios tramos de su declaración, por el dolor y el temor que esto le provocaba. Lloraba y mientras tanto este hombre le clavaba la mirada. No obstante, los tres ratificaron íntegramente la acusación, con detalle de los hechos.
-En el momento en que lleguen los alegatos, ¿cuántos años piensan pedir para Grassi?
-Con lo que tenemos ya probado, vamos a pedir el máximo de la pena prevista para estos delitos. Tenemos 17 hechos, vamos a ser cautelosos hasta el final en torno a cómo se aprecia la prueba hasta ese momento, pero la pena para Grassi no puede ser menor a 20 años de prisión efectiva y en ese orden va a estar nuestro pedido.
Enrique Stola
Buenos Aires, Argentina
"El silencio es complicidad" José Adán Castelar, poeta de Honduras. América Central
Educación sexual para decidir. Anticonceptivos para no abortar. Aborto legal para no morir.
Enrique Stola
Buenos Aires, Argentina
"El silencio es complicidad" José Adán Castelar, poeta de Honduras. América Central
Educación sexual para decidir. Anticonceptivos para no abortar. Aborto legal para no morir.