Año 10 Número 35 | Fecha 2012-04-27 |
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FIDEL, GUERRILLERO DEL TIEMPO | por Adrián Pérez | Entrevista a Katiuska Blanco Castiñeira, autora de la biografía de Fidel Castro Ruz: "Fidel Castro peleó por un futuro mejor" De visita en la Argentina para presentar los dos primeros tomos de su obra sobre Fidel Castro en la Feria del Libro, la periodista cubana recorrió la vida del comandante, desde su niñez hasta la actualidad, con un recuerdo especial para el Che. Llevaba menos de un mes de graduada en la Universidad de La Habana cuando en 1987 la enviaron como corresponsal de guerra a Angola para cubrir la misión internacionalista que Cuba llevaba adelante en tierras africanas. Sin embargo, su labor allí no fue lo que conmovió a Fidel Castro sino el trabajo condensado en Después de lo increíble, una serie de crónicas sobre la reedición del viaje que un puñado de jóvenes emprendieron, a bordo del Granma, para acabar con la dictadura de Fulgencio Batista. "Me hubiera gustado hablar contigo para contarte”, le dijo el líder revolucionario a Katiuska Blanco Castiñeira en el primer encuentro que mantuvieron en 1993. Y comenzaron las narraciones del comandante, que culminarían en un libro que compila sus memorias. De paso por Buenos Aires para presentar en la Feria del Libro los dos primeros tomos (de un total de cuatro) de Fidel Castro Ruz: guerrillero del tiempo, la periodista cubana destaca una anécdota especial: "Cuando iban navegando desde México a Cuba al Che le falta el aire, entonces se percatan de que los medicamentos estaban debajo del armamento”, cuenta la escritora. La mujer de ojos pequeños y rasgados recibe a Página/12 en la residencia del embajador cubano, Jorge Lamadrid Mascaró. Su voz tenue y susurrante se abre paso entre el ruido de los autos que llega desde la calle, y de las aspas de un helicóptero que pasa rasante sobre la casona de Belgrano. Cuando se impone ante el bullicio, menciona "Los sueños de Fidel", una crónica de Jorge Timossi, periodista argentino que trabajó junto a Jorge Masetti en Prensa Latina. "La gente puede pensar que son cuestiones a las que Fidel aspiraba, pero en realidad se trata de sus sueños verdaderos, y entre las cosas que soñaba, pensaba en el Che vivo. Fue la crónica más bella que se escribió cuando Fidel cumplió 70 años”, subraya Blanco Castiñeira mientras su mirada se enciende. Adrián Pérez– En esos mundos oníricos, al momento de comenzar su investigación sobre la vida de Fidel Castro, soñó que lo entrevistaba. Katiuska Blanco Castiñeira–Todo eso tenía que ver con el no haber ido nunca a su casa. Soñé que estaba en un lugar muy boscoso, lleno de floresta, como en una selva, donde lo entrevistaba. La primera visita a su casa, en 2009, fue casi familiar. AP– ¿De qué hablaron en esa oportunidad? KBC– De las cosas más cotidianas. Hablamos de comida, porque él es un cocinero muy reconocido. También de su preocupación por la preservación del planeta y de la especie; de historia, política y tradiciones. Poquito antes de que se publicara el libro, hablamos del Universo, el origen de la materia o el Big Bang. Y, al mismo tiempo, de la producción de los alimentos y de los precios en el mundo. AP– Mientras hacían una parada en Holguín antes de viajar a Birán, su ciudad natal, para festejar sus 70 años, Fidel invitó a Gabriel García Márquez a cenar. ¿Recuerda esa noche? KBC– Fidel se ocupó de poner las tarjetitas que indicaban dónde se sentaba cada uno o los ingredientes de los garbanzos que íbamos a comer al día siguiente. Era a la manera gallega, recordando lo que se comía en su casa. Alguien me contó una vez que era un hombre que hacía las cosas de corazón, hasta el final; que le ponía su vida a cada mínima cosa. AP– Para las entrevistas le encargó que preparara "un cuestionario inquisitorio”. KBC– Sentí que me estaba diciendo que no fuera complaciente. Fidel ha sido un hombre que ha tratado de preservar el espacio de la intimidad familiar de la vida pública. Eso no sólo es un acto de valentía sino de inteligencia. AP–¿Cómo fue trabajar con él? ¿Intervino durante la producción del libro? KBC– Es un hombre delicado y respetuoso. Nuestro equipo de trabajo preparó los capítulos, después de estructurar los temas, y él enmendó sus partes. Nunca hizo correcciones sobre las mías; el libro tiene muchos comentarios sobre su niñez. Me recuerda mucho la manera de trabajar de (Honoré de) Balzac, de quien se decía que trabajaba de noche y corregía los originales una y otra vez. Fidel es la búsqueda de la perfección de la línea en belleza y esencia. Trata de ser justo al hablar de un compañero porque sabe que su palabra pesa y lo que diga va a quedar en la historia. Le gusta mucho el detalle en temas históricos. AP– Y volcó esa búsqueda de la precisión en su formación militar. KBC– El podía batir (derribar) un plato, de perfil, desde 600 metros, con mira telescópica. En México trataron de compensar la carencia de armamentos con la efectividad del disparo. El Che era uno que también tenía buena puntería. AP– El vio en el Che a un hombre con cualidades especiales. KBC– Frank País era jefe del movimiento en Santiago de Cuba, desde donde apoyaba a la guerrilla en la sierra. En un momento matan a Josué, su hermano. Entonces la guerrilla le envía una carta manuscrita de condolencias que dan a firmar a todos los compañeros. Alguien le pregunta a Fidel qué grado le ponían al Che. "Ponle comandante”, pidió. Así se convierte en el segundo comandante de la guerrilla cubana, después de Fidel. De alguna manera, desde el principio, Fidel avizoró en el Che un hombre con unas características excepcionales. AP– ¿En qué etapa de la vida de Fidel usted descubre esa semilla de inconformismo que germinaría más tarde en el revolucionario? KBC– Su primera rebelión se produce en la casa de una familia de ascendiente haitiano. Fue una etapa donde pasó hasta hambre física por el mal uso de una maestra, que hacía ahorros excesivos del dinero que enviaban sus padres para que se sostuvieran él, Ramón