La crítica de la religión
Cuando se busquen todas las similitudes se verá cómo es realmente posible la
alianza estratégica entre marxistas revolucionarios y cristianos
revolucionarios.
Los interesados en que tales alianzas no se produzcan son los imperialistas.
(Fidel Castro)
En un encuentro comunitario durante esta semana me preguntaba un supuesto
ateo –uno/a de esos/as que se han peleado con la Iglesia muchas veces con muy
buenas razones; ¿cómo usted siendo una persona tan inteligente cree en Dios?
Yo a la verdad que nunca tuve claro si lo que me decía o preguntaba venía
acompañado de un elogio o si me estaba dando una reprimenda.
De todas maneras, durante nuestro encuentro el compañero, o camarada, como
me pidió que le dijera, en menos de lo que se pela un guineo me tronó una
proclama acompañada de lo que él me citó como un escrito sagrado de Carlos Marx
titulado; La Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel.
Para no cansarles mucho ni complicarles la vida el hermano camarada me dijo
que en este escrito Marx dejó dicho lo siguiente: el hombre hace la religión,
la religión no hace al hombre. Yo todavía no entiendo en donde es que está
el meollo del asunto, porque por un lado yo creo igual que Marx y por otro
lado no se cuantas personas me tomarían en serio si yo comenzara a elaborar una
payasada mística en donde se diga que fue Dios quien creó la religión.
Ahora bien, le preguntaba yo al camarada hermano, quien es también mi
hermano camarada; ¿a qué cree usted que estaba Marx respondiendo y/o reaccionando
cuando escribió estas verdades?
Aproveché para decirle que el hermano Marx le
declaró la guerra a la religión que se nos presenta como paradigma de una
teología extraterrestre del milenarismo, o sea, un credo sin dimensiones
sociales y/o políticas que no explican el por qué es que suceden las cosas aquí en
la tierra. Ejemplo de esto pueden ser el hambre, las guerras, la xenofobia,
el racismo, el sexismo, el heterosexismo, colonialismo, etc.
De aquí el que no tenga la menor duda, le decía a mi camarada hermano, que
lo que Marx condenó enérgicamente fue una religión que está desconectada de
las realidades históricas que no pretenden explicar críticamente la opresión y
exclusión en nuestro mundo capitalista neoliberal. Por supuesto, tampoco
explican el fenómeno de la lucha de clases.
Aun más, le dije al hermano camarada, Marx, similar a Jesús, discursó y
accionó un rechazo total al parasitismo religioso que se inventó la clase
dominante y gobernante para ocultar la manera en que modelos políticos y económicos
fueron elaborados e implementados con la intención de poder controlar al
pueblo.
Aquí es que ingresan muy bien las mal llamadas teologías de la prosperidad
que no nos dicen la manera en que en un sistema capitalista neoliberal como
el nuestro se realiza una distribución errónea de la creación de nuestra
Diosa, dejando como resultado que unas pocas gente tiene mucho y unas
muchas están mendigando.
Esta religión, como experiencia de catarsis, también se distingue por ser una fuente
socio-psicológica para canalizar unas emociones personales y/o comunitarias que
se caracterizan por promover el quietismo, el derrotismo, y la desmovilización socio-política.
Definitivamente, fue a esto a lo que Marx denominó como un opio.
Por supuesto, también tuve que decirle al hermano camarada que es necesario
tomar en consideración que hay la posibilidad que no haya sido Marx quien se
inventó este cuestionamiento del embotellamiento religioso.
Esto lo digo porque lo mismo sucede cuando nos quieren hacer creer que Marx es
el padre del comunismo cuando todo/as las/os Ángeles, las/os Santas/os, Jesús,
y mucha gente sabia aquí en la tierra saben muy bien que este asunto del comunismo
se lo inventó Dios y Marx se lo plagió.
Por otro lado, conociendo un poco sobre los escritos de Marx y de las
preocupaciones que lo motivaban a escribir, yo no tengo la menor duda, le decía a
mi hermano camarada que si él estuviese vivo físicamente hubiese escrito algo
más o menos con el siguiente título: La crítica de las Organizaciones no
Gubernamentales (ONG).
