domingo, 1 de febrero de 2015

Sillas de ruedas para oposición discapacitada genuflexa mercenaria contrarevolucionaria probuitre Chaubloqueo Museo Che Guevara CABA

Pequeños chascarrillos

 

Eduardo de la Serna

 

Me permito unas breves notas que me causarían risa “si no fueran tan terribles” como dice el Nano:

  •         La silla de ruedas: Después de la brillante presentación de Cristina, ¿qué fue lo que toda la mediocridad periodista y opositora salió a decir unánimemente? (¿originada en la misma fuente?): que la “silla de ruedas” de Cristina era una puesta en escena. ¿Atrasan los muchachos? Porque hace unos años hubo otro que mucho antes montó una escena en otra silla de ruedas. Y al ganar la alcaldía ¡hasta bailó con ella! Y nadie – que yo recuerde – hizo referencia a un montaje.
  •         En la infantil actitud opositora de no debatir nada (¡¡¡!!!), la oposición se opone a la reforma de la Inteligencia nacional. Es decir, todo quedaría tal cual está. Si se da cause a la propuesta del Gobierno, la Inteligencia quedaría en manos de la Procuración (la “jefa de los fiscales”), si queda como está, queda en manos de la Presidencia. ¿No es sensato el cambio, especialmente para quienes “odian” a la presidenta? ¿Quieren que la presidenta los escuche y controle?
  •         Hay miles de cosas en las que los “grises” enriquecen la pobreza binaria de ver todo blanco o negro, pero hay cosas en las que no hay posibilidad de grises (no se puede estar “medio embarazada”, se dice). ¿Se está o no de acuerdo con la intervención del estado en la economía?, ¿se está o no de acuerdo con la reforma de la Inteligencia?, ¿qué pasaría si mañana la oposición fuera gobierno (¡Dios no lo permita!) y los miembros del FpV tomaran la misma actitud? De repetir el “modelo”, no tendríamos Corte Suprema, no tendríamos presupuesto, no tendríamos… ¿No se trata de algo infantil? 
  •         Existe la posibilidad de que todo sea movida opositora (o de sus mandantes) para que no se den los debates. Así (hasta ahora) se ha frenado la reforma del Código penal por la campaña de un mediocre que tocó la mediocre sensibilidad de un grupo de ciudadanos. Quizás no quieran (¿la “Justicia”? ¿los fiscales?, ¿empresarios?, ¿periodistas…?) que se dé un necesario debate por la inteligencia. Y también muchos otros debates. Ahora, ¿para qué existen la justicia, los congresistas, los periodistas si sólo hacen lobby para qué los debates no puedan darse? Porque, de ser así, es indicio de que eso ocurre porque quieren que todo siga como está. ¿O no?
  •         Ver u oír candidatos que con más o menos luces (nunca demasiadas) dicen una cosa y cuando el gobierno las asume dicen la contraria me parece muy preocupante para la salud de la República. Y escuchando y mirando, ¡sólo pensar que Massa, Macri, Scioli, Binner, Carrio, Stolbizer pudieran gobernarnos me produce espanto!
  •         Ver u oír periodistas que con pocas o ningunas luces son evidentes lobistas o genuflexos al poder que los maneja me parece muy preocupante para la salud mental de la ciudadanía.

      Otro mediocre popularizó el término “grieta”. No tengo miedo de tomar postura, debatir, discutir, estar o no de acuerdo. Eso enriquece, nos hace crecer, mejora las miradas. Si para que no haya “grieta” no hay debates, discusiones, si a todo se dice que sí, me aterroriza pensar que sea “sí” a lo que otros (¡y sabemos quiénes son esos “otros”!) han pensado antes para nosotros. ¿Qué es posible equivocarse? Obviamente. Pero prefiero equivocarme pensando alternativas y mejoras antes que no dar pasos   para evitar el error y que todo siga como hasta ahora, y todo lo que decimos, pensamos y deseamos venga decidido de afuera. ¡Muy afuera! Con silla de ruedas o de pie, ¡lo que cuenta es el camino!

 

Foto tomada de danielorbis.blogspot.com

 




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