y Angelita, sus hermanos. Su padre enviaba 40 pesos, por cada uno de sus hijos, que en aquella época era una fortuna. Su mamá decide llevarlos de regreso a Birán. En una parte del libro, Fidel cuenta que había llegado la época del armisticio (risas). En Santiago querían ponerle disciplina férrea. Un maestro abusó de él y le dio una bofetada. Otra vez, mientras estaba buscando la manera de ser el primero en merendar para batear, el profesor le metió un coscorrón. Ahí se insubordinó y le dio patadas al maestro. Uno percibe que fue una persona que no concebía la injusticia, el maltrato, el atropello. Ante eso nunca se mantuvo impasible, ni siquiera de niño. AP– ¿Qué otras razones lo llevaron a rebelarse? KBC– El desea que las cosas cambien al ver que sus amigos de la infancia se habían perdido en el camino de la vida, en la estrechez económica de la época, en las no luces que brindaba la sociedad cubana para los campesinos. Un poquito antes de asaltar el (cuartel) Moncada, y sin decirle a nadie, regresa a la escuelita de Birán a despedirse. Mientras está preso escribe una carta y en un fragmento muy hermoso dice: "Han pasado veinte años y mi escuelita un poco más vieja, mis pasos más pesados. Las miradas de asombro de los niños, como siempre, y nada más. Todo se ha mantenido igual desde que nació la República. Y todavía tenemos una noción de justicia”. Su deseo de revolucionar al país nace del alma, del cariño y el amor por los más humildes; de ser solidarios con los sectores más desprotegidos de la región y del mundo. AP– Solidaridad que demostró en sus constantes reclamos de independencia y soberanía en América Latina. KBC– No sé si acá en Argentina se conoce, pero una de las causas que Fidel lleva al Congreso de estudiantes, y que quería que coincidiera con la 9ª Conferencia Panamericana, donde se firma la carta de fundación de la OEA, es la devolución de las islas Malvinas a la Argentina. Está también la devolución del canal de Panamá, la Independencia de Puerto Rico y la lucha contra las dictaduras de (Anastasio) Somoza, en Nicaragua, y (Rafael) Trujillo, en República Dominicana. AP– ¿Qué aporta su libro al actual escenario de crisis e incertidumbre mundial? KBC– Esperanza y deseos de luchar. Desde siempre, Fidel tuvo la voluntad de pelear por un destino mejor para las grandes mayorías. Quizá por eso es tan amado por multitudes y tan odiado por minorías. Su posición siempre ha sido favorecedora del consumo y no del consumismo. Los hombres deben tener techo, ropa y comida para vivir. Pero deben hallar la plenitud de la existencia no en la posesión de las cosas sino en el disfrute del conocimiento, la belleza, las manifestaciones del arte. Este libro tiene, primero que todo, el valor humano. No estoy buscando narrar la historia de Cuba sino que Fidel cuente desde su vida, experiencia y recuerdos lo que ha vivido y cómo lo ha registrado su memoria. Hubo alguien que dijo que es el último gigante de la historia que queda entre nosotros. Es como Bolívar, San Martín, Hidalgo, José Martí o Benito Juárez. Ha sido un revolucionario que ha visto cumplir sus sueños y ha vivido muchos años para verlo. Siempre lo comparo con el tule, un árbol de México con un tronco desmesurado; dicen que unas cincuenta personas tratan de abarcarlo con los brazos y no lo consiguen. AP– ¿Por qué escribió Fidel Castro Ruz: guerrillero del tiempo? KBC– Porque es necesario para la batalla actual de la humanidad; para tratar de corregir el mundo de las guerras; para conseguir la paz en el mundo y la equidad social, que es la única que puede traer la paz porque la paz no puede ser la del camposanto, sino la de la felicidad de la gente. Lo único que puede salvar a la humanidad es corregir el rumbo y que las sociedades privilegien el conocimiento y una vida de armonía con la Pachamama, como decían los Aymara. Fidel tiene historias que narrar que pueden ser de mucha utilidad para los tiempos venideros, para que la gente se una y luche por la preservación de la especie. | Fuente: Página 12 | Para enviar comentarios acerca de este artículo haga clic aquí | ir a titulares | | |
SOBRE LA EVOLUCIÓN DE LA POLÍTICA DE CUBA CON SU EMIGRACIÓN | por Andrés Gómez | Un número notable de miembros de las organizaciones de la emigración cubana que en Miami integran la coalición Alianza Martiana: la Brigada Antonio Maceo, la Alianza Martiana -como organización individual–, la Asociación José Martí, la Asociación de Trabajadores de la Comunidad Cubana, el Círculo Bolivariano de Miami y la Asociación de Mujeres Cristianas en Defensa de la Familia, se disponen a viajar a Washington para participar en un acontecimiento de importancia en el desarrollo y profundización de la relación entre la emigración y la sociedad cubana. Se trata del I Encuentro Nacional de Cubanos Residentes en los Estados Unidos convocado por la Sección de Intereses de la República de Cuba a celebrarse en esa sede en la ciudad de Washington el sábado 28 de abril. Este Encuentro se enmarca dentro de la continua evolución de la vital relación que existe entre la sociedad y la emigración cubanas, especialmente la residente en Estados Unidos. Largo y fructífero ha sido el camino recorrido desde aquellos primeros pasos tomados a final de los años setentas por el gobierno cubano y sectores de la emigración cubana en este país. El primero de esos pasos fue el viaje a Cuba del Primer Contingente de la Brigada Antonio Maceo en 1977, hará 35 años este próximo mes de diciembre. Fue ésta la primera organización integrada por cubanos que salieron de Cuba a partir del triunfo revolucionario de 1959 invitada al país por el gobierno de Cuba. Este memorable viaje a la patria de la Brigada Antonio Maceo –compuesta en aquel entonces por jóvenes que habían salido del país menores de edad– marca un hito en la política del gobierno revolucionario con la emigración. Su entrañable aceptación por parte de la inmensa mayoría del pueblo cubano facilitó un mejor entendimiento, un entendimiento más humano, de la naturaleza del proceso migratorio