viernes, 3 de junio de 2011

Silvio Rodriguez Cuba sin desnutricion infantil USAID

 

 

Por Cuba con emisiones periódicas le lleva la información del acontecer internacional relacionado con nuestro país y las batallas que libra por su pueblo y su soberanía; contiene espacios noticiosos y de opinión, seleccionados de medios de prensa internacional o generados desde nuestro país.  ISSN 1819-4044

 

 

 

Año 9 Número 43 | Fecha 2011-06-03

TITULARES

Opinión

ENTREVISTA A SILVIO RODRÍGUEZ por Mario Figueroa

EE.UU.SE ATASCA EN EL PASADO MIENTRAS CUBA CAMBIA por Saul Landau y Nelson P. Valdés

UNICEF CONFIRMA A CUBA SIN DESNUTRICIÓN INFANTIL 

GEORGE W. BUSH Y SU FRACASADO INTENTO DE DESTRUIR A LA REVOLUCION CUBANA por Paco Azanza Telletxiki

LA USAID EN CUBA ES UNA OPERACION "BOTA-EL-DINERO-POR-LA-PUERTA" por Jean Guy Allard

Opinión

ENTREVISTA A SILVIO RODRÍGUEZ

por Mario Figueroa

El trovador cubano destacó la mejoras alcanzadas en la isla tras la revolución de 1959 y afirmó que el embargo impuesto por Estados Unidos "pospuso muchos sueños".

 
Con su visita confirmada a la Argentina para fines de este año, Silvio Rodríguez, a sus 63 años, es probablemente el músico de la Revolución Cubana. Símbolo del movimiento de la Nueva Trova, junto con Santiago Feliú, Noel Nicola y Pablo Milanés, es uno de los músicos más activos de la isla.

La Mañana de Neuquén conversó vía correo electrónico con el autor de canciones emblemáticas como Ojalá, Te doy una canción y La maza sobre la situación social y política en la isla y el embargo impuesto por Estados Unidos.


Cita con Ángeles (2003) es un disco que de algún modo remite a la agresión de Estados Unidos sobre Irak. ¿Qué idea atraviesa esta segunda cita?

Segunda cita fue una promesa pública que hice cuando estaba presentando Cita con ángeles. Entonces dije que iba a haber una segunda cita, en este caso con los ángeles que le tocaban a la realidad cubana. De eso trata casi todo este último disco, es una visión más bien introspectiva.

Cuando mira y analiza la Cuba de hoy, ¿qué cosas le duelen del presente y cuáles lo llenan de orgullo?

Me duele que después de medio siglo de sacrificios haya sueños pospuestos, aunque también me pregunte ¿dónde y cuándo no? Me siento orgulloso de que los niños de los barrios más pobres de mi país no carezcan de escuelas, de zapatos, de atención médica gratuita, incluso de artistas que tocan a las puertas de sus casas.

A pesar de su declarada timidez, usted es un hombre que suele opinar de los temas que considera relevantes. ¿Es cierto que Fidel Castro le tocó la frente cierta vez intrigado por sus pensamientos?

No me encuentro tan complejo. Y respecto a que Fidel Castro me tocara la frente, creo que fue una forma sencilla de expresar curiosidad, porque me dijo que le gustaría saber qué pasaba por mi cabeza.

Cuando Fidel Castro enfermó, rápidamente comenzaron a circular las versiones más apocalípticas respecto del futuro de Cuba. ¿Cómo viven los cubanos la continuidad del proceso político con Raúl Castro?

Desde que triunfó la Revolución han circulado versiones apocalípticas sobre el destino de Cuba. Es lo que hemos visto los que tenemos memorias de más de medio siglo. Por otra parte, no me siento con derecho de hablar en nombre de todos los cubanos, así que sólo puedo dar mi opinión personal. Yo veo en nuestro actual presidente la continuidad de las ideas esenciales de la Revolución y el principio del fin de lo que pudiera resultar obsoleto.

Hace algunos años en Silvio escribió con relación a la canción El necio, que usted tenía su propio precio: el levantamiento del bloqueo norteamericano sobre Cuba. ¿Sigue siendo ese su precio?

