COMICIOS DIRECTOS PARA ELEGIR ÓRGANOS DE LA JUSTICIA
Sana envidia mundial: Bolivia elegirá en octubre autoridades judiciales
Otra vez los xenófobos del mundo rechinan los dientes. Un pueblo supuestamente atrasado y un presidente ídem, como Bolivia y Evo Morales, están a la vanguardia mundial en temas de la Justicia.
EMILIO MARÍN
Las presidenciales en Argentina serán el 23 de octubre y concitarán la atención política regional. Una semana antes habrá elecciones en Bolivia que, por otros motivos, también serán un acontecimiento muy importante en Latinoamérica y el mundo.
Es que ese día 5 millones de bolivianos elegirán por voto directo a 56 integrantes y suplentes del Tribunal Supremo de Justicia, Tribunal Agroambiental, Tribunal Constitucional y Consejo de la Magistratura.
Así lo estipula la Constitución Política del Estado (CPE), que rige desde febrero de 2009. Desde el año pasado se viene poniendo en marcha este proceso complejo. Es que, además de inédito y novedoso, debe tener en cuenta a los Departamentos, pueblos originarios y cuestiones autonómicas.
Una de las últimas demoras se originó en el antes secesionista Departamento de Santa Cruz, cuyo legislativo no quiso admitir una representante indígena. El titular del cuerpo, Alcides Villagómez, terminó preso.
El primer paso para esta larga marcha fue la constitución, en agosto de 2010, del Tribunal Superior Electoral (TSE) en reemplazo de la criticada Corte Nacional Electoral. De acuerdo a la Ley del Órgano Electoral, el TSE no fue elegido por el titular del Ejecutivo, sino por la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP). Hubo mucho debate, análisis de antecedentes y depuraciones, hasta que se preseleccionaron 37 miembros. Luego se eligió 6 titulares y 6 suplentes. Este TSE está piloteando las elecciones del 16 de octubre, cuando –de salir todo bien- se habrá conformado un flamante Poder Judicial.
Todos los países tienen una justicia, que puede escribirse con minúsculas porque concitan críticas por su vicio de origen: vinculaciones con poderes económicos y políticos. Esto las induce a dictar fallos sesgados por intereses de clase. Una forma de corregir es, para el gobierno boliviano, la elección democrática de los magistrados, sobre todo sus niveles superiores. De allí lo apasionante de su experimento democrático para nominarlos por el voto popular, único caso mundial conocido.
El procedimiento comenzó este lunes 16. La Comisión Mixta de Constitución, de la Asamblea Legislativa Plurinacional, recibió los sobres con los antecedentes de los abogados y profesionales del derecho que aspiran a los 56 cargos. En cuatro libros rubricados por un escribano se inscribirán a los aspirantes, durante 28 días. El titular de la Comisión es el senador Eugenio Rojas, del Movimiento al Socialismo (MAS). Una vez que se agote ese lapso, tendrá 5 días para abrir esos sobres y dar a publicidad los antecedentes de los inscriptos, que podrán ser impugnados por la población. La ALP evaluará esos méritos, sostendrá entrevistas con los aspirantes en sesiones públicas y finalmente, con el requisito de dos tercios de los votos, seleccionará a 125 candidatos a ocupar los 56 lugares en el Órgano Judicial. Todos los bolivianos votarán luego libremente para su cúpula judicial. ¿Qué dirá ahora González Oro de Evo y los bolivianos?
¿Boicoteará la derecha?
Evo Morales alabó los comicios diciendo que el principal objetivo será democratizar la justicia. “Se trata de un proceso histórico porque decidirá el voto del pueblo y los candidatos no pueden tener padrinazgo político, ventajas económicas o mediáticas”, añadió al aymará que desde enero de 2006 está en el Palacio Quemado.
No sólo el jefe del Estado plurinacional y el MAS están de acuerdo con ese mecanismo democrático. La mayoría de la población ve con buenos ojos esa renovación. Aunque no hayan leído el Martín Fierro, saben de la sentencia: “hacete amigo del juez no le des de qué quejarse…”. Lo han sufrido en carne propia, por su piel cobriza, su condición de pobre, explotado, mujer, o miembro de una de las 36 etnias originarias. Por lo general la justicia fue impiadosa con ellos.
La oposición conservadora, que teme perder posiciones en el Poder Judicial, hizo críticas feroces a la reforma. La derecha del Plan Progreso para Bolivia, Frente de Unidad Nacional y restos del MNR y MIR, etc, se atrincheraron en la negativa. Dice que no hay democratización porque el oficialista MAS, que cuenta con dos tercios en las dos cámaras, digitará las designaciones.
