De cara a una nueva movilización bajo la consigna “Ni Una Menos”, el Programa Educación y Memoria destaca, comparte y fomenta la continuidad de los trabajos realizados a partir de esta iniciativa en escuelas públicas porteñas de distintos niveles cuando se gestaba la masiva manifestación que se concentró en torno al Congreso el 3 de junio del año pasado. Por estos días, cuando la exigencia por el fin de los femicidios y la violencia de género vuelve a elevarse, es necesario que las aulas también sean territorio para decir “¡Ni Una Menos!”.
La Escuela N°7 del Distrito Escolar 8, “Niñas de Ayohuma”, en Parque Chacabuco, fue una de las que se apropió de la consigna en 2015, para convertirla en trabajo con los alumnos y las alumnas. Las carteleras del colegio se llenaron de reflexiones sobre el concepto de femicidio, con definiciones y datos estadísticos para comprender la gravedad de la situación. Con el impulso de difundir el reclamo en todas partes, los chicos optaron por replicar el “Ni Una Menos” en distintos idiomas y tradujeron el mensaje al inglés, italiano, portugués, francés, alemán, aimara, guaraní y chino.
En la Escuela N° 21 del Distrito Escolar 15, “Lic. J. José Núñez”, los alumnos y las alumnas de séptimo grado fueron los encargados de generar consciencia en los más chicos. El patio de esa escuela de Villa Urquiza fue el punto de encuentro para la confección de dibujos y carteles sobre la consigna “Ni Una Menos”, que luego fueron exhibidos a través del blog escolar. Hasta los niños y las niñas de los primeros grados se sumaron a la iniciativa y plasmaron en imágenes el reclamo.
En el nivel medio, por su parte, la iniciativa recaló con fuerza. Desde la Escuela Comercial N° 28 del Distrito Escolar 15, en Saavedra, donde se cursa en turno vespertino, la comunidad educativa optó por generar una actividad dentro de la institución, ya que el horario de clases no les permitía acudir a la convocatoria en el Congreso y la temática había surgido espontáneamente en las aulas. Así, los y las adolescentes realizaron afiches para hacer visible el “Ni Una Menos”, con grandes collages de manos de papel. En la escuela se leyó el petitorio presentado en el acto y se trabajó sobre las principales exigencias de la medida.
La primera convocatoria por “Ni Una Menos”, el año pasado, surgió luego del femicidio de Chiara Páez, una niña de 14 años, en la localidad santafesina de Rufino. A lo largo de todo el año 2015 se registraron 286 femicidios y, en los primeros cien días de 2016, se contaron 66. Asimismo, desde el colectivo organizador de esta iniciativa advirtieron entre otras cosas que “los contenidos de la Ley de Educación Sexual Integral, ley fundamental por la que pedimos el 3 de junio pasado para prevenir la violencia machista, se están modificando para conformar a los sectores más retrógrados”.
“Cientos de miles de personas volvemos a encontrarnos en la calle para alojar la voz de las víctimas de la violencia femicida. Y para decir que la violencia machista también mata, lentamente, cuando coarta libertades, participación política y social, la chance de inventar otros mundos, otras comunidades, otros vínculos (…) Cuando avasalla o abusa de nuestros cuerpos, mata nuestra integridad. Cuando pretende controlar nuestra capacidad reproductiva, mata nuestro derecho a elegir. Decir ‘Ni Una Menos’ no fue, ¡no es!, un ruego ni un pedido. Es plantarse de cara a lo que no queremos: ni una víctima más, y decir que nos queremos vivas, íntegras, autónomas, soberanas. Dueñas de nuestros cuerpos y nuestras trayectorias vitales”, expresaron las organizadoras en esta nueva edición de “Ni Una Menos”. El Programa Educación y Memoria acompaña este reclamo masivo y destaca, una vez más, la importancia del abordaje del tema en las aulas. Para que las y los ciudadanos en formación crezcan con el “Ni Una Menos” como premisa.
|
