viernes, 17 de julio de 2009

Boletin Entorno (Año 7 Número 56)

Disfruten visitantes,  estas son noticias de la Cuba que el imperialismo nos oculta, mezquina, retacea y a la que calumnia, denosta, amenaza, ataca y TEME y TEME  por que es un gigantesco ejemplo para todos nosotros. 
 
                                                                  Eladio González   toto  el abuelo blogger
  Entorno con emisiones periódicas centra su información en el acontecer internacional. Contiene espacios noticiosos y de opinión, seleccionados de medios de prensa internacional o generados desde nuestro país.  ISSN 1819-4052  
Año 7 Número 56 | Fecha 2009-07-16
TITULARES
Opinión
EL GOLPE DE ESTADO EN HONDURAS: ¿EXCEPCIÓN EXTEMPORÁNEA O PRUEBA DE ENSAYO? por Pável Alemán
WASHINGTON Y EL GOLPE DE ESTADO EN HONDURAS: AQUÍ ESTÁN LAS PRUEBAS por Eva Golinger
MI OBISPO MÁS SE PARECE A UN CORONEL QUE A UN PASTOR por Jean Guy Allard
Noticias
EL GOBIERNO GOLPISTA DECRETA UN NUEVO TOQUE DE QUEDA por Alma E. Muñoz
HONDURAS: FRENTE DE RESISTENCIA ANUNCIA PARO NACIONAL A PARTIR DEL JUEVES por Mabel Marquez
Opinión
EL GOLPE DE ESTADO EN HONDURAS: ¿EXCEPCIÓN EXTEMPORÁNEA O PRUEBA DE ENSAYO?
por Pável Alemán
El presidente hondureño Manuel Zelaya fue depuesto por medio de la fuerza de forma ilegal y arbitraria. Ningún Estado ha demostrado simpatías por los golpistas. Sólo los sectores más reaccionarios en la derecha internacional han expresado su apoyo a la ruptura de la institucionalidad en ese país centroamericano. Cabría preguntarse por qué ante tal aislamiento el gobierno de facto encabezado por Micheletti persiste en desconocer el rechazo internacional y de la mayor parte de la sociedad hondureña. Un intento de respuesta a esta pregunta debe abordar obligatoriamente varias cuestiones de orden histórico y político.

Honduras ha sido un país donde las fuerzas militares han tenido tradicionalmente un protagonismo superior al de otros países de la región con larga tradición de golpismo. El hecho de convertirse en punta de lanza para la guerra sucia de desgaste contra el sandinismo nicaragüense, conjugado con la presencia de numerosas bases militares estadounidenses, facilitó que sus fuerzas armadas adquirieran experiencia en el control de la protesta social hasta invisibilizarla, en momentos en que la subregión centroamericana era un eje de la lucha revolucionaria. Indudablemente en el espíritu represivo de las fuerzas armadas hondureñas ejerció una influencia notable la presencia por varios años (incluidos los primeros diez meses del gobernante Raúl Alfonsín), de un contingente de medio centenar de oficiales enviados por el gobierno militar argentino.

Desde inicios de los años 90 del siglo pasado, de conjunto con el proceso de pacificación promovido por el Grupo de Contadora e institucionalizado en Esquipulas, las fuerzas armadas centroamericanas debían asumir su subordinación al control de las autoridades civiles. Tal redimensionamiento del papel de los militares ante la sociedad tuvo expresión en la reconversión de parte de los batallones en unidades productivas y de reforestación. Con la migración a los cuerpos policiales de parte de los efectivos militares desmovilizados se transfirió a la seguridad pública las prácticas violentas de las fuerzas armadas, en especial en lo referido a la represión de las pandillas juveniles conocidas como maras.

La deposición de Zelaya es resultado de la cohesión de intereses de diversos sectores: la partidocracia tradicional, la oligarquía, los medios de difusión masivos, la jerarquía del clero católico y las fuerzas armadas. Pero también es resultado de apoyos aún no esclarecidos por parte de republicanos estadounidenses, miembros de la extrema derecha cubano-americana, afiliados al Partido Popular (español, pero por extensión europeo) y toda vez que el clero hondureño se ha plegado al golpe habría que sospechar del papel del Opus Dei.

Resulta extraño que los golpistas hayan intentado convencer a la opinión pública que tenían el reconocimiento de Israel y Taiwán, aliados de Estados Unidos con intereses particulares en la región. En fin, toda una Santa Alianza que se articula como Internacional contrarrevolucionaria para deponer o mantener bajo control a aquellos gobiernos que pretendan transformar radicalmente su panorama nacional, o siquiera que simpaticen tímidamente con estos.

El presidente hondureño firmó su sentencia cuando aceptó que su país, más allá de ser beneficiario de Petrocaribe, se convirtiera en miembro de ALBA, sorprendiendo con esa decisión a sus adversarios. Sus acercamientos a Cuba y a Venezuela, en particular al presidente Chávez, provocaron la ira que condujo al golpe. La consulta popular que pretendía desarrollar para instalar una cuarta urna en las elecciones presidenciales de noviembre del año en curso, estaba influenciada por los procesos constituyentes y de refundación republicana que han tenido lugar en varios países andinos.