Imagínese usted, estos modelos comunitarios, los cuales surgieron dentro de
un proyecto político alterno del pueblo, en la mayoría de los casos se han
prostituidos y han pasado a ser unos anestésicos comunitarios promoviendo
el quietismo y la inercia socio-política.
Y por desgracia, la programación que traen a nuestras comunidades tiende a estar
moldeadas de un paternalismo y/o asistencialismo. Existen unas realidades dentro
de muchas de estas ONG en las cuales solo se fomentan los análisis y/o cambios
personales o interpersonales pero cuando tiene que ver con realizar el análisis o
intervenciones a un nivel de estructuras sociales, políticas, económicas, etc.,
las mismas no se permiten.
En última instancia terminan llevando a cabo un tipo de reciclaje comunitario parecido
a lo que mi abuela Doña Bárbara solía decirme: el mismo perro, pero con otra soga.
Véalo de esta manera. Las ONG no son gubernamentales pero reciben dinero del
gobierno y ese mismo gobierno les establece no solo la línea ideológica
pero también les controla su accionar.
Esta realidad la estamos viendo en todas estas propuestas de trabajo que han sido
moldeadas a partir de la perspectiva dizque de comunidades de fe proviniendo desde
la derecha religiosa la cual se distingue por impulsar un cristo-centrismo dogmático,
fanático y terrorista.
Este ha sido la espina dorsal de la administración de gobierno del presidente George
W. Bush cuando condicionan el promover el uso de condones y/o agujas en la campaña
contra el VIH/SIDA; cuando promueven la abstinencia y la fidelidad conyugal como las
soluciones viables ante la epidemia del VIH/SIDA; el prohibir el que se mencione el
aborto como una alternativa en los derechos reproductivos de las mujeres; el no
reconocer la relación de parejas del mismo sexo cuando se habla de núcleos familiares; etc.
¿Cuál es entonces la diferencia entre la religión de la derecha y estas organizaciones?
A mi juicio, ninguna.
O tal vez si Marx estuviese entre nosotros/as, le machaqué al camarada
hermano, él hubiese escrito un libro con el título: La televisión es un opio.
Sobre todo cuando sabemos que aquí en Estados Unidos un/a niño/a promedio pasa
unas 8 horas diarias frente a una televisión que le bombardea con imperialismo
cultural.
Este proceso de enajenación y embrutecimiento tiene como intención
el aniquilar no solo el conocimiento sobre la conciencia crítica, sino
también la conciencia de clase.
Tomen por un momento los mal llamados reality show
los cuales de realidad tienen muy poco porque todo en estos programas está
muy bien calculado dentro del cómo mercadear un entretenimiento que tenga la
capacidad ideológica-política de embelesar y a la misma vez producir dinero.
¿Cuál es entonces la diferencia entre la religión de la derecha y la
televisión? A mi juicio, ninguna.
En resumidas cuentas, le resalté al hermano camarada, para ustedes la gente
atea o quienes se han peleado con la religión es necesario que por un lado
eviten las generalizaciones y por otro lado entienden que quienes creemos en
Dios no somos el enemigo.
De aquí el que cuando se hable o se escriba, se haga la diferencia entre la
religión de la derecha que bendice la opresión del pueblo y la religión de la
izquierda que libera al pueblo.
Y por supuesto métanse esto bien claro en la cabeza – y aquí usted tenía
que verle la cara a mi hermanito camarada porque el pobre puso los ojos
como pescao de nevera- no es posible eliminar la religión, esto es un fenómeno
social y espiritual que llegó para quedarse.
Por lo tanto, es tiempo de cambiar la estrategia y en vez de hablar o planificar
el como eliminar la religión se comienza a declarar que tipo de religión ha
pasado a ser el enemigo del pueblo.
O sea, comenzar a hablar con qué tipo de religión queremos que el pueblo se
involucre. ¿Con la que esclaviza o la que libera? Y es aquí que puede servir de
mucho provecho los análisis de Manuel Marzal quien nos ha demostrado en su
discusión sobre "el hecho religioso" que es importante el poder entender la religión
como creencia; la religión como un rito; la religión como organización comunitaria; la
religión como una ética; o la religión como una emoción psicológica.
