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Subject: EVENTOS VIERNES DE MAYO, EN EL ECuNHI....
Date: Thu, 13 May 2010 18:01:40 -0300
PRESENTA TODOS LOS VIERNES DE MAYO EN NUESTRO ESPACIO CULTURAL A LAS 20HS
OBRA TEATRAL “SEÑOR GALINDEZ”
AUTOR: EDUARDO PAVLOVSKY (1973)
"El señor Galíndez", escrita en 1973 por Eduardo Pavlovsky, es una obra de teatro que refleja la imagen del torturador inmerso en la normalidad de lo cotidiano. Plantea a la tortura no como patología individual, sino como producción de subjetividad institucional. Una tortura diaria, cotidiana, interiorizada como conducta normal, aceptada y valorada. "Si insistimos en los cuadros psiquiátricos individuales de los torturadores perdemos de vista el eje central de la problemática: la tortura como institución", destacó Pavlovsky.
En el Señor Galíndez los personajes se detallan desde lo físico hasta lo psicológico. En el escenario, Beto y Pepe no se convierten en dos monstruos, sino en seres simplemente cotidianos. Como ejecutores profesionales de la tortura también pueden ser buenos padres, sentir inseguridad respecto a su "profesión" y temer los relevos que pueden producirse en lo alto sin que ellos se enteren.
La obra ofrece sucesos que pueden sernos cercanos pero a la vez denuncian un estado de intolerancia violenta que recorre y perturba el orden "civilizado" en donde los castigos y las torturas se han impuesto y se hallan a cargo de auténticos profesionales: "la nación toda ya sabe de nuestra profesión. También lo saben nuestros enemigos. Saben que nuestra labor creadora y científica es una trinchera. Y así cada cual desde la suya debe luchar en esta guerra definitiva contra lo que intenta, bajo ideologías exóticas destruir nuestro estilo de vida, nuestro ser nacional".
Actores: Carlos Andujar, Claudio Cané, Christian Mercuri, Nelly Slepoy, Paula Severi, Lucía Sánchez y Paula Marrón. Dirección: Elvira Onetto. Diseño de luces: Cristina Lahet. Fotografía: Diego Costa Garrido. Diseño gráfico: Graciela Martínez. Asistente de dirección: Paula Marrón.
21:30 DANZA-TEATRO “ME ACOSTÉ CON LA CABEZA MOJADA”
Espacios y tiempos fragmentados. Soledades. Pedazos de cuerpos. Somos síntesis de lo que somos. El mundo te saca de foco. El vacío es un todo, una nada, un blanco, un negro, algo no contaminado. Puro. Porque es real. El vacío se come las cabezas, se disfraza de pastilla, alcanza todos los niveles sociales y propicia el mejor estado para el infierno social: la ira, la codicia y la insoslayable estupidez. Esa estupidez, esa inhabilidad existencial, esa condena elegida, ese hartazgo declarado, es motivo de esta obra, que tiene la secreta esperanza de confiar que un día sea más fácil elegir ser un ser humano.
Las décadas del siglo XX han padecido del síndrome de caracterización que los historiadores de la cultura le imponen a través de marcos y ejes ficticios en torno de modas musicales, modas teatrales, modas cinematográficas, modas al fin. No es que no haya tendencias, búsquedas específicas en contextos socioculturales diversos, o meras apariencias de homogeneidad cultural. Simplemente creo que nada es tan sencillo: que la historia no se divide en décadas, y que la gente difícilmente pueda ir toda junta hacia algún lugar. Lo que sí parece ineludible es el enfrentamiento entre sectores, que va mutando su fisonomía, su lenguaje, su razón: peronistas-antiperonistas, conservadores-progresistas, izquierda-derecha, platónicos-aristotélicos, bosteros-gallinas, menemistas-antimenemistas, modernos-posmodernos, buenos-malos, y tantos otros.
Cuando uno debe definirse, encontrar una vía clara a la que dirigirse para poder tolerar de un modo menos miserable la incertidumbre de no saber qué deparará la vida en los próximos instantes, aparece algo así como una bifurcación, que por suerte suele ayudar a determinar lo que uno no quiere ser. En la consolidación del neoliberalismo, era fácil comprender que formar parte del mundo empresarial era la clave para integrar el grupo de los "exitosos", en tanto que pertenecer al grupo de los "bohemios", los "resistentes", los "artistas antisistémicos" era la entrada a una vida llena de carencias e insatisfacciones. De todos modos, no era muy difícil optar.
Hoy la disyuntiva no se presenta del mismo modo; por lo pronto, no hay opción que nos libere del absurdo o de la nada. Es decir, se puede hacer como que se vive una vida "normal". Se puede proyectar, tener hijos, trabajar, viajar, soñar. Pero también se puede elegir morir, estar al margen, padecer el vacío, o sea, la absoluta conciencia de que no hay un lugar en el mundo que uno pueda ocupar legítimamente. Se puede asumir que el afuera ya no es un espacio de crítica, pensamiento, ruptura, etc., sino un ámbito de desaparición inmediata. El vacío se come las cabezas, se disfraza de pastilla, alcanza todos los niveles sociales y propicia el mejor estado para el infierno social: la ira, la codicia y la insoslayable estupidez, que ha sido sintomática y distintiva en nuestro maravilloso siglo antecesor y que, en apariencia, seguirá iluminando nuestros días.
Esa estupidez, esa inhabilidad existencial, esa condena elegida, ese hartazgo declarado, es motivo de esta obra, que tiene la secreta esperanza de confiar que un día sea más fácil elegir ser un ser humano.
Idea y dirección: Carla Llopis. Intérpretes: Rocío Barcia, Marianela Navarro y Carla Llopis. Musicalización, composición, arreglos y ejecución en escena: Emilia Parodi. Percusión: Camilo Rojas. Iluminación: Guillermo Parodi. Fotografía: Mariano Martino. Retoque fotográfico: Rocío Barcia.
PD: LOS ESPERAMOS A TODOS
PARA RESERVAS (DE AMBAS) SE PUEDEN COMUNICAR DE LUNES A VIERNES DE 14 A 21:30HS AL 4-703-5089
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