Una nueva Constitución y un marco jurídico que garantice legalmente las transformaciones económicas, políticas y sociales es una necesidad legítima, pero requiere de un contexto político y de una correlación de fuerzas favorables. El golpe cívico-militar en Honduras nos recuerda que las fuerzas reaccionarias no permanecen pasivas ni respetan los principios de la democracia occidental que dicen defender, sino que ante la mera posibilidad de reformas (no revoluciones), utilizan todos los medios a su alcance, desde los medios de prensa para formar estados de opinión adversos hasta la violencia, para perpetuarse en el poder. La experiencia reciente demuestra que la radicalidad de los cambios debe ir acompañada de la creación de instrumentos apropiados que permitan su defensa, en lo político y en lo mediático, pero también en lo militar.

Los golpistas y sus aliados pudieron haber optado por inmovilizar jurídicamente la propuesta de Zelaya aprovechando el control que tenían sobre las instituciones del Estado. El factor tiempo no es una variable despreciable en el análisis, si la opción hubiera sido dilatoria.

Restaban escasos cinco meses para las presidenciales y el nuevo desafío provenía de la decisión del presidente Zelaya de buscar personalmente las urnas. La oligarquía hondureña, tentada a utilizar la violencia militar para cortar el nudo gordiano, debió recibir la anuencia cómplice de algunos aliados internacionales. Posiblemente los conspiradores internacionales le otorgaron la seguridad de que sería escasa y acéfala la movilización popular en respaldo a Zelaya, que las principales figuras de su gobierno recurrirían a la clandestinidad por temor, que su principal socio económico (Estados Unidos) no se sumaría al rechazo internacional, de que los costos económicos y políticos serían ínfimos, y que todo se olvidaría cuando se celebraran las elecciones de noviembre y resultara electo un candidato que representara los intereses oligárquicos.

Esta es la carta que los golpistas deben estar jugando: desgastar la capacidad de lucha de los movimientos sociales hondureños ante la prolongación por la fuerza del poder de facto; y ante la poca credibilidad de su intento de demostrar mediáticamente que no hubo golpe sino sucesión institucional, relegitimarse a través de la elección de un nuevo gobierno que sea la continuidad política del grupo cuya cara pública es Micheletti.

Para los aliados de los golpistas la mayor ganancia no es haber desplazado a Zelaya de la presidencia hondureña ni haber cercenado prematuramente un proceso de transformación social. Atemorizar preventivamente a los gobiernos progresistas de Guatemala (beneficiario de Petrocaribe) y El Salvador (que aspira a ser parte de Petrocaribe), países donde las fuerzas armadas tienen una larga tradición de intervenir en la política y de violar los derechos humanos, "inmunizaría" a la subregión centroamericana en particular y a la América Latina y el Caribe en general contra cambios radicales, a la vez que servirían de contención a la ampliación de la ALBA. Si los gobiernos latinoamericanos y caribeños no reaccionan con firmeza y demandan de Estados Unidos una postura de rechazo transparente que se materialice en medidas concretas, el golpe de Estado en Honduras puede dejar de ser una excepción extemporánea. Esta puede haber sido la prueba de ensayo, para analizar las reacciones de terceros, incluidas instituciones internacionales, y trasladar su efecto demostrativo a otras réplicas corregidas. Los golpes de Estado, militares, cívico-militares, mediáticos, pueden volver a ponerse de moda.
Fuente: Centro de Estudios de América
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WASHINGTON Y EL GOLPE DE ESTADO EN HONDURAS: AQUÍ ESTÁN LAS PRUEBAS
por Eva Golinger
El Departamento de Estado tenía conocimiento previo del golpe.

El Departamento de Estado y el Congreso de EEUU financiaron y asesoraron a los actores y organizaciones hondureñas que participaron en el golpe.

El Pentágono entrenó, capacitó, financió y armó al ejército hondureño que perpetró el golpe y sigue reprimiendo al pueblo de Honduras.

La presencia militar estadounidense en Honduras, que ocupa la base militar de Soto Cano (Palmerola), autorizó el golpe de Estado con su complicidad tácita y la negativa a retirar su apoyo a los militares hondureños.

El embajador de Estados Unidos en Tegucigalpa, Hugo Llorens, coordinó la expulsión del poder del presidente Manuel Zelaya, junto con el subsecretario de Estado Thomas Shannon y John Negroponte, quien trabaja actualmente como asesor de la Secretaria de Estado Hillary Clinton.

Desde el primer día del golpe, el gobierno de Washington ha hablado de las "dos partes" involucradas y la necesidad de un "diálogo" para restituir el orden constitucional, legitimando de esta forma a los golpistas.

El Departamento de Estado se ha negado a calificar legalmente los sucesos de Honduras como un "golpe de Estado", no ha suspendido ni congelado su apoyo financiero y el comercio con el país, ni ha tomado medidas para presionar eficazmente al gobierno de facto.

Washington manipuló a la Organización de Estados Americanos para alargar el tiempo de debate sobre lo que había que hacer y así no apoyar el regreso inmediato del presidente Zelaya al poder, como parte de una estrategia que sigue en pie y simplemente busca legitimar al gobierno de facto y desgastar al pueblo hondureño que todavía se resiste al golpe.

La Secretaria de Estado Clinton y sus voceros dejaron de hablar del regreso del presidente Zelaya al poder luego de la designación de Oscar Arias, presidente de Costa Rica, como "mediador", y ahora califican al dictador que asumió el poder ilegalmente durante el golpe, Roberto Micheletti, como "presidente interino".

La estrategia de "negociar" con los golpistas fue impuesta por el gobierno de Obama como una manera de desacreditar al presidente Zelaya –culpándolo por los hechos que provocaron el golpe– y legitimando a los golpistas.

Congresistas estadounidenses –demócratas y republicanos– organizaron una visita de unos representantes de los golpistas de Honduras a Washington, a los que recibieron con honores en diferentes instituciones de la capital estadounidense.