Creo que, además del bloqueo, aquella vez mencioné que nos devolvieran el territorio que nos tienen ocupado ilegalmente en la provincia de Guantánamo. Ahora me temo que debo incluir que nos liberen a los cinco cubanos que hace más de una década tienen presos por haberse infiltrado entre los que mandaban a poner bombas en La Habana.

El bloqueo provoca que muchos países sean cautelosos al momento de relacionarse con Cuba. ¿Le molesta esa situación? ¿Percibe cierta hipocresía de algunos gobiernos?

No sólo del bloqueo emana la hipocresía. Las trasnacionales de la noticia se dedican sistemáticamente a satanizar a Cuba, uno de los pocos países del mundo que es capaz de darle a otros no lo que le sobra sino lo que no le alcanza para sí mismo.

Si Estados Unidos levantara el bloqueo un día, ¿cuál cree que debería ser el rumbo que debería tomar la isla para administrar esa apertura?

Espero que nuestro rumbo siempre sea el que los cubanos decidamos. El bloqueo es una injusticia que si alguna vez ellos levantan traerá distensión para todas las partes implicadas; es algo que repercutirá en nuestro diario y en el de ellos, en nuestra economía y en la de ellos, en nuestra forma de ver la vida y en la de ellos. Yo invito a todos a luchar contra el bloqueo, como una vez canté: He preferido hablar de cosas imposibles, porque de lo posible se sabe demasiado.

Es curioso, los cubanos sienten un respeto y una admiración única por Ernesto Che Guevara. En Argentina los chicos pasan por la escuela y prácticamente no se les enseña la Revolución Cubana como proceso histórico. Ni siquiera la figura del Che. ¿Qué opinión le merece?

Toda Latinoamérica y buena parte del mundo comparte la admiración que los cubanos tenemos por Guevara. Algún día lo darán en vuestras escuelas y los niños se sentirán orgullosos de que haya nacido argentino.

En ese sentido, pareciera imponerse en los último años una fuerte tendencia a desvalorizar la figura del Che.

Son tergiversaciones afines a la ideología imperial y por lo tanto muy reproducidas por los medios más poderosos.

La forma en que circula la información en el mundo es una de las preocupaciones de los grandes intelectuales. Cuba denuncia constantemente las campañas de los grandes medios internacionales en contra de la isla.

¿Cree usted que estas informaciones llegan a confundir a las generaciones más jóvenes?

Pueden llegar a confundir a cualquiera, sobre todo por la cantidad de veces que se repiten los mismos puntos de vista, simulando distintos ángulos. Hay una misma línea editorial y se sabe que el periodista que no acate es apartado. Lo llamado políticamente correcto generalmente consiste en reproducir lo que dicta la patronal.

A veces se percibe cierto aire triunfalista en algunos medios cubanos. Como si fuera necesario reafirmar constantemente el rumbo de la Revolución. ¿Percibe usted esa sensación?

Algunos llevamos años combatiendo, dentro de Cuba, contra esa manera superficial y poco realista de asumir la prensa. En toda sociedad debe haber lucha de contrarios, voces que alerten contra lo mal hecho. Si la sociedad no tiene consciencia de sus errores ¿cómo puede avanzar? En los últimos años algunos periodistas, incluso algunos medios cubanos, están tratando de revertir eso. Los mejores revolucionarios siempre han sido muy autocríticos.

Fuente: La arena.com

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EE.UU.SE ATASCA EN EL PASADO MIENTRAS CUBA CAMBIA

por Saul Landau y Nelson P. Valdés

El presidente Obama y sus asesores comparten con casi todos los medios masivos la misma debilidad visual en lo que se refiere a Cuba: no ven lo evidente, los hechos cruciales y el contexto que tienen ante sus ojos.

Mientras Cuba comienza a experimentar cambios básicos en su economía y estructura de gobierno, las noticias en los medios occidentales siguen normas predecibles fuera de contexto, y por lo tanto irrelevantes.

Durante más de medio siglo, la mayoría de los redactores y productores de radio y TV han tenido un interés consciente o no reconocido en el fracaso de la revolución cubana. Pensar de otra manera, como han aprendido los reporteros y los asesores, sería un error que perjudicaría su carrera. A fin de invalidar el intento de Cuba por cambiar la relación social de su sociedad y de comunicar su mensaje al resto del tercer mundo, los medios occidentales constantemente dejan de situar en contexto los hechos que provocaron la revolución. En su lugar, Washington y los estenógrafos que llaman “la prensa”, juzgan a Cuba por las normas de EE.UU. y en el contexto de EE.UU. Cuba siempre debe comportarse según lo que los medios suponen son las normas de la perfección democrática. Este criterio para juzgar, más allá de su vaguedad, lo lleva a uno a preguntarse acerca de valores y prioridades.

