Los príncipes y los mendigos |
Por Alfredo Grande |
Jueves, 15 de Julio de 2010 00:19 |
“aunque guste, la sarna siempre pica”
El fervor popular, que necesita expresarse con abrazos, besos, todas muestras de afecto, incluído el ulular de vuvuzelas, cuando raudos y raudas atraviesan la vereda para entrar en el Palacio para cumplir las abluciones del rito republicano, ha obligado, dulcemente obligado, a colocar en forma permanente el enrejado que en los ominosos dias del 2001 se habia colocado precariamente. Ahora si: consolidada la democracia y consolidadas las rejas para protección de las ancianitas que podrían ser inadvertidamente pisoteadas por la multitud que aclama a sus representantes, el debate sobre el 82 % ha vuelto a los titulares. El tema, claro está, es de donde sale la guita. Sin embargo, el mayor problema no es de donde sale, sino adonde va. No soy economista, ni siquiera cuando voy de compras ya que me especializo en los peores productos y en los mas caros, pero es fácil pensar que las diferentes rutas del dinero están sin peaje para algunos destinos y colapsadas para otros destinos. Parto de un axioma: hay dinero, mucho dinero, claro que nunca demasiado dinero, pero suficiente dinero para sostener todas las asignaciones todas. El tema, como siempre, es solamente político. Estamos en un juego de suma cero donde los proyectos marcan su destino de acuerdo a como se titulan: Ley K, Ley O (de oposición). Esto pasa incluso con la discusión sobre la modificación de la Ley de matrimonio civil. Dos marchas, una formateada desde los mandatos, otra motivada desde los deseos. Sectores que están de acuerdo con la modificación, no apoyarían si la iniciativa pudiera implicar darle oxígeno al Gobierno Nacional. Tampoco se podrá aprobar el 82%, porque eso sería darle oxígeno a la Oposición. Curiosa forma de entender la verdad democrática, donde el triunfalismo de las pequeñas victorias empaña el esfuerzo de las grandes batallas. Quizá estemos asistiendo a la consolidación de una Democracia Mediocre, que seguramente José Ingenieros hubiera incluído en su célebre tratado. Se amenaza con el pasado, con lo cual si los jubilados cobran el 82% como reclamara Vicente Rubino, o la minoría LGTTI (lesbianas, gay, travestis, transexuales, bisexuales, intersexuales) accede al matrimonio civil, todas las catástrofes caerán sobre la Argentina, e insinúan que el 0-4 contra Alemania fue un adelanto de esas vacas super flacas. Otros temas tienen la misma suerte, mejor dicho, la misma desgracia: educación sexual, aborto, impuestos no regresivos, es decir, que no sean siempre al consumo, ley de protección de los glaciares, y casi con pudor, agrego: reforma agraria. Esta es una Democracia donde hay pocos que deciden si dan, y muchos que no pueden dejar de pedir. Los primeros están cómodamente instalados en la denominada división republicana de poderes. Son los Privilegiados de la Tierra. Los segundos son los “beneficiarios” de los sistemas de salud, servicios no públicos, educación, transporte, vivienda. Son los Mendigos de la Tierra. Condenados a ser por toda la eternidad mendicantes, pedigueños, todos somos trapitos, limosneros de diversos linajes. Están los que bajaron rápidamente, están los que nunca subirán. Y en este lamentable cambalache, todo se discute, pero nada se resuelve. Pero el objetivo del Estado Burgués no es resolver algo sino complicarlo todo. Para todo es necesario legiones de especialistas, muchos de ellos ni siquiera son idóneos. Legiones de aparatos ultrasofisticados, aunque para las inmensas mayorías sigue siendo una hipótesis de conflicto conseguir la garrafa social, intentan resolver con la electrónica lo que destrozaron con la mecánica. El Penetrable bosque chaqueño podrá ser alucinado con la tecnología 3D, y de ese modo olvidarnos para siempre del etnocidio. Lo terrible es que la discusión sobre como financiar el 82%, que a esta altura es un sentimiento que no se puede parar, termina encubriendo las jubilaciones de privilegio, esas si siempre financiables y financiadas, de los Príncipes de la Tierra. Las escalas de sueldo son obscenas, y no solamente en los programas de la televisión pública, como denunciara Lanata. La obscenidad es parte de la pornografía económica de la legalidad burguesa, donde algunos se pelean por las migas, y otros revolean los panes. Tenemos que convocar a la segunda parte de la Asamblea del año XIII. Hay muchas formas de oligarquías, además de la vacuna. Hay muchas formas de monopolio, además del diario Clarín. Se cuestiona la lucha de clases, pero se sostiene la hegemonía de castas. Hugo Moyano nunca será responsabilizado de los accidentes en las rutas, la rotura de puentes, las rutas estropeadas, por la demencial acumulación de transporte terrestre, que le ha permitido la demencial acumulación de poder. Hay muchas demencias dando vueltas, además de la denunciada por Anibal Fernandez. Es una suerte que pueda elegir entre ponerse colorado una sola vez, que verde muchas. Los Mendigos de la Tierra no tienen otra opción que vérselas negras. El 82% terminará siendo una consigna al estilo del inolvidable “que se vayan todos”. Una de las tantas paradojas que el sistema no puede resolver, porque si lo hiciera, terminaría colapsando. Los Príncipes, y los Reyes tendrían que mudarse al este del paraíso. Y de los Mendigos serán las tierras. Quizá entonces aspiren al 100% o mas, nunca se sabe hasta donde puede llegar un deseo. ´ Entonces, Vicente Rubino podrá abandonar su prédica. Habrá comprobado en tantas décadas que la sarna, aunque sea con gusto, siempre pica. |