A pesar de que fue el senador republicano John McCain quien coordinó la visita de los golpistas a Washington a través de un bufete de lobby, The Cormac Group, actualmente es el abogado de Bill Clinton y amigo cercano de Hillary, Lanny Davis, a quien se ha contratado como "lobbista" para lograr la aceptación pública de Washington del gobierno de facto en Honduras.

Otto Reich y el venezolano Robert Carmona-Borjas, quien fue abogado del dictador Pedro Carmona durante el golpe de Estado de Venezuela en Abril de 2002, ayudaron desde Washington a preparar el escenario para el golpe contra el presidente Zelaya en Honduras.

El equipo de diseño del golpe de Estado en Honduras designado por Washington también incluía a un grupo de embajadores de Estados Unidos recientemente nombrados en Centroamérica, expertos en la desestabilización de la revolución cubana, y a Adolfo Franco, ex encargado del programa de Cuba de la USAID.

Nadie duda de la implicación de Washington en el golpe de Estado de Honduras contra el presidente Manuel Zelaya que comenzó el pasado 28 de junio. Muchos analistas, dirigentes, e incluso presidentes, lo han denunciado. Sin embargo, la mayoría coinciden en disculpar a la administración de Barack Obama de algún papel en el golpe hondureño, haciendo responsables en su lugar a los rasgos del gobierno de George W. Bush y a los halcones que todavía andan por los pasillos de la Casa Blanca. La evidencia demuestra que sí, que es cierto que los halcones y los protagonistas de siempre de los golpes y sabotajes en América Latina también han participado esta vez, y además existen amplias pruebas que señalan el papel del gobierno de Obama.

El Departamento de Estado

La nueva diplomacia estadounidense, denominada "smart power" (poder inteligente) ha jugado un papel principal antes, durante y después del golpe de Estado en Honduras. Los voceros del Departamento de Estado, admitieron en una rueda de prensa el 1 de julio, que tenían conocimiento previo del golpe y habían estado trabajando con los sectores que lo planificaban para buscar "otra solución". También admitieron que dos altos funcionarios del Departamento de Estado, el subsecretario de Estado para América Latina Thomas Shannon y el subsecretario de Estado James Steinberg, estuvieron en Honduras la semana anterior al golpe para mantener reuniones con los grupos civiles y militares que lo llevaron a cabo. Dicen que su propósito era "frenar" el golpe, sin embargo su presión verbal no concuerda con su respaldo a los sectores golpistas.

Después del golpe, la Secretaria de Estado Hillary Clinton publicó una declaración, el domingo 28 de junio, que no reconocía los sucesos como un "golpe" y tampoco exigía la restitución del presidente Zelaya en el poder. Adicionalmente, siempre hacía referencia a "las dos partes" del conflicto, legitimando a los golpistas y haciendo responsable públicamente al presidente Zelaya desde el primer día: "La acción contra el presidente hondureño Mel Zelaya viola los principios de la Carta Democrática de la OEA y debe ser condenado. Llamamos a todas las partes en Honduras a que respeten el orden constitucional y el Estado de derecho, que reafirmen su vocación democrática y se comprometan a resolver las disputas políticas de manera pacífica a través del diálogo. Honduras debe abrazar los mismos principios de la democracia que ratificamos hace un mes en la reunión de la OEA celebrada en ese país."

Y desde entonces, a pesar de diversas referencias al "golpe" de Honduras, el Departamento de Estado se negaba a calificarlo de golpe de Estado, lo que le obligaría a suspender toda clase de apoyo económico, diplomático y militar al país. El 1 de julio, los voceros del Departamento de Estado lo explicaron de esta manera: "En referencia al propio golpe, lo mejor sería decir que fue un esfuerzo coordinado entre los militares y algunos actores civiles. Obviamente, los militares fueron quienes condujeron la remoción forzada del presidente y han actuado para asegurar el orden público durante este proceso. Pero para que el golpe sea más que una insurrección o una rebelión, hay que ver una transferencia del poder a los militares. Y en ese sentido el Congreso –la decisión del Congreso de juramentar a su presidente Micheletti, como presidente de Honduras, indica que el Congreso y miembros claves de éste han desempeñado un papel importante en esta situación."

Esta posición ambigua, que condena los sucesos de Honduras como una ruptura del orden constitucional pero no llega a calificarlo como golpe de Estado ni exige la restitución del presidente Zelaya, se ratificó luego de la reunión que sostuvo la Secretaria de Estado Hillary Clinton con el presidente Zelaya el 7 de julio: "Acabo de celebrar una reunión productiva con el presidente Zelaya. Discutimos los sucesos de los últimos nueve días y el camino a seguir. Le reiteré que Estados unidos apoya la restitución del orden constitucional en Honduras. Seguimos apoyando los esfuerzos regionales a través de la OEA para lograr una resolución pacífica según las normas de la Carta Democrática. Llamamos a todas las partes a no cometer actos de violencia y a buscar una solución pacífica, constitucional y estable a las serias divisiones en Honduras, por medio del diálogo. Para ese fin, hemos trabajado con nuestros socios en el hemisferio para establecer una negociación, un diálogo que podría desembocar en una resolución pacífica de esta situación."

