martes, 1 de junio de 2010

Mempo Giardinelli y el Chaco que no puede con la envidia a Cuba

 

 

En nombre de Ingrid
Enviado el: Martes, 01 de Junio de 2010
 

que pase el que sigue, hacen falta más voces por Cuba!!!!! 

Mempo Giardinelli: usted no es un gusano pero trate de no parecerse 

            En el diario Página/12 del 26 de mayo, el escritor argentino nacido en Chaco, Mempo Giardinelli, escribió un artículo de crítica a Cuba titulado "Si Cuba cae –digo, es un decir, si cae–...".

            Allí se hacen graves acusaciones al país socialista, su gobierno y Fidel Castro. El escritor arremete contra la supuesta falta de libertades, la censura de prensa, el partido único y otros defectos que él ve en la isla. Llega a esbozar un pronóstico de final de la revolución: "la realidad, que es tozuda, parece mostrar, si no el fracaso, al menos el deslucido final de la más hermosa utopía política del siglo XX".

            En coincidencia objetiva con las críticas que hacen los socialdemócratas, y el imperialismo yanqui, el autor sostiene que "la cuestión de la democracia en Cuba es su propio talón de Aquiles y es lamentable que Fidel no lo comprenda". Sería prácticamente el final de un ciclo. "Esa Revolución, que fue un faro, hoy es una vela que se extingue. Cuba no merece eso", concluye.

            He visitado tres veces Cuba por congresos sindicales y políticos, y sigo lo relacionado con ese país por un compromiso político. Es que a diferencia del escritor, que dijo haber preferido el anonimato en relación a Cuba, soy parte del Movimiento Argentino de Solidaridad con Cuba (MASCUBA).

            Sé que Giardinelli no es un gusano como Andrés Oppenheimer, del Nuevo Herald de Miami. Ni una rata. Ni un agente del imperialismo. Me parece que es un mejor escritor que político, de un progresismo inestable que lo llevó hace años a polemizar en Página/12 con Osvaldo Bayer a propósito de si hubiera estado bien o mal ajusticiar al genocida Videla. "Matar al tirano" se llamó esa serie de notas de los dos escritores. El chaqueño se oponía incluso a la hipótesis de un tiranicio, defendido por Bayer.

            Pero no deja de ser una pena que un progresista tibio como ese –que reitero, no es un enemigo de Cuba como por ejemplo Abel Posse o Marcos Aguinis- haga críticas como las mencionadas.

            Ellas son erróneas por su contenido. En la Patria de José Martí hay libertades para el 99 por ciento de los cubanos, que pueden trabajar, publicar, polemizar,  movilizarse, acceder a la educación, votar, elegir y ser elegidos y ejercer muchos más derechos de los que Giardinelli pueda imaginarse y gozar en Argentina. Allá no hubo un secuestrado ni torturado ni menos aún desaparecido en 51 años de revolución, a contramano de lo que pasa en la región y en países que presumen de "centrales".

            En las elecciones isleñas hay democracia participativa, sin gastos millonarios ni fraudes ni dedo. Los vecinos proponen a sus candidatos en asambleas a nivel municipal y tras el voto secreto, desde allí para arriba, se van conformando las Asambleas del Poder Popular. Vota más del 95 por ciento de la población, por abrumadora mayoría a los candidatos de la revolución nominados por las bases. ¿Cuál democracia es superadora a esa? ¿Acaso la norteamericana plutocrática? ¿O la colombiana de fraudes, paramilitares, narcos y bases norteamericanas? ¿O el sistema argentino de 710 partidos que eclosionó en diciembre de 2001?

            Los cuestionamientos del escritor son también erróneos por el momento y forma en que los hace. El sabe que circulan cartas de intelectuales en contra de la revolución cubana. Cita una de firmantes españoles, pero omite nombrar a Mario Vargas Llosa, Gloria Estefan, Pepe Hernández (de la mafia cubano-americana) , Carlos A. Montaner (ex terrorista de esa calaña), Hilda Molina, Vladimiro Roca, Martha Beatriz Cabello, Yoani Sánchez y otros contrarrevolucionar ios pagados en la Sección de Intereses de Norteamérica en La Habana. Ellos también firman.

            El serio error del escritor es que conociendo esa declaración no saca una conclusión obvia: está en desarrollo una campaña mundial de ataque a La Habana , inspirada por los gobiernos de EE UU y la Unión Europea. Lamentablemente su crítica a la revolución cubana es funcional a esa maniobra del imperio. Lástima, porque el escritor no es un tipo de derecha. Y no hay que maltratarlo como tal. Sí hay que criticarlo por sus opiniones equivocadas, unilaterales y carentes de fundamento.

            Al finalizar su artículo, el chaqueño dice que bebiendo con amigos cubanos el ron tuvo un sabor amargo. Habrá que ver qué marca era, si Havana Club o Bacardi. Y cuánto bebió, porque si lo hizo de más puede haber confundido a un faro con una vela que se apaga. Y sobre todo, tendría que haber puntualizado si sus amigos cubanos eran obreros, campesinos o intelectuales. En cualquier caso, parece que eran flojos o cansados, y no consecuentes y "necios" como Silvio Rodríguez.

            Por supuesto que Silvio, como muchísimos cubanos, son concientes de que su sistema político es perfectible y tiene varios defectos. Pero él no sólo ha condenado el bloqueo norteamericano sino también las campañas mediáticas del imperio, cosa que nuestro crítico no ha tenido en cuenta. El trovador ha insistido en que tiene muchas más razones para confiar en la revolución cubana que en sus detractores. Giardinelli, en cambio, no encuentra ninguna razón y parece huir de un desplome inminente. Que yo sepa las caídas se están produciendo en otras partes: Grecia, España y otros países capitalistas.

            Finalmente, aquél tendría que haber aclarado que el título y muletilla de su artículo ("Si Cuba cae, digo si cae…") eran copiadas del poema de César Vallejo "España, aparta de mí ese cáliz" (1937). Fea la actitud. Peor fue el mensaje implícito, porque el peruano se refería a la España republicana, que cayó dos años más tarde. El chaqueño lo usa para pontificar sobre Cuba, que lleva 51 años construyendo una sociedad más justa y socialista. Que no le pase a Mempo lo que a Oppenheimer, que en 1993 publicó "La hora final de Castro" y le pifió por 17 años. No estoy diciendo que él sea igual al gusano de Miami. Si Giardinelli cae en esas comparaciones, digo, es un decir, si cae…

Córdoba, 31 de mayo de 2010

 

SERGIO ORTIZ

Secretario General del Partido de la Liberación , integrante de MASCUBA

 

           

           

           
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