martes, 22 de mayo de 2012

Mientras haya pobres, habrà Teologìas dela Liberaciòn a44

De: Enrique Orellana Fernandez [mailto:opcion_porlospobres_chile@yahoo.com]

 

ADITAL –  27/05/2011 

Pablo Richard: 'Mientras haya pobres, habrá Teología

de la Liberación' Entrevista a Pablo Richard

Mayra Rodríguez. Encargada de comunicaciones del Concejo Ecuménico

Cristiano de Guatemala, jueves, 26 de mayo de 2011.

No hay dudas. Todo teólogo es un

provocador como mismo lo fue Jesús

para su época, afirmación que tiene

origen en las confluencias que existe

entre la máxima figura del cristianismo y

sus seguidores más raigales, de mayor

compromiso con los pobres, cuando se

trata de explicar la Biblia desde la

realidad misma del ciudadano de este

mundo.

Tener ante mí al chileno Pablo Richard, doctor en Teología y Ciencias

Bíblicas fue una fiesta de la palabra. Un hombre que se ha licenciado en

Sagradas Escrituras en el Pontificio Instituto Bíblico de Roma, un arqueólogo

de la Biblia que se especializó científicamente en la propia Jerusalén, resulta

siempre un descubrimiento cuando, desde detrás de ese bonachón rostro,

aflora una ética inviolable, una inteligencia pocas veces vista, pero sobre todo,

un cristiano comprometido con su realidad, que es la realidad de la pobreza en

América Latina y la necesidad de un análisis teológico que contribuya a la

liberación plena del ser humano como criatura de Dios.

Mayra Rodríguez: ¿Qué huella queda en Pablo Richard de aquel

Movimiento de Cristianos por el Socialismo de los años '70, criatura

nacida de la llamada Teología de la Liberación? *** Pablo Richard: La

Teología de la Liberación fue un movimiento muy importante que hizo

posible la convergencia entre fe y política, porque normalmente los cristianos,

cuando había un gobierno progresista o socialista, siempre estaban en la

oposición, y fue la Teología de la Liberación la que permitió que la fe fuera

más liberadora, y correspondió a los partidos políticos descubrir que el

cristianismo tenía una orientación liberadora.2

Fue la opción que permitió a los cristianos participar en los movimientos

políticos sin perder su fe, lo cual fue nuevo, porque antiguamente los

cristianos que tenían una opción política eran normalmente de derecha, y los

partidos de izquierda excluían a los cristianos, en un paralelismo que no se

tocaba.

La total convicción que queda en mí de aquel movimiento cristiano, es que no

hay ninguna incompatibilidad entre cristianismo y socialismo, pero en

procesos concretos, el ayudar a las y los cristianos a participar en política sin

perder su fe, fe que se radicaliza al profundizar en la realidad.

MR: Qué opinión le merece la afirmación de que la Teología de la

Liberación fue abortada por los abruptos rumbos de la Iglesia hacia una

hacia la derecha en América Latina? *** PR: Depende, porque hay una

Iglesia de "cristiandad" que ha destruido todo lo que se había construido en las

décadas de los '60 a los '80 y que está cada día más a la derecha. Pero,

también existe la Iglesia de la liberación, de las comunidades eclesiales de

base, la Iglesia de los pobres, que sigue estando en la línea liberadora y que

está cada día más viva hoy en América Latina, en la medida en que el sistema

neoliberal y la Iglesia de cristiandad van entrando en crisis, las personas

buscan una alternativa y esa la ofrece la Teología de la Liberación. En

América Latina, sólo en los últimos 10 años, se han salido 50 millones de la

Iglesia católica, y no porque se hayan ido a otros grupos religiosos, sino

porque la Iglesia no les dice nada, y esto es parte de la crisis de la

"cristiandad" que no da ninguna respuesta a los problemas modernos. 

