martes, 22 de mayo de 2007
















Cuatro muertos en Ohio: ¿Ensayo para la Plaza de Tian An Men?

Por Saul Landau

En mayo de 1970, 19 años antes de que funcionarios chinos ordenaran a las tropas que abrieran fuego contra sus estudiantes y otros ciudadanos que se manifestaban a favor de la democracia en la Plaza de Tian An Men en Beijing, funcionarios estatales y federales de Estados Unidos autorizaron a tropas de la Guardia Nacional a que dispararan con munición de guerra contra estudiantes desarmados --en Ohio.

La masacre ocurrió el 4 de mayo. Treinta y siete años más tarde, Alan Canfora escuchó la grabación de las palabras del comandante. “Aquí mismo. Preparen. Apunten. Fuego.” La cinta grabó 13 segundos de disparos ininterrumpidos.

Cuatro estudiantes murieron. Otros nueve heridos fueron a los hospitales. Irónicamente, algunos de los heridos estaban observando o pasaban cerca. ¿Daño colateral?

Canfora, de 21 años, recibió un balazo en la muñeca. Debido a que la cinta que él consiguió revela una estructura de mando en el tiroteo, él ha exigido una nueva investigación.

“Ha existido un encubrimiento de 37 años por lo de la Universidad Estatal de Kent. Los oficiales de mando siempre han negado que hubiera una orden verbal de hacer fuego. Culpan a los que apretaron el gatillo”, dijo Canfora. “Ellos se detuvieron, dieron la vuelta, levantaron sus armas, comenzaron a disparar y siguieron disparando durante 13 segundos”, dijo. “Fue como un pelotón de fusilamiento”. (Guardian, 2 de mayo de 2007.)

De la cinta de audio emergen las palabras frías y duras. Los que dispararon recibieron órdenes directas de matar a estudiantes y cumplieron las órdenes, a diferencia de la “versión oficial de encubrimiento de que respondieron presa del pánico debido a un disparo al azar contra ellos, o que se estaban defendiendo de algún tipo de ataque proveniente de los estudiantes”. (Bob Fitrakis y Harvey Wasserman, “El Silencio Letal de los Medios acerca de las Armas Humeantes en la Estatal de Kent”, 7 de mayo de 2007, CommonDreams.org.)

Los observadores no vieron a estudiantes armados, ningún disparo contra la tropa. Los soldados uniformados tomaron posiciones a unos 300 metros de los manifestantes, lo que hace que la afirmación de “la amenaza de un ataque serio” por parte de estudiantes desarmados sea algo totalmente ridículo.

La Guardia Nacional aseguró en aquella época que un reservista se dejó llevar por el pánico. Entonces otros perdieron la disciplina e hicieron varios disparos. La Guardia Nacional niega que un comandante haya emitido la orden de fuego. La cinta demuestra que la Guardia Nacional mintió.

Posteriormente Ohio acusó a ocho miembros de la Guardia Nacional. Ninguno fue procesado. Las familias de los muertos y los heridos presentaron reclamaciones judiciales contra Ohio, el gobernador y la Guardia Nacional. En todos los casos se llegaron a acuerdos extra judiciales.

La ilegal invasión de Camboya por parte del Presidente Nixon había provocado una nueva ola de manifestaciones en Kent y otras universidades. El hecho ha adquirido una “memoria histórica”. Una famosa foto muestra a una joven consternada junto al cadáver de un estudiante. Ella llora de ira y angustia --o pidiendo ayuda. Neil Young compuso su canción “Ohio” acerca del incidente.

Soldados de plomo y ahí viene Nixon,
Al fin estamos solos.
Este verano escucho los tambores,
Cuatro muertos en Ohio.

Pero hasta la revelación de la orden de “fuego” en la cinta, pocos se atrevían a pensar que Kent era un ensayo general en EEUU que el gobierno chino copiaría después a una escala mayor. Irónicamente, incluso con la cinta como evidencia de que el gobierno ordenó las muertes, grupos de derechos humanos que regularmente denuncian a China y Cuba, por ejemplo, han permanecido en silencio acerca de la complicidad de EEUU en los horrores de Kent.