cubano desde 1959 a aquella fecha, como también facilitó la decisión por parte del gobierno revolucionario de un diálogo constructivo con sectores de la emigración favorables a ese diálogo. Emigración considerada hasta aquel entonces como una sola entidad y, además, enemiga de la Nación. Mucho ha cambiado. No sólo ha cambiado el entendimiento del gobierno y el pueblo cubano de la naturaleza de la emigración y del proceso migratorio desde aquel entonces, sino que muchísimo ha cambiado durante los últimos 32 años, desde el verano de 1980 al presente, la naturaleza misma de la emigración. Casi nada tiene que ver la inmensísima mayoría de aquellos cubanos y cubanas que actualmente componen la emigración en Estados Unidos y los demás países donde ésta reside, con la mayoría de los cubanos y cubanas que componían la emigración en Estados Unidos antes de 1980. Anteceden a este Encuentro otras importantes reuniones que han resultado en la beneficiosa relación existente. Las primeras fueron las reuniones denominadas como el Diálogo en noviembre y diciembre de 1978. Las cuales tuvieron logros determinantes. En estas reuniones se aprobaron en primer lugar las primeras visitas a Cuba por parte de los emigrados cuyos viajes comenzaron un mes después, en enero de 1979. Prueba de su necesidad es que más de 100 mil emigrados residentes en Estados Unidos viajaron a la Isla en los siguientes doce meses. En segundo lugar el gobierno cubano indultó a casi 3 mil presos políticos, facilitó la salida del país de estos expresos políticos y sus familiares que querían salir del país, y logró que el gobierno estadounidense les diera visas a aquellos de ellos que querían viajar a Estados Unidos. De lo obtenido en estas primeras dos reuniones nunca debemos olvidarnos. También preceden a este Encuentro en Washington las tres reuniones entre cubanos emigrados en decenas de países en todos los continentes y el gobierno e instituciones cubanas que han tenido lugar en La Habana, bajo la denominación La Nación y la Emigración, en los años 1994, 1995 y 2004. Producto de estas reuniones han sido las decisiones trascendentales que fundamentan la actual política del gobierno e instituciones cubanas con nuestra emigración, y por sobre todo, que hacen posible de manera continua e irreversible, las relaciones altamente satisfactorias entre las familias cubanas, y entre los emigrados y la sociedad cubana en general. Cuatrocientos mil viajes de emigrados cubanos a la patria en el año 2011 demuestran de manera incontrovertible la necesidad de los emigrados de relacionarse con Cuba y el apoyo masivo por parte de la emigración a estos innegables logros. Asimismo en años anteriores han tenido lugar en La Habana otras dos reuniones, éstas bajo la denominación, Cubanos Residentes en el Exterior contra el Bloqueo y el Terrorismo. La primera en marzo de 2008 y la segunda en enero de 2010. En estas dos reuniones participaron representantes y directivos de las organizaciones de emigrados -residentes en decenas de países– más comprometidas en la defensa de los derechos y las libertades del pueblo cubano. Paralelamente a estas reuniones, en años recientes, en Europa y en las Américas se vienen llevando a cabo encuentros regionales y nacionales, como éste a llevarse a cabo en Washington. Se han realizado seis encuentros regionales con la emigración cubana en Europa, tres en América del Sur con aquellos emigrados que viven en ese continente, cuatro en Centroamérica y México con emigrantes cubanos que viven en esa región, uno reciente en Santo Domingo con cubanos residentes en la región del Caribe, y un más reciente encuentro nacional con cubanos que residen en España. También de manera periódica desde 1993 han tenido lugar reuniones de cubanos residentes en Estados Unidos en la ciudad de Nueva York con los titulares de la cartera de relaciones exteriores de Cuba. Estos encuentros han tenido lugar en la Misión de la República de Cuba ante la ONU aprovechando la presencia de los ministros de relaciones exteriores cubanos en Nueva York para la reunión anual de la Asamblea General de la ONU. Igualmente, también desde principios de los años noventas, han tenido lugar encuentros en la sede de la Sección de Intereses de Cuba en Washington entre el Jefe de la Sección de Intereses y otros diplomáticos cubanos con emigrados cubanos, en números que varían hasta alcanzar más de un centenar, invitados específicamente por la Sección de Intereses a reuniones, o que por diferentes motivos han estado en la ciudad de Washington en diversas actividades, incluyendo labores de cabildeo ante el Congreso por asuntos como: dar fin a las entonces existentes restricciones de viajes a Cuba, así como contra el Bloqueo, el terrorismo, la exigencia de la libertad de los Cinco y otras cuestiones de semejante naturaleza. Estos esfuerzos para lograr una relación plena entre nosotros los cubanos residentes en Estados Unidos y la patria, así como todo aquello que realizamos en defensa del derecho del pueblo cubano a vivir y a desarrollarse en paz tiene, como toda empresa de esta naturaleza, un alto costo. El mayor ha sido el asesinato en San Juan de Puerto Rico de nuestro joven compañero, Carlos Muñiz Valera, miembro de la Brigada Antonio Maceo, va a hacer treinta y tres años precisamente este 28 de abril, fecha de la celebración de este Primer Encuentro. Sus asesinos, estrechamente vinculados a las organizaciones terroristas de la extrema derecha cubana, nunca han sido encausados ni enjuiciados por las autoridades correspondientes por este despreciable crimen. Su asesinato ha quedado impune como también han quedado impunes otros horrendos crímenes cometidos por terroristas de la extrema derecha cubana. Mucho queda aún por lograr en cuanto a la actualización de las regulaciones migratorias cubanas, especialmente, aquellas relacionadas a los cubanos residentes en el país. Compleja aunque imprescindible tarea en la que están enfrascadas las autoridades pertinentes y la más alta dirección política de la Revolución. Confiamos que el resultado de sus eventuales decisiones serán las más adecuadas para los tiempos actuales. En cuanto a nosotros, la emigración cubana en Estados Unidos, para lograr más tenemos que hacer más. Y mucho queda por hacer para lograr los necesarios y fundamentales cambios en la actual política de Estados Unidos con Cuba caracterizada por su agresividad y brutalidad contra el bienestar del pueblo cubano. Si bien, a pesar de todas las amenazas, la mayoría de nuestra emigración ya no es silenciosa en cuanto a estos asuntos, sí sigue siendo preponderantemente inactiva. Cómo activarla a favor de estos cambios fundamentales en la política de Estados Unidos con Cuba sigue siendo nuestro mayor reto. | Fuente: Cubadebate | Para enviar comentarios acerca de este artículo haga clic aquí | ir a titulares | | |