Por ejemplo, el 24 de mayo, titulares típicos contenían los siguientes “leads” continuos:

“La OTAN ataca Trípoli; EE.UU. dice que rebeldes pueden abrir oficina”.

“Alley ha perdido 38 pulgadas desde que debutó en 'Dancing'”.

Para los no “enterados” Kirstie Alley ha sido presentada como una actriz con problemas de peso. “Cuando Kirstie Alley aparece en el final de temporada de ‘Dancing With the Stars’”, comienza la noticia de AP, “lo hará en un vestido de una talla mucho más pequeña”.

Que este asunto aparezca como un titular de prensa –y no aparecería en los medios cubanos— es símbolo de la prensa libre norteamericana, la cual asegura que debe servir los intereses de sus lectores. Pero los medios han ayudado a crear una vida indirecta (“Yo me identifico con Kirstie” dicen miles de mujeres obesas), al igual que los medios han alentado a ir de compra y a ver los deportes en TV como la esencia de la vida espiritual (conjuntamente con la creciente industria de porno y experimentar emociones indirectas leyendo acerca de la pecaminosa sexualidad de los ricos y famosos). “Nuestras políticas, religión, noticias, atletismo, educación y comercio han sido transformados en agradables complementos del mundo del espectáculo, en gran medida sin protestas o siquiera mucha atención por parte del público. El resultado es que somos un pueblo al borde de divertirnos hasta la muerte”, escribió Neil Postman (Divirtiéndonos Hasta Morir).

Cuando los periodistas juzgan a Cuba, inevitablemente aplican normas diferentes que las que aplican al resto del Caribe y Latinoamérica, donde “la veneración de la mierda (Postman) continúa dominando.

Cuba ha amenazado a Washington y a sus serviles medios no por ser un modelo de educación y salud (muchos países europeos están mucho mejor), sino por ser desobediente y cultivar diferentes valores. La inmensa mayoría de los fabricantes de medios han reportado acerca de Cuba con un interés consciente o no reconocido en el fracaso de la revolución cubana. No colocan en contexto los hechos que provocaron la revolución y apenas mencionan que el Tío Sam tiene puesta su bota en la cabeza de Cuba hace 50 años. Luego, la juzgan con esas vagas normas de perfección democrática que no aplican a República Dominicana o a sus otros vecinos.

Cuba ha comenzado sus cambios, pero ni el presidente Obama ni los medios masivos lo han reconocido. La política norteamericana le exige a Cuba una “sociedad civil”, mientras se niega a reconocer la amplia implicación de las iniciativas del gobierno con la Iglesia Católica. Además de las medidas tomadas, la cooperación de Cuba conlleva amplias implicaciones para la libertad religiosa y la ampliación de la sociedad civil tradicional.

Pocas noticias en medios norteamericanos informaron el gran incremento de visitas religiosas desde y hacia el extranjero. La Habana permite ahora procesiones religiosas y blogs religiosos. El estado ha entregado los escasos recursos disponibles para reparar iglesias y en los últimos dos años ha permitido la construcción de nuevos seminarios e iglesias. Los líderes cubanos asisten regularmente a actividades religiosas y permiten que las iglesias brinden servicios a personas en prisión.

La Iglesia Católica tiene ahora tiempo en la radio y sus altos funcionarios se han convertido en interlocutores en asuntos relacionados con prisioneros, disidentes e incluso en política exterior. El número de iglesias protestantes que se han abierto en Cuba ha aumentado significativamente. El estado ya no promueve el ateísmo. Pero estos hechos siguen sin aparecer como “cambio significativo”. Es más, todas las instituciones religiosas han pedido el fin del embargo de EE.UU. y la normalización de las relaciones. El gobierno de EE.UU. parece hacerse el sordo a las necesidades de los religiosos de la isla.