Los archivos de la Universidad de Yale adquirieron la cinta como parte de una colección de materiales extraídos de las reclamaciones judiciales. Ahí fue donde Canfora redescubrió la grabación hecha por Terry Strubbe, un estudiante de la Estatal de Kent que colocó su grabadora de cinta en el poyo de la ventana de su cuarto, situado cerca de los hechos fatales. Strubbe envió una copia de la cinta al FBI.

Documentos adquiridos por medio de la Ley de Libertad de Información muestran que el entonces gobernador de Ohio James A. Rhodes trabajó con el FBI para intimidar a los manifestantes en contra de la guerra. Tales tácticas eran --y son-- comunes para el Buró, especialmente para usarlas contra los “subversivos”. En 1970 los estudiantes desempeñaron el papel estelar en la oposición a la guerra de Viet Nam y el FBI los consideró como enemigos criminales por ejercer sus derechos de la Primera Enmienda.

La vida universitaria en las décadas de 1960 y 1970 iba más allá de asistir a clases, fumar hierba y tomar ácido. Estudiantes y profesores realizaban seminarios, huelgas y abandonos del aula. Para cientos de miles de estudiantes, la vida en el campus también consistía en organizar el próximo mitin, incluyendo los que resultaban en violencia.

Sin embargo, los estudiantes no iniciaban toda la violencia. Registros del FBI robados en 1971 de la Oficina de Campo del FBI en Media, Pensilvania, demostraban que un “informante” del FBI que actuaba como provocador había quemado un dormitorio en la Universidad de Alabama; otro colocó explosivos en un puente de Seattle; un tercero trató de volar una oficina de correos. (Tomado de un segmento de La maquinaria del gran sueño norteamericano, producido en 1971 por Saul Landau y Paul Jacobs para PBS –Sistema de TV Pública.)

En línea con tales actos provocativos, el 2 de mayo de 1970, justo antes de la gran manifestación, alguien prendió fuego al edificio del ROTC (Curso de Entrenamiento para Oficiales de la Reserva) en Kent. (Supuestamente un “ciclista” empapó de gasolina el edificio.)

¿Sería este el acto de un agente del FBI, o fue, al igual que la destrucción del edificio de Matemáticas en la Universidad de Wisconsin en Madison, y la quema del Bank of America en Santa Bárbara, realizado por estudiantes airados por la guerra ilegal de Nixon? De todas maneras, la violencia brindó el pretexto para que Rhodes llamara a la Guardia Nacional.

Su acto coincidió con el calificativo de “camisas pardas Nazis” que el Vice Presidente Spiro Agnew endilgó a los estudiantes que protestaban. El farisaico Agnew, quien más tarde renunció antes de que lo procesaran por robar, aconsejó a los rectores de universidades y a la policía que trataran a los estudiantes como si fueran el equivalente de los matones hitlerianos.

El Gobernador James Rhodes parafraseó la hipérbole de Agnew y el 3 de mayo de 1970, un día antes de que la Guardia Nacional hiciera los disparos fatales, calificó a los estudiantes de “la peor clase de personas que tenemos en Estados Unidos… peores que los camisas pardas y el elemento comunista, y también que jinetes nocturnos [i] y vigilantes”. [ii] Agregó que “nos enfrentamos al grupo revolucionario más fuerte, mejor entrenado y combativo que jamás se haya formado en Estados Unidos”. (Wikipedia)

Rhodes, un firme republicanos, no solo trabajó estrechamente con el FBI. Parecía estar controlado por el Buró. Poco después de que Rhodes tomara posesión el 14 de enero de 1963, un agente del FBI en Cincinnati escribió al Director J. Edgar Hoover: “No tendremos ningún problema con él (Rhodes). Está totalmente controlado por contacto de un SAC (Agente Especial a Cargo), y tenemos total garantía de que cualquier cosa que necesitemos se pondrá a nuestra disposición de inmediato. Nuestra experiencia prueba esa aseveración”.