FIDEL, "TIME" Y LA HISTORIA | por Iroel Sánchez | A algunos pudiera sorprender que Fidel Castro fuera el único latinoamericano, y además el único político vivo, incluido por el historiador Joel Stein Essay en un listado publicado en la revista Time de las que él considera las cien personalidades más influyentes de toda la historia. Resulta aún más llamativo que el ilustrador del texto de Joel Stein, Tomazs Walenta, haya situado a Fidel al centro y al frente, escoltado por dos figuras absolutamente positivas como Martin Luther King Jr y Albert Eisntein. Aún cuando hay, visto desde América Latina, omisiones notables en ese listado como Simón Bolívar, José Martí y Ernesto Guevara o se resiente la ausencia de un africano como Nelson Mandela, la presencia de Fidel es expresión de la admiración que sectores intelectuales, celebridades y políticos norteamericanos de todas las filiaciones sienten por el líder cubano que de manera exitosa ha desafiado nueve administraciones estadounidenses. Sólo el libro "Absuelto por la Historia" el periodista Luis Báez recoge la opinión de numerosas personalidades estadounidenses sobre Fidel, que van de los escritores Arthur Miller y Alice Walker, el banquero David Rockefeller, el músico Harry Belafonte, los actores Jack Nicholson, Kevin Costner, Robert Redford a los cineastas Oliver Stone, Michael Moore y Sidney Pollack, entre otros. Incluso, en sus memorias, el primer presidente norteamericano que se enfrentó al líder cubano, Dwight D. Eisenhower, recoge la opinión de Kennedy en el sentido de que “Fidel forma parte del legado de Bolívar”. Es interesante que Kennedy, quien fuera una de las némesis de Fidel, autor del bloqueo a Cuba y de la invasión de Playa Girón -que heredara de Eisenhower- supiera ver en la conducta de Fidel la continuación de los esfuerzos del Libertador. Pero es la definición del cineasta Sidney Pollack –director de filmes memorables para los norteamericanos como Nuestros años felices- el que a mi juicio ha logrado sintetizar mejor la trascendencia del líder cubano quien, a diferencia de aquellos que han dirigido los esfuerzos del país más poderoso del mundo por demonizarlo o asesinarlo, es considerado por muchos un personaje ineludible de la historia universal. Pollack declaró en una entrevista a la cineasta Estela Bravo –cito de memoria-: “Fidel ha empujado el mundo hacia donde él cree que debe ir”, y de eso se trata, de transformar la realidad, y cambiar la correlación de fuerzas internacional a favor de los olvidados de la historia. La historia de América Latina y de África fuera diferente sin los aportes que la Revolución cubana –encabezada por Fidel- ha hecho, primero por la liberación nacional, y luego la consolidación social de gobiernos populares en esas regiones. Es ese en sentido que Fidel aparece en cualquier listado junto a figuras como Cristóbal Colón, Einstein, Jesucristo, Mahoma y Galileo: el mundo ya no será igual después de él. No son loas cantadas desde el culto a la persona –que Fidel rechaza-, porque como apunta el intelectual norteamericano Arthur Schlesinger Jr.: “Fidel Castro no fomenta el culto a la personalidad. Es difícil encontrar un cartel o incluso una postal de Castro en ningún lugar de La Habana. El icono de la Revolución de Fidel, visible en todas partes, es el Che Guevara”; es la gratitud humilde de los pueblos y sus representantes. Alguien tan reconocido en Estados Unidos como el líder sudafricano Nelson Mandela tuvo el valor de expresarlo en una conferencia de prensa conjunta con el entonces presidente norteamericano, Bill Clinton: “jamás olvidaré que en los momentos más sombríos de nuestra patria, en la lucha contra el apartheid, Fidel Castro estuvo a nuestro lado”. Antes, al visitar Cuba, Mandela había expresado: “Hemos venido aquí con gran humildad. Hemos venido aquí con gran emoción. Hemos venido aquí conscientes de la gran deuda que hay con el pueblo de Cuba. ¿Qué otro país puede mostrar una historia de mayor desinterés que la que ha exhibido Cuba en sus relaciones con África? “¿Cuántos países del mundo se benefician de la obra de los trabajadores de la salud y los educadores cubanos? “¿Cuántos de ellos se encuentran en África? “¿Dónde está el país que haya solicitado la ayuda de Cuba y que le haya sido negada? “¿Cuántos países amenazados por el imperialismo o que luchan por su liberación nacional han podido contar con el apoyo de Cuba?” Y detrás de las respuestas obvias que tanto duelen al imperialismo y sus lacayos, detrás de la naciente Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, detrás de los millones de analfabetos que han aprendido a leer con el método cubano “Yo sí puedo”, o de los otros tantos que son atendidos en los lugares más remotos del planeta por médicos de la Isla, detrás del cerco ético que no pudo romper Barack Obama en la Cumbre de Cartagena de Indias, detrás de las decenas de miles de hijos de gente pobre que jamás hubieran pisado una Universidad a no ser en Cuba, como diría el Indio Naborí en la “Marcha triunfal del ejército rebelde”, hay un nombre: Fidel Castro Ruz. Para muchos que lo admiramos, sencillamente Fidel, que ha hecho todo lo que ha hecho sin ser un Dios, sino apenas un mortal, como se decía de los héroes en la Ilíada, ese poema eterno cantado por Homero, quien, por cierto, encabeza la lista de Time. | Fuente: La pupila insomne | Para enviar comentarios acerca de este artículo haga clic aquí | ir a titulares | | |