Y para no perder el tiempo de la acción en la palabra, entonces es de gran importancia
también poder entender lo dicho por el compañero y hermano profeta Fidel
cuando nos alerta que los/as imperialistas están muy interesados/as en evitar que
se pueda dar alguna alianza entre quienes creen en Dios y quienes no creen.
Pero también como pueblo creyente debemos de sentirnos con mucho orgullo
porque nuestro modelo de liberación fue establecido por el compañero y hermano
Jesús miles de años antes que el marxismo apareciera.
O sea, entendimos la necesidad de la liberación del pueblo en todas sus magnitudes
–ejemplo, social, política, económica, cultural, racial, sexual, genero, etc.- no porque el
marxismo nos lo haya dicho sino porque pasa a ser una necesidad complementaria
en el proyecto liberador del Evangelio social.
De aquí el que como pueblo cristiano nuestra fe revolucionaria nos conduce a una
práctica social de la justicia a tono con los fundamentos que el hermano y compañero
Jesús nos enseñó.
Esta es nuestra fe liberadora la cual fundamentándose en la solidaridad
radical construye una religión diferente, esa que promueve una espiritualidad
subversiva para contrarrestar el desorden que existe en este mundo.
Por lo tanto, podemos ser marxistas ateos/as, marxistas teístas, cristianas/os socialistas,
etc., lo importante es que podamos entender que es necesario buscar el denominador
común que nos une: la práctica de la justicia.
Sigamos entonces proclamando y defendiendo la religión de vanguardia, la que nos dice
que nadie va al cielo sin pasar por la tierra, es la religión que Marx nunca rechazó.
Por lo tanto, nuestra preocupación es la de construir esa comunidad terrenal en donde
la justicia social, política, económica, racial, de género, cultural, sexual, etc., pueda ser
implementada aquí en la tierra.
Paz con justicia.
P. Luis Barrios
Iglesia San Romero de Las Américas
New York, New York
20 de octubre de 2007
No se vive celebrando victorias, sino superando derrotas. San Ernesto Che
Guevara
Do not live celebrating victories, but overcoming defeats. Saint Ernesto Che
Guevara
www.kubakoetxea.com
Gracias, CHE...
Sean capaces siempre de sentir, en lo más hondo, cualquier injusticia
realizada contra cualquiera, en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda
del revolucionario
Déjenme decirles, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario
verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor
Todos los días hay que luchar para que ese amor a la humanidad viviente se
transforme en hechos concretos, en actos que sirvan de ejemplo, de
movilización.
Me he sentido guatemalteco en Guatemala, mexicano en México, peruano en
Perú, como me siento hoy cubano en Cuba. Y naturalmente, como me siento argentino
aquí y en todos los lados. Ese es el estrato de mi personalidad, no puedo
olvidar el mate y el asado.
Me siento patriota de América Latina, de cualquier país de América Latina y
tal vez, si fuera necesario, estaría dispuesto a dar mi vida por la
liberación de cualquier país latinoamericano, sin pedir nada a nadie
La revolución se lleva en el corazón, no en la boca para vivir de ella
Lo que nosotros tenemos que practicar hoy es la solidaridad. No debemos
acercarnos al pueblo a decir: Aquí estamos, venimos a darte la caridad de nuestra
presencia, a enseñarte con nuestra ciencia, a demostrarte tus errores... No.
Debemos ir con espíritu humilde a aprender en la gran fuente de sabiduría
que es el pueblo
A una señora Guevara "No sé bien de que parte de España es mi familia. No
creo que seamos parientes muy cercanos, pero si usted es capaz de temblar de
indignación cada vez que se comete una injusticia en el mundo, somos
compañeros, que es más importante"
Muchos me dirán aventurero, y lo soy, sólo que de un tipo diferente: de los
que ponen el pellejo para demostrar sus verdades
A sus hijos "Vuestro padre ha sido un hombre que actúa como piensa, seguro,
leal a sus convicciones"
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Amen!