“Materiales desclasificados del FB sugieren que la gran influencia del Buró sobre el Gobernador Rhodes, quizás debido al conocimiento de sus vínculos con el juego ilegal de los números, puede haber desempeñado un papel en la táctica de línea dura para la ley y el orden que provocó la muerte de cuatro estudiantes en la Universidad Estatal de Kent en 1979.” (Bob Fitrakis, The Free Press, 4 de mayo de 2007.)

Después de que la Guardia entrará al campus de Kent, algunos estudiantes gritaron insultos s los soldados e incluso lanzaron algunas piedras, razones poco poderosas para que los soldados cargaran sus armas con munición de guerra.

La escena de Kent se trasladó para la Universidad Estatal Jackson en Mississippi. El 14 de mayo, estudiantes que se manifestaban contra la guerra de Viet Nam y que simpatizaban con los caídos en Kent, oyeron “rumores de que Charles Evers, alcalde de Fayette, Mississippi (hermano del asesinado activista de los derechos civiles Medgar Evers), y su esposa habían muerto por disparos. Al oír el rumor, un pequeño grupo de estudiantes se amotinó”. Provocaron incendios “y volcaron un camión que había quedado en el campus esa noche”. (The African Registry)

Después de extinguirse los incendios, “la policía local y la estatal marcharon con sus armas listas contra una residencia femenina en el campus. En ese momento, el gentío era de 75 a 100 personas. Varios estudiantes supuestamente gritaron ‘insultos obscenos’, mientras que otros cantaban y lanzaban ladrillos a los agentes”. La policía abrió fuego contra el gentío y el dormitorio. Dos murieron. Hubo otros doce heridos de bala. El FBI estimó que 500 disparos hicieron blanco en el edificio.

Los presidentes norteamericanos invocan la palabra “democracia”, como si de alguna manera se aplicara a toda la sociedad norteamericana, y simultáneamente excusan todos los “errores”. La Universidad Estatal de Kent, como la de Jackson, fue ejemplo de funcionarios que dispararon contra ciudadanos que no estaban de acuerdo con sus políticas y ejercían derechos de la Primera Enmienda. Funcionarios federales y estatales autorizaron el asesinato de estudiantes desarmados como si ellos, no el Gobernador Rhodes y el Presidente Nixon, fueran los “camisas pardas”.

¿Qué palabras usan Bush, Cheney y Rove para los activistas contra la guerra? A principios de la década de 1970, Nixon ordenó a sus “plomeros” (su escuadra de trucos sucios) que atacaran la Institución Brookings y la oficina del psiquiatra de Daniel Ellsberg para obtener documentos. Más tarde él perpetró el encubrimiento del robo con fuerza de Watergate en 1972 y tuvo que renunciar.

El “despido” de los fiscales federales por parte del Fiscal General Alberto González, las mentiras perpetradas por Bush y Cheney para justificar el ataque a Irak, y hasta las últimas noticias de escándalos de prostitutas en los que los poderosos y piadosos se buscaron a pecadoras que necesitaban dinero, muestran la mente criminal que está muy viva en la Casa Blanca. Al comenzar un dudoso proceso --falso pretexto para la guerra-- se está a pocos pasos de ordenar a la Guardia Nacional que dispare contra los ciudadanos. La policía de Los Ángeles disparó el 1 de mayo balas de goma contra la manifestación de los inmigrantes por sus derechos. ¡Esperen la próxima vez!

El nuevo libro de Saul Landau es Un mundo de Bush y de Botox. Su nuevo filme, Aquí no jugamos golf, está disponible en DVD por medio de roundworldmedia@gmail,com).

Traducido por Germán Piniella.