SOBRE LA HISTORIA Y LA LEYENDA DE LOS MÉDICOS CUBANOS EN MIAMI | por Edmundo García | El pasado sábado 21 de abril el Primer Vicepresidente cubano José Ramón Machado Ventura reconoció el trabajo de los médicos graduados en Cuba hace cincuenta años en circunstancias muy especiales; se trata de los llamados “Alumnos del Centenario” o “Médicos de la Revolución”, que el 21 de abril de 1962 empezaron a cubrir las necesidades de la salud en un país en que quedaban pocos galenos. Respecto al número de médicos con que contó la revolución en un inicio, el propio Comandante en Jefe Fidel Castro dijo en un discurso en Santiago de Cuba el 27 de julio de 1983: “Nosotros teníamos 6 000 médicos al triunfo de la Revolución, se fueron 3 000. Con los 3 000 que nos quedaron y con los que hemos formado hemos logrado estos resultados”. La política de sistemático robo de profesionales de la medicina a Cuba había comenzado con el mismo triunfo revolucionario y se mantiene hasta nuestros días, donde ha adquirido hasta una engañosa apariencia “legal”. Como recordó el Viceministro de Salud Pública de Cuba Dr. Luis Estruch en el mismo encuentro, unos 400 médicos de aquella promoción de 1962 permanecieron en Cuba todos estos años ejerciendo su profesión con honestidad, alto nivel científico y convirtiéndose ellos mismos, a través de la docencia, en formadores de otros médicos. El deseo de reinstaurar el régimen derrotado condujo a un hostigamiento general que también abarcó el terreno médico, no dejando otra alternativa a la revolución que defenderse en dicha esfera, por lo que en los meses de septiembre y octubre de 1960 se produjeron nacionalizaciones de laboratorios farmacéuticos norteamericanos en Cuba y las mayores “boticas”, lo que provocó una intensificación de las restricciones del intercambio médico con la naciente revolución. El gobierno empezó a desarrollar entonces en el marco del naciente estado la producción de medicamentos y la formación de profesionales. Instituciones no directamente vinculadas con este tipo de servicio tuvieron que asumir tareas en este campo, como sucedió con el Instituto Nacional de la Reforma Agraria, el Ministerio de Industrias, el Ministerio de Comercio Interior y el Ministerio de Comercio Exterior, que creó por entonces la empresa MEDICUBA. Estamos hablando de una época muy temprana; tan temprana como agosto de 1961, cuando se promulga la Ley No. 959 que nombra al Ministerio de Salud Pública como rector del sistema médico cubano. Esa es la historia, o parte de ella, que muestra que la socialización de la medicina cubana no obedeció a un deseo infundado de centralizar sino a unas necesidades muy concretas donde lo social y lo político tuvieron un peso importante. Se sabe hoy, a través de documentos desclasificados, que el Consejo de Seguridad Nacional del Presidente Kennedy le aconsejó ahogar a Cuba por hambre, necesidades y enfermedades que llevaran a un malestar que justificara acciones mayores, lo que incluía planes para el deterioro de sus servicios de salud. A pesar de la juventud de la revolución y de todas las dificultades por las que atravesaba, en esa primera etapa se sitúan también los primeros gestos solidarios con otros países más necesitados o aquejados por una emergencia. En 1960 Cuba envió colaboración médica a Chile cuando le afectó un devastador terremoto, ayuda que luego repitió en 1971 ante catástrofe similar; además a Honduras y Nicaragua cuando padecieron severos ciclones. Desde principios de los años 60 Cuba llevó servicios médicos a Argelia, Mali, Congo, Guinea y Vietnam. Y de esa época temprana datan también los intentos de intereses políticos por calumniar y malograr la labor humanitaria cubana. Cuba fue por demás el primer país que tras los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001 brindó a Estados Unidos ayuda médica, y que tras el paso del huracán Katrina ofreció el envío de brigadas de ayuda, plasma y hospitales de campaña a la zona de desastre; que Estados Unidos rechazó. Es una larga historia que conecta con las actuales calumnias propagandísticas contra las misiones médicas cubanas; uno de cuyos más bochornosos capítulos se refiere a la constante incitación a los galenos cubanos para que deserten de sus tareas en los más de 77 países donde trabajan 37 mil profesionales de la salud, facilitándoles material y legalmente la fuga, y nublando su juicio con falsas leyendas sobre el mundo idílico que les esperaría en una suerte de “grandes ligas” de la medicina norteamericana. La misma prensa manipulada y manipuladora de siempre, se presta para divulgar estos planes. El 16 de enero del 2011 Joel Millman publicó un artículo en el periódico “The Wall Street Journal” donde revela la facilidad con que un médico cubano que colabora en el exterior puede solicitar la ayuda de una Embajada norteamericana para desertar de su misión. No importa los pacientes que deje de atender aún en medio de un tratamiento, ni la sobrecarga de su equipo por las tareas abandonadas. Cuenta el periodista Joel Millman el caso de un médico desertor que le bastó con entrar a un café internet en Gambia, llamar a la Embajada de EE.UU. en ese país y simplemente decir: “Soy un doctor cubano que quiere ir a Estados Unidos. ¿Cuándo nos podemos ver?” Al instante, por tratarse de un médico cubano, le indicaron que fuera a un mercado concurrido de la ciudad y que se acercara a una rubia vestida de verde, que sería en verdad una funcionaria del consulado de los EE.UU. El encuentro de la historia se produjo en septiembre de 2008 y el médico en cuestión llegó a Miami posteriormente con estatus legal de refugiado y posibilidades de obtener la ciudadanía. A partir de este caso “The Wall Street Journal” comenta (sin ser lo debidamente crítico) las facilidades creadas para la deserción de médicos cubanos desde 2006, estimulados