Cuba está cambiando. La política de EE.UU. se ha quedado atascada en su medio siglo de obsesión por eliminar al único gobierno cubano que ha insistido en retener su independencia y su soberanía.

Fuente: Progreso Semanal

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UNICEF CONFIRMA A CUBA SIN DESNUTRICIÓN INFANTIL

La existencia en el mundo en desarrollo de 146 millones de niños menores de cinco años bajos de peso, contrasta con la realidad de los infantes cubanos, reconocidos mundialmente por estar ajenos a ese mal social.

 

Esas preocupantes cifras aparecieron en un reciente reporte del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), bajo el título de Progreso para la Infancia, Un balance sobre la nutrición, divulgado en la sede de la ONU.

 

De acuerdo con el documento, los porcentajes de los niños con bajo peso son de 28 por ciento en África Subsahariana, 17 en Medio Oriente y África del Norte, 15 en Asia oriental y el Pacífico, y siete en Latinoamérica y el Caribe. La tabla la completan Europa Central y del Este, con el cinco por ciento, y otros países en desarrollo, con 27 por ciento.

 

Cuba no tiene esos problemas, es el único país de América Latina y el Caribe que ha eliminado la desnutrición infantil severa, gracias a los esfuerzos del Gobierno por mejorar la alimentación del pueblo, especialmente la de aquellos grupos más vulnerables.

 

Las crudas realidades del mundo muestran que 852 millones de personas padecen de hambre y que 53 millones de ellas viven en América Latina. Sólo en México hay cinco millones 200 mil personas desnutridas y en Haití tres millones 800 mil, mientras en todo el planeta mueren de hambre cada año más de cinco millones de niños.

 

De acuerdo con estimados de las Naciones Unidas, no sería muy costoso lograr salud y nutrición básica para todos los habitantes del Tercer Mundo. Bastarían para alcanzar esa meta 13 mil millones de dólares anuales adicionales a lo que ahora se destinan, una cifra que nunca se ha logrado y que es exigua si se compara con el millón de millones que cada año se destinan a publicidad comercial, los 400 mil millones en drogas estupefacientes o incluso los ocho mil millones que se gasta en Estados Unidos en cosméticos.

 

Para satisfacción de Cuba, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) también ha reconocido que ésta es la nación con más avances en América Latina en la lucha contra la desnutrición.


El Estado cubano garantiza una canasta básica alimenticia que permite la nutrición de su población al menos en los niveles básicos- mediante la red de distribución de productos normados.

De igual forma, se llevan a cabo reajustes económicos en otros mercados y servicios locales para mejorar la alimentación del pueblo cubano y atenuar el déficit alimentario. Especialmente se mantiene una constante vigilancia sobre el sustento de los niños, las niñas y adolescentes. Así, la atención a la nutrición comienza con la promoción de una mejor y natural forma de alimentación de la especie humana.

 

El tema de la desnutrición cobra gran importancia en la campaña de la ONU para lograr en 2015 las Metas de Desarrollo del Milenio, adoptadas en la Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno celebrada en 2000, y que tienen entre sus objetivos eliminar la pobreza extrema y el hambre para esa fecha.

 

No exenta de deficiencias, dificultades y serias limitaciones por un bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos hace más de cuatro décadas, Cuba no muestra desesperantes ni alarmantes índices de desnutrición infantil. Ninguno de los 146 millones de niños menores de cinco años bajos de peso que viven hoy en el mundo es cubano.


(Con información de Prensa Latina)

Fuente: ISLAMÍA

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GEORGE W. BUSH Y SU FRACASADO INTENTO DE DESTRUIR A LA REVOLUCION CUBANA

por Paco Azanza Telletxiki

George W. Bush ha vuelto a abrir la boca para pronunciar la palabra Cuba. Y lo ha hecho desde su condición de jefe del Instituto de los cibemercenarios Made in USA. Hace unos días organizó una conferencia bajo el título de “La Ola de la Libertad: Tempranas Lecciones del Medio Oriente”. Al parecer, el motivo de la misma no era otro que el de, aprovechando las lecciones de la llamada primavera árabe, instruir a la disidencia que trabaja para los intereses del gobierno de los Estados Unidos en países que están fuera de sus garras -entre ellos Cuba, por supuesto-, con el propósito final de derrocar a sus gobiernos. Además de despreciable, el ex inquilino de la Casa Blanca es tan necio que puede tropezar con la misma piedra no sólo dos veces, sino miles de ellas. Si con el inmenso poder que le otorgó unas elecciones fraudulentas estuvo a años luz de doblegar al heroico pueblo cubano, ¿lo va a conseguir ahora desde un escalón infinitamente más bajo? ¿Acaso padece de amnesia? Lo que expongo a continuación es el resumen de su evidente fracaso.