Ya estaba claro, después de esa reunión, que Washington no iba a seguir abogando por el regreso del presidente Zelaya al poder, sino que buscaba "una negociación" con los golpistas que, al final, favoreciera los intereses estadounidenses. Fuentes cercanas a la Organización de Estados Americanos (OEA) afirman que una alta delegación estadounidense presente en la reunión del 4 de julio en la sede del organismo multilateral intensificó la presión hacia otros Estados para que aceptaran una salida "negociada" que no implicase necesariamente la restitución de Zelaya como presidente de Honduras.

Esta manera de desviar el tema, manipular el asunto y aparecer asumiendo una posición cuando en realidad las actuaciones demuestran lo contrario, forma parte de la nueva doctrina de Obama denominada "smart power" (poder inteligente), que pretende lograr los objetivos imperiales sin satanizar al gobierno de Washington. "Smart Power" es  "la capacidad de combinar el poder duro con el "poder suave" para lograr una estrategia victoriosa. El "Smart Power" utiliza estratégicamente la diplomacia, la persuasión, la construcción de capacidades, la proyección del poder militar, económico y político y la influencia imperial, de manera efectiva, con una legitimidad política y social." Esencialmente, es una mezcla de la fuerza militar con todas las formas de la diplomacia, con énfasis en el uso de la "promoción de la democracia" como táctica para influir en el destino de los pueblos, en vez de perpetrar una invasión militar.

El embajador

El periodista Jean-Guy Allard ha revelado los orígenes del actual embajador de Estados Unidos en Honduras, Hugo Llorens. Según Allard, Hugo Llorens, un cubano de nacimiento que llegó a Estados Unidos como parte de la Operación Peter Pan, es "especialista en terrorismo… La Casa Blanca de George W. Bush captó al astuto Llorens en 2002, nada menos que como Director de asuntos andinos del Consejo Nacional de Seguridad de Washington D.C., lo que lo convirtió en el principal asesor del presidente sobre Venezuela. El golpe de Estado de 2002 contra el presidente Hugo Chávez se produjo mientras Llorens se encontraba bajo la autoridad del subsecretario de Estado para Asuntos hemisféricos, Otto Reich, y del muy controvertido Elliot Abrams. En julio de 2008, Llorens fue nombrado embajador en Honduras."

El pasado 4 de junio, el embajador Llorens declaró a la prensa hondureña que "...Uno no puede violar la Constitución para crear una Constitución, porque si uno no tiene Constitución vive la ley de la jungla." Esas declaraciones se emitieron en referencia a la encuesta popular sobre la convocatoria de una posible asamblea constituyente, que debería haber tenido lugar el 28 de junio si no hubiera ocurrido el golpe de Estado contra el presidente Zelaya. Los comentarios de Llorens no sólo ponen en evidencia su posición contra la encuesta, sino, además, su total injerencia en los asuntos internos de Honduras.

Pero Llorens no estaba solo en la región. Luego de su nombramiento como embajador en Honduras –cargo que obviamente se le asignó debido a la necesidad de neutralizar la creciente presencia de gobiernos izquierdistas en la región y la potencia regional del ALBA–, se nombraron varios embajadores más de Washington en los países vecinos, todos expertos en la desestabilización de la revolución cubana y operaciones psicológicas.

Primero llegó el diplomático Robert Blau a la embajada de Estados Unidos de El Salvador, el 2 de julio de 2008, como el segundo de la diplomacia estadounidense. En enero de este año, Blau asumió la embajada como encargado de negocios. Antes de su envío a El Salvador, Blau fue subdirector de Asuntos Cubanos del Departamento de Estado, luego de haber estado dos años en la Sección de Intereses de Washington en La Habana como asesor político. Fue tan eficiente en su trabajo en Cuba con la disidencia, que el Departamento de Estado le concedió el Premio James Clement Dunn a la Excelencia, debido a su labor con la oposición contrarrevolucionaria en Cuba. Llorens y Blau eran viejos amigos, luego de trabajar juntos en el equipo de Otto Reich en el Departamento de Estado.

Después fue nombrado Stephen McFarland como embajador de Estados Unidos en Guatemala, el 5 de agosto de 2008. McFarland, graduado de la Universidad de Guerra de Estados Unidos y ex miembro del equipo de combate número dos de los marines en Iraq, era el segundo en la Embajada de Estados Unidos en Venezuela bajo William Brownfield, quien incrementó de manera alarmante el apoyo financiero y político a la oposición contra Chávez. Luego, McFarland estuvo en la embajada de Estados Unidos en Paraguay, apoyando la construcción de la base militar del Pentágono en ese país. McFarland también fue director de Asuntos Cubanos en el Departamento de Estado y su perfil lo destaca como un experto "en transiciones democráticas, derechos humanos y seguridad."

El embajador Robert Callahan llegó a Managua, Nicaragua, también a principios de agosto. Ha trabajado en las embajadas en La Paz, Bolivia, y San José, Costa Rica, y ha sido profesor en la Universidad Nacional de Guerra de Estados Unidos. En 2004 fue enviado a Iraq como agregado de prensa de la embajada en Bagdad. A su regreso, estableció la oficina de prensa y propaganda de la recién creada Dirección Nacional de Inteligencia (DNI) de Washington, que en la actualidad es el órgano más poderoso de la inteligencia estadounidense.

Juntos, estos embajadores –expertos en golpes de Estado, desestabilización y propaganda– han preparado el terreno para el golpe contra el presidente Zelaya en Honduras.

Financiamiento a los golpistas

Justo en el mes anterior del golpe contra el presidente Zelaya se formó una coalición entre diferentes organizaciones no gubernamentales, empresarios, partidos políticos, la iglesia católica y los medios de comunicación, denominada "la unión cívica democrática". Su único propósito era derrocar al presidente Zelaya para impedir que abriera el camino a una asamblea constituyente que permitiría al pueblo alzar su voz y participar en su proceso político.