por un programa llamado Cuban Medical Professional Parole Program (CMPP), que en el peor espíritu de la guerra fría trata de sabotear el trabajo solidario de un país como Cuba, al que el ala derechista de la política norteamericana considera su enemigo. Dicho programa fue concebido por el ex Coronel del Ejército de Estados Unidos de origen cubanoamericano Emilio González, quien como miembro del Consejo de Seguridad persuadió al entonces Presidente George W. Bush de que afectando los programas de ayuda médica cubana se contrarrestaba la influencia política de la isla. Si González llama “influencia política” al desarrollo de programas contra el cólera, contra la desnutrición, contra la malaria y contra el SIDA, entonces ciertamente debería alentarse el avance de dicha “influencia” con excelentes trabajos como los realizados por Cuba en Haití, que han merecido más de un elogio a nivel internacional. Emilio González está vinculado a los sectores más extremistas de la política cubanoamericana de Miami, y se ha paseado por la televisión de esta ciudad reivindicando ser el autor del referido Cuban Medical Professional Parole Program (CMPP), que además de los médicos también facilita la deserción de paramédicos, terapistas, personal de enfermería, entrenadores físicos, dentistas y técnicos de laboratorio; junto a sus familiares. Entre los grandes cómplices de este programa, lo repito, está la prensa, que con sus historias de médicos triunfadores, millonarios, hipotéticamente empleados en los grandes quirófanos de Chicago y Long Island, convidan a los galenos a que abandonen la misión. Y son cómplices también algunos de estos mismos médicos que, una vez llegados a los Estados Unidos, se dedican a contactar a sus colegas para que sigan su camino. Un ejemplo de esto es el bochornoso programa “Barrio Afuera”, que trata de atentar contra el programa de colaboración “Barrio Adentro” proponiendo en internet información para la deserción. Por supuesto, cuando esta se produce, la ayuda de los incitadores brilla por ausencia. Los intereses que se mueven detrás de esta campaña contra las misiones médicas cubanas en el exterior son tan grandes, que quiero confesarle a los lectores que una de las dificultades más grandes que ha tenido escribir un artículo como este se refiere al temor mostrado y declarado por los entrevistados. Además de pedir el anonimato, algunos incluso llegaron a solicitar posteriormente que no se utilizara la información brindada, porque alguien podría inferir a través del contenido la identidad de la persona que testimoniaba. Es decepcionante comprobar cómo algunos viven llenos de miedo en una tierra que se les prometió precisamente como de libertad. Por ejemplo, un neurocirujano que hoy en día trabaja como sereno en un condominio de Miami, que cuenta con 53 años y tiene pocas posibilidades de hacer una residencia por la dura discriminación que existe por índices de edad, se arrepintió de testimoniar en el mismo momento de la entrevista, por temor y por la vergüenza de confesar su sentido de fracaso profesional. Otro médico envió un correo con fecha del 23 de marzo a la dirección del programa “La tarde se mueve” dejando saber los problemas que le traería hacer declaraciones acerca de la difícil situación de muchos galenos cubanos llegados a los Estados Unidos. Entre otras cosas dice (cito textualmente): “… decidí no poder ayudarte en ese tema por ahora motivado a que estoy haciendo gestiones para poder entrar a un hospital a una residencia… sería dañar mi relación, no sería saludable para poder lograr mi objetivo”. Entre los testimonios que me permito usar se encuentra el de otro médico cubano residente en Miami que tras pensar en la suerte de algunos colegas dijo: “… es una realidad que de 100 médicos solo 10 sacan los board y de esos solo 3 o 5 llegan a terminar la residencia y ejercer; es cierto esto”. Luego comentó: “mi memoria recuerda 59 médicos en los últimos 20 años que han llegado a USA, médicos que hicieron la residencia en el Hospital Hermanos Ameijeiras en Cuba y todo y aquí llenando bolsitas en un Sedano’s o sacando sangre… otros compran títulos de enfermeros y andan con una piedra en un zapato siempre con aquello de que nunca pudieron ejercer y ven los errores de los médicos pero no pueden decir nada pues son simples enfermeros”. También salió el tema de los fraudes, en el que alguien comentó: “otros robándole a los seguros en las famosas agencias de home health”. Se habla además del tipo de práctica mecánica, con poco margen para la creatividad médica: “te sacan el jugo, son muchas horas de trabajo y nada de docencia, lo de la mayoría de los hospitales es trabajar como un mulo para producirles billetes”. Existen cirujanos de primera atendiendo teléfonos y llenando planillas y sin perspectivas reales en el plano científico. Destinos torcidos que, casi siempre, resultan menos amables de como los pintaron. Demasiados talentos desperdiciados por falsas promesas que no toman en cuenta los enormes recursos que un estado pequeño como el cubano empleó en formarles. Un hecho que al final de la jornada, si descontamos a algunos desagradecidos, todos acaban por reconocer cuando verifican el alto nivel de la medicina que aprendieron en las Universidades y Hospitales de Cuba. Edmundo García periodista cubano residente en EE.UU., conductor del programa "La Noche se Mueve". | Fuente: Moncada, Grupo de Lectores en el Mundo | Para enviar comentarios acerca de este artículo haga clic aquí | ir a titulares | | |
