En un nuevo anversario Guevariano (8 de octubre), valga este comentario que, en ocasión de conmemorarse los ochenta años del nacimiento del CHÉ, escribiera FREI BETTO. Y la canción en el adjunto ''SON LOS SUEÑOS TODAVÍA''
Che Guevara: mensaje de aniversario Frei Betto
El 14 de junio Che Guevara cumpliría ochenta años. Su militancia entre nosotros terminó a los treinta y nueve.
Pero no consiguieron matarlo. Hoy está más vivo que en sus cuatro décadas de existencia real. Además, son raros los revolucionarios que como Mao y el propio Fidel, envejecen. Muchos derramaron temprano su sangre para contribuir al proyecto de un mundo de libertad, justicia y paz: Jesús, con 33 años; Martí, 42; Sandino, 38; Zapata, 39; Farabundo Martí, 38; solo para citar unos pocos ejemplos.
El enemigo se debe arrancar los cabellos al constatar que, hoy, Che se encuentra más presente que en la época en que ellos creían poder asesinar las ideas. Intentaron todo para condenarlo al olvido; cortaron su cuerpo y escondieron sus miembros en diferentes lugares; inventaron sobre él toda suerte de mentiras; prohibieron que su literatura circulase en muchos países. Fénix obstinada, Che revive en fotos, música, espectáculos teatrales, filmes, poemas, novelas, esculturas y textos académicos. Hasta una cerveza bautizaron con su nombre, la Unique Garden, la imagen de su rostro conforme la famosa foto de Korda, ocupa el centro de las salas de las viviendas.
Al constatar que las cadenas no aprisionan los símbolos, ni las balas matan los ejemplos, inventaron falsas biografías para intentar difamarlo. En vano. Hasta en los juegos de fútbol los aficionados levantan pancartas con su rostro. Y vean que no se gasta un centavo en esa propagación de su imagen. Ella sola tiene importancia por reflejar las ideas que hicieron de él un revolucionario. Nada de eso es fruto del marketing. Son gestos espontáneos de quienes quieren enfatizar que la utopía permanece viva.
Hoy, al resumir el legado del Che y celebrar sus ochenta años nos exige mantener el corazón y los ojos vueltos hacia la preocupante situación de nuestro planeta, donde impera la hegemonía del neoliberalismo. Multitudes, sobre todo jóvenes, son atraídas al individualismo y no al espíritu comunitario; a la competitividad y no a la solidaridad; a la ambición desmedida y no a la lucha en pro de la erradicación de la miseria.
Se habla tanto del fracaso del socialismo en el Este europeo y casi nunca del fracaso inevitable del capitalismo para los dos tercios de la humanidad, de los cuatro millardos de personas que viven por debajo de la línea de pobreza.
Nos angustia también la degradación ambiental. Si los líderes mundiales hubiesen oído el alerta de Fidel en la Cumbre del 92 en Río de Janeiro quizás la devastación no hubiese llegado al extremo de provocar frecuentes tsunamis, tornados, tifones y huracanes jamás vistos, sin hablar del calentamiento global, del deshielo de los casquetes polares y la desertificación de los bosques. La devastación de la Amazonía es alarmante.
Es triste constatar que grandes áreas agrícolas para la alimentación son reservadas para la producción de etanol destinado a nutrir los 800 millones de vehículos automotores que circulan en todo el planeta y no a los 824 millones de bocas hambrientas amenazadas por la muerte precoz. Frente a ese mundo en que la especulación financiera suplantó la producción de bienes y servicios, en que la bolsa de valores sirve de termómetro de la supuesta felicidad del hombre, ¿qué hacer?
Bolívar debe estar feliz con la primavera democrática en América del Sur. Después de los ciclos de dictaduras militares y gobiernos neoliberales, ahora el pueblo elige gobiernos que rechazan el ALCA, aprueban el ALBA y refuerzan el MERCOSUR y repudian la invasión de Iraq y el bloqueo a Cuba por parte del gobierno de Estados Unidos.
¿Cuál es la mejor manera de conmemorar los ochenta años del Che? Creo que el mejor regalo sería ver a las nuevas generaciones creyendo y luchando por otro mundo posible, donde la solidaridad sea hábito, no virtud; la práctica de la justicia una exigencia ética; el socialismo el nombre político del amor.
¡Construir un mundo sin degradación ambiental, hambre y desigualdad social!
SOCIALISMO O BARBARIE. ROSA LUXEMBURGO
Ingeniero Mervin Bermúdez/Docente Universitario