Bush sabía que no era posible cumplir su promesa de destruir a la Revolución Cubana, luego mintió descaradamente cuando dijo que acabaría con ella. Pero qué iba a importarle una mentira más o menos a un individuo que no mucho después ordenó el inicio de una matanza –en Afganistán, primero, y luego en Iraq- (in)justificada nuevamente con miserables mentiras y que a día de hoy supera con creces el millón y medio de personas asesinadas.

En el transcurso de 2000, ávido por obtener los votos de la mafia cubano-americana en su competencia electoral contra Al Gore, George W. emBUSHtero llegó a anunciar, públicamente, que el problema de Cuba lo podía resolver él muy fácilmente. Y entre los métodos a utilizar para tratar de eliminar tan “ingente problema”, no descartó el asesinato de dirigentes revolucionarios. Esto último, por su puesto, lo susurró a los oídos de sus mafiosos amigos, que también son indiscretos, por lo que al final todo se sabe.

El prepotente fascista debe saber bastante de prácticas siniestras, algo perfectamente entendible conociendo sus antecedentes familiares. Y es que los Bush cuentan, entre otras muchas perlas, con estafas y desfalcos por cuatro millones y medio de dólares al Broward Federal Saving, en Sunrise, Florida, o la estafa a millones de ahorristas del Banco de Ahorros Silverado, en Denver, Colorado.

Que el psicópata estadounidense rebosa nazismo hasta por las orejas es algo más que evidente. De Samuel Bush, su bisabuelo, podemos decir que fue la mano derecha del magnate del acero Clarence Dillón y del banquero Fritz Thyssen, quien escribió “Yo financié a Hitler”, afiliándose en 1931 al partido nazi. Acercándonos un poco más a nuestros tiempos, Prescott Bush, su abuelo, llegó a ser socio de Brown Brothers Harriman y uno de los propietarios de la Unión Banking Corporation. Ambas empresas fueron de vital importancia en la financiación de Hitler en su ascenso hacia el poder alemán. Y su padre, todo el mundo lo sabe, llegó a ser director de la siniestra CIA, así como vicepresidente y presidente de los Estados Unidos con unos resultados no precisamente muy humanos y decorosos.

Por aquel entonces, en Cuba no pasaron desapercibidas las amenazas del candidato republicano vertidas contra la Revolución. Pero su población ya estaba acostumbrada a escuchar bravuconadas semejantes por parte de los anteriores presidentes norteamericanos.

Fidel aprovechó su discurso en el 47 aniversario del asalto al cuartel Moncada, y, desde Pinar del Río, sede de aquel año, le recomendó: [...] “señor Bush, si llega a convertirse en jefe de lo que ya no es ni puede llamarse república sino imperio, con espíritu de sincero adversario le sugiero que recapacite, deje a un lado la euforia y las calenturas de su Convención [Filadelfia, 2000], y no corra el riesgo de convertirse en el décimo Presidente que pasa de largo contemplando con amargura estéril e innecesaria una Revolución en Cuba que no se doblega ni se rinde ni puede ser destruida”.

Obviamente, Bush no le hizo caso y, llegado a la presidencia –de manera fraudulenta, insisto-, comenzó con las hostilidades. El bloqueo ilegal fue endurecido –ejercicio harto difícil, pues la Ley Torricelli de 1992 y la Helms-Burton de 1996 ya habían colocado el listón muy elevado-, y la “oposición” mercenaria cobró nuevos bríos recibiendo el incremento de importantes sumas de dinero destinadas a la subversión contra el Gobierno revolucionario.

De nada les sirvió –ni les sirve- tanto esfuerzo y tanto derroche monetario procedente del erario público. Han causado daño, es cierto, pero Cuba hace rato que aprendió a vivir sin la “ayuda” y las “recomendaciones” del imperio norteamericano –y europeo-, que para nada han conseguido su perverso y enfermizo objetivo de destruir a la Revolución.