LA ÚLTIMA CUMBRE- GRACIAS A DIOS | por Saul Landau | Fidel Castro obtuvo una gran victoria política la semana pasada sin hablar o ni siquiera salir de su casa –y una especie de entretenida y pequeña victoria. Con un abrumador resultado en la Cumbre de las Américas de Cartagena, Fidel derrotó a Obama 31 a 2. EE.UU. y Canadá aún quieren excluir a Cuba de reuniones futuras, pero el resto del hemisferio rechazó la posición norteamericana. Excluir a Cuba, mantuvo la mayoría de los presidentes (el presidente ecuatoriano Correa y el nicaragüense Ortega se negaron a asistir debido a que Washington insistió en la no presencia de Cuba) significaría que estos países del Hemisferio Occidental no asistirían a futuras reuniones. Fidel obtuvo la pequeña victoria cuando el manager de los Marlins Ozzie Guillén dijo que admiraba la capacidad de Fidel para perseverar frente a cientos de planes de asesinatos. Subsiguientemente fue suspendido y recibió toneladas de correos electrónicos insultantes. El incidente demostró que los enemigos de Fidel con sede en Miami aún están obsedidos y no pueden pensar con claridad. Unos doscientos de ellos se manifestaron frente al estadio y exigieron que los propietarios de los Marlins despidieran a Guillén porque este había dicho “Yo amo a Fidel Castro”, lo que quería decir, aclaró él, “Respeto a Fidel Castro. ¿Saben por qué? Mucha gente ha querido matar a Fidel Castro durante los últimos 60 años, pero ese c- - - - - aún sigue ahí”. "Guillén sabe que aún le queda mucho por hacer (para expresarse) a fin de recuperar a un segmento de los aficionados. Puede que algunos nunca lo perdonen”. (Edgar Thompson NY Times, 17 de abril.) “No importa lo que yo haga”, dijo, “no va a ser suficiente”. Guillén se dio cuenta de que Fidel ha obsedido a sus enemigos. Un viejo enemigo, Luis Posada Carriles, el asesino, entre continuos complots violentos y visitas al proctólogo, se las arregló para conseguir una exposición de sus pinturas en un banco de Coral Gables –no el tipo de arte que trató de ejercer contra la vida de Fidel y de un avión cubano de pasajeros que hizo estallar en el aire en 1976 con 73 personas a bordo. Obama perdió en Cartagena porque sus planes no se equiparan con las necesidades de los países de sus colegas jefes de estado. Es más, su intento de promover un tratado de libre comercio (encarnación del neoliberalismo) no le ganó admiración en una región que ha sido testigo del devastador impacto de este modelo económico y que sufre de pobreza y desigualdad. Obama también insistió en mantener la guerra a las drogas que ha convertido a varios estados en asesinos narcoestados. ¿Habrá pensado quizás Obama que podía aplicar a las drogas el viejo dicho de que “nada tiene tanto éxito como (la fórmula) del fracaso”? Sin embargo, el sin sentido que vomitó acerca de Cuba provocó a todos los asistentes, con excepción del primer ministro canadiense. Los líderes de las naciones de Centroamérica y el Caribe discutieron para repudiar la exclusión y el embargo. Todos reconocieron la legitimidad de Cuba y enviaron un claro mensaje. Solo el derechista primer ministro canadiense votó con Washington. La política norteamericana hacia Cuba es, en el mejor de los casos “un anacronismo”, dijo el conservador Santos, presidente de Colombia, una estúpida y testaruda obsesión que ha ido más allá de la Guerra Fría y toda semblanza de realidad. ¿La predecible respuesta de Obama en un año electoral? Cuba no ha hecho aún los cambios democráticos que Washington demanda para justificar un cambio de política norteamericana. Uno puede imaginarse el coro de lamentos. Los ignorantes u obsedidos –exiliados cubanos extremistas de Miami– pudieran creerse el discurso de que en Cuba “no hay elecciones libres ni prensa libre”, dada la afinidad de EE.UU. con Arabia Saudí y otras monarquías machistas. Una vez que entran en la ecuación los factores históricos, los argumentos de EE.UU. se van por el vertedero. El senador demócrata por Nuevo México Jeff Bingaman reflejó el sentimiento de la mayoría en Cartagena: “Nuestra política hacia Cuba está desfasada. Hace tiempo que llegó la hora de establecer relaciones diplomáticas con Cuba y terminar con el embargo”. Es más, Obama hasta admitió que “a veces estas controversias son de antes de que yo naciera. Y a veces me parece como si en estas discusiones, o al menos lo reporta así la prensa, estamos atrapados en un pliegue del tiempo, que va por allá de la década de1950, la diplomacia de cañonera, los yanquis y la Guerra Fría y esto y lo otro". (Andrew Cawthorne y Brian Ellsworth, Reuters, 16 de abril.) “¿Un pliegue del tiempo?” En 2009, Obama apoyó un golpe de estado en Honduras. En 2002 (W. Bush) Estados Unidos apoyó un intento de golpe en Venezuela. O quizás esos ejemplos ilustran el “esto y lo otro” de Obama. En Cartagena, mientras personal del Servicio Secreto y militares disfrutaban de servicios ya no secretos, funcionarios norteamericanos invocaban devotamente los derechos humanos para explicar la política hacia Cuba. Sin embargo, el mundo sabe que EE.UU. mantiene más prisioneros políticos en Guantánamo que los que Cuba tiene –y podría decirse que en peores condiciones. Hace un siglo, Washington arrebató ese pedazo de Cuba y se mantiene allí a pesar de la exigencia de La Habana de que se devuelva. En el siglo 20, tropas norteamericanas invadieron y ocuparon a Cuba en tres oportunidades, sin contar la invasión apoyada por la CIA de exiliados cubanos por Bahía de Cochinos. Mientras Obama lee su historia puede llegar a la conclusión de que en 1952 EE.UU. realizó la Guerra Fría. En Cuba esto significó el apoyo al general Fulgencio Batista cuando este hizo trizas la Constitución cubana y se autonombró presidente (dictador). No hubo quejas por parte de EE.UU. cuando Batista invitó a mafiosos para asociarse con su gobierno en los juegos de azar y la prostitución. Washington envió armas y asesores para ayudar a Batista. En 1954 la CIA derrocó al presidente Jacobo Árbenz y lo reemplazó con matones militares que gobernaron a Guatemala durante tres décadas de asesinatos, tortura y saqueo. Entre los antiguos amigos y aliados de EE.UU. se incluyen Anastasio Somoza e hijos en Nicaragua. “Nuestro hijo de puta”, como llamó el presidente Roosevelt a Rafael Trujillo de República Dominicana. También estaban Papa y Baby Doc Duvalier en Haití y Augusto Pinochet en Chile, así como decenas de dictadores menos conocidos. Washington ha derrocado a gobiernos desobedientes, aunque elegidos de manera democrática, y los ha reemplazado con regímenes militares obedientes, violadores de los derechos humanos. Si las futuras reuniones en la cumbre excluyen a Estados Unidos estaría bien. Los líderes latinoamericanos están de acuerdo; no necesitan a Washington para reunirse. Fidel lo viene diciendo hace décadas. | Fuente: Progreso Semanal | Para enviar comentarios acerca de este artículo haga clic aquí | ir a titulares | | |