La "unión cívica democrática" de Honduras esta compuesta por organizaciones como el Consejo Nacional Anticorrupción, el Arzobispado de Tegucigalpa, el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP), el Consejo de Rectores de Universidades, la Confederación de Trabajadores de Honduras (CTH), el Foro Nacional de Convergencia, la Federación Nacional de Comercio e Industrias de Honduras (FEDECAMARA), la Asociación de Medios de Comunicación (AMC), el Grupo Paz y Democracia y el grupo estudiantil Generación X Cambio.

La mayoría de estas organizaciones han sido beneficiarias de los más de 50 millones de dólares que anualmente invierten la USAID y la NED en el "desarrollo democrático" en Honduras. De hecho, un informe de la USAID sobre su financiamiento y trabajo con COHEP, destaca que "el perfil bajo de la USAID en este proyecto ayudó a asegurar la credibilidad de COHEP como una organización hondureña y no un brazo de la USAID."

Los voceros de la unión cívica democrática de Honduras en representación, según ellos, de la "sociedad civil", declararon a la prensa hondureña el 23 de junio –cinco días antes del golpe contra el presidente Zelaya– que "confían en que las fuerzas armadas cumplirán con su deber de defender la Constitución, el Estado de Derecho, la paz y la democracia." Cuando sucedió el golpe, el día 28 de junio, fueron los primeros que salieron a decir que no hubo un golpe de Estado, sino que habían "rescatado su democracia" de las manos del presidente Zelaya, cuyo crimen fue querer dar al pueblo voz, visibilidad y participación. También en representación de los sectores de clase media y alta, la unión cívica democrática ha calificado a los sectores que apoyan al presidente Zelaya de "turbas".

El Instituto Republicano Internacional, que recibe fondos de la National Endowment for Democracy (NED), obtuvo más de 1,2 millones de dólares en 2009 para trabajar con los sectores políticos en Honduras. Su trabajo se ha dedicado a apoyar los "centros de pensamiento" y "grupos de presión" en Honduras, para influir en los partidos políticos y "apoyará iniciativas para implementar posiciones políticas durante las campañas de 2009." Ésta es una clara intervención en la política interna de Honduras y evidencia del financiamiento de la NED a los sectores golpistas del país.

El lobby de Washington


El senador republicano John McCain, ex candidato a la presidencia de Estados Unidos, ayudó coordinar la visita de la delegación golpista de Honduras a Washington durante la semana pasada. McCain es conocido por su dura postura contra Venezuela, Bolivia y otros países de la región considerados "anti imperialistas" y por sus estrechos vínculos con la mafia cubana en Miami. McCain también es jefe del Instituto Republicano Internacional (IRI), ente financiero de los golpistas de Honduras. McCain ofreció los servicios de su empresa de lobby, The Cormac Group, que organizó una rueda de prensa de los golpistas en el National Press Club el 7 de junio.

Pero más allá de la conexión republicana con los golpistas hondureños, hay un vínculo más comprometedor con la actual administración demócrata de Barack Obama. El abogado Lanny Davis fue contratado por la sede hondureña del Consejo de Empresarios de América Latina (CEAL) para hacer lobby a favor de los golpistas y convencer a los poderes de Washington de que deben aceptar y reconocer al gobierno de facto de Honduras. Lanny Davis fue abogado del ex presidente Bill Clinton cuando estaba en la Casa Blanca, y es un conocido amigo y asesor de la actual Secretaria de Estado Hillary Clinton. Davis está organizando una ofensiva diplomática y mediática a favor de los golpistas, incluida la compra de publicidad en periódicos estadounidenses, y organizando reuniones entre los representantes golpistas y diferentes congresistas, senadores y funcionarios del gobierno de EEUU. CEAL esta compuesto por los empresarios latinoamericanos que más han promovido atentados contra los movimientos populares en la región. Por ejemplo, el actual representante de Venezuela en el CEAL es Marcel Granier, presidente de RCTV, la cadena de televisión que promovió e intentó legitimar el golpe de Estado contra el presidente Chávez.

Como parte de este esfuerzo, lograron una audiencia especial ante el Comité de Relaciones Exteriores del Congreso de Estados Unidos, con la participación de congresistas demócratas y republicanos, y los testimonios de personajes promotores del golpe, como Michael Shifter del Diálogo Interamericano de Washington, Guillermo Pérez-Cadalso, ex Canciller y Magistrado de la Corte Suprema de Honduras, y el famoso Otto Reich, cubano-americano conocido por su papel en la mayoría de las actividades de desestabilización contra gobiernos izquierdistas en América Latina desde los años ochenta. Como resultado de este encuentro, el Congreso de Estados Unidos está promoviendo una resolución que reconozca como legítimo al gobierno de facto de Honduras.

Otro resultado del lobby de Lanny Davis fue la reunión convocada en el Consejo de las Américas el 9 de junio, en donde participó Jim Swigert, director de los programas de América Latina y el Caribe para el Instituto Demócrata Nacional (NDI), que recibe su financiamiento de la NED, Cris Arcos, antiguo embajador de EEUU en Honduras y Adolfo Franco, ex administrador de la USAID para América Latina y el Caribe y encargado del programa de "transición" en Cuba. Estos tres personajes han trabajado como asesores del gobierno de Obama frente a la crisis en Honduras. Franco, quien también fue asesor de política exterior para el senador John McCain durante su campaña presidencial en 2008, ha sido acusado de corrupción por su mal manejo de los fondos de la USAID para el programa de "promoción de la democracia" en Cuba, gran parte de los cuales se dieron a grupos de Miami, como el Comité para una Cuba Libre y el Instituto para Estudios Cubanos en Miami, sin pasar por ningún proceso transparente de revisión.

