Che y los trabajadores
Trabajadores de las industrias que fundó el Che en Villa Clara recuerdan su presencia en esas fábricas
La presencia de Ernesto Guevara de la Serna Che junto a los trabajadores en las industrias que fundó en el centro de la isla es recordada de manera particular por quienes compartieron aquellos momentos fundacionales de la industrialización del país.
Lourdes Rey Veitia / 04-10-2012 / 10:32
Unos narran sus anécdotas de una manera muy personal porque tuvieron el privilegio de estar junto al Che en aquellos días, otros recuerdan las palabras del entonces Ministro de Industrias el día de la inauguración de las fábricas.
Guevara es inolvidable en la empresa Planta Mecánica Fabric Aguiar, de igual manera en la Industria Nacional de Productos de Utensilios Domésticos (INPUD) Primero de Mayo así como en la fábrica de bujías Neftalí Martínez, de Sagua la Grande.
Arsenio Iglesias dice haber hecho la tenaza de su vida cuando trabajaba en el martillo de forja de Planta Mecánica, días antes de la inauguración de esa fábrica. “Estaba concentrado forjando cuando alguien me toca en el hombro. Mis compañeros me hacen seña, me viro y veo que era el Che”, recuerda.
En el rostro de Arsenio aún se expresa la sorpresa y el orgullo de aquel instante, diría que fue la felicidad de un momento excepcional que pocos tienen la oportunidad de vivir.
“Todos quedamos sorprendidos, es ahí cuando me pregunta: ´¿Qué haces?’, le explico que una herramienta para manipular las piezas en el horno y me dice que si él podía forjarla conmigo.
“No lo pensé, busqué un par de guantes y comenzamos a fraguarla para un lado y para otro. Tenía sus manos entre las mías, han pasado décadas, pero siento la fuerza con que las aprisionaba haciendo aquella herramienta, es un recuerdo inolvidable, fue el gran día de mi vida”, afirma con sinceridad.
Arsenio comenta que posteriormente el Che habló de la importancia de crear sus propios instrumentos de trabajo, de los retos que tenía la empresa en la industrialización del país, del futuro de Planta Mecánica, entidad que se convirtió en “fábrica de fábricas” donde se elaboran actualmente molinos y piezas para centrales, implementos para la industria del petróleo entre otras líneas de producción.
“En aquella conversación también se refirió a los deberes fundamentales de un trabajador, de la preocupación diaria por hacer la labor con calidad y la necesidad de atender con esmero a los ciudadanos lo mismo en una tienda, en un restaurante, que en el médico. Aquel fue un día único e irrepetible que guardo profundamente en mi memoria”, afirma Arsenio.
La tenaza que forjaran juntos hoy forma parte de la colección del Museo Nacional Memorial Ernesto Che Guevara de esta ciudad.
También en la INPUD, empresa villaclareña que se encargaba principalmente de la fabricación de utensilios de cocina, aunque ha incursionado en la elaboración de diversos productos industriales, se recuerda que el día de la inauguración contra todo pronóstico el Che entró por la parte trasera del lugar donde se había organizado el acto y conversó con los que encontró al paso.
Era el 24 de julio de 1964. En la moderna fábrica se agruparon a jóvenes trabajadores de varios sectores luego de una preparación técnica con especialistas del entonces campo socialista.
Quienes asistieron a la inauguración aseguran que el Che dejó inaugurada la INPUD Primero de Mayo bajo una pertinaz lluvia y dio indicaciones concretas. Habló de la víspera de cumplirse un aniversario más del 26 de julio, y afirmó que era un orgullo entregar al pueblo una nueva planta para suplir necesidades importantes de la población en saludo a esa fecha.
Luego al ofrecer detalles de la construcción expresó: “Esta es una inversión que le ha costado al Gobierno Revolucionario más de 14 millones de pesos, la capacidad toda a utilizar este año será pequeña todavía, unos 5 mil refrigeradores, unas 5 mil cocinas de gas y, probablemente, unas 30 mil ollas. Para 1965 pensamos llegar a 20 mil refrigeradores y a 10 mil cocinas de gas, y su capacidad total es en dos turnos será de 40 mil refrigeradores, y 100 mil ollas de presión”.
Por su parte los obreros de la fábrica de bujías no olvidan el domingo 17 de mayo del mismo año. Cuentan que el Che apareció también por una entrada no oficial, la puerta que da acceso al estadio de pelota.
A su llegada saludó a las personas con las cuales se cruzó entre ellas a Octavio Villamil, jefe de personal en aquel entonces, luego comenzó a recorrer las instalaciones.
En el taller de los tornos automáticos se detuvo y conversó de las ventajas de la tecnología con los operarios que allí laboraban y de la necesidad de dominar esa técnica. De igual modo se interesó por el proceso en el laboratorio de masilla, llegó también hasta las áreas de calidad y prensas.
En esta última conversó con una trabajadora que le llamaban La Gallega, a quien le preguntó: “¿Es verdad que tú eres vanguardia?, déjame probar para ver si lo eres”. Narran que se sentó en el puesto de la obrera y no pudo operar la máquina. Jocosamente le repitió con otra intencionalidad: “¡Es verdad que eres vanguardia!”
Pero su conversación fue más allá. Se interesó por la norma, los detalles del proceso y dio indicaciones para mantener la fábrica limpia y embellecida.
El Che sigue estando “en todas partes” recordándole a los trabajadores la necesidad de la eficiencia, el ahorro y la calidad para aumentar la productividad, cualidades que enfatizó siempre debía tener la empresa estatal socialista y que siguen vigentes cada día, particularmente ahora que se actualiza el modelo económico cubano.