MR: Cuando usted vislumbra la actual realidad de América Latina,

donde cada vez son más comunes los desastres naturales y los cambios

climáticos que acentúan los niveles de pobreza, además de otros males

como la corrupción, la violencia y las drogas, ¿cómo sostener esa Palabra

de Dios como fuente de vida y esperanza, que anunciaba usted a las

puertas del actual milenio? *** PR: Primero, debe haber un análisis de la

realidad, de esta economía de mercado de inspiración neoliberal que se

mantiene gracias a salarios bajos y destrucción de la naturaleza. Es cierto que

hay muchos sectores de la Iglesia que están metidos en este sistema neoliberal,

pero hay también personas que hacen la lectura de la palabra de Dios y grupos

bíblicos que están preocupados por esta crisis debida a la destrucción de la

naturaleza. Leonardo Boff escribió un libro paradigmático en este sentido: "El

grito de los pobres y el grito de la Tierra", que hay que escuchar ambos. 3

Entonces, hay muchos movimientos de la Teología de la Liberación en la línea

ecológica. Ahora justo ahí la construcción de toda una teología sobre el agua,

como un bien que está a punto de entrar en crisis. De la destrucción de los

medios naturales y la destrucción de la gente, por este sistema, la teología de

la Liberación es la que más habla, y muchas veces ni los grupos políticos ni la

Iglesia hablan. El tema ecológico es un tema muy vivo, especialmente en la

teología india, donde ya se habla mucho del "Pachamama" en América del Sur

por ejemplo, en la defensa de la tierra y del agua, donde participan mucho los

grupos progresistas de las iglesias. 

Por ejemplo, la reciente consulta en Cancún sobre las medidas a tomar frente

al cambio climático y el calentamiento global; que si se sube de dos a tres

grados va haber catástrofes derivadas de esos cambios y los países

industrializados no aceptan ni quieren tomar medidas, porque proteger la

naturaleza es el peor negocio para ellos, pues se necesita reducir el avance del

mercado, pero ellos quieren más y más ganancias y si se destruye la

naturaleza, poco les importa.

Si todo sigue igual, si no hay cambios, la tierra no llega al año 2025. Ya

estamos sobregirados, hemos abusado de la tierra sacándole más de lo que

puede dar, pero muchos no se han dado cuenta que la tierra es redonda, y que

si explotas para allá, más delante te va a llegar por la espalda. Entonces la

Iglesia ha desarrollado una teología muy sabia, cuando aborda la ecología, y

esto es parte de la Teología de la Liberación.

MR: En uno de sus últimos análisis: "Pedofilia y poder", usted hace

afirmaciones muy arriesgadas. Habla de confrontar la actitud de la

Iglesia católica, por un lado frente al fenómeno pedófilo y, por el otro,

frente a la Teología de la Liberación. Afirma que la homosexualidad

puede ser una opción legítima si está guidada por una ética de amor y

fidelidad y que la exclusión de la mujer de la estructura jerárquica

católica es la otra cara de la masculinización absoluta del ministerio

clerical, llegándose a preguntar cómo se analizarían esos problemas si la

mujer, ordenada como cardenal, tuviera acceso a altos cargos dentro de

la estructura jerárquica de la Iglesia.  ¿Existió alguna reacción de la curia

católica a sus planteamientos o simplemente los obviaron para

silenciarlos? *** PR: La iglesia tiene terror a hablar de estos temas. Tiene

miedo. Con ese artículo yo no recibí ninguna crítica de parte de la jerarquía, y

es debido al temor que hay en relación a los temas.4

Hoy día en la ética de la Teología de la Liberación aceptamos, por ejemplo,

que la homosexualidad es una manera de vivir, es una opción. Pero la Iglesia y

su jerarquía no entran en estos temas por el temor a que se desate una

discusión donde no tienen mucho que decir, pues son temas que no se

discuten.

Estos son problemas de la modernidad y la Iglesia católica los ha rechazado:

no quiere saber de la homosexualidad o de la participación de las mujeres. En

este último por ejemplo, no hay un solo argumento, ni bíblico ni teológico,

para excluir a la mujer del sacerdocio y la Iglesia lo rechaza, porque tiene una

visión pre-moderna de lo que es la mujer.

En fin, la Iglesia no habla mucho de estos temas, porque no sabe que decir, y

cuando ha entrado ha entrado mal, ha ocultado a pedófilos, no ha escuchado a

las víctimas, no ha hecho análisis a profundidad, porque si entra a esta

discusión van a surgir muchos más problemas para la jerarquía por su posición

tan conservadora.