Negroponte y Reich, de nuevo

Muchos han especulado sobre el papel del antiguo embajador de Estados Unidos en Honduras, John Negroponte, quien dirigió la fuerza paramilitar denominada "la contra" y los escuadrones de muerte contra los movimientos izquierdistas en Centroamérica durante los años ochenta. Negroponte tuvo varios cargos durante la administración de George W. Bush: embajador de EEUU en Iraq, embajador ante las Naciones Unidas, director nacional de Inteligencia y, por último, subsecretario de Estado bajo Condoleezza Rice. A su salida del Departamento de Estado, Negroponte pasó al sector privado. Le ofrecieron un trabajo como vicepresidente de la firma consultora más influyente de Washington, McLarty Associates. Negroponte aceptó. McLarty Associates fue fundada por Thomas "Mack" McLarty, ex jefe de gabinete del presidente Bill Clinton y enviado especial a América Latina durante su presidencia. Actualmente, McLarty maneja la consultora más poderosa de Washington. Hasta el año 2008, McLarty Associates se llamaba Kissinger-McLarty Associates debido a la unión entre Thomas McLarty y Henry Kissinger, que evidencia la unión política entre los sectores demócratas y republicanos en Washington.

En su nuevo cargo, John Negroponte trabaja como asesor sobre política exterior del Departamento de Estado bajo Hillary Clinton. Recordemos que el embajador estadounidense en Honduras, Hugo Llorens, trabajaba bajo el comando de Negroponte durante la mayoría de su gestión.

Otto Reich lleva unos años trabajando en una campaña contra el presidente Zelaya. Fue demandado por Zelaya en abril 2009 por haberlo acusado públicamente de robar 100 millones de dólares de la empresa estatal de telecomunicaciones, Hondutel. Resulta que Reich hacía lobby para una empresa privada de telecomunicaciones que quería privatizar Hondutel. Ahora, con Zelaya destituido y un empresario en el poder, lo más probable es que Reich consiga su negocio multimillonario.

Reich fundó una organización en Washington, llamada Arcadia Foundationvi junto a un venezolano, Robert Carmona-Borjas, abogado especialista en temas militares, vinculado al golpe de abril de 2002 en Venezuela, según su propio perfil. Robert Carmona-Borjas supuestamente estuvo en Miraflores con Pedro Carmona durante el golpe de abril de 2002 y escapó, junto a Carmona, del palacio cuando fue tomado por la guardia de honor presidencial. Desde entonces vive en Washington, DC. Desde el año pasado, Reich y Carmona-Borjas han llevado una campaña contra Zelaya por asuntos de corrupción, con una serie de micros que hablan de corrupción, libertad de expresión y cambio en Honduras.

Carmona-Borjas ha viajado con frecuencia a Honduras durante los últimos meses, incluso hablando de golpe de Estado "técnico" junto con otros actores, como el defensor del pueblo hondureño, Ramón Custodia, quien declaró a comienzos de junio que "Los golpes son una posibilidad que puede ocurrir en cualquier escenario político". Luego del golpe, el 3 de julio, Robert Carmona-Borjas apareció en Honduras en la concentración de los golpistas en Tegucigalpa, y fue reconocido como un actor importante que hizo posible la salida de Zelaya y la llegada al poder de Micheletti.

El poder militar

Estados Unidos mantiene una presencia militar muy grande en la base de Soto Cano (Palmerola), ubicada a 97 kilómetros de la capital, que ha estado operativa constantemente desde el año 1981, cuando fue activada por el gobierno de Estados Unidos durante la administración de Ronald Reagan.

En los años ochenta, Soto Cano se utilizó por el coronel estadounidense Oliver North, como una base de operaciones para la "Contra", las fuerzas paramilitares entrenadas y financiadas por la Agencia Central de Inteligencia (CIA), encargadas de ejecutar la guerra contra los movimientos izquierdistas en Centroamérica, y particularmente contra el gobierno sandinista de Nicaragua. Desde Soto Cano, la "Contra" lanzaba sus ataques terroristas, escuadrones de muerte y misiones especiales que dieron como resultado miles de asesinatos, desaparecidos, torturados, lisiados y aterrorizados en Centroamérica.

John Negroponte, entonces embajador de EEUU en Honduras, junto a Oliver North y Otto Reich, dirigían estas operaciones sucias.

La base de Soto Cano es la sede de la Fuerza de Tarea Conjunta "Bravo" (JTF-B) de Estados Unidos, compuesta por efectivos del ejército, las fuerzas aéreas, fuerzas de seguridad conjuntas y el primer batallón-regimiento Número 228 de la aviación estadounidense. Son 600 personas en total y 18 aviones de combate, incluidos helicópteros UH-60 BlackHawk y CH-47 Chinook. Soto Cano también es la sede de la Academia de la Aviación de Honduras. Más de 650 ciudadanos hondureños y estadounidenses viven en las instalaciones de la base.

La Constitución de Honduras no permite legalmente la presencia militar extranjera en el país. Un acuerdo "de mano" entre Washington y Honduras autoriza la importante y estratégica presencia de los cientos de militares estadounidenses en la base, en un acuerdo "semipermanente". El acuerdo se realizó en 1954 como parte de la ayuda militar que Estados Unidos ofrecía a Honduras. La base primero fue utilizada por la CIA para lanzar el golpe contra Jacobo Arbenz en Guatemala.