El 11 de junio de 2002, más de 9.000.000 de cubanos se manifestaron por las calles de toda la Isla, tras la convocatoria realizada sólo veinticuatro horas antes por el Comandante en Jefe. E incluso la cifra se queda corta, porque como el mismo Fidel dijo al día siguiente: “Conste que hicimos un informe restrictivo sobre cuanta gente se movilizó, porque las cifras reales que tenemos superan los 10.000.000”.

Por si fuera poco, desde el sábado día 15 a las 10 de la mañana hasta el mediodía del martes 18 del mismo mes, la propuesta conjunta de las organizaciones sociales y de masas, para que quienes estuvieran en edad de votar expresaran con sus firmas la voluntad de reformar la Constitución, a fin de que constara en ella tanto el carácter irrevocable del socialismo como que las relaciones de la República con cualquier otro Estado no podrán jamás ser negociadas bajo agresión, amenaza o coerción de una potencia extranjera, fue refrendada por 8.188.198 ciudadanos cubanos y más de 10.000 que encontrándose en el exterior por diversos motivos enviaron su adhesión. Después, entre los días 24 y 26 de junio, durante la Sesión Extraordinaria realizada por la Asamblea Nacional del Poder Popular, se aprobó por unanimidad la Reforma Constitucional anteriormente citada.

Esta implacable lección la impartió el pueblo de Cuba en respuesta a los amenazadores e injerencistas discursos que el presidente Bush pronunció en Wáshington y en Miami –ante la gusanera en este último lugar- el día 20 de mayo y en la Academia Militar de West Point el primero de junio.

También respondiendo a nuevas agresiones imperialistas, el 14 de mayo de 2004 y con los dirigentes revolucionarios al frente, 1.200.000 personas participaron en la “Protesta contra la política fascista de Bush” a lo largo del Malecón habanero.

La “Proclama de un adversario al gobierno de Estados Unidos”, leída por el compañero Fidel antes del inicio de la citada marcha, decía entre otras cosas lo siguiente: “Este pueblo puede ser exterminado –bien vale la pena que lo sepa-, barrido de la faz de la tierra, pero no sojuzgado ni sometido de nuevo a la condición humillante de neocolonia de Estados Unidos”.

Mientras Cuba seguía luchando por la vida en el mundo, salvando cientos de miles de vidas de niños, madres, enfermos y ancianos con su admirable y generosa política internacionalista, Bush sembraba el terror matando a incontables personas con sus ataques indiscriminados, preventivos y sorpresivos.

Finalmente al genocida se le acabó el tiempo al frente del imperio. De modo que se fue. Y no lo hizo por la puerta grande, tampoco por la pequeña, sino reptando por la mugrienta y sangrienta rendija de un estrepitoso fracaso en todos los órdenes. Dejó su cargo con dos guerras prendidas, cuyo fuego nunca dominó y su sustituto no consigue apagarlo. Dejó la dirección del gobierno estadounidense con un planeta infinitamente más dañado, con muchos más hambrientos dentro y fuera de su “casa” y una convulsión a nivel internacional mucho más notable, si cabe. En cuanto a la economía de su país y la del resto del mundo, ¿qué decir? Bush nacionalizó bancos. Recurrió a métodos socialistas para rescatar al capitalismo de una crisis sin precedentes, ¡qué extraña paradoja! Eso sí, saneados los bancos con el dinero del contribuyente, quizás ya estén otra vez en manos privadas, comprados por las elites de siempre a precios de ganga.

Bush se fue. Y lo hizo observando con disimulada amargura cómo América Latina estaba ya mucho más unida que cuando llegó, más bolivariana y martiana que nunca. Una creciente ALBA nació ante sus propias narices enterrando al ALCA, que hace rato ya no respira; y el Tratado de Libre Comercio –TLC-, diseñado para expoliar a los países latinoamericanos, nunca acabó de coger impulso porque, aunque defendido por algunos de sus lacayos gobiernos, fue rechazado por los pueblos.

Bush se fue con más pena que gloria –bueno es que lo recuerde Barack Obama y los futuros sustitutos-. Y es ya el décimo presidente de los Estados Unidos que, a pesar de sus ingentes esfuerzos por destruirla, tampoco pudo con la Revolución Cubana, esa que ya tiene más de cincuenta y dos años de admirable e imprescindible existencia.