Tal manipulación no se ve en los hechos. Hasta ahora el presidente sólo designó a un miembro del Tribunal Supremo Electoral, Wilfredo Ovando.
Además, la ALP terminará votando con dos tercios de sus miembros, para proponer los 125 candidatos que serán sometidos a la votación de todo el padrón con datos biométricos. No hay mejor solución democrática que esa.
En los diarios de La Paz se pueden leer artículos muy injustos. Uno firmado por Susana Seleme Antelo, en El Diario, publicado este domingo 15, sostenía: “son dos caras de la misma moneda: el delirio totalitario de Evo Morales y sus hombres. Son zarpazos antidemocráticos del proyecto de un poder totalitario con rasgos fascistas, demagógicos, comunistas y, desde luego, los asumidos rasgos jacobino-bolcheviques -el terror puro y simple- a los que es tan afecto el ‘Vice-copresidente’”.
Si los partidos opositores, los grandes propietarios, los medios neoliberales, etc, se mantienen en ese rechazo, es posible que terminen en un boicot a los comicios de octubre. Serían coherentes con su cerrada oposición a la Asamblea Constituyente, la Constitución Política del Estado y las leyes fundamentales, entre ellas la ley electoral.
Debates interesantes
Despojado de ese contenido oligárquico y de oposición irracional, hay otros puntos de esta reforma que suscitan un debate interesante.
Los candidatos tienen que ser abogados, pero ¿cómo medirá la Asamblea Legislativa Plurinacional sus méritos? Los medios opositores abren el paraguas antes que llueva y dicen que el gobierno no tomará en cuenta la “meritocracia” de los especialistas en Derecho sino los antecedentes de militancia social, por ejemplo de asesores de comunidades indígenas. Imputan a medios gubernativos –no especificados- privilegiar aquella militancia por sobre los posgrados y especializaciones. El gobierno diría “los títulos no trabajan” y preferiría, según el cuestionamiento, a abogados-militantes que trabajen y no a doctores con muchos cartones de cursos.
Es un viejo debate al interior de los procesos revolucionarios, si para determinadas tareas cabe escoger a los más comprometidos o los sabios. Ojalá la Asamblea Legislativa proponga a personas que tengan las dos cualidades y que el electorado elija ese nuevo tipo de jueces. A los argentinos les fue mal con los “medalla de oro” José A. Martínez de Hoz y Domingo F. Cavallo. La fórmula que propagandizó Mao Tsé tung para China, no siempre bien aplicada, fue la de “rojos y expertos”.
La otra arista de la impugnación de la derecha boliviana es que supone a militantes del MAS asaltando los máximos tribunales. Para desarmar esos argumentos políticos, que presumen de apolíticos, el reglamento boliviano exige a los candidatos no haber tenido militancia partidaria en el último año ni haber sido candidato en las últimas elecciones. Esto fue recordado por el senador Adolfo Mendoza: “ningún postulante a autoridad judicial debe tener militancia política, al menos un año atrás”.
La otra crítica opositora al proceso democratizador es que se limitaría la libre expresión de las ideas, al prohibir reportajes y proselitismo de los aspirantes.
La ALP no quiere que haya candidatos de primera y de cuarta categoría, con aquéllos todos los días en todos los medios y éstos invisibilizados. ¿Es un temor infundado? Es una realidad de todas las campañas electorales, donde los medios más concentrados tratan de favorecer a ciertos candidatos para luego tocarles timbre con la factura. Por eso la legislación boliviana para esta elección dice que los aspirantes no deberán hacer campaña proselitista; la entidad garantizará la publicidad pareja de sus méritos ante los medios.
Tal justa política de comunicación concita la crítica alevosa de los medios, que quieren mimar a sus candidatos afines, y enlodar o ningunear a los que presume cercanos a Evo.
La solución podría ser algo intermedio. Que el Estado garantice una difusión suficiente de los 130 candidatos, de modo que las notas que de todos modos harán los medios privados con sus amigos no pongan la correlación 9 a 1 a favor de éstos últimos.
Con todos esos debates a cuestas, Bolivia dio inicio a su avanzada reforma. Causa sana envidia en quienes han tenido a Julio Nazareno en la Corte de los Milagros, Alfredo Bisordi en Casación, Luis Miret en Cámara y José Luis Santi en Asesoría. ¡Y tantos todavía siguen dictando injusticias!
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Actividad reciente:
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Movimiento Argentino de Solidaridad con Cuba
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