Sin ninguna vergüenza lloramos la partida del querido hermano Patrick Rice Impúdicamente desnudos, cegados por el tabique, solos de toda soledad, maniatados y engrillados, concientes del dolor de la tortura y la presencia real de la muerte asomada al vacío de lo desconocido, aferrados a la esperanza, las fuerzas propias para no degradar el secreto íntimo de las convicciones. La valentía se revuelca con el suicidio heroico en la miseria solitaria, abstracta pureza final de la revolución soñada junto a frustradas creencias. Todo se repite segundo a segundo horas tras horas mientras el cuerpo se retuerce involuntariamente ante el paso eléctrico que te arranca las vísceras. No hay testigos, los torturadores desencajados se esconden detrás de sus impotencias, no logran reducir a la nada, la cínica muerte quebrando el silencio. Allí estuviste por entonces Rdo Patrick Rice, repartiendo el trozo de pan duro en nombre del Cristo que animaba prudente en tus profundas creencias. Ateos, agnósticos y otras teogonías, todos respetamos y compartimos la estola de cadenas de tus grillos de prisionero, tu altar en el Monte del Calvario real de tu cuerpo lacerado como el nuestro, tu Alba Sacerdotal, la Túnica blanca y el Amito, no eran precisamente blancos ni almidonados. Tu fuiste el Cristo del Sacrificio. El nacido en el establo con olor a bosta de los animales mansos. No el cristo de los oropeles y boatos birreynales de los Ebrios del poder. Te negaste a calzar las Tiaras de la vergüenza. Te hiciste grito de los desesperados. Sincerastes el trigo maduro contrayendo matrimonio con tu amada esposa Fátima del que nacieron el pan de tus hijos. Este prodigio de memoria, capacita las mutaciones de los que alertan otras historias, otras generaciones. Fuiste reconstructor junto a todos nosotros de la geografía TERRORISTA DEL MUNDO PERVERSO, reconocimos a los victimarios y sin heroísmos ni traiciones, devolvimos el rostro a los desaparecidos. Consolidamos la fenomenal memoria contra el Terrorismo de Estado, conservamos la vida y al recuperar la libertad de conciencia, humildemente nos hicimos NÉMESIS de la venganza, testigos de cargo contra la soberbia impune y el relato vivo de lo increíble hecho verdad indubitable, para la justicia indolente, el sueño vil de los culpables, el cinismo de los indiferentes que convalidaron las aberraciones del poder que violaron y asesinaron a sus hijos. Los que huyeron cobardes, hoy asomados a la fama de lo transitorio, te quieren bandera mítica en compartimentos egoístas. Pero eres de todos los soñadores de utopías, de los excluidos que aún esperan, los hambreados, los expulsados y abandonados de la calle, los de pensamiento débil, a ellos que les tendistes la mano fraternal de la esperanza. Los dioses del OLIMPO, se refugian en las cavernas del miedo, en el umbral de la locura, la simulación de falsos patriotismos, los ladrones ocultos tras brillantes retóricas. Cuanta grandeza en la humildad de tus actos querido hermano Patrick Rice Tus compañeros de cautiverio Guillermo de culturaindigena@yahoo.com.ar |
jueves, 15 de julio de 2010
Sacerdote Patrick Rice compañero de ex detenidos desaparecidos Superintencia Seguridad Federal Argentina