MR: También en su espíritu de lo que pudiera llamarse "un provocador

teológico" ha dicho que no existe una Iglesia, sino modelos en cómo ser

Iglesia; y se refiere a uno dominante y tradicional que fenece de manera

irreversible ante otro que busca, precisamente, uno alternativo y más

contextualizado. A su juicio, ¿qué características o hacia dónde debe

enfocarse ese modelo calificado por usted de emergente? *** PR: El

modelo de la iglesia de cristiandad ha entrado ya en una fuerte crisis, es

irreversible y se avecina un colapso, porque no tiene los elementos ni

fundamentos teológicos ni teólogos o teólogas para superar esta situación. La

pedofilia ya es un signo muy serio de esa crisis profunda, y peor aún el

ocultamiento que la iglesia ha hecho de ello. Evidentemente y aunque no

como una consecuencia directa, la gente va a recurrir al modelo alternativo, va

a buscar en la Iglesia de los pobres, una manera de vivir su fe.

Entonces esta Iglesia emergente, de los pobres, la Iglesia del pueblo de Dios,

debe tener las siguientes características: 

Primero, una opción preferencial por los pobres y contra la pobreza: hay que

crear estructuras en la Iglesia para vivir con ellos (los que viven con VIH/Sida,

los marginados, los de la calle, etc.) Ahora mismo son muchos, pero son

invisibles a la sociedad y esta situación es algo que la Iglesia debe

transformar.5

Segundo, las comunidades eclesiales de base: donde se une la oración y la

comunidad, no importa que sean pocos y pocas, lo que cuenta es la calidad.

Para la Iglesia de la cristiandad lo importante es la cantidad, porque tienen

criterios comerciales, de mercado. Me atrevo a decir que no importa que la

Teología de la Liberación muera, en tanto que no sigan muriendo los pobres,

pero que mientras haya pobres, habrá teología de la liberación, habrá Iglesia

del pueblo de Dios.

Tercero, la lectura popular de la Biblia: lo mejor que podemos hacer en este

tiempo de crisis es devolver la Biblia al pueblo, con libertad y autonomía. Por

400 años la Iglesia estuvo sin Biblia, pero el Concilio Vaticano II rompió con

esta tradición y la devolvió al pueblo.

Cuarto, la Teología de la Liberación: Hay que dejar de hacer lo que ha

provocado que ya no se haga teología. Hay que perder el miedo, superar la

teología del miedo: los laicos le temen al cura, el cura al obispo, el obispo al

Vaticano y el Vaticano a la Teología de la Liberación…. Se debe dejar el

miedo y tener fe.

Quinto, una Iglesia autóctona: es la que nace de los mismos pueblos que van

descubriendo el Evangelio.

Sexto, la vida religiosa se inserta: en los ambientes de las y los marginados y

despreciados.

Séptimo, los nuevos ministerios: hay que desacralizar y "desacerdotizar",

superar distancias entre laicos y clérigos, que desaparezcan las divisiones. Y

aquí exclamar: ¡NUNCA MAS UNA IGLESIA SIN MUJERES! Deben ser

integradas como maestras, sabias, teólogas, que asuman todas las funciones

del presbiterado.

Octavo, Iglesia como centros de formación: las y los laicos son el futuro de la

Iglesia, por lo que la formación es importante.

Noveno, una Iglesia de profetas y mártires.

Y por último, en décimo lugar, evitar las contradicciones innecesarias y

crecer donde están las fuerzas. No sirve criticar y gritar contra la Iglesia de la

cristiandad, pues los dos modelos de Iglesia no viven separados y

confrontados entre ellos. Los modelos se entrecruzan. Encontramos signos de

la presencia de Dios en la Iglesia de la cristiandad y signos de cristiandad en la

Iglesia de los pobres.

MR: Hagámonos la idea de que usted es un doctor en medicina y tiene

que dar el diagnóstico de un enfermo que, en su historia clínica, tiene por

nombre Teología de la Liberación: ¿Cuál sería su pulso y su presión

arterial? 6

¿Padecería una dolencia pasajera, cáncer o habría que redactarle un

dictamen necrológico en el actual contexto político y eclesiológico de

América Latina? *** PR: No podría dar un pronóstico fatídico, porque, de

hecho, hay un resurgir de la Teología de la Liberación, aunque la Iglesia lo

niegue. La lectura popular de la Biblia, las comunidades eclesiales de base,

son una fuerza que no pueden detener. Los pobres mismos necesitan de esta

Iglesia, la necesitan para sobrevivir. No es la Iglesia que necesita de dinero

para sobrevivir, sino pobres que necesitan de la Iglesia para sobrevivir. Y esto

es por todos lados en El Salvador, en Guatemala, en Costa Rica y en muchas

otras partes del mundo.

 

Movimiento Teologìas Para La Liberaciòn -Chile

Correo: opcion_porlospobres_chile@yahoo.com