Cada año, Washington autoriza cientos de millones de dólares en ayuda militar y económica a Honduras, que es el tercer país más pobre del hemisferio. Este acuerdo que permite la presencia militar de Estados Unidos en el país centroamericano puede retirarse sin aviso.

El 31 de mayo del 2008, el presidente Manuel Zelaya anunció que Soto Cano (Palmerola) se utilizará para vuelos comerciales internacionales. La construcción del terminal civil se financió con un fondo del ALBA (Alianza Bolivariana para las Américas).

Los dos generales con mayor participación en el golpe contra Zelaya son graduados de la Escuela de las Américas y mantienen lazos estrechos con los militares estadounidenses en Honduras. El comandante de la Aviación de Honduras, general Luis Javier Prince Suazo, estudió en la famosa Escuela de las Américas de Estados Unidos en 1996. El jefe del estado mayor conjunto, general Romeo Vásquez, destituido por el presidente Zelaya el 24 de junio por desobedecer sus órdenes, y luego actor principal en el golpe militar sólo días después, también es graduado de la Escuela de las Américas. Los dos altos oficiales hondureños mantienen relaciones muy estrechas con el Pentágono y las fuerzas militares estadounidenses en Soto Cano.

El embajador de Estados Unidos en Honduras que cambió en septiembre 2008, Charles Ford, fue transferido al Comando Sur en Miami para encargarse de la asesoría para el Pentágono sobre América Latina.

Los militares hondureños están financiados, entrenados, adoctrinados y comandados por el ejército estadounidense sobre la base de la doctrina anti izquierdista y anti socialista. Por eso era tan fácil actuar contra el presidente Zelaya, su comandante en jefe, porque lo veían como parte de la "amenaza izquierdista", contra la que llevan combatiendo desde hace decenios.

De todas estas evidencias –y habrá más en el futuro– se comprueba el inconfundible papel de Washington en el golpe de Estado en Honduras contra el presidente Zelaya.
Fuente: Rebelión
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MI OBISPO MÁS SE PARECE A UN CORONEL QUE A UN PASTOR
por Jean Guy Allard
El cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa, ya denunciado por haber recibido un salario mensual de 5.000 dólares del gobierno hondureño anterior al de Manuel Zelaya, se distinguía en los años 80 como colaborador activo de los militares que hacían reinar el terror en esta nación centroamericana.

Lo revela un artículo publicado el 21 de enero de este año en el rotativo Tiempo donde se reseña declaraciones del sacerdote hondureño Fausto Milla, cura de la parroquia de Corquín, departamento de Lempira, forzado a exilarse a México por las amenazas de muerte recibidas de los militares de la IV Región del Ejercito nacional.

"Me voy no porque yo quiera, declaró Milla a la prensa minutos antes de su salida del país desde el aeropuerto de la capital, sino que me veo obligado. Quiero seguir haciendo algo por mi país, por el pueblo hondureño, por mi propio diócesis…"

"Nunca hubiera querido salir de esta forma, nunca por amenazas y encañonamientos militares de quien se ha aliado con un ejército asesino que en 1969 nos invadió…"

Después de relatar los abusos cometidos en su contra por los militares, incluso un intento de secuestro del cual escapó por milagro, el humilde sacerdote contó como denuncias hechas por la iglesia de Copán a favor de los derechos humanos de los refugiados salvadoreños, víctimas de la guerra en su país, habían provocado la ira del ejército "y por ello el hostigamiento en contra de los sacerdotes de la región".

Milla denunció entonces a Óscar Andrés Rodríguez obipso del diócesis de Coplán, por ser "cómplice de todo lo que los militares nos hacen".

"Mi obispo más se parece a un coronel sin charratera que a un pastor", dijo.

Diciéndose decepcionado "de quienes debieron brindarme protección y amparo pero que con su actitud parecen revelar una alianza con quienes nos persiguen", el cura Milla manifestó que "el consejo presbiteral de Santa Rosa de Copán había sido "desbaratado por el nuevo obispo" Rodríguez que luego pasara a ser Cardenal de Tegucigalpa.

"Lo que uno no se explica, continúo, es que nuestros jerarcas superiores que firmaron documentos como el de Puebla, vengan a ponerse al lado de quienes en ese documento de la iglesia condena por ser los interesados en mantener el régimen de seguridad nacional que significa inseguridad para toda la población y solo seguridad para los dineros que ellos acumulan".

Según documentos publicados el 8 de julio último por el sitio web Cubadebate, el ex presidente Carlos Flores pagó al cardenal Rodríguez Maradiaga a partir del mes de diciembre de 2001 un sueldo de 100.000 lempiras mensuales (5.300 dólares) del presupuesto de la Presidencia de la República.

"Quizás en el hecho de que el Cardenal dejó recibir esa fortuna se pueda explicar su complicidad con el golpe de Estado, que comenzó antes del nefasto 28 de junio", comentaba la nota que acompañó la publicación de los documentos.