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LA CAUSA DE LOS CINCO EN EL CONGRESO DE ESTADOS UNIDOS | LA HABANA, 26 ABR (PL) Pasillos, salones y oficinas del Congreso de Estados Unidos fueron testigos del reclamo de libertad para los cinco antiterroristas cubanos condenados a largas penas en ese país, donde permanece el muro de silencio mediático en torno al caso. Activistas de varias naciones lograron el 17 y 18 de abril últimos hacer contacto en el Capitolio con 45 senadores o miembros de la Cámara de Representantes, quienes recibieron informaciones sobre Gerardo Hernández, René González, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y Fernando González. El lobby en el Congreso norteamericano formó parte de las acciones de solidaridad mundial “Cinco días por Los Cinco” que tuvieron la semana pasada su epicentro en Washington DC para respaldar a los cubanos detenidos en 1998 por vigilar a grupos violentos que desde Miami actúan contra la isla. Prensa Latina conversó en La Habana con Alicia Jrapko, coordinadora del Comité Internacional para la Libertad de Los Cinco, sobre las jornadas vividas en la capital estadounidense. Cuando comenzamos las llamadas al Capitolio para conseguir citas no imaginábamos el resultado, la posibilidad de llevar el caso a 45 oficinas de legisladores, algo bien difícil porque allí no puede llegarse sin coordinaciones previas y menos para hablar sobre algún tema relacionado con Cuba, explicó. De acuerdo con Jrapko, dos equipos de trabajo integrados por activistas de Estados Unidos, Canadá, Bélgica, Alemania, Italia y Honduras se encargaron de contactar a los congresistas. Tres de ellos nos recibieron en persona, mientras el resto de los intercambios ocurrieron con miembros de su oficina; una experiencia muy positiva si consideramos que alcanzamos el objetivo de abrir por primera vez y con mucho nivel de coordinación tantas puertas en el Capitolio, dijo. Jrapko señaló que los legisladores o sus asistentes -en su inmensa mayoría del Partido Demócrata- recibieron un paquete con declaraciones y pronunciamientos de organismos internacionales y personalidades defensoras del regreso a la isla de Gerardo, René, Ramón, Antonio y Fernando. Fueron conversaciones interesantes, algunos reconocieron lo difícil de lograr avances en un año electoral, pero otros nos estimularon a seguir adelante, aseveró. Según la coordinadora en Estados Unidos del Comité Internacional para la Libertad de Los Cinco, los encuentros con congresistas también ratificaron el impacto en la sociedad norteamericana del muro de silencio levantado por la gran prensa en torno a los antiterroristas. Comprobamos que varios de nuestros anfitriones no conocían mucho del caso, comentó. Respecto a la selección de los legisladores, expuso que escogieron a aquellos con posturas cercanas a unas mejores relaciones entre Cuba y Estados Unidos, como los partidarios del fin del bloqueo impuesto a la isla por la Casa Blanca durante más de medio siglo y las prohibiciones de viaje. Para Jrapko, varias cuestiones sobresalieron de las gestiones en el Capitolio. Contactamos a 19 de los 100 senadores, casi el 20 por ciento de ellos; recibimos el estímulo de seguir adelante en nuestra lucha por la justicia y constatamos la sorpresa de algunos congresistas cuando les mostramos cartas y pronunciamientos de Naciones Unidas, parlamentarios de otros países y personalidades estadounidenses con posiciones a favor de la libertad de Los Cinco, destacó. En lo personal -subrayó- quedé marcada por el enorme aparato burocrático que es el Congreso norteamericano, donde en sus pasillos la gente va y viene haciendo lobby por diferentes causas. La activista resaltó además otras acciones desarrolladas en Washington DC a favor de los antiterroristas cubanos, cuatro de ellos con más de 13 años de encierro, mientras René cumple tres años de libertad supervisada, lo cual es considerado una sanción adicional. Tuvimos muestras documentales, charlas y el acercamiento a muchas personas en la capital estadounidense, a quienes explicamos el caso en lugares estratégicos como la salida del metro y ferias de la ciudad, apuntó. De acuerdo con Jrapko, la campaña “Cinco días por Los Cinco” también incluyó la distribución de volantes, la colocación de carteles en las calles capitalinas y una concentración frente a la Casa Blanca en la que participaron más de 300 personas de diferentes partes de la unión, entre ellas pacifistas, veteranos de guerra y representantes del movimiento Occupy. Todas fueron actividades muy importantes, pero al igual que el lobby en el Congreso concedemos un gran valor a la conferencia del viernes 20 de abril en la noche, por la presencia de personalidades como Danny Glover, Dolores Huerta, Wayne Smith, Salim Lamrani, José Pertierra y James Early, dijo. El cierre de las jornadas de solidaridad con los antiterroristas estuvo a cargo de la pacifista Cindy Sheehan, quien perdió un hijo en la ocupación estadounidense de Iraq. Cindy comentó que hacía mucho no iba a Washington DC, pero que por Los Cinco volvió a hacerlo, recordó. Para Jrapko, la campaña constituyó un paso en la lucha por lograr el regreso a la isla de Gerardo, René, Ramón, Antonio y Fernando. Ahora debemos pensar bastante sobre nuestras próximas acciones y las puertas a tocar, porque resta mucho por hacer; el muro de silencio mediático sigue ahí y la justicia norteamericana parece no dar señales de voluntad de terminar con este caso, por tanto la solidaridad es clave para solucionarlo, afirmó. | Fuente: Prensa Latina | Para enviar comentarios acerca de este artículo haga clic aquí | ir a titulares | | |
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