Blog del autor: http://baragua.wordpress.com

Fuente: CubavsBloqueo

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LA USAID EN CUBA ES UNA OPERACION "BOTA-EL-DINERO-POR-LA-PUERTA"

por Jean Guy Allard

Una operación “Bota-el-dinero-por-la puerta”: así calificó las actividades de la USAID en Cuba, un experto de la agencia interrogado por Tracey Eaton, un periodista e investigador de la Florida.

Eaton ha reunido en un sitio web dedicado a Cuba, Alongthemalecon.com, un importante fondo de datos sobre las “inversiones” de decenas de millones de dólares de la administración norteamericana en operaciones de subversión en la Isla.

El reportero, quién representó hace unos años un diario tejano en La Habana, entrevistó tres fuentes vinculadas a la USAID en la capital estadounidense que aceptaron compartir sus puntos de vista, siempre y cuando se les asegurara el resguardo de su identidad.

El primer entrevistado confesó que, según su experiencia, se entregaba dinero a los llamados disidentes cubanos en la medida que “eran amigos de los congresistas cubano-americanos”.

“Si no eran amigos, no le daban nada”, indicó.

La fuente admitió que la tecnología de última generación -como la entregada por un subcontratista de USAID, Alan Gross, condenado por la justicia cubana- ya dejó de ser de esa naturaleza.

“No lo hacen en este momento”, sostiene.”No lo están haciendo desde que Alan Gross fue arrestado. Fue entonces cuando se detuvieron. No lo están haciendo porque es demasiado peligroso, y no por otra razón”.

“Ahora tienes que averiguar por dónde pasamos todo ese dinero que solía pasar… y esto es realmente una operación de bota-el-dinero-por-la puerta. Usted puede imaginar que estos cubano-americanos (de Miami) están gritando: "Hay que gastar este dinero ahora!" Así que no es fácil”.

"Han logrado su objetivo de provocar"

El secundo entrevistado de Eaton confiesa al inicio de la conversación: “No hay evidencia de que los programas funcionan y punto”.

“Han logrado su objetivo de provocar – y con un costo político - pero no hay pruebas que yo sepa de que el pueblo cubano se ha beneficiado de estas actividades o que haya “sacudido al régimen”.

“Y todo eso es SECRETO, sin medidas de rendimiento, no hay rendición de cuentas, sin supervisión seria, pero con graves riesgos para quienes reciben fondos sin advertencia”.

“Los cubanos que reciben apoyo de las organizaciones financiadas por Estados Unidos no saben siempre que el gobierno norteamericano es detrás de la financiación de sus actividades, aunque sea indirectamente. Eso les expone al riesgo de ser arrestado”, dijo la fuente.

Y, afirma este conocedor de la maquinaria USAID, “hay “contratistas” extranjeros que enseñan como cifrar datos”.

“Algunos informantes cubanos dijeron que se les enseñó cómo ocultar documentos en archivos JPEG y WAV. ¿Por qué enseñar cifrado?”, dijo la fuente sin dar la respuesta – evidente – a su interrogación.

El mismo entrevistado confirma que el propósito de los programas USAID es fundamentalmente de “provocar los funcionarios cubanos”.

“Es puramente político. Pura provocación. El propósito principal de esto es provocar”.

Los programas USAID en Cuba son clandestinos

La tercera persona entrevistada por Eaton es una mujer. Entre otras cosas señala que la negativa de la USAID en proporcionar información más completa sobre sus programas en Cuba, pone esta agencia en la posición de ser incapaz de discutir las acusaciones de las autoridades cubanas expuestas en un programa televisivo como "Las Razones de Cuba".

“Los programas de USAID en Cuba son clandestinos”, admite al opinar que no cree que esta agencia que se pretende de ayuda humanitaria “debería estar haciendo ese tipo de trabajo”.

Este es un trabajo “de agencia de inteligencia”, confiesa al pedir a la USAID de dejar de mandar a Cuba “un hombre que no habla español y tiene un carte que dice "Dame una patada en la espalda”.

Y añade, en un tono profético: “Habrá más gente detenida. Este no es el final”.

Fuente: El blog de Carlos Tena

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