sábado, 9 de octubre de 2010

amor revolucionario medicina revolucionaria Ernesto Che Guevara Discurso 19 agosto 1960

El revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor... 

Déjenme decirles, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor. Es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esta cualidad. Quizá sea uno de los grandes dramas del dirigente; éste debe unir a un espíritu apasionado, una mente fría y tomar decisiones dolorosas sin que se contraiga un músculo. Nuestros revolucionarios de vanguardia tienen que idealizar ese amor a los pueblos. No puede descender con su pequeña dosis de cariño cotidiano hacia los lugares donde el hombre común lo ejercita.

Hay que tener una gran dosis de humanidad, una gran dosis de sentido de la justicia y de la verdad, para no caer en extremos dogmáticos, en escolasticismos fríos, en aislamiento de las masas. Todos los días hay que luchar por que ese amor a la humanidad viviente se transforme en hechos concretos, en actos que sirvan de ejemplo, de movilización.

El individualismo en cuanto tal, como acción aislada de una persona en el ambiente social, debe desaparecer de Cuba. El individualismo debe ser, mañana, la realización completa de las capacidades de todo un individuo en beneficio absoluto de una colectividad. Uno de los objetivos fundamentales del marxismo es eliminar el interés, el factor "interés individual" y el lucro desde las motivaciones psicológicas.

Un trabajador de vanguardia, un miembro del Partido dirigente de la Revolución, siente todos los trabajos que se llaman sacrificio con un interés nuevo, como una parte de su deber, pero no de su deber impuesto, sino de su deber interno y lo hace con interés. Y las cosas más banales y más aburridas se transforman, por imperio del interés del esfuerzo interior del individuo, de la profundización de su conciencia, en cosas importantes y sustanciales, en algo que no puede dejar de hacer sin sentirse mal: en lo que se llama sacrificio. Y se convierte entonces, no hacer el sacrificio en el verdadero sacrificio para un revolucionario. Es decir, que las categorías y los conceptos ya van variando. El revolucionario cabal, el miembro del Partido dirigente de la Revolución, deberá trabajar todas las horas, todos los minutos de su vida, en estos años de lucha tan dura como nos esperan, con un interés siempre renovado y siempre creciente y siempre fresco. Ésa es una cualidad fundamental. Eso significa sentir la Revolución. Eso significa que el hombre es un revolucionario por dentro, que siente como revolucionario. Y entonces el concepto de sacrificio adquiere nuevas modalidades.

No se trata de cuántos kilogramos de carne se come o de cuántas veces por año pueda ir alguien a pasearse por la playa, ni de cuántas bellezas que vienen del exterior puedan comprarse con los salarios actuales. Se trata, precisamente, de que el individuo se sienta más pleno, con mucha más riqueza interior y con mucha más responsabilidad.

Todos y cada uno de nosotros paga puntualmente su cuota de sacrificio conscientes de recibir el premio en la satisfacción del deber cumplido, conscientes de avanzar con todos hacia el Hombre Nuevo que se vislumbra en el horizonte. 


Por que el socialismo...no se ha hecho simplemente para tener hermosas fábricas, sino se ha hecho para el hombre integral. 

El hombre debe transformarse al mismo tiempo que la producción progresa; no realizaríamos una tarea adecuada si fuéramos tan sólo productores de artículos, de materias primas y no fuéramos al mismo tiempo productores de hombres.

Aquí está una de las tareas de la juventud: empujar, dirigir con el ejemplo la producción del hombre de mañana. Y en esta producción, en esta dirección, está comprendida la producción de si mismos (discurso, mayo de 1964) 


 El socialismo económico sin la moral comunista no me interesa. Luchamos contra la miseria pero al mismo tiempo luchamos contra la alienación (Entrevista de Jean Daniel, Argelia, julio de 1963)


 Sobre la medicina revolucionaria    ( Discurso del 19 de agosto de 1960 )

"Muchas veces debemos cambiar todos nuestros conceptos, no solamente los conceptos generales, los conceptos sociales y filosóficos, sino también, a veces, los conceptos médicos, y veremos que no siempre las enfermedades, se tratan como se trata una enfermedad en un hospital, en una gran ciudad; veremos entonces, cómo el médico tiene que ser también agricultor,... un poco pedagogo .... cómo tendremos que ser políticos también; como lo primero que tendremos que hacer no es ir a brindar nuestra sabiduría, sino ir a demostrar que vamos a aprender con el pueblo".

Lo que nosotros tenemos que practicar hoy, es la solidaridad. No debemos acercarnos al pueblo a decir: "Aquí estamos. Venimos a darte la caridad de nuestra presencia, a enseñarte con nuestra presencia, a enseñarte con nuestra ciencia, a demostrarte tus errores, tu incultura, tu falta de conocimientos elementales ". Debemos ir con afán investigativo, y con espíritu humilde, a aprender en la gran fuente de sabiduría que es el pueblo".

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Si no quieres repetir el pasado, estúdialo. Baruch Spinoza

Los hombres no tienen la obligación de vivir según las leyes de un espíritu sano más que un gato de vivir según las leyes del león
Baruch Spinoza