El Cardenal, uno de los más ruidosos cómplices del criminal golpe de estado, opinó, en un comunicado publicado por el diario El País, el 4 de julio que el secuestro y la expulsión de su país del Presidente constitucional Manuel Zelaya, servirá "para edificar y emprender un nuevo camino, una nueva Honduras (…) es un nuevo punto de partida para el diálogo, el consenso y la reconciliación".
Fuente: Cubadebate
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Noticias
EL GOBIERNO GOLPISTA DECRETA UN NUEVO TOQUE DE QUEDA
por Alma E. Muñoz
La crisis política de Honduras se complica cada día. El Gobierno golpista ha vuelto a decretar un toque de queda desde las 00.00 horas hasta las 05.00 hora local del jueves (de 06.00 a 11.00 GMT), ante las protestas convocadas por simpatizantes del depuesto presidente, Manuel Zelaya.

La decisión, anunciada en un mensaje difundido por radio y televisión, restablece la prohibición del tránsito de personas y vehículos en las noches, que estuvo vigente desde el 28 de junio, cuando Zelaya fue derrocado, hasta el pasado 12 de julio.

El anuncio del nuevo toque de queda se ha dado a conocer después de que organizaciones sociales hondureñas llamaran a ocupar entre este jueves y viernes "puntos estratégicos" del país y a mantener protestas en las calles para exigir el retorno del presidente constitucional Zelaya.

Zelaya lanzó el lunes un ultimátum con el fin de volver a la Presidencia de Honduras este mismo fin de semana y, para ello, ayer llamó a los hondureños a la "insurrección".
Fuente: EFE
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HONDURAS: FRENTE DE RESISTENCIA ANUNCIA PARO NACIONAL A PARTIR DEL JUEVES
por Mabel Marquez
Los movimientos sociales hondureños continúan en resistencia ante el golpe de Estado. Para el 16 y 17 de julio la dirigencia popular anunció sendas movilizaciones, tomas de carreteras y un paro a nivel nacional para exigirles a los golpistas que abandonen el poder.

Nuevamente el 15 de Julio del 2009 el punto de partida de los movimientos sociales fue la Universidad Pedagógica Francisco Morazán que dicho sea de paso desde la fecha fue tomada por el frente estudiantil de esa institución; posteriormente la protesta se dirigió hacia el Instituto Nacional de la Mujer, ya que mientras se realizaba una conferencia de prensa durante el recorrido se informó que un grupo de compañeras feministas que mantienen tomada esta institución desde el 13 de julio del 2009 y que están en oposición al nombramiento de la nueva directora de esta entidad estaban siendo agredidas y golpeadas por elementos de la policía nacional quienes introdujeron bajo un fuerte contingente militar a la recién nombrada directora de este Instituto, la señora María Martha Díaz, repudiada por los movimientos feministas por que esta mujer hace algunos años atrás era militante de los movimientos feministas y fueron éstos los que intercedieron para que ella no quedara presa por varias acusaciones que se le estaba haciendo en ese momento. Al parecer, a esta mujer se le olvidó todo ese apoyo que recibió de sus compañeras y ahora esta lado de los golpistas y ataca a sus compañeras de lucha.

El Frente de Resistencia contra el Golpe de Estado, en la conferencia de prensa que  se realizó el 16 de julio, mientras hacía el recorrido hacia el Instituto Nacional de la Mujer y luego hasta el Congreso Nacional de la República en el centro de Tegucigalpa, expresó lo siguiente:

- Agradecemos el apoyo de los pueblos de América Latina y especialmente el de las organizaciones sociales que nos acompañan en esta lucha

- Los golpistas han pasado a la etapa donde muestran un disfraz de normalidad para hacerle creer a la población nacional e internacional que todo está bien en el país, cuando la realidad es asesinatos, persecuciones a dirigentes sociales etc.

- De todos los golpes de Estado que se han dado en el mundo, el 90% se han convertido en dictaduras. Honduras no es la excepción: los fascistas que tomaron el poder haciendo uso de las armas van por ese camino.

- Demandamos llegar a la institución de una asamblea nacional constituyente que promueva una sociedad donde haya una democracia participativa.

Por otra parte el frente nacional juvenil contra el golpe de Estado que aglutina a los jóvenes estudiantes organizados y no organizados dio también lectura a su pronunciamiento en los siguientes términos:

- Repudiamos la violación de los Derechos Humanos individuales, sociales y la represión de que esta siendo objeto el pueblo hondureño

- Denunciamos la reactivación de escuadrones de la muerte encabezados por el ahora asesor presidencial del gobierno golpista Billy Joya Amendola, principal responsable de los detenidos y desaparecidos en la década de los ochenta.

- Condenamos la expulsión de algunos medios de comunicación internacionales del territorio nacional.

- Como Estudiantes universitarios y de educación media, nos sumamos al paro del sector educativo tomándonos desde hoy la Universidad Pedagógica Francisco Morazán y posteriormente la Universidad Nacional Autónoma de Honduras y luego otros colegios de educación media del país.

- Llamamos a toda la juventud organizada y no organizada a integrarse a este espacio unitario a fin de construir una trinchera de lucha para restablecer el orden constitucional democrático.

El 16 y 17 de julio los movimientos sociales, tienen programado realizar un paro nacional. Las centrales obreras y las confederaciones campesinas están haciendo el llamado para que los grupos campesinos salgan de sus comunidades a apoyar las tomas de calles, ya sea en Tegucigalpa o que se organicen en sus respectivos departamentos. En el caso de Tegucigalpa, los obreros, campesinos, maestros sindicalistas y demás organizaciones mantendrán la toma de la carretera que conduce al norte del país a la altura de la posta del Durazno y las demás vías de acceso a la capital serán tomadas por los demás movimientos sociales seguidores del presidente Zelaya, la juventud liberal etc., que conforman este frente de resistencia contra el golpe.
Fuente: Agencias
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Cubarte, 2008.